Fanfic: ¿Cómo empezó todo esto? Cap. III

Apr 26, 2010 15:57

Kurt está en el baño de damas tratando de tapar el horrible ojo morado que lleva. El maquillaje no es suficiente, y por más que Mercedes puso todo su empeño en ayudarlo les fue imposible.

Santana está allí y Mercedes está muy molesta por eso. Así que está aplicando más fuerza de la necesaria para aplicar la base de maquillaje en el párpado inferior. Kurt sabe que si no se queja, su bonito ojo derecho sufrirá las consecuencias.

-Mercedes, por favor…- casi suplica-Vas a dejarme tuerto si no tienes un poco de cuidado-

-Lo siento, nene…- le dice con un tono casi maternal. No puede negarle o reprocharle nada si su amiga le habla con ese tono-Es que no entiendo como puedes dejar que la novia del idiota que te golpeó este aquí- vuelve a decir en voz alta. Kurt sabe que lo hace solo para molestar a Santana

-Porque tú misma lo dijiste… es ella, y ella no fue quien me golpeó-

-Puck ya no es mi novio…- desliza la chica con un tono engreído, mientras solo demuestra su desprecio por lo que Mercedes dice.

-Claro… porque hoy no te estabas besando en la cafetería con él ¿No?-

-Soy una chica con necesidades…- declara la cheerio dejándolos sin argumentos.

Kurt miró a Mercedes y decidieron cambiar de tema.

-No puedo creer que te hayas atrevido a insultarlo de esa manera- le dice su amiga mientras le acomoda el flequillo de forma que el golpe quedara menos visible. No llegaba a taparlo, pero servía como elemento distractorio. Decide mirarse al espejo y ahoga el grito al ver como tiene su bello rostro.

-La próxima vez que me lo cruce no solo lo insultaré, si no que también lo golpearé- asegura, haciéndose una promesa a sí mismo. “Esto no quedará así”.

Había sido un caos. Cuando el profesor había desaparecido rumbo a la oficina del director, Kurt recién estaba cayendo en lo que sucedía. Su ojo derecho le dolía como los mil demonios, y el latido constante en su sien no lo dejaba pensar en nada más que hacerle pagar al idiota que lo había lastimado. Solo había podido levantarse y escapar del abrazo de Mercedes para enseguida correr detrás de Puckerman. Lo encontró en el pasillo central, a mitad de camino de la enfermería. Solo se había puesto enfrente de ambos jugadores y sin que le dijeran nada comenzó a gritarle todos los insultos que conocía, y que no lo hacían caer en la vulgaridad, hasta que sus amigas llegaron a su lado y tomándolo por las solapas de su abrigo lo obligaron a entrar al toilette más cercano.

Rachel había corrido a ver como estaba Finn y las chicas, Tyna y Mercedes, acompañadas por Brittany y Santan, habían comenzado a ayudarlo a tratar de tapar el desastre que era su rostro.

Y allí estaban ellas ahora, mirándolo con preocupación por la afección que su reflejo en el espejo mostraba. Su ojo estaba por completo morado, y ni todo el maquillaje del mundo podría ayudarlo a tapar ese golpe.

-Estoy bien, chicas…- deslizó con una sonrisa no queriendo preocupar más a sus amigas-Yo…- quería llorar, ¡diablos!, sentía deseos de llorar y lo haría si algo no sucedía.

-¡Ya despertó y está bien!- la puerta del baño se abrió con violencia dejando ver a Rachel con una sonrisa enorme, avisando que Finn había recuperado la conciencia. Sonríe, no puede evitar sentirse bien al saber que el chico al que ama está bien… a decir verdad tenía miedo de que le quedaran secuelas luego de los golpes que recibió por parte de Puckerman, pero dudaba que Finn pudiese ser más tonto de lo que ya era.

Era tan perfectamente adorable.

No pudo evitar salir del baño, caminar hacia la enfermería.

-¿A dónde vas Kurt?- escucha que Mercedes le pregunta a unos metros de distancia, aún sin salir del toilette.

-Iré a agradecerle a Finn lo que hizo por mí- contesta con una sonrisa, casi olvidando por completo el dolor en su rostro y lo terrible que debe verse con su ojo morado, pero solo quiere ver a Finn.

Llega a la enfermería y golpea con sutileza, cuando le dicen que pase abre la puerta y se adentra en la habitación blanca. Maldito cliché de lugares de atención médica. Aunque la verdad su cuarto estaba pintado de blanco, pero no perdía la calidez gracias a los detalles que el mismo le daba y que lo volvían una habitación muy acogedora… no como esta triste sala en la cual solo sentía deseos de suicidarse.

