Vicio 1. Inicio
Autor: Crystaldark
Fandom: Harry Potter
Pareja: Harry Potter / Severus Snape
Tema: #1 - Inicio
Clasificacion: PG. Slash
- Muy bien señor Potter. Ahora mismo me va a decir que diablos le ocurre.
Severus Snape acorraló a su alumno en los pasillos.
El chico llevaba toda la semana muy raro, más de lo normal, según el maestro. Cada vez que se encontraban, el chico huía de su presencia. Y durante sus clases podía notar el nerviosismo, y la tensión que reflejaba su cuerpo cada vez que fijaba su vista en él.
Y esto lo cabreaba sobremanera. Por ello había esperado el fin de las clases del moreno, y lo había arrinconado en ese pasillo, a la espera de una explicación.
- No, no se de que me está hablando… - Harry balbuceaba, intentando pensar una manera de escabullirse.
- No me tome por tonto Potter. Usted no se va de aquí hasta que me explique la razón de su comportamiento esta última semana.
- Verá profesor… estoy bien…yo, yo tengo que irme… la cena... el comedor…
- Potter…- Susurró peligrosamente.
Harry tragó saliva. Consideraba que su profesor de pociones estaba demasiado cerca para su salud mental. Y parecía que no tenía intenciones de dejarlo ir hasta que le dijera lo que quería saber. Muy bien, él se lo buscó, pensó mientras recurría a todo su valor Gryffindor, y acercó su rostro para besar a su profesor.
Fue un simple roce. Un beso inocente. Pero que dejó tan pasmado al maestro, que el momento fue aprovechado por el joven para escapar.
Severus Snape se quedó un rato en el mismo sitio, intentando adivinar el por qué el maldito mocoso acababa de besarlo. Y el por qué no lo había maldecido. Vaya, eso no me lo esperaba. Oh, si. Pero eso no quedaría así.
********
Después de la cena, Harry se dirigía a descansar a su torre. El día había sido demasiado largo, intentando evitar encontrarse con su maestro de pociones. Desde lo ocurrido la noche anterior, no se atrevía ni a levantar la cabeza durante sus clase, para no ver la burla reflejada en esos ojos negros.
Estaba a punto de traspasar el retrato, cuando escuchó que un alumno le llamaba. Tenía la cara pálida como si hubiera visto al mismísimo Voldemort.
- El profesor Snape quiere que vayas a su despacho. Me dijo que si no ibas enseguida nos quitaría la mitad de los puntos de nuestra casa. - Entre otras lindezas.- Yo que tú no lo haría esperar. - Dado el recado, se escabulló a la sala común.
Harry iba maldiciendo a todos los parientes y antepasados de Snape, mientras sus pasos le llevaban hacia el despacho. ¿Y ahora que narices quería? No estaba preparado para verlo. Llegó a su destino, y tocó a la puerta, deseando con toda su alma que no le contestaran...
- Pase.
Mierda.
El profesor se encontraba frente a su escritorio, leyendo unos pergaminos que hizo a un lado cuando Harry entró al lugar.
- Bien, bien. Veo que el inútil de su compañero supo darle el recado. Siéntese Potter.
Harry se hundió en la silla al otro lado del escritorio sin rechistar.
- ¿Quiere tomar algo?- preguntó Snape. Harry se extrañó, pero no rechazó el vaso de zumo de calabaza que le ofrecía el profesor. Tendrá un buen día. Grave error. Al instante notó como la poción que fuera que Snape le había echado en la bebida hacía efecto en su cuerpo. Poción de la verdad.
Mierda, otra vez.
- Veamos Potter. ¿Sabes qué es lo que acabas de tomar?
- Poción de la verdad, profesor.- Contestó mientras veía como Snape se levantaba y se acercaba hasta ponerse a su lado.
- Exacto. No trates de luchar contra ella porque no te servirá de nada.- Rodeó con su mano la barbilla del chico haciendo que este le miraba a los ojos. - ¿Qué fue lo que ocurrió anoche?
- Le besé, profesor.
- Mmm… ¿Y por qué lo hizo?
- Porque lo amo.- contestó después de intentar luchar en vano, sintiéndose humillado.
Snape se quedó sorprendido ante esto. Pensó que al chico simplemente le gustaba, pero no algo tan fuerte como amar. Escudriñó el rostro del chico, intentando saber si se trataba de una broma. Pero el joven no podía mentir. Además, estaba ese pequeño rubor que lo delataba. El maestro no pudo evitar pensar que se veía lindo.
Acercó su rostro hacía el otro que temblaba, y le susurró sin dejar de mirar esas esmeraldas que tenía como ojos.
- ¿Quiere… que lo bese, Potter?
- Si, señor.
Y se besaron. Un beso de verdad, no un simple roce como el de la otra vez. Un beso que fue el inicio de todo. El inicio de una larga y profunda relación.
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