Las cosas como deben ser. Parte II

Feb 03, 2010 20:18

Título: Las cosas como deben ser

Fandom: Glee

Pairing: Puck/Kurt (según un amigo es Kuck, pero me suena tan mal y con doble sentido que me niego a llamrlo así XD)

Rating: NC-17

Warning: Lemon, lemon y creo que un poco más de lemon... algo de P0rn, y un poco más de lemon y creo que no me olvido de más nada... ah, sí!!!!! Lemon!!!!! XD


Kurt no entendía a lo que Noah se refería, y la verdad que su cerebro no estaba para procesar nada mientras la mano del mayor comenzaba a luchar para desabrochar sus pantalones.

-Por favor, Noah… no…- jadeaba tratando de frenar eso que sucedía sobre su cama. Pero al ver como Puck se medio incorporaba sobre él para poder sacarse la camisa a cuadros y la musculosa negra que llevaba para luego desbrochar los jeans gastados no pudo hacer más que abrazarse a ese perfecto cuerpo, apoyando su mejilla derecha sobre los pectorales de Noah, y sus manos tocando cada músculo de esa perfecta espalda como si no hubiese más de donde asirse.

-Eres mío…- repitió Puck en un tono firme.

Kurt sintió como los labios de quien fuese su amante atrapaban su boca de una manera demandante. Nunca nada entre ellos era dulce, no podía ser dulce porque no se amaban, solo era sexo. Y ambos lo sabían, y Kurt lo sufría.

Respondió con pasión y desespero, con ansias, con fuerza, sin importarle que su cabello se despeinara, su piel se raspara contra la barba apenas crecida de su amante o su apariencia fuese un total desastre. Necesitaba quitarse de encima toda la maldita furia que mantenía contra Noah y eso fue lo que hizo. Clavó sus uñas tan profundo como pudo en la carne de su amante, escuchándolo emitir un doloroso quejido que le produjo satisfacción, como si fuese una sutil venganza. No se esperó que su boca fuese tomada por asalto otra vez, como si el mayor aceptase cualquier cosa por su parte. Sintió como sus labios eran mordidos, lamidos y besados con ansias, y él volvió a responder, abriendo su boca, permitiendo que la lengua de su amante explorara con maestría su húmedo interior.

¿Con cuantas mujeres habría estado y obtenido experiencia Noah para conseguir deshacerlo solo con sus besos? Porque él estaba decidido a echar a patadas a ese maldito cerdo cavernícola que solo le traía dolores de cabeza, pero ahora no podía dejar de gemir al sentir como esas benditas manos solo masajeaban sus glúteos como si la vida se le fuese en ello, y solo porque no tenía conciencia más que para procesar las distintas sensaciones que su amante le prodigaba.

Sintió esos besos mudarse hacia su barbilla y su cuello, marcando y mordiendo su piel.

-No, no me marques…- pidió mientras trataba de alejar a Noah de su cuello, pero sintió como sus muñecas eran tomadas con fuerza nuevamente, impidiéndole moverse.

-¿No quieres que te marque?- Kurt sentía la punta de la lengua de Puck acariciar su cuello, era como si la maldita piel se quemara ante el contacto, y él solo pudiera gemir por ello.

-No…-

-¿No quieres que él vea tus marcas?- y Kurt no pudo preguntarse a que diablos se estaba refiriendo Noah porque este ya estaba marcando su piel con más ansias mientras de nueva cuenta lo obligaba a tirarse contra el colchón.

-¿De qué hablas?- preguntó entre gemidos, sintiendo sus muñecas ser soltadas con un gesto de desagrado, mientras el nuevo objetivo de su amante eran los pantalones que llevaba-Ten cuidado que son…-

-De algún jodido diseñador, lo sé, Kurt- aseguró mientras comenzaba a alejarse de ese menudo cuerpo para dejarlo solo con la camisa y la ropa interior.

Agradeció que le sacara los zapatos y los calcetines. Era tan antiestético estar semidesnudo y con los calcetines puestos que no podría estar tranquilo, y eso ya había sucedido antes y por eso Noah había tenido el detalle de sacarlos, al igual que cuidar los pantalones, estaba estrenándolos y no quería que los rompieran.

