Come on get happy

Sep 15, 2006 19:03

Llevo evitando esta entrada todo el verano y ahora, de repente se me echa encima. Tampoco tenía pensando airear cuán hermosa es mi forma de ver la amistad, o cuánto la valoro, o el porqué de su importancia vital en lo que viene siendo mi vida pero creo que, si dejo para el recuerdo anécdotas de lo más absurdo obviar estos momentos sería como comulgar sin haberse confesado.
El caso es que, como llevo anunciando ha llegado el momento de despedirse de Enar e Iriana que junto con un pequeño harén de afroditas son la piedra angular de mis días. No un tipo de amistad mitificada, pastelosa y más falsa que el Diablo es algo que ha crecido poco a poco, con sus enfados silenciosos y momentos memorables, algo gestado durante años que nunca llegó a explotar del todo, que explotará, afortunadamente dentro de un par de décadas cuando de repente me despierte en un lugar que ni siquiera llego a imaginar, cuando la curva de la existencia se deprima, cuando el paro y la economía familiar sean parte de la rutina diaria y no esas páginas que nos saltamos de los periódicos y de casi todo, cuando los sueños se hayan cumplido o no, cuando se pueda mirar atrás y hacer balances nostálgicos recordando tiempos mejores, cuando quizá nos hayamos desperdigado por los cinco continentes o cuando puede que todo siga igual que ahora.
Sé que es difícil conservar amistades legendarias como ésta y prolongarlas y que viajen paralelas pero también es proable que ésta continue fluyendo como hasta ahora ha hecho porque así lo decidimos cuando por primera vez hubo carreteras separándonos. Por eso me entristece, en parte, que sea mañana cuando un avión ponga kilómetros de por medio, cuando vuelva al correo tradicional, a las postales y al messenger para saber cómo va todo, porque es complicado asimilar que por primera vez en mi vida va a haber países diviendo algo que nunca antes se había bifurcado, porque el calendario será el reencuentro y porque todavía nos quedan muchos veranos como éste y como todos los anteriores, ¡¡mucha suerte en la Polonia!!
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