Fic: Una Proposición Personal 25/25

May 16, 2010 13:38

Fandom: Star Wars (Universo Expandido)
Pareja: Luke Skywalker y Mara Jade
Clasificación: PG-13
Género: Romance y Angst
Tiempo: Diecinueve años después de la Batalla de Yavin.
Resumen: Lo que en un principio fue un matrimonio por convenencia toma un cambio inesperado para nuestros protagonistas.
Notas de la Autora: Al fin hemos llegado al final. Espero les guste. Y les pido disculpas por los horrores ortograficos, intente arreglarlos pero la tarea de acentuar con copy/paste esta descomunal. Admito que me canse. Y por favor, no sean duros conmigo. Meh!

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Luke abrió sus ojos, sobresaltado. Por varios segundos permaneció inmóvil, intentando hallar la causa de su alarma. Una vaga sensación -no obstante de serlo, la percibía sin dificultad alguna- de que algo no andaba bien. En un ademán instintivo, alzó su mano para buscar la figura dormida a su lado cuando la detuvo abruptamente en vilo.

-¡Oh, no!- murmuro él al tiempo que sentía su corazón helársele. Mara no estaba a su lado.

En un movimiento grácil, salió de la cama y se colocó unos pantalones de ejercitar sobre sus calzones tipo boxeador. Un ansioso Artoo le siguió mientras silbaba con ansiedad.

-No, Artoo. No tienes la culpa. Estoy consciente de lo persuasiva que Mara puede llegar a ser. - le replicó Luke aplacador al pequeño astromech.

En su cabeza surgió una imagen, la visión que tuvo de Mara varias semanas atrás. El cabello rojo flotando alrededor del cuerpo inerte apenas sumergido en el agua. Aceleró sus pasos, realmente asustado.

Intentó localizar con exactitud la presencia de Mara a través de la Fuerza. Su signatura la percibió algo débil mas logró hallarle. Abandonó la base, siguiendo el rastro de la esencia de Mara, temiendo sólo hallar lo peor. Procuro alejar esos pensamientos lúgubres de su cabeza, eligiendo, en su lugar concentrase llegar a ella.

Inesperadamente, sintió que algo venia hacia él. Agachó su cabeza en un gesto instintivo al tiempo que alzaba sus ojos al cielo intentando ver que era lo que sobrevolaba sobre él.
-¿Maestro Skywalker?

Por varios segundos, Luke miró a la criatura perplejo, estaba comunicándose a través de sus pensamientos. Sin embargo, se dio a si mismo una sacudida mental, -¿Si…?

El dragoncillo le lanzó un pequeño objeto el cual Luke capturó en el aire con una de sus manos.

-Jade de Mara me pidió que le entregara esto. También me pidió que le recalcara que era muy importante.

Luke asintió al tiempo que miraba el pequeño objeto, reconociendo que era del tipo que se utilizaba para guardar información. Mirando hacia atrás, divisó a su fiel astromech quien venia -con gran dificultad por lo escabroso del camino- hacia él.

-Artoo, por favor, guarda esto.

Sin mediar ningún tipo de comentario, Artoo hizo lo que se le ordenó.

-Tenemos que ayudarla. ¡Rápido!

Ese rápido sólo logró que la sangre se le congelara a Luke. Corrió detrás de la criatura, -¿Qué le sucede?

-¡Agua! ¡Mucha agua! ¡No hay tiempo que perder!

La ansiedad en esa críptica explicación le obligo a correr como un desquiciado. En unos minutos que le parecieron eternos, llegaron a la entrada de una cueva y siguiendo al dragoncillo, se deslizó en su interior. Fue una caída rápida, terminando en agua que alcanzaba sus muslos. En esta ocasión el agua le dificultó su avance. Su corazón palpitaba desenfrenado. Su ‘oh, no’ pareció resonar, haciendo eco con el pensamiento de la criatura. Se maldijo a si mismo al recordar la conversación que había mantenido con ella antes de quedar dormido. Le había sentido distante y sin embargo no intento indagar la causa de su actitud pensando, que quizás, mas tarde ella decidiría explicarle por si misma.

