Fandom: Star Wars (Universo Expandido)
Pareja: Luke Skywalker y Mara Jade
Clasificación: A petición popular, un R.
Género: Romance y Angst
Tiempo: Diecinueve años después de la Batalla de Yavin.
Resumen: Lo que en un principio fue un matrimonio por convenencia toma un cambio inesperado para nuestros protagonistas.
Notas de la Autora: Buenos, chicas disfruten este pequeño momento de lujuria *wink, wink*. No creo que habrán más, pues las cosas se van a poner como hormiguita roja. Mala mía,
doxys, sé que es tu adicción pero ya tú sabes, cuando las cosas se aprietan... pero para eso existen los one shots. ;p
Capítulos Anteriores Un delicioso olor llegó hasta su nariz y Mara estiró sus extremidades tratando de alejar el sueño. Su estómago hizo un ruido muy familiar. ¡Y cómo no iba a tener hambre después de todo el ejercicio de la noche anterior! Apostaba todos sus ahorros, que no eran nada modestos, a que esa fue la razón por la que el granjero se había levantado y hasta ella llegaba ese rico aroma que le abrió el apetito. Tendría que tomar unos cursos de cocina para poder satisfacer el estómago de Skywalker. Un placentero escalofrío recorrió todo su ser, tendría toda una vida para satisfacer cualquier apetito que él tuviera. ¿Quién hubiese pensado que el controlado y “aburrido” maestro jedi era tan bueno en la cama? Una sonrisa llena de placer curvó los labios de Mara. Ella mejor que nadie sabía que no era aburrido, más bien era que él quería controlar su habilidad en la Fuerza la cual era una muy poderosa. Pero anoche… él envió todo su control al Sith.
Cerró sus ojos y se llevó una mano a lo labios que sospechaban debían estar hinchados. Había llegado la noche anterior, luego de todo el protocolo para dejarla en libertad. No era la primera vez que entraba al apartamento de Luke. Era igual de frío e impersonal al suyo. Irónicamente, sus vidas eran parecidas. Habían sido dos almas perdidas. Y ella deseó creer que quizás habían hallado en el otro la pieza perdida para complementarse. Pequeños fragmentos de la noche anterior lograron evocar en ella deliciosas sensaciones. Había percibido una peculiar ansia en él. La signatura masculina buscando unirse con la suya. Acostumbrada a su reservada y arisca naturaleza, no le permitió total acceso. Quizás, debido a ello, él se había entregado a hacerle el amor con frenesí. Mara se giró, quedando sobre su estomago. Colocó su barbilla sobre los brazos cruzados que descansaban sobre la almohada. Un calorcillo placentero se desplazó por toda la parte baja de su vientre mientras recordaba esos azules ojos brillando por el deseo. Esa mano áspera recorriendo todo su desnudo cuerpo. Ladeó su rostro al tiempo que cerraba sus ojos, rememorando como ella alzaba las suyas y con premeditada suavidad acariciaba sus fuertes y poderosos brazos, se deleitaba en los músculos del pecho masculino que se tensaron bajo sus manos. Todo en él era bello y pura simetría; sus manos continuaron su camino bajando por su duro abdomen hasta llegar a ese lugar tan vulnerable pero igual de férreo. Luke aspiró una gran bocanada de aire, viniendo a su cabeza ese apuesto rostro que se contraía por la agonía del placer.
“¡Mara! Estoy intentando meditar.”
Una sonrisa maliciosa apareció en el bello rostro; así que había estado proyectando a todo volumen sus recuerdos. Ella continuó con su trayectoria por la exquisita memoria. Como Luke rodó para quedar boca arriba, arrastrándola con el movimiento entre tanto él enredaba la mano en su larga cabellera rojiza para tomar posesión de su boca femenina en un beso intenso.
“Ma-ra.”
