[11/13].
Para: el quinesob
reto_diario
Título: Atardece, anochece. [11/13].
Fandom: Starry Sky.
Número: 6/100.
Claim: Tohzuki Suzuya.
Rating: K+.
Extensión: 376 palabras.
Advertencias: No.
Sabe que tiene a tres responsabilidades en sus manos. Sí, ser la mamá de un grupo es difícil y no debe tomarse a la ligera.
Cocina para ellos desde que eran pequeños; les ayuda y les brinda todo su cariño. Pero, si Tsukiko también es su hija, ¿entonces cómo lidiar con un amor que sobrepasa los límites de lo fraternal?
Pero, dejando esas cavilaciones tan fuera de lugar que a veces lo invaden, Suzuya todavía no puede creer que le hubiesen otorgado un rol tan extraño y halagador a la vez, si es que así se puede considerar.
Se queda pensando muy constantemente en cómo serían las cosas si enserio fuera la mamá: alimentaría a Yoh con onigiris, castigaría a Kanata por no hacer sus deberes y consentiría a Tsukiko sólo… Sólo por ser ella.
Le gustaría que fuera así; ser una verdadera madre para todos ellos y procurar sus sonrisas.
Minutos más tarde, la realidad le da un golpe en el rostro. Recuerda que lo único que en verdad representa, es un mísero amigo de la infancia y nada más.
O, ¿debería sentirse afortunado por esto?
El dilema lo persigue varios días; varios meses; varios años. El atardecer lo sorprende con estos pensamientos y se siente como un niño al que lo descubren comiendo dulces antes de la comida. Esta no es la metáfora correcta para su caso, pero igualmente es reprendido simbólicamente por su consciencia misma.
Y, a pesar de que sabe muy bien que debe dejar todas esas cosas de lado, sigue haciéndolo día tras día; un vicio que, si continúa haciéndolo, tal vez sólo así se vaya.
Suzuya sabe que tiene a tres responsabilidades que cuidar, alimentar y proteger, pero luego se percata de que esas tres responsabilidades no son del todo sus responsabilidades. Entonces, ¿su subconsciente sigue viéndolos como hijos en lugar de como amigos por puro capricho o porque ellos mismos se lo meten en la cabeza?
Cualquiera de estas dos son posibles y esto lo deja pensando más tiempo.
A lo mejor, ser el amigo es igual a ser la mamá, o es un juego nada más. Cuántas complicaciones.
Y todo comenzó por querer ser considerado. Por lo menos, de eso no se puede y no se quiere arrepentir.
Claim: Kinose Azusa.
Rating: K.
Extensión: 309 palabras.
Advertencias: Spoilers del volumen de Sagitario
.
Se apega a aquello que le resulta imposible porque lo cree interesante. Ahora que el mundo tiene un diseño distinto, desea explorar todas sus posibilidades una vez que siente la necesidad de ser mejor en todas ellas.
Una costumbre que su orgullo lo motivó a desarrollar. Azusa camina por los pasillos de la Academia con una semi-sonrisa en sus labios. La arrogancia de siempre lo conduce a comportamientos acomplejados; superioridad, soberbia. Se fija en su personalidad cuando alguien se lo hace notar o las circunstancias lo aterrizan en dicho punto. Se pregunta: “¿Realmente soy así?”,
Miente, porque no lo hace.
Le gusta tal y como es. Coquetea con su senpai en arquería y no se avergüenza de ello, aunque Miyaji se meta con sus metas una y otra vez. Y hablando de él, ¿qué tiene en su contra? La química nunca fue exactamente buena entre los dos; le fastidia tener que lidiar con aquél obstinado chico y que para todo le lleve la contraria.
Se calma porque no tiene sentido pelearse con sus propios pensamientos.
Bosteza, aprieta el libro contra su costado y admira el cielo que se presenta ante sus ojos; el ocaso; aquél suceso cotidiano y al que por primera vez se toma la molestia de analizar, no con fines escolares, sino con propósitos panorámicos.
La vaga idea de que algo tan repetitivo puede ser hermoso de varias maneras lo tiene maravillado, no porque no lo haya creído antes o porque sea un completo insensible: el típico genio perfeccionista que no aparta la mirada del libro, no.
Y ahora, que conoce otros sentimientos y otros colores, se siente capaz de tantas cosas que antes le eran imposibles de visualizar. Adora su nueva perspectiva, le impulsa a ser aún mejor y a ir dos pasos adelante que los otros.
El día terminó, y con él, un reto superado.