Recuperándome lentamente de la afonía y la falta aguda de horas de sueño cortesía de las fiestas de mi pueblo esta no es la entrada sobre Expediente X que la ocasión merece. Esa, con un poco de suerte vendrá mañana cuando vaya con
dasku a ver por tercera vez y en VO la película y comprobar que sí, la explicación de
elena810 se ajusta totalmente a la realidad.
Con un poco de suerte para mañana me habrá dado tiempo a verme gran parte de las fotos promocionales, entrevistas y demás cosas que me he estado perdiendo en los meses previos al estreno (que menos mal que he sido anti-spoiler porque no podría haber sobrevivido sabiendo de qué iba la insuperable trama only, you know, not) y quizá para entonces también hayan subido a la red la entrevista que les han hecho a
danips,
noexfila,
allymack,
snyart y alguna más para la página oficial, porque sí, los hay con suerte que están ahora mismo en la premiere de Londres mandándome por mensajito fotos de Gillian y David
¿Qué esaba yo diciendo? ah sí, nada de X Files hoy, nada de Harry Potter tampoco a pesar del estupendo trailer que ha salido y que puedes ver en el journal de
aitnac. Hoy vengo con fic de Firefly que pidió
yadwhiga y ya de paso a ir pagando alguna que otra deuda de votos matrimoniales.
River camina por las pasarelas de Serenity con extremado cuidado. Descalza sobre el metal estira el empeine y apoya con delicadeza la punta del pie antes de trasladar el peso de todo su cuerpo sobre el talón y estirar elegantemente la pierna contraria en pasos lentos y armónicos.
No tiene prisa. Se concentra en el movimiento, en la sensación tirante de sus tendones cuando vuelve a estirar el empeine y la relajación de los músculos de su pierna cuando el peso cambia de pie y con él, su centro de gravedad. Le gusta hacerlo, caminar sin tener que llegar a ningún lado.
Desde Miranda todo parece un poco más claro, los contornos, las formas, los límites entre los pensamientos y las sensaciones que son suyos y los que son de los demás. De cada uno de los demás. Sus músicas y colores, esos que solo ella parece poder ver y oír se definen con cada día que pasa, pero sigue sin comprender del todo el mundo que le rodea.
-El ratón necesita todos su átomos para vivir pero todos sus átomos no hacen un ratón -dice con convicción cuando Jayne trata de esquivarla de camino a la bodega de carga.
Con un cuchillo afilado jugando a desafiar el aire arriba y abajo en su mano derecha y un gorro de lana calado hasta las orejas, Jayne se entretiene con el palillo de su boca y murmura entre dientes algo parecido a “chalada” pero no termina de acelerar el paso por el estrecho pasillo.
River los ve, Jayne está hecho de cuadrados verdes y ocres que no se confunden entre sí. Se detiene un momento y pone toda su energía en sacarle la lengua hasta que los músculos le tiran desde la garganta. Jayne sonríe, murmura “como una puta cabra” y se aleja por el pasillo y River lo oye ahí. Ese ruido constante que ensordece todo y no la deja entender lo que pasa. Lo que dicen, lo que sienten, lo que hacen. Nadie parece ser con lógica, como las reglas matemáticas exactas y precisas que ella ve funcionar en todo el resto del Universo, en su lugar se contradicen, se contrahacen, se contrapiensan y provocan demasiado ruido.
Se agacha, se estira, se apoya en la barandilla, salta por los pasillos haciendo perfectas piruetas en dirección al puente de mando porque allí siempre está todo mucho más claro. Serenity le habla con sus curvas bronces y amarillas y ella puede escucharla con claridad, sin ruido.
El Capitán sube de su cuarto al lado del puente de mando, sonriendo y le retira el pelo de la cara.
-¿Cómo está Serenity hoy, Pequeño Albatros?
El capitán, con las manos cediendo intencionadamente el elástico que une el cuero de sus tirantes y sus curvas, suaves como las de Serenity, meciéndose entre marrones y naranjas.
-No soy solo la suma de mis átomos - le explica.