-…tarde… fue lo que Luke pudo captar del pensamiento del dragoncillo -sus sentidos estaban aturdidos- al tiempo que él repetía una pequeña letanía en su interior: no era posible, se decía él a si mismo una y otra vez. La escena le estaba evocando su visión. ¿acaso estaba el maldecido? ¿Todo lo que él amaba estaba destinado a perecer?

Luego de varios metros, se paralizó. Vio la larga cabellera rojiza flotando en el agua. Sus rodillas flaquearon y cayó al agua, las manos debajo suyo para evitar caer de bruces. Quería gritar por la furia, enviar todo al Sith. Por varios segundos estuvo al borde de sucumbir a las entrañas del lado oscuro. No obstante, luchó contra la debilidad del momento, se colocó de pie y con movimientos mecánicos, caminó hacia la figura de su esposa. Se mantenía suspendida en la superficie del agua, ojos cerrados y piel alarmantemente blanca. Temiendo lo peor, alargó la mano y tocó su rostro. Cerró los ojos momentáneamente, ella estaba muy fría, casi como… El sacudió la idea, aun manteniendo los últimos resquicios de esperanza. La alzó en sus brazos mientras sus ojos miraban ese rostro adorado.

-Mara. - le llamó él, apenas en un susurro, luego volvió a llamarle con mas fuerza, -Mara.

Pero ella no le respondió. Tomando aire -para calmar sus alterados nervios- intentó hallarle en la Fuerza. Para su alivio pudo hacerlo. Mas fue momentáneo, su esencia era una débil. Además de descubrir que estaba en un tipo de trance meditativo. Luke frunció el ceño, aturdido; Mara aun no sabia entrar por si sola a un trance…

Fue entonces que se percató de que Mara no había estado sola. A unos metros mas abajo, divisó una cabellera rubia.

-Callista…

Con Mara en sus brazos, camino hacia la inerte forma que también flotaba en el agua para descubrir que estaba sin vida. No dudaba que Callista le había mostrado a Mara como entrar al trance.

-Gracias, Callie. - le estaría eternamente agradecido, -Ahora se una con la Fuerza y descansa en paz.

- - -

La agobiante oscuridad le asfixiaba. Ella luchaba contra ésta mientras le halaba a sus profundidades. No obstante, era evidente que era una batalla de la cual no saldría victoriosa. Mas no por ello permitiría que la tomaran sin ningún combate por parte de ella. Un pequeño quejido brotó de lo hondo de su ser al sentir que perdía sus fuerzas. Seria mejor si se rendía y permitía que la arrastraran…

-No.

Ella reconoció esa voz firme.

-No lo permitiré.

Sintió que le levantaban sin dificultad alguna. Ella se arrimó a esa esencia que le llamaba, que clamaba por su ser, cediéndole su cuerpo y alma para hallar refugio de las tinieblas que le exigían su entrega.

-Estoy aquí. - le murmuraron, sintiendo su fortaleza cerniéndose sobre ella, alejando sus flaquezas. -Siempre estaré aquí.

Y sintiéndose segura, sucumbió a la inconsciencia que le llamaba.

- - -

Ojos verdes se abrieron con brusquedad. Sentía que le faltaba el aire… ¡Y no podía moverse! El pánico se posesiono de ella. Intentó gritar y también le fue negado. ¡Gran Fuerza! ¿Acaso había muerto y había bajado hasta las profundidades del Sith? No negaba que se lo tenia merecido, fue una asesina a sangre fría.

Una peculiar manta de paz y valor la encubrió por completo.

-Tranquila, todo esta bien. - y una mano algo áspera apretó la suya.

¿Luke? Sus ojos se humedecieron, al tiempo que procuraba suspenderse de su esencia como si le faltara el aire.

-Estas pasando por los efectos de una reconstrucción neural.

