009/100.
Número: 009/100.
Título: Siete colores, siete canciones.
Fandom: Uta No Prince-Sama Maji Love 1000%
Claim: ST☆RISH.
Rating: K.
Extensión: 441 palabras.
Advertencias: Un pequeño e indirecto spoiler del final del anime.
Para: Mi tabla Abecedario de la comunidad retos_a_lacarta
Prompt: 79#.- Unidos
Siete colores, siete canciones
Se conocieron accidentalmente. Ninguno de ellos se imaginó terminar formando un grupo que los llevaría al éxito.
La escuela Saotome era la única esperanza para ellos; una manera de cumplir sus metas y sueños.
Y, a pesar de sus personalidades ciertamente diferentes; a ellos los mantenía unidos una sola cosa: música.
Eso por lo que el mundo puede seguir girando a sus alrededores; que los guió en medio de la oscuridad o les dio un motivo para seguir existiendo.
Cada uno tenía sus motivos para estudiar ahí, y el destino tuvo una razón para unirlos incidentalmente en aquél día nevado; era la hora de crear un arcoiris, una melodía que sobreviviera a la eternidad.
Y para eso… ¡Haruka debía pertenecerles!
A como de lugar.
Lo que tuviesen que sacrificar.
-Oye, Tokiya…
- ¿Qué?
- ¿Ha pensado en hacer lo de la graduación con Nanami?
-…
-T-tomaré eso como un “No te importa”.
Tokiya suspiró y se fue de la habitación. Otoya sonrió, nervioso, no se podía esperar más de su querido compañero.
- ¿Y tú que piensas de nuestra koshitsuji-chan?
-No la llames de esa manera…
- Siempre tan amargado, ¿verdad?
-…
Masato no lo soportaba, pero qué más daba, desde pequeños lo había hecho. Ren se alegró disimuladamente, ojalá su amigo de la infancia fuera más alegre, tal y como lo recordaba.
- ¡Syo-chan, ven aquí! Estas orejas te quedarán perfectas~
- ¡Ni de chiste! Primero fueron las de gato y ahora las de conejo, ¡estás loco!
- ¡Aaah! Pero dijiste que me dejarías tomarte fotos con ellas… -recapacitó-, ¿o lo soñé?
- Yo jamás te diría eso, idiota…
Syo se detuvo, se había cansado de tanto correr y de todas formas, se terminaría poniendo las orejas.
Natsuki le colocó de inmediato aquél accesorio, y no dejando pasar ni un segundo, sacó su celular para tomarle un millón de fotos si él quería.
Y así era su amistad.
- Ah, Haruka, ¿no te da vergüenza estar con tantos chicos guapos?
- ¡¿E-eh?!
-Ya sabes, me refiero a…
- ¡De ninguna manera!
-Uh, cálmate. Apuesto a que todos les has de gustar~
- ¡Que no! Ellos y yo sólo somos amigos, además, en la escuela está prohibido que…
-Pero eso no significa que no puedas enamorarte, ¿o sí?
Haruka se sonrojó de más, las bromas de Tomochika llegaban a confundirla a tal punto que prefería evitar ese tipo de conversaciones o preguntas curiosas.
Al fin y al cabo, estar rodeada de aquellos “Príncipes” ya era demasiado agotador e inexplicable como para andar pensando en ello todo el tiempo.
Así es, ellos se conocieron accidentalmente, pero qué más daba si la música y ¿el amor?, estaban de por medio.
Título: Siete colores, siete canciones.
Fandom: Uta No Prince-Sama Maji Love 1000%
Claim: ST☆RISH.
Rating: K.
Extensión: 441 palabras.
Advertencias: Un pequeño e indirecto spoiler del final del anime.
Para: Mi tabla Abecedario de la comunidad retos_a_lacarta
Prompt: 79#.- Unidos
Siete colores, siete canciones
Se conocieron accidentalmente. Ninguno de ellos se imaginó terminar formando un grupo que los llevaría al éxito.
La escuela Saotome era la única esperanza para ellos; una manera de cumplir sus metas y sueños.
Y, a pesar de sus personalidades ciertamente diferentes; a ellos los mantenía unidos una sola cosa: música.
Eso por lo que el mundo puede seguir girando a sus alrededores; que los guió en medio de la oscuridad o les dio un motivo para seguir existiendo.
Cada uno tenía sus motivos para estudiar ahí, y el destino tuvo una razón para unirlos incidentalmente en aquél día nevado; era la hora de crear un arcoiris, una melodía que sobreviviera a la eternidad.
Y para eso… ¡Haruka debía pertenecerles!
A como de lugar.
Lo que tuviesen que sacrificar.
-Oye, Tokiya…
- ¿Qué?
- ¿Ha pensado en hacer lo de la graduación con Nanami?
-…
-T-tomaré eso como un “No te importa”.
Tokiya suspiró y se fue de la habitación. Otoya sonrió, nervioso, no se podía esperar más de su querido compañero.
- ¿Y tú que piensas de nuestra koshitsuji-chan?
-No la llames de esa manera…
- Siempre tan amargado, ¿verdad?
-…
Masato no lo soportaba, pero qué más daba, desde pequeños lo había hecho. Ren se alegró disimuladamente, ojalá su amigo de la infancia fuera más alegre, tal y como lo recordaba.
- ¡Syo-chan, ven aquí! Estas orejas te quedarán perfectas~
- ¡Ni de chiste! Primero fueron las de gato y ahora las de conejo, ¡estás loco!
- ¡Aaah! Pero dijiste que me dejarías tomarte fotos con ellas… -recapacitó-, ¿o lo soñé?
- Yo jamás te diría eso, idiota…
Syo se detuvo, se había cansado de tanto correr y de todas formas, se terminaría poniendo las orejas.
Natsuki le colocó de inmediato aquél accesorio, y no dejando pasar ni un segundo, sacó su celular para tomarle un millón de fotos si él quería.
Y así era su amistad.
- Ah, Haruka, ¿no te da vergüenza estar con tantos chicos guapos?
- ¡¿E-eh?!
-Ya sabes, me refiero a…
- ¡De ninguna manera!
-Uh, cálmate. Apuesto a que todos les has de gustar~
- ¡Que no! Ellos y yo sólo somos amigos, además, en la escuela está prohibido que…
-Pero eso no significa que no puedas enamorarte, ¿o sí?
Haruka se sonrojó de más, las bromas de Tomochika llegaban a confundirla a tal punto que prefería evitar ese tipo de conversaciones o preguntas curiosas.
Al fin y al cabo, estar rodeada de aquellos “Príncipes” ya era demasiado agotador e inexplicable como para andar pensando en ello todo el tiempo.
Así es, ellos se conocieron accidentalmente, pero qué más daba si la música y ¿el amor?, estaban de por medio.