--Eres peor que una mujer-

Para Kurt era obvio que Puck solo quería verlo enojarse, pero no podía evitar sentir esa maldita ira cada vez trataba de lastimarlo. Estaba acostumbrado a los sobrenombres, a los granizados y a los viajes al basurero, pero porque eso no se lo hacían a él, sino a lo que representaba, ya que si no lo encontraban alguien de seguro ocuparía su lugar. Pero allí, en la cama, a medio desnudarse, eran solo ellos dos, y Noah buscaba herirlo a él.

Se revolvió tratando de desembarazarse de ese enorme, sudado, fantástico, musculoso y perfecto cuerpo… pero cuando sintió como una mano se filtraba bajo la camisa para ir a tocar sus tetillas tuvo que jadear con fuerza y morderse la lengua para no mostrar cuanto le había gustado.

Al parecer Noah no podía soportar más ya que los botones de la camisa saltaron por los aires cuando la rompió de un certero tirón. Kurt no pudo gritar siquiera o quejarse por ese motivo porque sus labios otra vez estaban siendo devorados con ansias.

Se abrazo a la espalda de su amante, abriendo sus piernas para que Noah se acomodara allí, sentir su pecho en contacto con la caliente y tostada piel del mayor era lo más parecido a la gloria. El metal del piercing en la tetilla de Puck estaba ardiendo y eso se debía al calor que sus pieles emitían y Kurt no pudo evitar lanzarse a besar ese adorno dorado que destacaba en la tersa piel de su amante.

Noah emitió una enorme cantidad de gemidos, Kurt era el único que le hacía ese tipo de cosas, las chicas o mujeres con las que estaba siempre pasaban a lo bueno de una vez sin preocuparse de excitarlo al máximo. Pero el joven era tan servicial y se preocupaba por prodigarle placer que no podía hacer más que tratar de retribuírselo.

Tiró con sus dientes del piercing, mientras sus manos se dirigían al pantalón entreabierto de Noah, metió una de ellas dentro notando que como la mayoría de las veces no había ropa interior, consiguiendo un contacto pleno con el miembro duro y caliente que allí aguardaba por sus atenciones. Empujó a Puck hasta dejarlo sentado y comenzó a acomodarse sobre él, besando las abdominales y el vientre marcado del mayor… sonrió como símbolo de victoria al ver como Noah se quitaba lo que le quedaba de ropa con desesperación hasta quedar por completo desnudo.

-No mereces que haga esto por ti…- deslizó Kurt con un mohín entre avergonzado y altanero, siempre le daba algo de pudor tener a Noah por completo desnudo.

-No me hables así en estos momentos… adoro tu maldita voz…- aseguró. Y Kurt lo sabía, porque Puck se lo había dicho. Le había confesado que su voz lo excitaba, que su tierno y casi aniñado tono de soprano conseguía ponerlo duro en solo unos segundos.

-Vete al diablo…- y hubiese querido seguir insultándolo, pero Noah había hundido los dedos en su cabello y lo había empujado contra su entrepierna, obligándolo a callar la boca y usarla para algunas cosas un poco más placenteras. Kurt pensó en quejarse, pero a decir verdad, volver a sentir ese sabor luego de más de un mes de estar separados era lo más cercano al cielo que estaría. Y se dedicó de lleno a eso, usando sus labios y su lengua para practicarle una felación que Noah no podría olvidar, aún no tenía suficiente práctica, pero sabía lo que le gustaba al hombre frente a él.

Comenzó a mover su cabeza de manera rítmica, buscando escuchar más de esos jadeos que Noah emitía. Apoyó sus manos en los muslos de su amante y sonrío al sentir la tensión en cada músculo de esas perfectas piernas. Jugo con los testículos duros, y se movió de arriba abajo, humedeciendo todo esa extensión de piel sensible y dura carne. Se detuvo en el glande, dejando caer un poco de saliva allí para luego pasar su lengua sobre la hendidura del glande, captando en la punta las primeras gotas saladas que lo hicieron gemir. Engulló con ansias de matar de placer a su amante.

-Así cielo… más adentro…- exigió mientras forzaba un poco más, sintiendo la queja de Kurt inmediatamente, lo soltó para ver como este se separaba de su miembro, mirándolo con fastidio. Pero Noah solo pudo quedarse mirando los rojos, húmedos e hinchados labios que el más pequeño exhibía para él.