Ella deseó asentir y volvió a desesperarse. Era desquiciante sentir la completa inmovilización. Procuro buscar la signatura de Luke para sentirse reconfortada y el se la brindó sin condición alguna. Mara se conmocionó ante la absoluta entrega que halló en el interior del granjero. Nunca antes había sentido nada igual y desde lo mas profundo de su ser surgió un gemido que solo Luke pudo percibir a través de la Fuerza. Estaba totalmente sobrecogida ante la grandeza de su granjero.

Luke percibió un puñado confuso de emociones y preocupado, procuro calmarle, -¿Recuerdas el accidente que tuviste varios años atrás? No se si llegaron a explicarte que era posible que retornara el problema con tan solo estar varios minutos sin oxigeno. Es normal que suceda. Ahora, trata de volver a dormir, yo te ayudare.

Por una extraña -e ilógica- razón temió que el desaparecería si regresaba a dormir.

-No me iré, lo prometo.

Solo entonces ella permitió que el la devolviera a los brazos del sueño.

Luke le miro dormir al tiempo que su cabeza era posesionada por pensamientos tumultuosos y contradictorios. Agachándose, colocó sus labios sobre la cabellera dorada rojiza para aspirar su aroma particular.

“No hay emoción, solo paz. No hay pasión, solo serenidad.”

En ocasiones el código de los caballeros Jedi era exasperante y hasta algo irreal. Porque en esos momentos, mientras lo repetía, no sentía consuelo alguno. Ni sus alterados nervios parecían calmarse luego del terror de los últimos días, cuando creía que perdería a Mara para siempre. Reconocía que un caballero Jedi con las emociones a flotes -y si era mas especifico, un Skywalker- se exponía a adentrarse a aguas oscuras.

Y con todo ello, aun sabiendo lo que podía ser capaz si perdía el control, nunca podría negarse a si mismo su amor hacia Mara y mucho menos alejarla de su lado; seria como si le cercenaran la mitad de su ser.

-No me iré de tu lado, aunque tenga que permanecer una eternidad aquí. - volvió a repetir el con fervor a la figura inconsciente de Mara y con gran ternura beso la frente femenina.

- - -

Un gemido escapó de los entreabiertos labios. Al abrir sus ojos -por segunda ocasión- no la asalto la horrible sensación de parálisis total pero si una débil jaqueca. La insistente claridad le lastimó la vista por varios segundos hasta que poco a poco se habituó al resplandor. Aturdida, miró todo a su alrededor, asesando su situación cuando halló al granjero no muy lejos de ella frente a un transpariacero, pies separados y manos cruzadas a su espalda. Típico del Jedi, debía estar meditando. Sintiéndose segura, examinó el lugar. Conjeturó que debía estar en algún centro medico, de lo mas seguro en Coruscant, al ver el tamaño del lugar y todo el equipo que había en este. Los verdes ojos se posaron en la figura del granjero, admirándole en silencio. La luz -no sabia si de la mañana o del atardecer- rodeaba el cuerpo masculino creando una imagen irreal y efímera de Skywalker.

Levantó su mano para llevarla a sus sienes intentando calmar el leve dolor que le aquejaba. Se incorporó con lentitud al sentir que todos sus miembros le pesaban una tonelada. Se sobresaltó al sentir unas manos que le ayudaron en el proceso. Alzó su rostro y tembló al toparse con una profunda mirada azul.

-Hola. - murmuró Luke al tiempo que le sonreía.

-Hola. - ella correspondió al saludo. Ese horrible sonido que brotó de su garganta no podía ser su voz. Se escuchó horrible, parecida al de un graznido.

-Es normal que hables así. - le recalcó Luke mientras colocaba unas almohadas detrás de Mara, -Has estado inconsciente por casi todo un mes.

Los ojos esmeraldas saltaron fuera del rostro femenino. -¡Un mes!

Muy tarde descubrió el error de hacer esa exclamación cuando un horrible acceso de tos sacudió todo su cuerpo. Luke rodeó el torso femenino con sus brazos para asistirle.