Ella ignoró su amonestación descaradamente. Le envió un breve vistazo de lo que sintió, como casi desfallece ante la poderosa fuerza del beso, sus alientos fundiéndose en uno solo. Y ella, arqueando su cuerpo, moldeándose a cada forma del cuerpo de Luke. Era increíble como uno formaba parte del otro, acoplándose perfectamente; pensamiento que no se dignó en esconder de la mente de Luke. Imprevistamente, se halló a si misma desorientada; las reglas de su juego se volvieron en contra suya. Hipnotizada, volvió a girar, al ser asaltada por una imagen que le envió Luke.
Ella se colocaba sobre él y con una destreza sutil, la penetró.
La imagen fue tan vivida que Mara dejó escapar un grito de placer y sus manos se aferraron a las sábanas, estrujándolas con violencia. Cuando creyó que no podría haber nada más placentero, volvieron a arremeter contra sus sentidos con otra memoria. ¡Gran Fuerza!
Como amaba sentirlo así, moviéndose dentro de ella. El enredó una de sus manos en la larga cabellera rojiza para tirar de ella con suavidad en lo que agachaba su rostro y con gran deleite, los labios masculinos tomaban posesión de unos de sus rosados pezones. El continuó moviéndose dentro de ella. Mara acopló sus movimientos a los de Luke. Ambos disfrutando la fruición de sus cuerpos.
Mara se irguió en la cama, sus manos aún aferradas a las sábanas, todo su cuerpo convulsionando por la fuerza del inesperado orgasmo. Tan pronto como su respiración tomó un ritmo más acompasado, pudo percibir la sonrisa satisfecha del granjero.
“Y por eso no se debe molestar al maestro jedi en sus meditaciones.”
Ella no pudo contener la suave risa. Si él pensaba que ella no volvería a molestarle en alguna futura ocasión, luego de esa demostración, estaba muy equivocado. Luego de unos breves minutos, se sacudió de su placentero letargo y decidió levantarse. Tomando una de las sábanas, la colocó alrededor de su cuerpo y se dirigió hacia el baño. Ya refrescada y más compuesta, salió del baño buscando el lugar de donde provenía el olor. Lo encontró en la sala, de pie frente al transpariacero, sus dos piernas separadas con las manos a sus espaldas. Estaba meditando, descalzo y vestía sólo unos pantalones para ejercitarse. Mara le lanzó una mirada apreciativa a ese fuerte y bello cuerpo. Sintió la caricia intima que Luke le envió por medio de la Fuerza. Ella cerró sus ojos para deleitarse en ese pequeño gesto. No queriendo disturbarlo, se encaminó a la cocina para servirse un plato de lo que había preparado Luke.
Cuando hubo terminado su meditación, caminó al comedor hallando a Mara sentada comiendo con gusto. Se veía realmente encantadora, con todo su cabello cayendo sobre sus hombros hasta llegar a su cintura y con su cuerpo cubierto por una sábana. Tuvo que contenerse para no volver a tomarla sobre la mesa. Ella le sonrió, guiñándole el ojo,
-Quizás otro día. Ahora tengo hambre.
El no pudo evitar reírse. No le desconcertaba lo bien que ella podía leer sus pensamientos.
-Buenos días, amor. - y se agachó para besarla en una mejilla.
Por un instante Mara se petrificó pero le devolvió el saludo, -Buenos días. - ¿Amor? Su cabeza comenzó a formular toda posible explicación ante esa expresión cariñosa. Se reprendió a si misma en silencio, de seguro no significaba nada. Le hizo un gesto con su mano, - Te serví un plato.
-Gracias. - se sentó junto a ella y observándola comer le preguntó, - ¿Hambre o cocino bien?
-Ambas cosas, granjero. - replicó ella antes de tomar otro bocado.
No pudiendo contener el deseo de tenerla cerca, la tomó por los brazos y la sentó sobre sus piernas. Ella dejó escapar una dulce risa. Luke recordó la promesa mental que se hizo luego de haberla escuchado aquella noche que cenaron juntos. Sospechaba que ella no había reído mucho -si acaso lo había hecho- en el pasado Mara le dio un bocado de lo suyo y luego él hizo lo mismo con su plato.
Mara le miró con ojos entrecerrados, adoptando una imagen seductora, le dijo, -Muy interesante y conveniente el pequeño truco de hace unos minutos atrás.