-Vuelves a hacer algo parecido y te juro que usaré los dientes…- prometió en un tono enfadado que fue diluyéndose a medida que sus ojos volvían a perderse en ese escultural cuerpo. A veces se avergonzaba de estar desnudo frente a él, pero había momentos en los que Noah lo miraba con tanta adoración que él no podía hacer más que sentirse halagado y sonrojarse por completo.

Y ese era uno de esos momentos. Así que solo se recostó sobre ese musculoso pecho y escondió su rostro contra la piel de Puck.

Los besos se reanudaron, siendo esta vez mucho más salvajes porque eran la antesala de lo que iba a suceder. Sería como una enorme reconciliación luego de la crisis de un mes que habían tenido. Y Kurt se pateó mentalmente mientras se giraba para quedar de cara a la pared, ese sería su estúpido castigo por pensar cosas estúpidas… no eran una pareja, por eso no podían tener crisis y por eso no podían tener reconciliaciones. Las ganas de llorar se hicieron insoportables, pero tuvo que retenerlas ya que sintió el pecho duro y trabajado de Noah contra su espalda y las manos poderosas estaban en su cintura, jugando con el elástico de su ropa interior, mientras deslizaba la prenda hacia abajo.

-Me encantan tus caderas…- la voz de Noah sonaba tan caliente que Kurt solo pudo gemir en respuesta, mientras mordía sus labios con fuerza debido a lo que esas manos estaban haciendo en su cuerpo. Se removió con fuerza cuando le pidieron ayuda para desenredar de sus muslos ese maldito trozo de tela que se negaba a salir-Me provoca morderte hasta hacerte sangrar, baby-

Kurt sintió como lo estampaban contra la pared, y solo pudo sostenerse del cabecero de hierro de su cama, mientras Noah se restregaba con fuerza contra su cuerpo. Sentía ese enhiesto miembro colarse entre sus glúteos, mandándole cientos de mensaje distintos a su cuerpo, pero el hilo conductor de todas ellas era el placer inigualable. Se vio obligado a abrir la boca, cuando tres dedos empujaron contra sus labios. Lamió, humedeció y besó esos dedos como si el alma se le fuese en ello.

Para Puck ver la lengua de Kurt jugar con sus dedos, notar esos labios moverse como si estuvieran deleitándose con otra cosa y no solo con sus falanges era demasiado obsceno. Por que el chico tenía la apariencia de un maldito ángel, pero en realidad era un demonio lujurioso que solo se mostraba con él.

El pateador solo sintió como le sacaban de la boca su entretenido juguete, obligándolo a bufar en resignación, pero cuando sintió como uno de esos dedos marcaba una línea húmeda, descendente, desde su nuca hasta su cintura no pudo hacer más que gemir y restregarse contra la pared tratando de calmar en algo el calor que su cuerpo estaba sintiendo. Cuando sintió como los dedos de Noah comenzaban a ingresar en su cuerpo de una manera lenta pero certera no pudo hacer más que cerrar los ojos y tratar de no gritar cuanto había extrañado todo eso.

-¿Me sientes?- la voz de Noah caía justo sobre el oído de su amante, emitiendo cientos de descargas que hacían al chico revolverse buscando más-Yo te siento, cielo… lo hago… tan estrecho y caliente como me gusta…-

-Hazlo de una vez…- exigió con orgullo, dando a entender que no estaba dispuesto a rogar ni nada, pero sabiendo también que su impetuosa personalidad excitaba, y mucho a Puck.

-¿Así se lo pediste a él?- preguntó con sorna, hundiendo más profundo sus dedos y moviéndolos a una velocidad mayor.

-¡¿Quién es él?!- gritó medio girándose y tratando de alejar a Noah, pero solo recibiendo que lo apretaran más contra la pared y lo obligaran a separar sus piernas para que su amante pudiera acomodarse mejor.

