Nuestra Androginia en paternidad

May 09, 2011 15:59



" Al ir a la izada de bandera, puede observar a mi hijo e hija dentro de su desempeño escolar, especialmente supe descubrir mi propio desempeño como padre y comencé a entender mas acerca de mi masculinidad y feminidad tratando de equilibrarse dentro del si mismo, para alcanzar el estado de unidad en el Ser."

El ejercicio de la paternidad es un camino para llegar a descubrir nuestra androginia, al ser padre asumes la responsabilidad de cuidar a tus hijos-as y las maneras como lo haces expresan aquello de lo cual estas hecho. La paternidad va sensibilizando dentro del hombre la expresión de sentimientos y emociones, un caudal de sensaciones que no se ha presentido, ni la cultura muchas veces permite debido a las concepciones sobre el varón que tradicionalmente se nos han incubado.

Cuando un hombre se hace padre una sensación de paternidad se apropia de él, se vuelve más sensible a las necesidades del otro, empieza a sentir el sufrir y la alegría del otro, sus sentidos de percepción aumentan considerablemente hasta captar su alrededor en una alerta aguda especialmente hacia lo que tiene que ver con el estado y trato de los niños y niñas. Su maternidad masculina se abre paso indicándole que esta a portas de permitir que florezca en él la posibilidad de ejercer como hombre plenamente. Si se lo permite allí mueren los condicionamientos sociales patriarcales que le niega expresar sin temor y en libertad. La vivencia de ser padre es la escuela para llegar a ser hombres; Curiosamente mucho más que en la mujer que se ha permitido expresar sentimientos, en los hombres que no lo han hecho sienten que el ejercer en conciencia la paternidad mueve la feminidad que se mantiene agazapada en lo masculino; es el componente de sensibilidad rico en emociones y sentimientos que se abre paso con la ternura y el amor que se concretan en caricias, abrazos, sonrisas y dulces palabras. Cuando empecé a ser padre supe lo que significaba ser masculino y femenino acompañando y cuidando a mis hijos-a ejerciendo paternidad, comprendí que más que dobles complementarios u opuestos somos uno en si mismos. Que ni lo femenino, ni lo masculino existen fuera del Ser, si no precisamente hacen que este exista sin dualidades, sin divisiones.

Describir lo que significa ser y hacer hombre desde el rol específico de la paternidad, es partir de la vivencia concreta y personal de ser padre, gracias a la cual he podido observar procesos de crecimiento de la propia naturaleza masculina y femenina que nos es inherente.

¿Existe una Propia Naturaleza Masculina? ¿Existe una propia naturaleza femenina? Existe la posibilidad de expresar multidimensionalmente todas tus opciones de Ser, se es verdaderamente varón y-o mujer cuando se expresa un conjunto de características físicas y hormonales, cuando se da la oportunidad de manifestar libremente la emocionalidad, cuando se trascienden las ideas de los discursos de la dualidad de géneros, cuando nos rebelamos a esos imaginarios culturales que nos dicen como debe ser un hombre o una mujer limitando nuestras posibilidades de expresar, cuando nos permitimos jugar la vida con nuestras feminidades y masculinidades sin temor, sin intenciones sencillamente por el hecho de estar en el ahora de cada instante. El Ser y Hacer como hombre se construye desde el trascender las particularidades impuestas en cada individuo, en cada cultura, en cada historia para comunicar un dejar ser, un dejar expresar las necesidades, los afectos y deseos espontáneos que cada varón guarda dentro de sí.

Es por eso que se ingresa en el sin género desde la paternidad aplicada, asumiendo no solo las obligadas exigencias económicas y presenciales ante lo social, lo educativo sino y especialmente asumiendo conciente y necesariamente el cuidado permanente de los hijos-as en casa, en calle y todos los escenarios donde se desenvuelvan atendiendo sus tareas, sus vestidos, su alimentación, su amor.

androginia paterna

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