Ella no podía creer que después de todo lo que habían compartido, todavía el granjero pudiera sonrojarse. Pero esa era una de las razones por la que lo amaba. Su honesta ingenuidad; viviendo por tantos años repleta de ardides y engaños. La integridad y pudor de Skywalker era una brisa suave que le brindaba un bálsamo a su vida.
-He tenido que leer muchos viejos
holocrones sobre la antigua orden de jedi, algunos datan de miles de años atrás. - dijo él encogiéndose de hombros.
-Así que aprovechaste tu tiempo libre. - y se vio tentada a continuar atormentándolo, -¿Lo practicabas con tu populación femenina de la Academia?
Luke apenas se ahoga, escupiendo el bocado que había acabado de tomar. -¡Mara!
Una sonrisa traviesa apareció en los labios femeninos, aparentando estar muy interesada en sus huevos revueltos de fynock, -Alguna chica has debido tener en estos últimos años.
El evadió la mirada cuando buscó la suya, -No te burles de mi, Mara.
Al escuchar su tono serio Mara se percató de que no era nada consciente de su atractivo. Con suma ternura, ella acarició su rostro. Amaba esos ojos azules que eran tan limpios como un cielo despejado y su recta nariz. El hoyuelo en su barbilla lo hacía verse encantador, dándole ese aire de ingenuidad. Dos o tres cicatrices que casi no eran visibles marcaban su rostro. Ella las delineó con sus dedos.
-Fue en el planeta de Hoth. - dijo él al percibir su curiosidad, - Un
wampa tenía deseos de que yo fuera su cena.
Un involuntario escalofrío recorrió el cuerpo de Mara. Había visto la criatura con anterioridad.
-¿Los accidentes te buscan o tú te encargas de buscarlos, Skywalker?
-¿Qué fue ese tono que escuché? ¿Acaso estoy recibiendo mi primer reproche? - replicó él divertido.
Ella respingó, -Alguien tiene que hacerlo. Siempre saliendo al rescate de la galaxia sin importar las consecuencias. ¿Has pensado que de vez en vez podrías darle a otro la oportunidad?
-Estás diciendo que yo lo quiero hacer todo.
-Sí.
Mara no se amilanó al sentir la ira provenir de Luke, la cual inmediatamente fue reemplazada por desazón y arrepentimiento. -Quizás dos o tres años atrás te lo hubiese discutido…
-¿Estás seguro de qué has cambiado? - ella le miró fijamente, -Si te llamaran ahora, en este momento, ¿saldrías corriendo al rescate o tendrías la audacia de negarte?
Y justo en ese momento, un leve zumbido los interrumpió. El sonido provenía de su panel de comunicación. Cruzando los brazos sobre su pecho, Mara le miró retadora, una de sus pelirrojas cejas arqueadas. Los azules ojos le miraron sosegados ignorando el insistente sonido, -Y qué me dices de ti…
-¿Qué hay conmigo? - la pregunta fue formulada con algo de desconfianza.
-¿Por qué no regresaste a la Academia?
-Tenía otras cosas que hacer.
-¿Tales como estar volando por toda la Nueva República en compañía de Lando?
-¿Celos, granjero? - no hubo terminado de decir esto que sintió una extraña mezcla de emociones provenir de Luke.
-No, - y quizás mentía, -Desilusión. Siempre esperé que regresaras para que terminaras tu entrenamiento.
Las barreras mentales de Mara se alzaron violentamente, causando que Luke se sobresaltara. La pérdida de contacto parecido a si le hubiese desmembrado.
-No necesito de tu perfecta Academia para ser jedi. - Muy dentro de si, Mara sabía que no era cierto. Era consciente que necesitaba aprender y mucho pero su orgullo no le permitía aceptarlo frente a Luke. -Además, porque habría de regresar. Toda tu atención era para
Kyp. No entiendo porque no actuaste con rapidez cuando él entró al lado oscuro.
-¿Qué se supone signifique eso?
-Era tu responsabilidad detener al mocosuelo. O ¿esa no era la tarea del gran maestro jedi?
-Yo lo detuve.