-Te vi hablar con él…-deslizó mientras tomaba su enhiesto miembro con su mano derecha y comenzaba a guiarlo entre esas dos dunas de tierna y firme carne que era el trasero de Kurt- muy meloso…-aseguró con cierto resquemor mientras comenzaba a acariciar con su miembro esa pequeña porción del cuerpo de su amante que en breve le recibiría de manera abrigadora- sonriente…-la penetración comenzó, siendo dolorosa para Kurt quien solo podía arañar la pared, no teniendo tiempo, ni ganas, ni fuerza de llorar por su destruida manicura- coqueteándole…- y de una certera embestida, Puck se enfundó por completo en el caliente y estrecho interior de su amante.

-Eres una bestia- jadeó en medio del dolor y la excitación por sentir tan a dentro a su amante.

-Y te gusta… sé que te gusta…- aseguró mientras separaba un poco ese delicado y sensible cuerpo de la pared para acariciar el pecho y el vientre que se encontraban al descubierto solo para él. Rozó las tetillas con ganas, escuchando pequeños gemiditos cada vez que iba bajando hasta rozar la zona de máximo placer de su amante-Esto me dice que te encanta…- Kurt gimió en un tono tan alto cuando sintió su miembro ser tomado que Puck pensó que los cristales de todos los espejos que había en la habitación se romperían.

El joven no esperaba ese toque tan pronto, Noah solo lo tocaba de esa manera en el desenfrenado acto de buscar el orgasmo… pero esta vez lo estaba haciendo tan diferente de las otras.

--Él no va a conseguir esto, Kurt… él no sabe donde debe tocarte para provocar esos gemidos tan calientes…-

Y Para Noah era una tortura estar tan dentro de ese cuerpo y no poder moverse.

-¿Quién es “él”?- preguntó sin entender, entregado, ya sin ganas de luchar sino de sentir esas expertas manos entregándole todo el placer que su cuerpo pudiera necesitar.

-Finn…- Kurt nunca había escuchado ese nombre dicho con tanto odio y rencor. Pero la verdad que ya no podía pensar en nada más porque Noah había comenzado a moverse con tanta fuerza que si no apoyaba sus manos contra la pared podría salir lastimado.

Los gemidos eran demasiado audibles, Kurt rogaba porque su padre no llegara a casa temprano, porque sería verdaderamente terrible ser encontrado de esa manera. La otra opción sería tratar de disimular sus gemidos, ahogarlos, acallarlos… pero le estaban dando un placer tan violento y lujurioso que esa alternativa era descartada por completo.

-Noah… dios, Noah, así- gemía víctima del caliente cuerpo que se acoplaba al suyo a la perfección.

-Lo sé, baby…- aseguró, tratando de morderse la lengua y de no gemir tanto como su ser lo pedía. Ese muchacho era tan sensual, tan explosivo bajo esa máscara de pura frigidez y elegancia. Kurt era caliente, mucho más que Santana, y era dulce, mucho más que Quinn y tan seguro de si mismo que podría hacerle sombra a Rachel… y su piel, tan suave, lozana, pálida… en nada parecida a las de esas mujeres mayores que calentaban su mente hasta no hacía mucho.

-Él…Finn- empezó Kurt tratando de explicarse, pero al sentir como Noah se separaba de su cuerpo y lo obligaba a acostarse en la cama sobre su espalda, pensó que había cometido un error. Tendría que haber esperado a terminar lo que estaban haciendo.

Puck no había podido evitar sentir como los celos bullían en su vientre, necesitaba asegurarse que Kurt estaba pensando en él y no en el idiota de Finn. Prefería pensar que su amigo era un idiota y no que él se había comportado mal. Siempre es mejor echarle la culpa a los otros.

-No quiero siquiera que lo nombres…- espetó mientras separaba los muslos de su amante y sin esperar a nada, volvía a unirse a él con una sencilla estocada. Ambos gimieron al sentirse nuevamente juntos.

Se quedaron así unos eternos segundos, hasta que Noah, cansado del dramatismo de la situación comenzó a moverse, primero solo eran leves movimientos de su cadera, que lo hacía sentir la enorme estrechez de su amante, pero luego eso solo le supo a poco y comenzó a moverse a un ritmo enloquecido, violento, sintiendo las uñas de Kurt lastimando su espalda y las piernas tonificadas del chico envolver su cadera. Hundió su rostro en el cuello del más pequeño, consiguiendo acceder a esa dulce piel que lo enloquecía. Mordió, succionó y logró enloquecer por completo a su amante quien no dejaba de gritar por más, notaba que el orgasmo estaba demasiado cerca.

