-¡Diez vueltas mas! ¡Vamos¡ Vamos!-gritó Dean subiéndose una vez mas los shorts lo cual lo hacía ver bastante tonto.-¡Kane sigue corriendo! ¡No pares o serán dos vueltas!
El aludido solo le asesino con la mirada y no dijo nada, solo siguió corriendo. Como le ordenó el profesor.
Para los estudiantes de la secundaria Freewill Dean Winchester era el dolor y terror hecho persona. Hacía sufrir a los alumnos como ningún otro profesor, sus famosas vueltas al gimnasio eran lo peor, hacía correr a toda la clase un par de veces y si alguno de los estudiantes paraba un solo segundo agregaba otra vuelta, así hasta que todos estuvieran corriendo como perritos sin quejarse.
Incluso para los profesores era una pesadilla.
-Winchester de nuevo se volvió a comer todas las donuts.-dijo Balthazar, el profesor de ciencias.- Vaya tragón, ¿Cómo mierda puede comer tanto?-
Gabriel se encogió de hombros, sin importarle mucho.- Creo que no lo alimentaban cuando pequeño, por eso ahora no puede parar de comer.-bromeó Gabriel.
-Es un cerdo, cada vez que viene aquí deja todo desparramado, como si hubiera pasado un tornado.-se quejó Uriel, el profesor de francés.
-Tal vez deberíamos decirle algo, hablar con él.-sugirió estoicamente Castiel.
Gabriel rió con sarcasmo.-¿Recuerdas cuando me golpeo? Winchester no es de los tipos que hablan, Cas.-
Balthazar elevó una ceja.-Le estabas corriendo mano a su hermano, yo también te habría golpeado.-se apresuró a responderle pero Gabe solo rió nuevamente.
No era solo eso, se comía las donuts, se negaba a traer café, como habían acordado todos los profesores. Una vez incluso se quedó a dormir en la sala de maestros. Pero claro, nadie le decía nada.
Primero porque le tenían miedo-excepto Gabriel, aunque para él todo era una especie de juego- y además no iban a conseguir nada, Dios era demasiado indulgente en ese sentido. Le perdonaba todo , ¿Y las maestras? Las maestras babeaban por él.
Dean era un caso perdido para todos, excepto para su hermano Sam y Cass, los únicos que se llevaban bien con él.
-¿Por qué Dios nunca le dice nada?- reclamó Balthazar.
-Dios nunca le dice nada a nadie Balthazar, está demasiado ocupado como para eso.-le respondió Cas pero el aludido solo puso los ojos en blanco.
***
-¿No almorzamos en la sala de maestros?-le preguntó Sam a Dean, mientras este se despojaba de sus gafas negras, venía recién saliendo del gimnasio.
-Esos idiotas me odian y lo sabes.-le respondió, devolviendo su sándwich del plástico. Sam solo rió entre dientes por el comentario y hizo lo mismo con su almuerzo.
-Tampoco es que seas la mejor persona del mundo Dean.-le respondió Sam.-Tal vez deberías ser mas amistoso con ellos.-le sugirió con suavidad.
-¡Claro que lo soy!-le respondió con rapidez-¿Es que no ves mis hermosos Bíceps? ¡Eso es perfección Baby!-exclamó mientras se besaba ambos brazos y volvía a mirar a su hermano-Además, ¿Quién quiere ser amigo de esos idiotas?-fue lo que le dijo dándole por fin un mordisco a su almuerzo.-Joder esto esta delicioso. Tienes que hacer mas sándwiches Sammy.-
Sam solo rió divertido y rodó los ojos, tenía clase en un rato más.
La verdad siento que me quedó raro pero quería hacerlo cortito y humoristico(?) Así que si alguno se rió me doy por premiado :)