-Sí, a mi también me parece que hace un buen día.
River sonríe porque alrededor del Capitán siempre hay menos ruido camina detrás de él hasta el puente de mando. Serenity suspira hondo y River cierra los ojos tratando de separar un poco más los colores de las formas, los sonidos de los colores…
Mal no la entiende en absoluto, lo ve, lo siente en sus notas graves cuando trata de no pensar mientras pilota. Tampoco le importa, él tampoco trata de cambiarla como hace la mayoría del resto del mundo y con eso le basta.
Callada, acurrucada sobre sí misma en la silla del piloto, River agudiza la mirada y acaricia con esmero la consola de mando de Serenity.
El Capitán observa el Universo y ella observa al Capitán.
Siente su presencia cercana antes de que su nariz perciba su sutil aroma a rosas de invierno, sus luces brillantes, amarillos, turquesas, sus vibraciones elegantes y cálidas que parecen poder calmar todas las fuerzas del mundo solo con su voluntad. River se gira hacia la puerta y espera a que llegue Inara.
-¡Mal!- hay cierto tono de frustración forzada en su voz pero cuando se da cuenta de su presencia suaviza sus formas y le sonríe sin condescendencia -Oh, hola River.
River frunce el ceño - A Serenity le gusta tu amarillo- le dice con franqueza y ella ni siquiera comprueba con la mirada que en sus vestimentas rojas no hay un solo toque de ese color.
Sonríe más abiertamente- Gracias, Serenity- dice a la nada y después vuelve a sonreírle como si pudiese entenderla.
Inara tampoco la entiende pero a River tampoco le importa.
El Capitán abandona su puesto junto a la consola de mando y va al encuentro de la acompañante que apenas ha pasado de la puerta.
-¿A qué debemos el honor de tu presencia en nuestro humilde puente de mando?- hay sarcasmo en la voz del Capitán pero no en sus colores y la contradicción provoca un ligero ruido que hace que River haga una mueca con la cara.
-Dijiste que arreglarías la bisagra de mi puerta en tres días.
-Soy así de generoso.
-Lo dijiste hace un mes.
El Capitán se engancha de nuevo las manos bajo sus tirantes- he estado ocupado - apunta-robar, pasar mercancía de contrabando, esquivar a las fuerzas de la ley… ser tipos malos lleva mucho tiempo.
-Hace más de un mes que no aceptas ningún trabajo, Mal.
-Lo mismo te digo.
Las facciones de Inara se endurecen sutilmente y River les observa mientras les cubre el silencio y unos lazos invisibles y brillantes como de hilos de seda blanca se enredan a su alrededor.
Los ve a menudo. Los lazos blancos. Están por todos lados en la nave, entre unos y otros, alrededor de ella misma, a veces más brillantes, a veces más opacos, a veces entremezclados con cintas rojas y densas pero siempre están ahí. Los hilos blancos.
Inara respira hondo, recompone su calmada actitud y se inclina ligeramente a la derecha, esquivando al Capitán para verla a ella. Sonríe y vuelve a su posición original a unos centímetros de la puerta, a unos centímetros de sus tirantes de cuero.
-Se está enamorando de ti - dice Inara en una voz tan baja que River la escucha con su mente en lugar de con sus oídos.
-¿Qué? ¿Quién?
-River.
El Capitán se da la vuelta y la mira curioso y ella le devuelve la mirada con la misma curiosidad y siente que tiene que decir algo - Hay lazos blancos por todos lados.
Mal sonríe y se vuelve hacia Inara - ¿Uh?
-Creo que River se está enamorando de ti - dice con la voz suave y aterciopelada que utiliza para contarle historias.
-Nadie se enamora de mí - afirma con contundencia y se encoge de hombros - sólo me quieren por mi atractivo físico - y juega con una sonrisa de medio lado.
Inara se limita a subir una mano suavemente hasta que entra en contacto con la piel de su mejilla - todo el mundo se enamora de ti, Malcom Reynolds - y cuando se da la vuelta y desaparece con cautela por la puerta River puede ver los brillantes lazos y las insistentes cintas rojas estirarse a su alrededor.
