It´s a wild world.

Nov 02, 2008 15:28



Cuando, prácticamente, todo lo que ves en la tele son series, es cada vez más difícil encontrar una que sea especial. Y cuando digo especial no me refiero a echarle pasión y seguir cada capítulo con auténtica devoción. Eso, en mayor o menos medida lo hago con todas. Es un punto más allá, no se trata de que te guste, sino de que te llegue.

Esta introducción hace que sean obvias y previsibles mis intenciones. Por fortuna para el mundo, por desgracia para mí, no soy guionista de ninguna serie. Para escribir en un Livejournal soy tan válida como cualquiera, me temo.

Así pues, la nueva serie para mi top ten es Skins, una serie británica de 2007 que sigue la vida de unos adolescentes de Bristol. Es un drama con todas las letras, donde la existencia de los personajes entrelaza sus historias personales, la relación que tienen entre ellos y su insana adicción a las fiestas, a las drogas, al sexo y al amor.



Tenemos un carrusel de personajes que pasa por el chico popular, el clásico mejor amigo que debería cobrar por horas al chico popular, la chica anoréxica, un gay, un musulmán practicante, la chica devota del chico popular, el chico drogadicto con problemas familiares, y algunos que me dejo en el tintero, pero que no dejan de ser interesantes.

Podrían ser muchos personajes para una serie cuya primera temporada solo cuenta con 9 capítulos. Pero aquí tropezamos con la magia de las producciones inglesas, que por alguna razón, llamémosle divina, nunca fallan.

Cada capítulo se titula con el nombre de un personaje y crea una breve monografía del mismo. Sin embargo, a la vez que se centran en un solo carácter y narran su historia, continúan adelante con el eje argumental de la serie y siguen desarrollando al resto de personajes.

Skins es una de esas series sin pelos en la lengua. A ratos un tanto surrealista, muy cruda y a la vez muy humana. Y basándome solo en la primera temporada, pues apenas he comenzado con la segunda, puedo decir que está increíblemente bien construida desde el primer al último capítulo. De hecho, hacía tiempo que no encontraba un primer y último capítulos de temporadas con tanta fuerza como los de esta serie.

El primer capítulo, que ya lleva el título de un personaje y lo convierte en carácter principal, sirve como introducción, añado sublime, para el resto de ellos. Tratando de no parecer hereje, diría que ocurre como con la series de Joss Whedon (sí, tenía que sacarlo a colación) donde tras visionar la primera entrega ya sabes quién es quién y puedes ubicarlo todo. Tras eso, la historia se desarrolla y todo casa perfectamente.

Al último capítulo no lo tacharé como sublime, diré que es lo siguiente. Me gustaría hacer una referencia a un clásico del cine independiente, cuyo final está construido de forma parecida, pero sería prolongarme demasiado y además estaría lanzando un spoiler de esos que haría ganarme grandes enemigos. Dejémoslo en que el final es grandioso y hay que ver la serie porque es muy buena.

Y ahí me quedo. Porque decir más sería meterme a hacer análisis y no acabar jamás de escribir esta entrada.

skins, series tv

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