La velocidad aumentó, y tuvo que gritar con fuerza casi hasta desgarrar sus cuerdas vocales cuando una certera estocada le hizo ver las estrellas. Y solo pidió por más, gritando el nombre de su amante

-¡Oh, por dios, Noah, oh por Dios!-

Puck se hubiese reído si no estuviese al borde de la locura. Se empujó contra ese punto una y otra vez, sosteniendo su peso sobre una mano para no aplastar a su amante, y con la otra llevándola entre sus cuerpos para poder apoderarse del pulsante miembro que era estimulado entre sus vientres. Fue tocarlo y escuchar el grito agónico que demostraba que el placer había llegado al punto máximo para Kurt. Sintió su mano y su abdomen ser manchados por la blanquecina y espesa esencia de su amante.

Kurt abrió con cansancio sus ojos, pidiendo una disculpa por no haber podido esperar a su amante. Sus ojos entre verdes y azulados se colgaron de esa mirada miel que le transmitía tanto.

-¿Qué esperas?- preguntó para que se moviera de una vez y pudiera tener su orgasmo, si bajaba por completo su excitación ya no habría forma de soportar esa tortura.

Y Noah se empujó, una y otra vez contra ese cuerpo, pero es que esos ojos claros le producían tantas cosas que con tres embates ya se había derramado por completo dentro del cuerpo de su amante.

Cayó laxo sobre Kurt, mientras el chico solo acariciaba su cresta y se deleitaba con las cosquillas que el pelo que estaba creciendo en la zona rapada le hacía en la palma de la mano. Lo sabía porque el mismo joven se lo había dicho cuando él le había preguntado que tipo de fijación tenía con su cabeza luego del sexo que siempre se la acariciaba.

-Finn está con Rachel, Noah…- explicó Kurt con un tono amargo en su voz, pero no pudiendo evitar que el adolescente sobre hormonado que el trataba de ocultar bailoteara en su mente al sentirse celado por ese pedazo de macho y semental que tenía entre las piernas.

-Lo sé…-

Kurt sintió la amargura en la voz de su amante. Algo estaba faltando, una pieza del rompecabezas estaba perdida para él.

-¿Por qué volviste a atacarme?- preguntó sin ningún reproche, resignado, solo tratando de comprender lo que sucedía.

-Porque te vi con Finn… te vi hablando, te vi mirarlo con idolatría y con esa sonrisa que no me gusta que pongas- todo era por celos, no era porque su amante lo odiaba por haberlo convertido en homosexual.

Sonrío. Él mismo trataba de convencerse que aún amaba a ese chico tonto y casi estúpido pero con un enorme corazón., Era dulce, sensible y muy atento. Nunca lo había vuelto a atacar y siempre tenía palabras buenas hacia él. Pero ahora él no era para Finn más que aquel con quien hacer consultas con respecto a su nueva novia, ya que era un chico con el que se podía hablar de igual a igual, pero a la vez se comportaba como una chica y se la pasaba con ellas, por eso las conocía tan bien. Supuestamente nadie debía saber que estaba saliendo con la estrella del Glee Club, pero Finn no podía ser más obvio.

Pero eso no era lo importante en ese momento.

¿Cómo explicarle a Noah que en su diario íntimo hacía meses que no había una entrada para Finn? ¿Cómo explicarle que todo se relacionaba con Noah, Puck, Puckerman, el Neanderthal o el maldito idiota que está consiguiendo enamorarlo?

¿Cómo se lo decía sin sonar estúpido o cursi?

Kurt no tuvo que hacer nada, ya que Noah lo estaba besando con ganas, bebiendo de sus labios la poca cordura que el chico aún pudiese guardar.

Más lo pensaba, más idiota se sentía.

Pero había algo mal en todo eso. Algo no cerraba, no podía terminar de comprender. Sabía que Puck le estaba escondiendo cosas.

-Dímelo de una vez Noah- exigió, con ganas de usar el apellido del chico para no comprometerse demasiado… pero estaban desnudos, unos obre el otro y podía sentir como el semen de su amante se deslizaba por sus muslos… llamarlo por su apellido sería por completo estúpido.