-¿Uh? - El Capitán se queda quieto unos segundos y River se acerca curiosa hacia él, delgados lazos blancos formándose a su alrededor, alrededor de los dos. River sabe lo que son, siempre lo ha sabido, pero no sabe si sabe decirlo con palabras. ¿Lo sabe?
Son fuertes entre su hermano y ella, y cálidos entre Simon y Kaylee, son brillantes y esquivos entre el Capitán e Inara y son sutiles alrededor de Jayne y Kaylee. Los hay entre Zoe y el Capitán, entre ella e Inara, entre Serenity y Kaylee. Más fuertes, más densos, más brillantes o más opacos, los hay entre todos y cada uno de ellos. Algo así como lo que ellos llaman amor.
Algo así.
Ve los lazos, la rodean, son fuertes, son brillantes, como casi todos los que salen del Capitán y River no identifica muy bien el qué pero sabe que hay que hacer cosas por las personas que te quieren así que da un par de pasos largos, zancadas elegantes y se pone de puntillas hasta que apenas las puntas de sus dedos de los pies rozan el suelo, se apoya sobre los hombros del Capitán y deja que sus labios toquen los de él.
-¿Uh?
No es lo que se supone que debería ser. Eso lo sabe. Los lazos siguen ahí, nadando en el aire a su alrededor como mecidos por corrientes marinas pero puede sentir la confusión y cierto miedo del Capitán. Sabe que no debería ser así.
-¿Por qué has hecho eso, River? - pregunta en un tono mucho más agudo del habitual mientras la coge de las muñecas delicadamente y pone cierta distancia entre ellos.
-Hay lazos blancos- explica, y cuando eso no parece suficiente trata de elaborar - Kaylee lo hace con Simon, Zöe lo hacía con Wash, Jayne…
-¡Woa woa woa!-dice levantando las manos en actitud defensiva- vamos a dejarlo ahí por el bien de mi salud mental.
-Tú también lo haces.
-Sí pero…
-Tú me quieres - y no es una pregunta en absoluto. Ella lo ve, lo siente, lo escucha a su alrededor.
-Te quiero de otro modo- dice el Capitán, casi como si le costase decir las palabras, como si se quedase sin aire al decirlas y no tienen sentido.
River no lo entiende, los lazos blancos son lazos blancos, no hay diferencia, no son diferentes, no hay modos de lazos blancos como no hay diferentes aguas formando un océano.
-No, hay lazos blancos- insiste- tú me quieres.
-Tu hermano te quiere - dice el Capitán retrocediendo ligeramente - pero no das esos besos a tu hermano. Espero.
River eleva una ceja y mira a su alrededor tratando de analizar lo que ve y las palabras sin sentido.
Cintas rojas. No hay cintas rojas. Las hay entre Kaylee y Simon, las hay entre el Capitán e Inara, las hay entre Jayne y la mayoría de las chicas con las que se cruza, pero no las hay entre ella y el Capitán. Tampoco enredan a Serenity.
River da un par de pasos hacia atrás - no hay cintas rojas - dice casi alarmada.
-¿Uh?
Así que piensa, recuerda y de pronto se le ocurre, sonríe y avanza rápidamente por el espacio que la separa del Capitán, como una gacela que huye y cuando llega en frente suya se agarra fuerte a él, rodeando son sus diminutos brazos sus hombros y su espalda y aprieta fuerte, como hace Simon con ella, como hacía su madre cuando tenía pesadillas.
-River- dice con las palabras entrecortadas mientras da palmaditas sobre el lateral de su espalda - River creo que no puedo respirar.
River sonríe, y le suelta y va a abrazar a Serenity y cuando Jayne entra por la puerta preguntándole a Mal si ha visto a Vera, River sigue los lazos blancos y abraza a Jayne con todas sus fuerzas.
-¿Y que le pasa a esta cría ahora?
Sonríe, cierra los ojos y siente como a sus espaldas el Capitán se encoge de hombros y dice dos palabras con tono casual e intrigado.
-¿Lazos Blancos?