Para: el
quinesob.
reto_diario Título: Medianoche.
Fandom: Katekyo Hitman Reborn!
Claim: Dino Cavallone/Hibari Kyoya.
Rating: K+.
Extensión: 458 palabras.
Advertencias: Random, sí, lo lamento mucho. Ojalá valga la pena...
Medianoche
Tenía el sueño ligero, por tanto, escuchaba los murmullos que salían de la otra habitación: eran Cavallone y Romario conversando a horas inapropiadas de quién sabe qué.
Se levantó de la cama, sigiloso para que no advirtieran su llegada.
Se suponía que ya debían estar durmiendo, pero ¡agh!. Desde que se mudó con el italiano no ha dormido como debería, algo siempre tiene que despertarlo a medianoche.
En fin, era la primera vez que se levantaba porque estaba harto, harto de verdad ─ya que experimentó la paciencia y tolerancia, pero terminó odiándolas porque dejaban a sus tonfas a un lado, lo cual le resultaba un desperdicio. Cansado, con sueño y enojado, empujó la puerta para sorprenderlos en lo que sea que estuvieran haciendo.
─ ¡K-Kyoya…!
─…
─ ¿Por qué…?
Los encontró a los dos, acostados en la misma cama y con sus… ¿Pijamas puestas? No era necesario encender la luz para visualizarlos, era lo más bizarro que hubiera visto en la maldita casa.
─ ¡N-no es lo que parece! ─aclaró el potro y, cuando se quiso levantar, terminó besando el suelo.
Romario no sabía a quién mirar, así que se quedó en su lugar, esperando a que lo mataran o a que su jefe muriera primero.
─Entonces… ¿Cómo explicas esto? ─tonfas en manos, el peligro estaba tan cerca…
─E-es que yo…
─¡Dígaselo, jefe! ─apresuró el mayor.
Dino se incorporó, la cara le dolía, pero aun así lo hizo.
─Me da vergüenza dormir contigo, ¿ya?
Se quedó atónito. El pelinegro arqueó una ceja.
─Mientes.
─No miento ─trataba de tranquilizarlo─, es que yo…
─El jefe ronca ─reveló Romario.
Más silencio.
─Mienten ─desconfió Hibari.
─No, es cierto ─le lanzó una fea mirada a Romario y después suspiró.
─Demuéstramelo.
─ ¿Y cómo diablos te voy a demostrar algo como eso?
─Tienes cinco segundos…
─…! ¿N-no escuchas cosas raras en las noches?
Se quedó pensando.
─ ¿Gemidos? ¡¿Es eso?! ─alzó una tonfa.
─ ¡No! Por Dios, no te engaño. Kyoya eres el único carnívoro en mi vida.
─Carnívoro, más no herbívoro.
Palabras mal utilizadas.
─Está bien, está bien. Déjame dormir contigo tres días y verás a lo que me refiero.
─De ninguna manera…
─ ¿Por favor?
─No.
─ ¿Por favor?
─NO.
─ ¿Por favor?
Y así fue como durmieron juntos durante una tercia… Hibari se arrepintió de haber aceptado. No sólo no podía dormir, ahora se mortificaba con los ruidosos ronquidos de su desgraciado ex tutor.
─Hey, Cavallone… ─lo despertó a medianoche, justo en el tercer día.
─ ¿Mmm? ─contestó adormilado.
─Lárgate
─ ¿Eh?
Dino pasó esa y muchas noches más en la azotea hasta que le encontrara solución a su problema. Hibari durmió, durmió por fin, por lo menos con la seguridad de que su potro salvaje no le era infiel.