-Tienes que tomarlo con calma, Mara.

Alzando su rostro para mirarle, ella le pregunto, -¿Que me sucedió?

-¿No recuerdas nada?

Preocupada, Mara movió su rostro de lado a lado. Los ojos turquesas se oscurecieron.

-Oh, Mara. - El tomó el rostro de ella entre sus manos para observarla, tratando de memorizar cada detalle de su belleza, -Pensé que te perdería para siempre.

Bajo la cabeza para apoderarse de los labios en un beso que tanto le ofrecía lo que llevaba en su interior como clamaba una respuesta de parte de ella. Mara correspondió al beso con el mismo fervor al advertir la urgencia en el. Renuente, Luke se separo de ella.

-No debería estar haciendo esto. Apenas acabas de despertar.

Con una sonrisa débil, ella le replico, -Granjero, ya estoy acostumbrada a tus arrebatos. - y luego, con mas seriedad, añadió, -¿Tan mal estaba?

El asintió, -Te halle flotando en el agua, apenas con vida en una de las cavernas de Niruaan.

El nombre del sistema fue como un chasquido que logró despertar su memoria e imágenes se agolparon a su mente. La cueva cubriéndose de agua. Callista y ella llegaron a un plan para abandonar el lugar antes de perecer ahogadas y fue Callista quien le ayudo a entrar al trance meditativo. Ella temió hacer la siguiente pregunta:

-¿Y Callista?

Luke hizo un gesto negativo con su rostro y Mara no necesitó explicación alguna. Ella cerró sus ojos por unos segundos sospechando el dolor de Luke.

-Lo siento. - fue un susurro contrito. Imprevistamente, se sintió agotada y los parpados le pesaban. Fue imposible luchar contra el sueno que se apodero de ella.

Se mantuvo en ese estado de consciencia momentáneas por varios días, viviendo en un peculiar estupor. Logró ver a Karrde en una de sus visitas y lloró como una tonta al verle sano y salvo. Mientras volvía a quedar dormida, escuchó -como si estuviera a miles de kilómetros de distancia- a Luke responderle a Karrde que era normal sus inesperados momentos de sueños; era parte de su recuperación. Pero, a pesar de esos desquiciantes lapsos, Mara sentía un alarmante desasosiego en Luke del cual ella temía conocer la causa. Mas no por ello Luke desistía de atenderle con su acostumbrada bondad y ternura lo que dificultaba mas su situación pues Mara presentía que el temperamento en que se hallaba el Jedi era debido a la muerte de Callista. Ella simplemente le estaba permitiendo el paso al tiempo… por ahora.

- - -

Luke guió a Mara, con un brazo alrededor de la grácil cintura, hacia una de las butacas en la sala de su apartamento. Ella apretó sus dientes, dar esos pequeños pasos estaba resultando ser mas trabajoso de lo que pensó y se enfureció consigo misma. Detestaba sentirse así de débil y vulnerable.

-Recuerda que el internista advirtió que seria normal…

-Muérdete la lengua, Skywalker. - le cortó ella, todo su rostro pálido y la respiración entrecortada. Inmediatamente se arrepintió de haber sido tan dura con el. Fue a abrir su boca para disculparse y Luke, con una sonrisa a medias, se le adelantó.

-Olvídalo, Mara. - y le preguntó luego de ayudarla a sentarse,-¿Deseas algo?

-Agua, por favor.

Al regresar con el vaso de agua, la halló dormida, reclinada sobre el brazo del mueble. Con cuidado de no despertarla, la alzó en sus brazos y la llevó hasta su dormitorio para acostarla en su cama. Con gentil dulzura, alejó la larga cabellera rojiza dorada del rostro femenino. Todavía Luke no podía creer como una criatura tan volátil y peligrosa pudiera ser tan frágil. No pudo contener la suave risa seguro de que si Mara hubiese captado ese pensamiento lo habría enviado derecho al Sith sin ningún tipo de delicadeza. Luego suspiró, sus pensamientos tomando una dirección mas sobria.

