Dec 03, 2005 13:52
Anoche no podía dormir. Quizá fuera culpa de los cuatro cafés y una cola.
En silencio. Podía oír mis pensaminetos y el tup tup tup de mi corazón. No, me concentraba un poco y era un tu-tup tu-tup tu-tup. Podía sentir como las venas en mi cuello se expandían y comprimían. Me concentré un poco más y pude percibir cómo mi corazón se tambaleaba en su reducido espacio. Máquina constante, bien engrasada. Sin altos ni bajos, con precisión suiza. Pero espera! Eso ha sido un retraso. Una cienmillonésima de segundo, imperceptible, pero lo noto. No, no me falles. Acelera, maldito, acelera!
Cuatro cafés.
Uno nada más despertar.
Uno con mis excompañeros de trabajo. Me había tomado el día libre y aproveché para visitarlos. Se me hizo extraño caminar por el mismo camino que cada mañana soñolienta recorría cuando trabajaba allí. Fue agradable volverles a ver. No entiendo como he podido estar seis meses sin hacerles una visita.
Uno con un amigo recién parado y otro a punto de empezar trabajo nuevo. Hay personas que nunca cambian, o crees que sí lo hacen pero siempre mantienen algo invariable.
Uno después de la cena, con los solteros de siempre. Oyendo propuestas para escapar al carácter endogámico de nuestro grupo de amigos. Se ceban conmigo, precisamente porque no tienen razones para hacerlo. Todos tiene una historia reciente de fracaso o posibilidades, excepto yo.
Me he levantado pronto. Ojos semicerrados por las pocas horas de sueño. Pero decidido a poner algo de orden en mi vida. Empezando por el coche, que hacía tiempo que no lo limpiaba por dentro. Ha seguido el cuarto, la ropa, la cama... después un baño. Y estoy demasiado cansado para pensar en poner en orden las cosas más importantes.
"Oh, the rain falls hard on a humdrum town.
This town has dragged you down.
Oh, no, and everybody's got to live their life
And God knows I've got to live mine.
God knows I've got to live mine."
-- The Smiths - William, it was really nothing --