-¡Oh, sí! Luego de destruir, déjame pensar, ¿el quinto sistema? - su voz estaba cargada de cinismo.
-No estas siendo justa.
-Tal vez no, pero tampoco nadie se ha tomado el tiempo de decirte que has estado tomando un camino peligroso, ni tan siquiera tu hermana. Uno que comenzaste a tomar hace ocho años atrás al elegir la estúpida decisión en Byss. ¿Acaso el maestro Yoda no dijo una vez que por siempre tu destino estaría dominado por el lado oscuro si decidías tomar ese rumbo? ¿Quién no te asegura que todas las acciones que has hecho en estos años no estén ligeramente tocadas por el lado oscuro?
A Luke no le gustó tener que admitir que Mara tenía razón.
-Solo quería descubrir que empujó a mi padre a entrar al lado oscuro y ser el hombre que fue.
-De todas las ideas tontas y arrogantes. ¿Realmente creíste que cuando quisieras saldrías por tu cuenta? - ella chasqueó sus dedos para darle énfasis a lo que decía, - ¿Así por qué sí?
Luke la miró en silencio, algo irritado. Ella lo pudo sentir.
-¿Así es como me ves? El omnipotente maestro jedi.
-Skywalker. - dijo ella en un tono de voz más suave, - Tu problema es que siempre quieres resolverlo todo y hacerlo todo y eso es muy peligroso para un jedi.
A él no le agradó escuchar eso; su gran temor en la vida era seguir los pasos de su padre y llegar a ser una amenaza para la galaxia. Escuchando a Mara, se percató de que ese era el camino que había estado tomando.
-Y también soy una amenaza. - Las palabras de Mara, a pesar de ser verdaderas, lo estaban hiriendo.
-Mi intención no ha sido acusarte…
-¿Estás segura, Mara? - él la interrumpió, - Porque es lo único que has hecho hasta ahora, señalar todos mis errores.
No entendía la causa de ello pero Luke se sentía traicionado. La amaba con todo su ser; era su otra mitad. Un poco de empatía y apoyo no vendrían mal de parte de ella. Desde que el maestro Yoda le encomendó la importante tarea de enseñar lo que había aprendido a una nueva generación de jedi, se había sentido por completo perdido y solo. Al abrir la Academia en Yavin, sintió que todos los ojos de la República estaban sobre él pero solo le importó la opinión de una sola persona. La única persona con la que sintió una cierta conexión y desde entonces no se sintió por completo solo. Y ahora, al descubrir que sentía ella, todo lo que opinaba de su persona... Se sentía abatido, todo lo que deseaba en esos momentos era alejarse de allí.
-¿Granjero? - le llamó una preocupada Mara al sentir que se distanciaba de ella y se colocó de pie.
-No saldré a rescatar a nadie si es lo que te angustia.
Ella hizo una mueca de dolor, era tan inacostumbrado escucharlo hablar así. El no mezclaba bien con el sarcasmo, estaba fuera de su personalidad, -Luke, yo…
-No. - él levantó su mano, - Quisiera estar solo.
Abandonó el comedor en dirección a su habitación. Luego de unos minutos, escuchó la puerta al apartamento abrirse y segundos después, cerrarse. Estaba sola; se dejó caer sentada al suelo. ¿Qué había hecho? Se cubrió el rostro con sus manos. Había podido percibir su angustia. Rememorando la conversación que sostuvo con él, ella reparó en que sus palabras habían sido muy duras. Ella había deseado tener esa conversación con él pero no de esa manera. No así.
El tiempo pareció volar para Mara, todavía sentada en el suelo. O al menos así le pareció cuando escuchó el leve zumbido provenir del panel de comunicación de Luke. Sacudiéndose de su abstracción, decidió colocarse de pie e ignorar el llamado. Después de todo, Luke no estaba y la llamada tenía que ser para él. Caminó hasta la habitación para tomar una ducha y vestirse. Ya fuera de la ducha, vestida y terminando de peinar su húmeda cabellera, tocaron a la puerta. Reconociendo inmediatamente quien llamaba, dirigió sus pasos hacia la entrada.
