No se si aun tendré tiempo de escribir algún reto más o si este será el último, asi que por si acaso, aprovecho para decir ya que me ha encantado participar en el Deanthon XD Y que espero que vuelva a celebrarse el próximo año.
Título: Sobre ángeles gilipollas
Género: Gen con ligero Slash
Pairing: Dean/Castiel insinuado
Rating: General
“Los ángeles te están cuidando”
Eso era siempre lo que su madre decía cuando era pequeño. Bonitas palabras que decía una madre a su hijo, y que Dean recordaba con cariño, pero a las que nunca dio especial importancia porque los ángeles no existían. Sammy, su querido e inocente hermanito, era quien creía en ángeles, no él. En ángeles y unicornios…
Hasta que un día Dean descubrió que su hermano tenía razón, bueno… tal vez no en los unicornios, ya que aun no había visto ninguno, pero si con lo de los ángeles.
El problema es que los ángeles no era como los habría imaginado, todo túnicas, pelo rizado y alas blancas y esponjosas… No, los ángeles eran unos completos gilipollas.
Incluso Sam, que había estado tan emocionado y feliz de saber su existencia, se sintió decepcionado cuando los conoció. Y Dean tuvo que animarlo porque como le dijo a su hermanito, que hubiera dos manzanas podridas no significaba que el resto lo estuviera, Dios podría odiar a esos gilipollas.
El problema es que Dean conoció más ángeles y llego a la conclusión que el cesto debía estar podrido y lleno de gusanos.
No hacía falta decir que Miguel y Lucifer eran unos imbéciles, demasiado ocupados en sus discusiones como para pensar en el resto del mundo, Rafael un completo idiota, y Gabriel aun era decente comparado con los demás arcángeles pero aun así Dean no le apreciaba especialmente (el muy cabrón le había matado una y otra y otra vez en un martes eterno).
Zachariah era como una patada en el culo, siempre dispuesto a joderle un poco más la vida, Uriel nunca le pareció simpático, y aunque Balthazar aun era de los mejores (no es difícil comparado con tales elementos) a Dean nunca le agradó el imbécil engreído… Y luego estaba Anna, a Anna Dean la consideraba su gran decepción. Por fin creía haber encontrado un ángel que valía la pena, alguien que no era un completo idiota… ayudó a Anna, confió en ella, la ayudó a recuperar su gracia… ¿y como se lo pagó ella? Intentando matar a sus padres. Por Dios… ¡si incluso se había acostado con ella!
Así que no, los ángeles no le cuidaban… o al menos no todos, porque había uno, solo uno que tal vez…
Castiel. Habían pasado por muchas cosas, buenas y malas, y de algún modo Cas había conseguido entrar en ese pequeño grupo de personas que era importantes para Dean Winchester. Y había habido malos momentos… por supuesto que sí (convertirse en una especie de Dios no era algo que Dean considerara bueno), pero los habían superado.
- - ¿Qué piensas Dean?
Dean se sobresaltó, no había escuchado a Cas aparecerse.
- - Cuando era pequeño mi madre siempre me decía “Los ángeles te están cuidando” No hubiera pensado lo mismo de conocer a la mayoría de ellos ¿verdad? - Preguntó con una sonrisa.
- - La verdad es que no tienes un buen historial con los ángeles. - Dijo Cas encogiéndose de hombros. Luego lo miró con esos ojos tan azules que a veces Dean creía que podían leer su alma como un libro abierto, y sonrió. - Pero ¿Sabes qué? Hay un ángel… él no es perfecto, ha metido la pata a veces, ha muerto en varias ocasiones y ha caído otras tantas… pero Dean, no importa lo que pase, él siempre te estará cuidando.
Y Dean sonrió, porque al fin y al cabo si había un ángel que le cuidara. Un ángel tan imperfecto como él, y al que Dean no cambiaría por nada.