-Buenas tardes, quería saber cómo se encontraba Finn Hudson y si podía pasar a verlo-

-Pasa, querido. Acaba de despertarse, está por allí- deslizó señalándole el lugar más alejado de la habitación-¿Puedes hacerme un favor?- le preguntó amablemente, Kurt no tuvo más opción que aceptar-¿Podrías quedarte un rato con él mientras voy a ver a Puckerman que está en la dirección?- al escuchar ese apellido un enorme escalofrío le recorre la espina.

No sabe por qué es, solo sabe que es una mezcla de odio y de miedo, pero no puede hacer nada por evitarlo, así que no va a luchar contra ello. Solo pone su mejor sonrisa y con un gesto de su cabeza asiente.

-Será un placer, vaya tranquila- le dice con su característica amabilidad. Mientras comienza a acercarse al lugar que le indicaron.

Cuando llega no puede hacer más que taparse la boca para tratar de no emitir el grito de desesperación que quiere escapar de su garganta. Ve las secuelas de los golpes que recibió. La verdad que debería reírse por lo que le sucedió a él, un simple manotazo en un ojo cuando Puckerman lo empujó. Es verdad, le había arruinado el rostro y le había hecho ver las estrellas… no quería imaginarse lo que estaba sufriendo Finn.

-¿Estás bien?- le pregunta el muchacho recostado en la camilla, sacándole una sonrisa.

-¿Tú me preguntas a mí si me siento bien?- inquiere sarcásticamente mientras se acerca unos pasos y toma asiento en la camilla en la que está Finn. Podría haberlo hecho en la silla que está al costado, pero la verdad, adora sentir la cercanía del muchacho que ama como para perder esta oportunidad.

-No es algo que no pueda soportar, Kurt…- le responde con la voz rasposa, pero una dulzura increíble. ¡Diablos! ¿Por qué tenía que ser tan perfecto? Lo habían molido a golpes y se preocupaba por él-Además, luego de los partidos suelo terminar peor- agrega con una sonrisa afectada, comenzando a toser con fuerza. Kurt se pone de pie inmediatamente y busca un vaso con agua. Pasa su brazo por detrás de la cabeza de Finn y la levanta un poco, solo para acercarle el vaso a los labios. Siente la necesidad de jadear al ver esos labios que tanto adora abrirse para recibir el agua en pequeños sorbos-Gracias- le dice mirándolo a los ojos y sonriéndole con ternura.

-De nada, Finn… es lo menos que puedo hacer por ti- agrega con un suspiro que no puede evitar lanzar mientras se vuelve a acomodar al costado del torso del muchacho-Es lo menos que puedo hacer por ti…luego de lo sucedido- explica bajando su vista.

-No te preocupes, no es nada…-

-¡¡Perdiste la conciencia, Finn!!- le grita con miedo, como si solo imaginar perder al chico a quien ama en secreto puede llegar a desgarrarle el alma-Podría haberte pasado cualquier cosa-

-Pero no fue así. Estoy bien. No fue la gran cosa, Kurt- asegura con una voz tranquila. Solo puede mirarlo y sonreírle.

-Por dios, Finn… esa bestia casi te mata- asegura mientras coloca su mano derecha en una de las heridas de la barbilla del otro joven. Nota que el chico tiembla y se remueve, aleja la mano y trata de disimular ese lapsus de honda preocupación y por completo falta de control que lo atacó.

-Ya hemos tenido nuestras peleas con Puck…- plantea casi sin preocupación por lo que Kurt se sorprende- Nunca hemos llegado a este punto, es verdad, pero nos hemos agredido… nos conocemos desde hace demasiado tiempo y nuestra relación no es todo miel sobre hojuelas, Kurt…- le explica con una sencillez que él no sabe como tomar. Ve la cara de sorpresa que pone de repente-¿Te lastimó?- le pregunta con rabia, mientras ve como Finn eleva su brazo y coloca la mano en su barbilla para poder ladearle un poco el rostro y que su ojo amoratado quede a la vista. Solo asiente con la cabeza-¿Te duele?- le pregunta mientras usa la otra mano libre para acariciarle esa parte de la cara.

Quiere gemir o jadear… no sabe que es lo que quiere hacer, pero necesita hacerlo. Finn está siendo muy dulce y atento y sus acciones lo confunden. Siente su piel hervir, como si una corriente eléctrica traspasará su columna e hiciera que todo su cuerpo sufriera una agradable hoguera.

-¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué te arriesgaste?- le pregunta sin pensar, tratando de ocultar la excitación que corroe cada centímetro de su cordura. Necesita una respuesta, necesita saber por qué diablos Finn se expuso de esa manera-Podría haberte provocado algo serio-

-No lo sé, Kurt… solo lo hice- desliza bajando la vista, pero no soltando su rostro

Kurt no puede evitar sentir una calidez extrema, Finn se preocupa por él, es importante para Finn, de una manera u otra eso le da satisfacción. Porque no importa cual sea ese modo en que significa algo, solo sabe que no puede hacer más que sentirse muy feliz por ello…

Y no lo piensa, solo sigue esa maldita calidez que lo embarga todo y nubla su cerebro, solo son unos segundos en que su cabeza se desconecta del mundo y cuando sus neuronas vuelven a hacer sinapsis, siente como sus labios están contra los de Finn. Se sorprende, abre los ojos y no sabe que hacer. No hay reacción por parte del otro joven, así que solo se limita a ver hasta donde puede llegar por más que sabe que es un suicidio, por más que sabe que es una locura. No puede evitar presionar más sus labios contra la otra boca, sintiendo la calidez de la tierna y suave carne de esos labios. No sabe como seguir, es su primer beso, pero actúa por instinto, no por nada practicó con la curvatura interna de su codo, así que separa sus labios y desliza su lengua hasta que siente la piel de Finn. Gime, casi extasiado ante la corriente eléctrica que lo recorre por entero, usa su lengua para lamer todo el contorno de esa boca que lo excita hasta el hartazgo. Vuelve a jadear con una fuerza que al mismo lo sorprende, como si algo se destrozara internamente por la sacudida que las sensaciones le están causando…

Y siente unas enormes ganas de llorar… siente un tremendo deseo de esconderse en el hoyo más profundo que pueda encontrar y nunca más volver a salir.

Finn no le está respondiendo.

Se separa. Ve los ojos abiertos e impresionados del otro joven. Y solo allí cae en la magnitud del error que cometió, no podía ser más tonto. No podía haber cometido un error más grande que ese. Se aleja como si el cuerpo de Finn quemara, y casi cae de la camilla si no fuese porque pudo sostenerse a tiempo de las mantas que cubrían a su amigo.

-Y-yo… Finn…- no sabe que decir ¿Qué rayos se puede decir en una situación así?-Perdóname…-

Finn tiene grabado el estupor en la cara, mucho más que de costumbre. No puede reaccionar, parece que estuviese a punto de desmayarse otra vez.

-Kurt…- la lástima que se puede escuchar en la voz de Finn lo destroza, lo hunde. Podría haberlo insultado y realmente él podría armarse y seguir adelante, pero que el chico que quiere sienta lástima por él lo rebaja hasta el infierno.

-Yo… Finn, por dios, lo siento… yo no quise… fue un impulso, un error- no sabe como seguir su disculpa, pero cuando ve como el muchacho frente a él solo atina a levantar el dorso de su mano y limpiarse los labios siente que su mundo se viene abajo.

Era su primer beso… y no solo no se lo respondieron, sino que abiertamente se lo rechazaban. Sus ojos se nublaron enseguida, pudo sentir el escozor en su nariz y estaba a punto de comenzar a derramar lágrimas, así que decidió darse la vuelta, susurrar un último “lo siento” y salir de allí antes de empeorar el ridículo que había cometido.

Sus pasos eran rápidos y grandes, como si quisiera salir corriendo de allí y dejar todo atrás, la distancia se le hicieron kilómetros. Se cruzó con la enfermera que justo entraba a la habitación, la saludo con un movimiento de su cabeza, sintiendo que si solo abría la boca para decir una palabra, la angustia que le atenazaba la garganta afloraría y rompería en un llanto desgarrador.

Salió de la enfermería dando un portazo, no que quisiera hacerlo, pero las manos y todo el cuerpo le temblaban tanto que no había podido controlarse y medir la fuerza utilizada. Sentía sus piernas débiles, como si en cualquier momento fuese a caer de rodillas al suelo. Apenas pudo caminar unos pasos mientras se sostenía contra los casilleros de la pared. Llevó su mano derecha hasta su boca, mientras tomaba un hondo respiro y dejaba que la angustia que atenazaba su garganta y oprimía su pecho se liberara con toda su fuerza.

