Tras unas largas vacaciones (literalmente)

Aug 27, 2010 00:31


Vuelvo como las oscuras golondrinas. (Sí, igual de poética que siempre)

Y hoy para variar, publico algo sin necesidad de poner Disclaimer -¡yujuuu!-. Me dije: venga, hoy me arriesgo, escribo algo sin robarle legalmente las ideas a nadie. A veces no debería conversar conmigo misma... los experimentos espontáneos siempre tienen algo peligroso (es mi manera de disculparme :D).
Es más, yo no pienso releerlo.
Qué miedo.

En realidad, el perro no es el mejor amigo del hombre. El mejor amigo del hombre es una cerveza. Sin embargo el perro... está hecho para la mujer. Especialmente para cuando el hombre que debería estar con la mujer (o con el perro) no llama porque está con la cerveza y los amigos, no necesariamente en ese orden. O para cuando la barrera de los diez minutos ha sido traspasada y tú ya estás convencida de que esta vez sí va a venir, y no tendrás que quitarte el vestido rojo y los pendientes de perlas que te pones especialmente para las cenas de aniversario, porque esta vez sí que sí, y de repente suena el móvil con algún mensaje que dirá algo así como "La reunión se está alargando, lo siento muchísimo". Para cuando no se percata de que has bajado dos kilos pasándolo putas más de un mes viéndole comer tan tranquilo sus patatillas fritas, sus bocadillos y -como no- sus cervezas, y tú ahí mascando chicle como una psicótica cuando lo que más te apetecería sería atracar el cajón del chocolate. Para cuando se da la vuelta en la cama con su "buenas noches" ronco y falto de ganas, ignorando totalmente tu conjunto de encaje (bastante incómodo por cierto) sin ni siquiera mirarte. Y cuando empieza a dormir un par de noches en el sofá y acaba durmiendo sólo un par de noches en tu cama (y luego...ninguna). Para cuando discutís en público y miras a tu al rededor quitándole importancia como si cualquier persona no se diera cuenta de que ahí falta algo. Para cuando desearías tener siete dedos en la mano y así no te parecerían tantos los meses que llevas sin oír un "te quiero". Para cuando los cuellos de la camisa huelen a otra.
Para cuando, en definitiva, descubres que te habría salido más barato, y mucho más sano para la salud haberte comprado desde un principio un chucho que no hablara ni roncara por las noches, al que le encantara dormir en camas acolchadas, con el que perder kilos sacándole a pasear, que no le oliera el aliento a cerveza y que jamás, jamás, jamás te hubiera roto el corazón. Pero claro... esas no son las historias que te cuentan en los libros.<




... Au revoir, mon amours

Previous post Next post
Up