Durante toda la semana mientras se mantuvo junto a Mara en el hospital, caviló en su pasado y todos los errores que había cometido. Había sido un arrogante, creyéndose con la potestad de hacer lo que él creía era correcto, aún si eso significaba ir en contra de los reglamentos de la vieja orden de Jedi . Lo único que había logrado fue hacer un enredo y un lío de todo. Mara tenía razón, una de sus primeras petulancias fue auto nominarse maestro Jedi. No obstante, había tomado una decisión que muy dentro de si mismo sabía que era la correcta.

Se acomodó junto a ella en la cama. Mara, aún dormida, se acercó a el, recostando la cabeza en su hombro y escondiendo el rostro en su cuello. Cerró sus ojos, deleitándose en la presencia femenina. El vivió un puro infierno en esas horas en que ella se debatió entre la vida y la muerte. Todo el tiempo culpándose a si mismo porque en el pasado cada vez que se permitió amar a alguien, alguna tragedia sucedía. Se sentía responsable tanto de la muerte de Gaeriel y Jem, inclusive de Callista. Y apenas Mara sobrevivía de su ultima terrible experiencia. Y mientras Mara descansaba en el hospital, mantuvo una lucha interna entre la que se preguntaba sino seria la mejor opción dejarla ir. Tenerla lejos pero saberla segura y se halló en la horrible encrucijada -y quizás estaba siendo egoísta- no podía dejarla ir. El simplemente la amaba.

No; era necesario que el mantuviera ese contacto con ella. Opinaba que era mas peligroso alejarse de la vida, de lo cotidiano. Si decidía tomar ese camino y obligaba a la orden de caballeros Jedi a hacer lo mismo, corría el riesgo de transformarse en una elite exclusiva, distante de todos. Entonces olvidarían lo primordial en sus vidas, la compasión y la empatia, dos sentimientos que provenían del amor.

Fue entonces que a su memoria llego un viejísimo código de la orden , “Emoción, pero también paz; pasión, pero también serenidad.”

Era una aceptación de su humanidad; tanto de sus atributos como de sus flaquezas. En ello residía la grandeza del ser humano, la que todo Jedi respetaba como divina y sagrada. Y través de su amor por Mara lograría hallarla. Escuchó el suave clamor de la Fuerza como una dulce melodía, sintiendo a Mara latir en ese lugar dentro de si que solo le pertenecía a ella. La estrechó contra su cuerpo; la amaba y nunca la dejaría ir.

- - -

La sensación de un delicioso aliento abanicando su mejilla logró despertar a Mara. Al abrir sus ojos halló frente suyo el rostro dormido de Luke. Ella sonrió mientras una sensación agridulce contraía su corazón. Tenerlo tan cerca e irónicamente, tan lejos de ella. El extraño desasosiego en el granjero había desaparecido lo que ayudó a que ella abrigara una pequeña esperanza. Estaba decidida a ganar su corazón. Era una mujer que lograba lo que se proponía y el hecho de que Skywalker aun amara a Callista no la iba a detener en su empeño. Llevando su mano al rostro masculino, ella delineó con ternura cada rasgo. Al menos había alcanzado la mitad de su victoria, era su esposo.

El zumbido en la puerta la sacó de sus cavilaciones. Unos azules ojos le miraron y su corazón dio un brinco en el pecho.

-Llaman a la puerta. - murmuró ella.

El besó su frente y salió de la cama para contestar la puerta. Unos minutos mas tarde sintió que alguien le daba unos leves toques a la puerta del dormitorio.

-Hola, Mara. - Leia asomó el rostro, -Luke me dijo que estabas despierta. ¿Puedo pasar?

-Por supuesto - le replicó Mara y se incorporó para sentarse a recibir a su cuñada.

-Me alegra ver que vas en buen camino para tu recuperación.