Sintió sus ojos arder debido a las lágrimas, su garganta le ardía y la sensación de sentirse patético y perdedor le llegó como nunca antes. Había arruinado todo, era su primer beso, algo que debía ser especial, algo que debía ser memorable y recordarse para toda la vida. Algo que anotar en su diario intimo, una sensación que debería servir de base para todo lo que vendría después…

Y para él era una de las experiencias más traumáticas y horribles de toda su vida.

Había dado su primer beso a la persona que amaba y esta lo había rechazado. No podía ser peor, no podía ser más horrible.

Pero siempre el destino está para hacernos ver que no podemos estar equivocados… porque cuando ladea un poco la vista y la centra cerca de la puerta de la enfermería, allí donde le habían hecho pasar la humillación de su vida, lo que ve lo hace sentirse peor.

Puckerman está apoyado en la pared, mirándolo de una manera extraña y que no puede descifrar. Quiere decir algo, cualquier cosa que mitigue un poco su patética actuación, pero las palabras se le atoran en la garganta.

Escuchar la risa de Puckerman lo saca de quicio. La sangre le hierve y tiene deseo de golpearlo como nunca golpeó a nadie, pero solo baja la vista sintiéndose por completo derrotado.

-¿Lloras por tu “Príncipe Azul” lastimado?- le preguntan con una total burla-Hoy llegó en su corcel blanco y salvó a la linda princesa rubia ¿Verdad?- sigue con su estúpido discurso.

Va a quejarse, está a punto de gritarle de todo, todo eso que no le pudo decir antes, y todo eso que se calló y no le dijo a Finn. Solo quiere liberar su ira. Cuando quiere darse cuenta, otra vez había actuado impulsivamente y había empujado a su compañero de coro, haciendo que golpeé uno de sus hombros contra los lockers que estaban al costado.

Supo que había cometido un enorme error cuando sintió las manos de Puck sobre sus hombros y como lo estrellaban contra la pared. Su espalda resintió el golpe, y emitió un ligero grito.

Nunca, en su vida había sentido tanto terror, y esta vez era verdad…los ojos de Puckerman brillaban como nunca lo habían hecho, no era satisfacción, no era odio, ni siquiera era molestia o enfado… era todo eso junto. Y el pánico le recorrió el cuerpo, como si desde su espina dorsal naciera un pequeño cúmulo de terror que se expandiera hasta la última célula de su cuerpo.

Quiso comenzar a llorar, pero nunca se había detenido, las lágrimas por la humillación sufrida con Finn nunca habían dejado de caer… el flujo de lágrimas se incrementó y solo pudo paralizarse cuando Puck lo miró a los ojos y puso ambas manos al costado de su cabeza para dejarlo sin escapatoria.

-Escúchame, princesita…-le desliza con una voz siseante que destruye todas sus barreras-Por tu culpa estoy al borde de la expulsión…-

¿Por su culpa? Perdón ¿En algún momento él le dijo a Puckerman “Ven a golpearme”? Porque la verdad no lo recordaba.

-No es mi culpa…-empieza a decir, pero cuando una fuerte mano toma su barbilla y aprieta con fuerza solo puede callarse y tratar de soportar lo que su compañero vaya a hacerle.

Lo ve ladear el rostro y acercar sus labios hasta su oído derecho.

-Lo es… te advierto una cosa…- puede sentir el cálido aliento golpearle la mejilla y el oído. Siente como el terror se intensifica logrando que su cuerpo se paralice y su respiración se acelere. No sabía que le estaba pasando, pero necesitaba que terminara ya.-No te cruces más en mi camino, ni en el de Quinn… porque me importara una mierda que me expulsen- le dice en un susurro que hace erizar cada bello de su nuca.

Cuando lo sueltan y Puckerman se va cruzando el pasillo, sin ir a la enfermería como al parecer iba a hacer antes de atacarlo, solo puede respirar en paz y dejarse resbalar por la pared, cayendo sentado al piso. No le importó que su costoso pantalón blanco pudiera ensuciarse.

No comprendía que era lo que había sucedido. Solo sabía que su cabeza era un caos y que lo sucedido con Puckerman había borrado por un momento el terrible hecho con Finn…

No quería pensar que significaba eso.

Continuará…


Espero que les haya gustado el capítulo!!! Como vemos, empieza con pequeños pasitos la acción... así que en breve se vendran las cosas lindas XD

Gracias por leer!!!!

glee; fanfic; puck/kurt

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