Si tomas mi mano: no hallarás apoyo.
En realidad, soy lo que más tiembla de este lugar que cae a pedazos, mas... si me lo pides así, de esa forma, está claro que no podré negarme.
Arco. Espada. Escudo. El puño...
¿Cuál es tu arma preferida?
Porque voy a usarlas todas.
No hay otra manera de contemplar otro amanecer que esa, porque todo lo demás está demasiado roto para continuar... inclusive mis labios a mil quinientas millas de los vuestros.
Luchemos, entonces.
Y si contemplas mi deceso: sólo sigue. En serio. No será la primera vez.