Los verdes ojos siguieron la diminuta figura de la princesa que había tomado una frazada y cubrió sus piernas de tal manera que le indicó a Mara de su experiencia con los pequeños. Se le dificultaba creer que la gran princesa de Alderaan y ex -Jefe de Estado de la Nueva República fuera tan solicita y bondadosa con ella.

-Gracias.

Sin pensarlo, Leia tomo su mano, -No, soy yo quien debe darte las gracias. La llegada de Luke con el documento de Caamas fue en el momento preciso.

A Mara se le formó un nudo en la garganta. Leia se sentó junto a ella, aún con la mano de Mara entre la suya, -Fue muy valeroso de tu parte haber arriesgado así tu vida. Luke estuvo como un desesperado en lo que te recuperabas, nunca antes lo había visto así.

-¿De veras?

Leia captó el tenue trasfondo de incredulidad.

-¿Porque lo dudas, Mara?

-Porque no creo que haya sido por mi.

-No entiendo.

-Luke ha estado sufriendo todo este tiempo la muerte de Callista, Leia y yo soy la responsable de ello.

-¡Oh, no, no! Esto se acaba aquí ahora. - y Leia se colocó de pie, -¡Luke!

Mara le vió salir y escuchó a Leia por el pasillo llamar a su hermano de nuevo. Segundos mas tardes entraron los gemelos al dormitorio. La princesa con una expresión determinada -ahora Mara entendía como la diminuta mujer pudo dirigir la Alianza- y el granjero con un brillo de confusión en sus ojos turquesa.

-Mi querido hermano, ¿podrías explicarme porque Mara piensa que aun tu amas a Callista?

Luke miro a Mara, todo su rostro asombrado, -No se porque ella piensa eso.

-Tu me lo dijiste. - Mara hizo una pequeña mueca, se escuchó a si misma como una niña petulante.

-¿Cuando?

-Aquí mismo, en el balcón. Cuando me dijiste que era sólo de tu incumbencia lo que llevabas en tu corazón.

-Pero lo dije porque temía que no podrías tolerar lo que yo sentía por ti.

Mara se sintió algo mareada, su sangre corriendo por todo su cuerpo a gran velocidad, zumbando en sus oídos. ¡Oh, gran Fuerza! ¿Acaso…?

-Discúlpanos, Leia. Creo que necesito hablar con mi testaruda esposa a solas.

Leia accedió a su pedido con mucho gusto, cerrando la puerta tras de si en silencio.

Mara no pudo contener el leve escalofrío que recorrió su cuerpo al ver como Luke avanzaba hacia ella con pasos firmes. Había adoptado toda su faceta de maestro Jedi. Se sentó frente a ella y sin ningún preámbulo, le dijo o mas bien, le ordenó, -Baja esas tontas barreras de una vez por todas, Mara. Eres un ser luminoso en la Fuerza y como tal ya debes comenzar a comportarte.

Lejos de enfadarse ante su actitud autoritaria, Mara sintió un extraño placer de saber que Luke no le temía. En un principio, permitió que cedieran lentamente. Tanto años con ellas erigidas a su alrededor que fue parecido a la misma sensación al abrir una mano luego de muchas horas agarrada con firmeza a un objeto con el temor de caer.

Al sentir la esencia de Luke alcanzar la suya, bajo sus ojos, algo cohibida.

“Mírame, Mara.”

Lo que halló en su mirada la dejó sin aliento. En ese preciso momento, todo el amor que el llevaba en su interior arremetió contra ella. No pudo reprimir los sollozos que convulsionaron su cuerpo, permitiendo que todas sus emociones emergieran de su ser. Estaba por completo sobrecogida al saber que el hombre mas bondadoso y humilde de la galaxia, el granjero que ella amaba y admiraba por su honestidad y compasión, le había entregado su amor a ella, la mujer con el pasado manchado.

Luke, a su vez, la acercó con fiereza a su cuerpo, -¡Oh, Mara! No llores. - y cubriendo el mojado rostro con sus besos, le murmuró, -Te amo.

