Once upon a time...
Hace mucho, mucho tiempo que no escribo en público en este diario. Puedo encontrar muchas razones de falta de tiempo (organización de la boda, trabajo...) o falta de ganas (uhm, creo que esto no), pero lo cierto es que en los últimos tiempos he usado el ordenador para trabajar y para buscar cosas de la boda.
Ahora que ya tenemos casi todo cerrado en la organización de la boda es el momento de retomar buenas costumbres.
La boda
Yo siempre he postulado por una boda católica porque realmente creo en los sacramentos, en la biblia y en el cristianismo. Hace ya algunos años que me alejé de la iglesia y de las ordenanzas que ésta defiende, por ello ya no soy católica practicante y casi podría decir, no soy católica. Sigo sintiendo algo muy profundo cuando rezo en una iglesia o cuando asisto a una misa (hay rituales que no dejo de practicar), pero con los papeleos que hay que hacer para la boda eclesiástica me he llegado a plantear dejarlo todo de lado. No tanto por los papeleos (los debe haber igual en las bodas civiles) sino por la hipocresía que debe mantenerse al reunirse con determinados párrocos (y no precisamente los de la antigua escuela).
Pero ya está todo en marcha y no quiero perder la ilusión de este momento, así que paso a contar los pasos que ya hemos dado.
La iglesia, por razones afectivas, ya está reservada y además es preciosa. Yo siempre pensé que me casaría en la iglesia de mi pueblo que es maravillosa, pero al decidirnos a casar en Madrid creo que no hay otro lugar mejor que la Parroquia de Santa Cristina para tal evento. Mis padres se casaron allí y para mi sorpresa (no la conocía por dentro) es muy bonita.
Una foto de la parroquia
Yo siempre me he considerado alguien muy preocupada por los detalles, pero lo cierto es que Y me supera con creces. La mayor parte de las cosas que se han diseñado para la boda las ha realizado él (invitación, logo, plano...) acabando con mi paciencia en más de una ocasión. Lo hace tan perfecto que tarda más de lo que yo estoy dispuesta a esperar.
Este es el logo de nuestra boda: los árboles de Valinor en cuyo interior se entrecruzan nuestras iniciales (algo que no entienden nuestros padres, pero sí nuestros amigos que es lo que importa)
En cuanto al resto de las cosas propias de la boda sólo nos falta el fotógrafo, la decisión final del menú y el cursillo prematrimonial...
Yo ya tengo mi vestido de novia y demás aderezos, sólo necesito adelgazar más de 10 kilos antes de empezar las pruebas. Por ello, ahora paso más hambre que nada, pero estoy segura de que merecerá la pena. Sobre todo por mi salud, que los chopocientos kilos que he cogido en el último año y medio me están destrozando las rodillas y el orgullo.
No puedo contar gran cosa del vestido porque el novio no puede saber nada del mismo (sólo que es blanco y con volantes - casi de faralaes- ;-) que ya es suficiente para despistar).
La tradición pide cuatro cosas y yo espero tenerlas preparadas:
1. Algo viejo -> los guantes.
2. Algo prestado -> el pañuelo de novia, de mi madrina.
3. Algo nuevo -> la mayor parte de las cosas: el vestido, la ropa interior, los zapatos, los pendientes...
5. Algo azul -> Esto no está aún definido, aunque supongo que será una de esas ligas falsas o un lazo en el interior del vestido.
El novio también ha elegido su traje y complementos, y de modo diferente, yo sí sé cómo va a ser el traje. Además no tiene mayores tradiciones. Aunque lleva chaleco (negro), nos encantó (a él aún más que a mí) un chaleco blanco con decoración élfica que era una maravilla. Pero no quedaba su talla, estaba imperfecto el que quedaba y además cuesta un dineral.
Porque todo en una boda lleva un coeficiente del 200% del precio base. Por ejemplo, un ramo de flores bonito puede salirte por 40-50 euros, pero si es el ramo de la novia entonces son 120 a 150 euros.
De todos modos, siempre tienes la coletilla "es una vez en la vida...". Tienen razón, no porque los matrimonios actualmente sean para toda la vida, sino porque no te vuelven a pillar en un renuncio de organizar una boda tradicional en la vida...
