Titulo: Invasión
Autor: Darlin43
Fandom: Supernatural; Torchwood
Pairing/Personajes: Dean, Sam y Cass van a Cardiff siguiendo a un demonio en busca de un objeto sagrado religioso, pronto descubren que no están solos ahí.
Clasificacion: +15
Conteo de palabras: 13.111
Disclaimer: Ni Sobrenatural o Torchwood, junto con sus personajes o tramas me pertenecen, cada uno pertenece a su respectivo autor, yo solo tomo prestado el nombre de alguno de sus personajes para mi entretenimiento y el de los que lo quieran leer.
Resumen: Dean, Sam y Cass van a Cardiff siguiendo a un demonio en busca de un objeto sagrado religioso, pronto descubren que no están solos ahí.
Notas de Autor: (Los alienígenas Si me pertenecen ¬¬)
Capitulo 12
El resto del camino hasta la puerta que debía de contener el artefacto fue fácil. Pero usando su muñequera Jack informó a Dean de que al otro lado había por lo menos tres seres de esos.
Dean sacó el cuchillo para matar a los demonios y la pistola que llevaba.
Jack sacó también una especie de pistola que parecía echa de plástico y ambos asintieron con la cabeza.
Repentinamente la puerta se abrió, y los invasores dirigieron su mirada hacia ella, pero el brillo de una pequeña hoja de metal ya estaba sobrevolando el aire, y fue a para al pecho del que estaba más cerca. Los otros dos invasores se giraron, ninguno llevaban sus escáneres que disparaban rayos, ambos estaban como en sus pensión en el aire delante de unos ordenadores sin pantalla cuya información flotaba en el aire.
Dos rayos amarillos salieron de la pistola de Jack y ambos invasores desaparecieron. Dean contempló el arma que este tenía.
-Es un desmaterializador, no me gusta usarlo mucho, pero cuando no dejan otra alternativa…- Dean asintió y ambos entraron en la sala. Esta era redonda, con cuatro especie de ordenadores, y una gran espera de metal en el centró. Jack se dirigió a una de las zonas donde flotaban las luces y empezó a tocarlas. Dean por su parte, recogió el cuchillo del cadáver del alíen.
-Bien, vale, conozco este código-. Con un sonido como de aire escapando a presión la bola se abrió por la mitad, dejando ver en su interior una simple lanza de mango de madera y punta de metal.
-¿Esto es lo que buscabais?- Dean se acercó y la cogió del interior de la bola. Apenas pesaba, y parecía bastante nueva para tener supuestamente más de dos mil años.
-Bien, ya podemos ir a buscar a los otros-.
Ruby y Sam se encaminaron por su parte del pasillo, avanzaron cautelosos pero sin problemas.
-Ya estamos cerca, puedo sentir todas esas malditas almas arrepintiéndose y encomendándose al cielo.- El tono de disgusto de Ruby era bastante claro, pero aún así Sam no pudo más que reírse.
Pero la sonrisa se le terminó en el momento en el que la nave empezó a emitir un fuerte sonido y a escorarse hacia atrás. El pasillo empezó a convertirse en una cuesta cada vez más y más empinada. Sam se agarró a una de las paredes y consiguió mantenerse a duras penas, sin embargo Ruby no tuvo la misma suerte, y cayó hacia abajo.
Con un ágil movimiento Sam le cogió el brazo y se mantuvo agarrándola, pero debido al sudor por las altas temperaturas empezaba a resbalarse. Ruby se dio cuenta de ello y se agarró fuertemente por sus propios medios a la pared.
-¿Se puede saber que les pasa a estos tíos?- Sam empezaba a notar que se le dormía la mano del esfuerzo, pero poco a poco la nave volvió a recuperar su estabilidad.
-No creo que haya sido a cosa echa. Estoy escuchando el motor de cazas, así que deduzco que fuera hay una autentica guerra- Ruby cogió la mano colorada de Sam y la beso dulcemente sin mover sus ojos de los del gigantón.
-¿También tenéis mejor oídos los poseídos?-
-¿Acaso lo dudas?- Ruby sonrió, pero Sam le quitó rápidamente la mano y continuó por el camino.
Pronto llegaron a una sala que parecía una bodega. Ruby miró primero, pues si ella era alcanzada no le afectaban los rayos, pero parecían estar vacía. Todos los invasores debían de haber acudido a la señal de alarma. Dentro de la gran habitación encontraron un montón de humanos y animales, todos quietos, como estatuas, y bajo ellos unas plataformas grandes metálicas.
-El rayo azul es un teletransporte, si lo pudiésemos accionar podríamos devolverlos a todos.-
-Me parece bien, pero habría que accionarlo con un retraso, te recuerdo que tenemos que salir nosotros también de aquí antes de que la guerra termine para cualquiera de los dos bandos.
-Vamos entonces- Ruby se encaminó por otro estrello corredor y fueron avanzando pasando por delante de muchas puertas cerradas.
Sam la observaba caminar, tenía los mismos andares que una modelo, cosa que en el cuerpo de Gwen, más pequeñita y no tan delgada como la antigua Ruby quedaba de lo más curioso. Ruby se giró, le sonrió y se paró antes una puerta más grande que las demás.
-Es aquí, pero prepárate, esta sala seguro que esta llena de ellos-.
Sam sacó la pistola que había llevado en el helicóptero, y comprobó el cargador, y con un movimiento de la mano cargó una bala en la recamara.
-Estoy listo-
Sam se paró delante de la puerta, pensó en la apertura, pero esta vez, la puerta no se abrió.
-Quizás esta necesite de dos seres, es más grande.
Ambos cerraron los ojos y se concentraron, la puerta se abrió de golpe. Entonces Ruby empezó a gritar, y Gwen cayó de rodillas antes la atenta mirada de por lo menos seis de esas extrañas criaturas.