Title: Things are goin' crazy all the time
Fandom: B.A.P/EXO
Pairing: Suchan (Suho/Himchan)
Rating: NC-17
Words: 1683
Disclaimer: No son míos.. en todo caso lo sería Himchan porque Suho es de
kimjoonmyeon xDD
Notes: Pues... básicamente que esto está ambientado antes de
One Shot (fic de
kimjoonmyeon) y que lo escribí para ella, y por fin lo acabé. Y nada... que no lo leáis mejor, que es un asco xD Btw... siempre es recomendable leer antes One Shot... just saying, you know...
Things Are Goin' Crazy All The Time
Estaba muerto de cansancio. No había parado en todo el día desde que Yongguk abrió el garaje entre facturas y cableados de coches demasiado delicados y caros… sobre todo caros. Fue por eso que, cuando subió completamente decidido a dejarse caer en su cama, se sorprendió de verle apoyado en la pared de su habitación. No sabía por dónde podría haber entrado, después de todo sólo Yongguk y él tenían la llave para entrar en el apartamento que compartían y no creía que el otro le hubiese dejado entrar así como así a esa hora de la noche. Observó cómo se separaba de la pared después de darse un pequeño impulso con las manos y le miraba con la cara seria, sus ojos estudiando atentamente los lentos movimientos que realizaba, casi imperceptiblemente, cuando se ponía nervioso. Porque sí, sentía una emoción bullendo dentro de él, apoderándose de todos sus nervios por la imagen del semidesnudo pecho de Joonmyeon.
Sin darse cuenta se lamió el labio inferior, inconsciente de la fija mirada de Suho sobre sus labios y la pequeña sonrisa que se extendió en los de él. La estampa frente a él no se adaptaba a la que normalmente veía en las carreras ilegales en las que solían correr de vez en cuando. Ahí Suho siempre iba tapado, casi sin mostrar nada de piel, pero frente a él estaba vestido simplemente con unos viejos vaqueros y una sudadera abierta y con la capucha puesta, sin pudor alguno. Eso sólo lograba que esa atracción que siempre había sentido por el otro se acentuase todavía más y que sus dedos cosquilleasen por la impotencia de no poder recorrer esa piel descubierta. Si Yongguk lo viese en ese momento sonreiría con mofa, divertido con la situación de ver a Himchan conteniéndose para no dejarse llevar por el deseo que había estado reteniendo por ese niño rico de Gagnam.
Ni siquiera le dio tiempo a preguntar qué hacía ahí cuando notó el roce de los labios de Joonmyeon en su oreja, dejando escapar una ligera brisa de aliento cuando le soltó el “te estaba esperando” que logró que un escalofrío recorriese por completo su columna. En ese momento se llegó a plantear si todo aquello no sería producto de su imaginación. Que todo era una de esas fantasías que tenía por las noches, después de despedirse de Joonmyeon en las carreras, todo su cuerpo alterado por observar las pequeñas manías que realizaba éste sin darse cuenta mientras hablaba con Yongguk o con alguno de ellos.
Solo escuchar esas tres palabras logró que su autocontrol se perdiese en algún punto en el corto camino hasta su cama, a la cual empujó el firme cuerpo de Suho sin reparo alguno, ansioso de marcar esa nívea piel que tantas tentaciones le habían provocado. Se lanzó sobre el cuello del otro con la clara intención de comenzar por ahí, de quitarse la cosquilleante sensación de sus labios, de sentir con su lengua la cremosidad de esa piel.
Clavó sin mucha fuerza sus dientes con la clara intención de que a la mañana siguiente Joonmyeon recordase perfectamente que lo que iba a suceder, aquello que Himchan tanto había ansiado, había pasado realmente y que no había sido un sueño. O más que para Suho, el recuerdo era para él. Porque poder observar el lampiño pecho ascendiendo y descendiendo según el aire entraba y salía, poder sentir la piel de sus manos recorrer los costados de ese cuerpo que tanto había deseado, poder escuchar los ligeros gemidos que escapaban de los labios rojos -por mordérselos- de Joonmyeon era algo que no podía, ni quería, dejar de hacer nunca. No ahora que sabía lo que era poseerlo. No cuando tenía la certeza de que por fin esa noche haría realidad el mayor anhelo que tenía. Conseguir que Kim Joonmyeon gimiese bajo él y esos rasgos tan perfectos se modificasen mostrando un placer indescriptible. El placer que él pensaba darle adorándole como se debe hacer con un ser tan perfecto como el que tenía bajo sí.
Ascendió por la yugular para después continuar repartiendo pequeños besos por la mandíbula hasta llegar al mentón, donde depositó un ligero beso antes de apoderarse del maltratado labio inferior entre sus propios dientes, impidiendo que siguiese siendo torturado. Lo lamió lentamente antes de introducir su lengua en la boca del otro y pelearse por el control del beso. Incluso centrado como estaba en el beso errático y sin sentido que estaba compartiendo con Suho, Himchan notó las pequeñas manos de éste colándose bajo la camiseta que llevaba puesta, acariciando su espalda con las uñas ligeramente, erizándole la piel.