Bueno, seguiré informando de los avances en los preparativos y volveré con otras noticias...
Ahora que ya tenemos casi todo cerrado en la organización de la boda es el momento de retomar buenas costumbres.
La boda
Yo siempre he postulado por una boda católica porque realmente creo en los sacramentos, en la biblia y en el cristianismo. Hace ya algunos años que me alejé de la iglesia y de las ordenanzas que ésta defiende, por ello ya no soy católica practicante y casi podría decir, no soy católica. Sigo sintiendo algo muy profundo cuando rezo en una iglesia o cuando asisto a una misa (hay rituales que no dejo de practicar), pero con los papeleos que hay que hacer para la boda eclesiástica me he llegado a plantear dejarlo todo de lado. No tanto por los papeleos (los debe haber igual en las bodas civiles) sino por la hipocresía que debe mantenerse al reunirse con determinados párrocos (y no precisamente los de la antigua escuela).
Pero ya está todo en marcha y no quiero perder la ilusión de este momento, así que paso a contar los pasos que ya hemos dado.
La iglesia, por razones afectivas, ya está reservada y además es preciosa. Yo siempre pensé que me casaría en la iglesia de mi pueblo que es maravillosa, pero al decidirnos a casar en Madrid creo que no hay otro lugar mejor que la Parroquia de Santa Cristina para tal evento. Mis padres se casaron allí y para mi sorpresa (no la conocía por dentro) es muy bonita.
Una foto de la parroquia
Yo siempre me he considerado alguien muy preocupada por los detalles, pero lo cierto es que Y me supera con creces. La mayor parte de las cosas que se han diseñado para la boda las ha realizado él (invitación, logo, plano...) acabando con mi paciencia en más de una ocasión. Lo hace tan perfecto que tarda más de lo que yo estoy dispuesta a esperar.
Este es el logo de nuestra boda: los árboles de Valinor en cuyo interior se entrecruzan nuestras iniciales (algo que no entienden nuestros padres, pero sí nuestros amigos que es lo que importa)
En cuanto al resto de las cosas propias de la boda sólo nos falta el fotógrafo, la decisión final del menú y el cursillo prematrimonial...
Yo ya tengo mi vestido de novia y demás aderezos, sólo necesito adelgazar más de 10 kilos antes de empezar las pruebas. Por ello, ahora paso más hambre que nada, pero estoy segura de que merecerá la pena. Sobre todo por mi salud, que los chopocientos kilos que he cogido en el último año y medio me están destrozando las rodillas y el orgullo.
No puedo contar gran cosa del vestido porque el novio no puede saber nada del mismo (sólo que es blanco y con volantes - casi de faralaes- ;-) que ya es suficiente para despistar).
La tradición pide cuatro cosas y yo espero tenerlas preparadas:
1. Algo viejo -> los guantes.
2. Algo prestado -> el pañuelo de novia, de mi madrina.
3. Algo nuevo -> la mayor parte de las cosas: el vestido, la ropa interior, los zapatos, los pendientes...
5. Algo azul -> Esto no está aún definido, aunque supongo que será una de esas ligas falsas o un lazo en el interior del vestido.
El novio también ha elegido su traje y complementos, y de modo diferente, yo sí sé cómo va a ser el traje. Además no tiene mayores tradiciones. Aunque lleva chaleco (negro), nos encantó (a él aún más que a mí) un chaleco blanco con decoración élfica que era una maravilla. Pero no quedaba su talla, estaba imperfecto el que quedaba y además cuesta un dineral.
Porque todo en una boda lleva un coeficiente del 200% del precio base. Por ejemplo, un ramo de flores bonito puede salirte por 40-50 euros, pero si es el ramo de la novia entonces son 120 a 150 euros.
De todos modos, siempre tienes la coletilla "es una vez en la vida...". Tienen razón, no porque los matrimonios actualmente sean para toda la vida, sino porque no te vuelven a pillar en un renuncio de organizar una boda tradicional en la vida...
Bueno, seguiré informando de los avances en los preparativos y volveré con otras noticias...