Lo que sólo logro arrancar mas sollozos de parte de ella, -Nunca creí… - y ella dejó escapar un tenue hipo.

-¿Que te amaba? Pero, Mara, ¿como no lo viste antes? Siempre estuve preocupado de que mis sentimientos estuvieran a flote y que tu podrías verlo…

-¿Porque?

El enmarcó el bello rostro con sus manos para mirarle, -Porque hemos sido un par de tontos. Yo escondiendo lo que sentía por el temor de si lo descubrías te marcharías; estoy consciente de que detestas todo tipo de ataduras.

Una suave risa brotó de lo mas profundo de Mara, -En realidad no las detesto si esas ataduras me mantienen a tu lado. -y en un susurro ronco, ella añadió, -Te amo, granjero.

El gimió, los azules ojos tornándose en un intenso cobalto. . Ella era suya al igual que él le pertenecía a ella en cuerpo y alma. Sólo a ella. El la besó, necesitaba sentirla. Mara había eliminado todas sus barreras y ambas almas se fundieron de tal forma que ninguno sabia donde comenzaba una y terminaba la otra. Fue una fusión arrolladora; ambos viendo al otro y haciendo maravillosos descubrimientos. Luke se separó algo renuente de Mara y escondió su rostro en el cuello femenino, sus labios posándose en el pulso errático de Mara. Ni en sus mas alocados sueños había visualizado como seria la unión de ambos.

-Mara. - murmuró él sobre su cuello.

En esa simple palabra ella sintió la fuerza de su amor, uno que ella nunca imaginó llegaría a tener. ¿Por qué sentía que ella había sido destinada para ser de este caballero Jedi? Y que nadie se equivocara, él era su Jedi. Ella lo sintió reírse con suavidad.

-No hay ninguna duda de ello. - dijo él mientras echaba su cabeza hacia atrás para mirar sus verdes ojos.

Su dulce sonrisa de granjero curvaba sus labios. Ella alzó la mano para acariciar su rostro y él besó con ternura la palma de su mano. Su granjero, su Skywalker. De nuevo él volvió a reírse deleitado.

-Nunca imaginé que fueras tan posesiva. - dijo él algo divertido ante su reacción.

-No tienes idea, granjero. - y ella corrigió inmediatamente, - Mi granjero.

-Mara. - dijo él tomando un aire de seriedad.

-Lo sé, Luke. - ella pudo sentir su urgencia.

Ella también necesitaba sentir su cercanía, de entregarse a él y sentirse por completa de él.

-No creo que debamos…

-¡Skywalker!- le interrumpió ella, -Nunca te atrevas a tratarme como si fuera una pieza delicada de porcelana. Lo detesto. Así, que cállate la boca y dedícate a hacerme el amor.

Ella lo haló sin delicadeza alguna por el cuello de su camisa y le besó con todas las ansias que llevaba en su interior, sintiéndose segura en el amor de Luke. El a su vez, se perdió en ese beso que derrochaba amor y pasión.

Después de tantos años, habían hallado el lugar perfecto en los brazos de ambos, descubriendo que eran sólo uno. Una nueva luz los iluminaba tan brillante como un sol y dejaron atrás lo viejo y el pasado para recibir lo nuevo en sus vidas. Su amor seria eterno e inundaría sus almas. Juntos, siendo sólo uno en la Fuerza, brillarían a través de la eternidad. Todo lo que ambos siempre habían soñado seria realidad, el sueño de un amor sublime que siempre existiría.

Y mas notas: Estoy consciente que no explique como demontre Mara y Callista salieron de la cueva -una apenas viva y la otra muerta. De verdad que busque la manera para hacerlo pero entendia que fastidiaba el "mood" de la historia. Ahora, si alguien necesitara saberlo, en confianza pueden preguntarme porque se que no todos tienen el libro. Y... HAY EPILOGO. LOL!!!

fic: una proposición personal, star wars, luke/mara

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