No recibió respuesta, solo un beso. Pero no apasionado, ni siquiera dulce, era amargo, sabía a hiel y a desesperanza, y mucho temor. Era un adiós sin palabras, era el fin de la idílica relación de amigos con derechos que habían empezado hacía un tiempo.

-Te usé, Kurt…-

-¿A qué te refieres?- preguntó mordiéndose el labio, sabiendo en su interior que no tenía que ahondar más en detalles.

-Cuando nos graduemos me casaré con Quinn… voy a cuidar de ella y de mi bebé…- aseguró con una sonrisa que por un lado demostraba alegría, pero que en el fondo, muy en el fondo dejaba vislumbrar un dolor insoportable-Yo solo quería alguien con quien pasar el rato antes de formalizar con ella… desahogarme-

Todo era tan irreal, la explicación era tan estúpida como quien la estaba diciendo.

-¿Fui yo?- preguntó Kurt, tratando que su voz no fallara-¿Yo fui ese entretenimiento?- inquirió con una sonrisa triste.

-Si… necesitaba alguien fácil, que no me diese muchos problemas…-

-¿Fácil?- nunca lo habían humillado tanto en su vida, y el historial de las humillaciones sufridas era enorme.

-Lo siento-

Kurt sentía como Noah se abrazaba con fuerza a su cintura, como si temiese dejarlo ir. Sintió como se acercaban y besaban sus labios con delicadeza, de seguro, Puck creía que iba a golpearlo. Notó el temblor en esos labios. Sintió como aguantaban las ganas de llorar y él no pudo hacerlo.

Rompió en un llanto silencioso que parecía provocar más dolor en Noah que en él mismo, porque sintió como ese enorme y musculoso cuerpo lo atenazaba en un abrazo protector.

--Lo siento-

-Vete… sal de mi casa…- aseguró con rencor, fingiendo un odio que no sentía. Pero era lo mejor para los dos-¡¡Vete!!- Tenía que aprender a odiar a Noah… porque la otra opción era aceptar eso que había nacido en su interior y él había tratado de negar hasta esa noche, y sí que no iba a soportarlo.

Se tapó el rostro con la sábana de su cama, arrepintiéndose al instante al sentir en la tela el aroma a sudor, a la colonia masculina de Noah, su propio perfume, el sexo y todo lo que habían compartido.

Escuchó al mayor vestirse con apremio y cuando notó las pisadas en la escalera que daba a la sala se permitió romper en un llanto desgarrador.

Acababa de decidir que odiaría a Noah Puckerman aunque perdiera su alma en ello. Destrozaría todo recuerdo amable, dulce o placentero con él para solo concentrarse en el maldito rencor que ahora lo corroía.

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Noah escuchó los lamentos que venían desde el sótano mientras salía de esa casa. Se había quedado unos minutos apoyado en la puerta cerrada de la habitación de Kurt, sintiendo su alma estrujarse ante cada quejido desconsolado que el chico dejaba escapar.

Pero no podía hacer nada más, no había manera de que las cosas fueran diferentes. Era el semental del colegio McKinley, todas caían a sus pies, pero ahora tenía una hija a la que cuidar, por la que velar. No podía seguir de fiesta y metiéndose entre las piernas de cualquiera…

Pero Kurt no era cualquiera… Kurt era único, era sensible, especial y con un corazón enorme detrás de ese ególatra y superficial muchacho que dejaba ver. Y él había caído a todos esos buenos atributos, y no había podido evitar ir más allá. Ya no tenía oportunidad de nada con él y por eso había actuado de esa manera.

Noah prefería que Kurt lo odiara con toda su alma, porque si quedaba algo de amor hacia él en ese chico, no volver a caer en sus brazos sería una misión imposible. Debía matar todo sentimiento bueno que el chico pudiese albergar para él.

Al final de cuentas, si Hummel lo odiaba, las cosas volverían a ser tal y como habían sido antes…

Tal y como debieron ser siempre…

Fin…

Ok... ese es el final del fic... bah, en realidad me gustaría ver si puedo segurlo un poco más, mostrando la visión de Noah y alguna posible reconciliación... por lo menos es algo que me gustaría ver XD

Desde ya, muchas gracias...

Y odio LJ, horas para hacer una maldirta entrada ¬¬

kuck, fanfic, puck/kurt, glee

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