30vicios #9 & #15

Oct 04, 2009 22:49

Autor: danybel // Danybel
Fandom: Kuroshitsuji
Claim: Ciel Phantomhive
Tabla: Leyes de Murphy
Tema: #09 - Hasta el agua sabe mal cuando se toma por prescripción médica.
Título: Sin titulo por los momentos
Resumen: Ciel está enfermo, pero tiene trabajo que hacer.
Advertencias: Un poco de Shonen-ai
Notas: La escritora en estos momentos está enferma y sabe por lo que sufre el pobre Ciel


Número 9

“Dije que no, y no es no.”

Sohma torció los ojos por enésima vez, cruzando de brazos, viendo al joven conde acostado en la cama con el rostro enrojecido por la fiebre. Agni tosió en su mano, recordando situaciones parecidas a la corriente, y Sebastian solo sonreía.

“Tienes que tomártela!” Sohma exclamó exasperado, su rostro sonrojándose con la rabia.

“Ya te dije que no me voy a tomar nada” Ciel trató de levantarse, pero su vista se nubló y sus brazos cedieron. Parpadeó una par de veces y vio a su alrededor, notando inmediatamente el rostro de su mayordomo, sonriente, al otro lado del cuarto.

Sohma suspiró y salió del cuarto, dejando la botella de medicina en la mesita de noche del menor. Agni se fue detrás de su amo y Sebastian, con la sonrisa plantada en el rostro, se acercó a Ciel y se sentó al borde de la cama.

“Tu-- No puedes sentarte así” Ciel tosió “Eres un mero sirviente”

“Deberías hacerle caso al Indio” Sebastian ignoró por completo las palabras del menor “Recuerda que tenemos mucho que hacer.”

“Me da igual” Dijo Ciel, cruzándose de brazos “Eso sabe asqueroso y mas nunca en mi vida me lo voy a volver a tomar.”

Sebastian suspiró, una de sus cejas subiendo y una sonrisa en su rostro. Ciel podía sentir el aura demoníaca de su mayordomo llenar la habitación, un escalofrío recorrió su espalda y algo en su cabeza le dijo que tuviese cuidado. Por supuesto, el niño ignoró toda señal de peligro -sin duda la fiebre lo estaba volviendo loco- y trató de relajarse nuevamente contra las almohadas, pero algo lo detuvo. Una mano, la de su mayordomo, lo tomó por los hombros y lo alzó nuevamente, y, sin avisar, lo besó. Los ojos de Ciel se abrieron como platos al sentir un líquido caliente pasar por su garganta y tosió. Sebastian se alejó con una sonrisa en los labios.

“¿Que demonios era eso?” Ciel tosió nuevamente.

“Agua.”

Se quedaron en silencio, Ciel con los ojos llenos de ira observando al demonio, y Sebastian sosteniéndole la mirada, sonriendo.

“Agua” Dijo Ciel a la final, mirando hacia otro lado

“Con azúcar”

“¿Y eso para que?” el niño sintió su rostro calentarse y lo culpó a la fiebre.

“Porque Sohma lo dejó aquí para que te la tomaras” Sebastian tomó el baso nuevamente “Ahora quédate quieto para darte el resto” Hizo ademán de llevarse el vaso a la boca antes que Ciel le ordenara detenerse.

“Yo solo puedo, gracias” Le quitó el vaso y se tomó todo el líquido de un solo trago; su garganta ardió y sus ojos se llenaron de lágrimas “¿Que demonios era eso?” Ciel le dio el vaso a Sebastian y se llevó la mano a la boca, tosiendo.

“Agua” Sebastian sonrió y justo en ese momento se abrió la puerta, Sohma entró con una pluma y varios otros objetos que Ciel no pudo identificar entre las lágrimas que aún nublaban su vista.

“¡Ahora si te vas a tomar la medicina!” el príncipe indio sonrió y se acercó a la cama, donde Ciel seguía sonrojado y mirando a Sebastian.

“Da igual” el conde dijo, dejándose caer contra la almohada, suspirando y pudo oír la risa del mayordomo, lo cual lo molestó mas que cualquier otra cosa en la habitación. Nunca en su vida había tomado una agua que supiese tan mal. Y Ciel estaba seguro que todo era culpa de Sebastian.

FIN

Autor: danybel // Danybel
Fandom: Kuroshitsuji
Claim: Ciel Phantomhive
Tabla: Leyes de Murphy
Tema: #15 - Use vestimenta apropiada y el papel se representa solo.
Título: Una Tarde con Nina
Resumen: Nina va de visita a la mansión
Notas: Nina es nueva, asi que no he visto imagenes de ella a color, pero sin duda es así como la describí que me la imagino.

Una Tarde con Nina

Nada le molestaba mas al joven Phantomhive que la mujer que tenía en frente. Nina Hopkins era -y siempre será- la mujer mas fastidiosa, escandalosa y extraña que conoció.
No solo se vestía de formas desquiciadas, usaba colores excéntricos y brillantes y tenía peinados extravagantes, también se comportaba como loca.

Ciel suspira cuando la mujer comienza a decir cosas que no le interesan, y voltea los ojos hacia donde se encuentra su mayordomo y sonríe. Es obvio que al demonio no le gusta la mujer, ya que sus cejas están fruncidas y sus labios son una fina línea que se tuerce un poco cada vez que la mujer habla.

Ciel sonríe de nuevo, y la mujer grita algo acerca de lo bello que pueden ser los niños y que tan bonito se vería usando un traje de colores pasteles al ver su sonrisa. La ceja de su mayordomo tiembla, y sus ojos se cierran hasta ser apenas una abertura, pero Ciel puede ver como el odio -no se le ocurrió una mejor palabra para describir la forma en la que el demonio veía a la mujer- se reflejaba en los rubíes que el otro tiene de ojos.

Nina lo cubre con telas y alfileres, sin cerrar la boca en todo el tiempo que lo hace. Sebastian hace un comentario y la mujer chilla, quejándose de la presencia del hombre, y éste sonríe, sabiendo que ha logrado molestarla, lo cual, extrañamente, lo hace feliz.

Varias horas después Ciel se queja de cansancio mientras Nina, ya completamente vestida como la mujer que es, se despide de todos -lo cual puede calificarse como abuso sexual en el caso de la mucama- y, con una última mirada a Ciel dice “Ahora si pareces el hombre que tienes que ser” y Sebastian, ya harto de la presencia de la costurera, le dice delicadamente que su carruaje la espera afuera.

Ciel suspira cuando la puerta de la mansión se cierra, y sin pensarlo, se voltea a ver en el espejo y sonríe para sus adentros. Nina Hopkins era sin duda la mujer mas extraña, fastidiosa y escandalosa que conocía, pero sin duda podía hacerlo lucir como el amo y señor de sus tierras y títulos, y gracias a eso podía presentarse frente a la Reina con orgullo, portando consigo el símbolo que lo señalaba como el Conde de Phantomhive; y luciendo como tal.

Fin

kuroshitsuji, 30vicios, fanfic

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