Aquel gesto simplemente consiguió que quisiese deshacerse por completo de la molesta ropa con mayor presteza que antes. Así que sin pensarlo mucho, y estando como estaba encima de Joonmyeon, se irguió un poco todavía besándose con él y arrastrándolo consigo, para poder deshacerse de la sudadera que llevaba Suho. Para él lo único que urgía era satisfacer al otro, ni siquiera pensaba en sí mismo. No ahora que por fin podía sentir aquel cuerpo junto al suyo. No después de tantos meses desesperándose, observando cada nimio detalle, enamorándose perdidamente de Joonmyeon. Porque sí, lo había tenido claro desde el principio, aquello no era simple atracción, aunque pareciese lo contrario. Por eso no se había atrevido a dar un paso en dirección a Suho, ni siquiera cuando Yongguk le picaba diciéndole que se lo robarían por cobarde. Y ahora, verle ahí, suspirando por sus caricias, con los ojos entreabiertos nublados por el deseo, sólo lograba que quisiese dejar todo por complacerle.
Sus manos continuaron vagando por el cuerpo de Joonmyeon, deteniéndose en aquellos puntos donde el otro gemía más agudamente sólo por el placer de escuchar aquella maravillosa voz volviéndose cada vez un poco más ronca. Himchan no pudo evitar besar aquella pequeña y casi imperceptible cicatriz en el ojo derecho que le había llamado la atención desde el momento en que vio a Joonmyeon sonreír la primera vez.
Dejó que sus labios recorrieran la mejilla de éste hasta llegar de nuevo a los labios para deleitarse con ellos, disfrutando de los sonidos ahogados que salían de la garganta de Suho mientras una de sus manos acariciaba lentamente su vientre y la otra se deslizaba por uno de sus brazos. Percibía la impotencia del cuerpo bajo sí, era la misma que sentía él al notar las costuras de sus pantalones apresándole, pero quería llevar a Joonmyeon hasta el límite. Conseguir que llegara al punto sin retorno, que todo aquello no quedase como un vago recuerdo en su mente. No después de tanto tiempo deseándolo. Tanteó suavemente con sus dedos la zona de la cremallera de los vaqueros que Suho llevaba, todavía, puestos. Esperando por esa reacción justamente, por ese gemido lastimero que indicaba que estaba al borde del precipicio y que Himchan era el único que podía lanzarlo a él. Apartó su mano para después pegarse completamente al cuerpo bajo él, logrando que ambas erecciones hicieran fricción y que sendos jadeos escaparan de sus bocas. Aquello era más de lo que Himchan hubiera esperado, no era sólo la fricción entre ellos dos, era también el tejido áspero de los vaqueros sobre su piel, la sensación de calidez que se producía con el roce de ambos materiales entre sí. Era simple y llanamente que se trataba de Kim Joonmyeon lo que lograba que su cerebro dejase de pensar coherentemente y sus manos viajaran rápidamente para desabrochar los vaqueros contrarios para bajarlos lo justo y necesario para poder observar esa prominencia que le hizo relamerse los labios.
Era la primera vez que se le pasaba por la cabeza hacer eso, pero no le importaba si se trataba de él. Se apoderó de los labios de Suho por última vez antes de descender lentamente, pasando por el cuello, mordiendo el hueso de la clavícula, entreteniéndose con el ombligo hasta llegar a su objetivo. Sin embargo, antes siquiera de que su aliento rozase la erección de Joonmyeon, éste se apoderó de ella con una de sus manos mientras se tapaba la boca con la otra para silenciar lo mejor posible los gemidos que escapaban por sus labios. Aquello era incluso más de lo que su mente podía procesar en esos instantes. Esa no era una imagen que hubiera esperado ver nunca -o al menos no tan pronto. Se quedó observando, hipnotizado por los movimientos de esa mano hasta que la vio dejar su trabajo para llegar a su erección y comenzar a delinearla con sus dedos, logrando que un quejido escapase de su garganta y cerrara los ojos. Esa mano estaba logrando que llegara al límite y él no quería que Joonmyeon se quedase sin sentir esa sensación de increíble vértigo que se estaba apoderando de él a pasos agigantados. Apartando cuidadosamente con una de las suyas aquella mano que le estaba provocando ese efecto en él, se recostó encima del cuerpo bajo él para apoderarse lentamente de los labios de Suho. Tentándolos con su lengua, delineándolos con ésta, mordiendo sutilmente el labio inferior para después profundizar el beso que logró acallar ambos gemidos cuando sus erecciones friccionaron.
A ninguno de los dos le importaba que esa primera vez sólo se estuvieran rozando entre ellos, lo único que les interesaba era sentir esos estremecimientos que se provocaban el uno al otro. Saber que cada uno despertaba la pasión en el otro. Que el sentimiento era mutuo. Siguieron rozándose, repartiéndose besos hasta que notaron la inconfundible sensación de que iban a caer por un precipicio e, inconscientemente, mientras se besaban se agarraron de la mano como queriendo caer juntos a ese lugar al que tanto tiempo habían evitado llegar juntos.
♣♣♣
Cuando quiso darse cuenta el sonido de la puerta al ser cerrada le alejó completamente del recuerdo de esa primera vez que él y Suho compartieron la pasión que se provocaban mutuamente. Despertándole completamente del sopor que la película que estaba viendo con su pareja les había producido y haciendo que se fijara en Yongguk que acababa de llegar.
- ¿Ya has llegado? Qué pronto…