-Organa. - le saludó Mara algo seca al abrir la puerta.
Sin ningún tipo de preámbulo, Leia le preguntó, -¿Dónde está mi hermano?
Mara pudo percibir la ansiedad en la voz de la princesa. Arqueando ambas cejas, le replicó, -No lo he asesinado si ese es tu temor.
Toda la complexión de Leia se endureció. Con toda la pulcritud de su linaje, le dijo, -He llamado dos veces y no contesta.
Mara rodó sus ojos, así que las llamadas habían provenido de la hermana. -No sé donde está.
Leia le lanzó una mirada escudriñante. Su enlace le había permitido sentir cierta agitación y contrariedad provenir de su hermano. -Discutieron.
Los labios de Mara se comprimieron, si creía que se abriría con ella, de verás que no la conocía. Sin embargo, la princesa continuó hablando, -Intentaba comunicarme con él… y contigo, - Mara respingó al sentir la renuencia en la otra mujer, -Mon Mothma ha concertado una rueda de conferencia para ambos.
Mara entrecerró sus ojos, -Para…
-Mon Mothma ha anunciado que ustedes están comprometidos y en un mes celebrarán su boda.
Todo el rostro de la hermosa comerciante palideció; Leia podía jurar que era debido a la rabia. Mara era una mujer muy privada. -Pero si ya estamos casados…
-¡Ah, pero la Nueva República no lo sabe! ¿No sería hermoso hacer toda una bella ceremonia para que todos lo vean?
Por todas las estrellas sagradas… Mara nunca imaginó que una princesa, y mucho menos la diminuta y delicada mujer frente a ella pudiera hacer tan buen uso del sarcasmo.
-No es idea mía.
-¡Oh, no te preocupes! No lo pensé. -Mara utilizó el mismo sarcasmo de su cuñada.
De improviso, toda la atmósfera alrededor de ellas se transformó. Ambas mujeres se miraron; algo siniestro parecía cernirse sobre todos ellos.
-Un disturbio en la Fuerza. - anunció Leia en un murmullo, -Algo ha sucedido, rápido.
Mara asintió mientras ambas caminaban a la consola de entretenimiento en la sala de estar. Encendió la pantalla y frente a ellas apareció un holo-reportero. En un gesto inconsciente, Leia se acercó a Mara mientras le escuchaban:
“Repetimos, Bothawui está bajo ataque por naves de Leresai. El presidente del sistema Leresai sólo ha comentado con lo siguiente: ‘Garra por garra, cornamenta por cornamenta, vida por vida’.”
El corazón de Mara se desplomó hasta sus pies. Todas las puertas del Sith habían sido abiertas. Por tal razón no le importó que Leia tomara su brazo al perder el balance. Instintivamente, Mara le sostuvo. La princesa había perdido todo color y murmuró un penoso, -No.
Leia tomó la otra mano que le ofrecieron para detener su caída. No era posible. ¿Acaso perderían todo? Tantas horas de su vida, sacrificadas para el bienestar de la República, dando todo de si para proveerle de bases fuertes y duraderas, y ahora, en un par de segundos, estaban al borde de desvanecerse. Toda una vida sería disipada como si nada. Al sentir que se le helaba la sangre, Leia necesitó sentir de otro ser, de ese calor que proporcionaba la humanidad y apretó la mano de Mara, buscándolo.
Fue una sorpresa inesperada, no sólo porque Mara no retiró su mano, sino porque Leia pudo sentir parte de la signatura de Luke en ella… y se sintió reconfortada.
- - -
Más notas de la autora: Me sospecho que deben estar bien perdidas con respecto a la discusión de Luke y Mara. No desesperen, haré un pequeño post explicando todo el dilema.
Dato Curioso: Si hay algo que amo mucho en Luke es su inocencia e ingenuidad. Tengo novelas, en las que Luke y Mara llevan ya quince años de casados y todavía ella hace que él se ponga rojo de la vergüenza. Hay una escena que me hace reír mucho entre Luke, Mara y Ben. Deja ver si algún día la escribo para compartirlas con ustedes.