78/78
Número: 78/78.
Título: Para ti, mi querido sueño lúcido. [21/?]
Fandom: Durarara!!
Claim: Orihara Izaya, Psyche y Tsugaru.
Rating: T.
Extensión: 530 palabras.
Advertencias: Para 10pairings
● ● ●
-Te pareces mucho a Shizu-chan -destacó Izaya mientras le picaba las mejillas al rubio con un dedo índice-. Aunque, tú pareces ser más apuesto -y le guiñó un ojo.
Ante esto, Tsugaru reaccionó apaciblemente. Tan sólo cerrando un ojo por la manera en la que sus mejillas eran maltratadas por alguien a quien acababa de conocer, por lo menos psicológicamente hablando.
-Gracias -musitó por educación, sonriendo de manera amable y un tanto forzado-. Pero Shizuo-san también es bastante agradable la vista -observó el de yukata y haori azul.
-Pero no más que tú -contradijo el moreno de manera coqueta-. ¿Tú qué dices, Psyche?
Salió de su ensimismamiento de golpe, pues pensaba en cómo diablos habían llegado hasta esa situación tan bochornosa.
-E-eh, ¿perdón? -sobresaltado, meneó la cabeza para deshacerse de las ideas incoherentes y ridículas que rondaban por su mente.
Parpadeó un par de veces para que su visión se aclarara también.
Su igual rió por su reacción. Se colocó las manos en la cintura y ladeó el rostro a modo de contemplación. Tsugaru le miró desde donde se encontraba. Aquél chico seguía tan distraído y fugado como siempre, tal y como lo recordaba.
- ¿En qué piensas? -se acercó Izaya y le abrazó por la espalda.
Este se estremeció terriblemente por el contacto, pues aún no se acostumbraba a las repentinas acciones del informante. Un ligero temblor en el cuerpo lo delató, estaba nervioso.
-N-nada -negó de inmediato-, sólo eran cosas sin importancia.
-Ya veo… -le besó fugazmente la mejilla y se alejó de él antes de que su pequeño se desmoronara de vergüenza. Regresó al escritorio y volvió a dirigir su mirar hacia el rubio, que seguía inmóvil sobre el sofá-. Qué callado eres.
Psyche volteó a ver al mayor de la sala, dándose cuenta de lo tranquilo que se hallaba. Normalmente ya hubiera ido en su rescate, pero no fue así.
-Lo siento -se disculpó entonces el de cabellera rubia, como si lo hubiese invocado con aquellos pensamientos-. Me parece que no encajo aquí…
-De ninguna manera -lo consoló el de ropas oscuras con unas palmadas en la espalda-. Sin duda alguna, eres mejor que ese descerebrado de Heiwajima Shizuo -cambió su expresión un corto instante, reflejando melancolía efímera que pronto se transformó en aparente alegría.
Y la escena no dejaba de parecerle extraña, ajena a todo. Pues, esos dos se veían tan bien juntos que, dudó de si hacía lo correcto al socorrer a Orihara Izaya. A lo mejor quién debía hacerlo era Tsugaru y no él. ¿Y si no era ás que una molestia?
-Es verdad -coincidió con el otro-. Enserio perteneces aquí.
Posiblemente fue un gesto de pura consolación, tal vez se trató de algo real. Pero cuando Tsugaru creó una nueva sonrisa, más fresca y hermosa que las que solía regalar, los dos pelinegros se percataron de una cosa; Izaya no esperaba tal articulación tan generosa, y no pudo evitar asentir y reír con entusiasmo al fijarse en su sonrisa. Psyche estuvo a punto de soltar un par de lágrimas con atisbos de amargura mezclada con agradecimiento.
Qué espectáculo más bello que ese.
Título: Para ti, mi querido sueño lúcido. [21/?]
Fandom: Durarara!!
Claim: Orihara Izaya, Psyche y Tsugaru.
Rating: T.
Extensión: 530 palabras.
Advertencias: Para 10pairings
● ● ●
-Te pareces mucho a Shizu-chan -destacó Izaya mientras le picaba las mejillas al rubio con un dedo índice-. Aunque, tú pareces ser más apuesto -y le guiñó un ojo.
Ante esto, Tsugaru reaccionó apaciblemente. Tan sólo cerrando un ojo por la manera en la que sus mejillas eran maltratadas por alguien a quien acababa de conocer, por lo menos psicológicamente hablando.
-Gracias -musitó por educación, sonriendo de manera amable y un tanto forzado-. Pero Shizuo-san también es bastante agradable la vista -observó el de yukata y haori azul.
-Pero no más que tú -contradijo el moreno de manera coqueta-. ¿Tú qué dices, Psyche?
Salió de su ensimismamiento de golpe, pues pensaba en cómo diablos habían llegado hasta esa situación tan bochornosa.
-E-eh, ¿perdón? -sobresaltado, meneó la cabeza para deshacerse de las ideas incoherentes y ridículas que rondaban por su mente.
Parpadeó un par de veces para que su visión se aclarara también.
Su igual rió por su reacción. Se colocó las manos en la cintura y ladeó el rostro a modo de contemplación. Tsugaru le miró desde donde se encontraba. Aquél chico seguía tan distraído y fugado como siempre, tal y como lo recordaba.
- ¿En qué piensas? -se acercó Izaya y le abrazó por la espalda.
Este se estremeció terriblemente por el contacto, pues aún no se acostumbraba a las repentinas acciones del informante. Un ligero temblor en el cuerpo lo delató, estaba nervioso.
-N-nada -negó de inmediato-, sólo eran cosas sin importancia.
-Ya veo… -le besó fugazmente la mejilla y se alejó de él antes de que su pequeño se desmoronara de vergüenza. Regresó al escritorio y volvió a dirigir su mirar hacia el rubio, que seguía inmóvil sobre el sofá-. Qué callado eres.
Psyche volteó a ver al mayor de la sala, dándose cuenta de lo tranquilo que se hallaba. Normalmente ya hubiera ido en su rescate, pero no fue así.
-Lo siento -se disculpó entonces el de cabellera rubia, como si lo hubiese invocado con aquellos pensamientos-. Me parece que no encajo aquí…
-De ninguna manera -lo consoló el de ropas oscuras con unas palmadas en la espalda-. Sin duda alguna, eres mejor que ese descerebrado de Heiwajima Shizuo -cambió su expresión un corto instante, reflejando melancolía efímera que pronto se transformó en aparente alegría.
Y la escena no dejaba de parecerle extraña, ajena a todo. Pues, esos dos se veían tan bien juntos que, dudó de si hacía lo correcto al socorrer a Orihara Izaya. A lo mejor quién debía hacerlo era Tsugaru y no él. ¿Y si no era ás que una molestia?
-Es verdad -coincidió con el otro-. Enserio perteneces aquí.
Posiblemente fue un gesto de pura consolación, tal vez se trató de algo real. Pero cuando Tsugaru creó una nueva sonrisa, más fresca y hermosa que las que solía regalar, los dos pelinegros se percataron de una cosa; Izaya no esperaba tal articulación tan generosa, y no pudo evitar asentir y reír con entusiasmo al fijarse en su sonrisa. Psyche estuvo a punto de soltar un par de lágrimas con atisbos de amargura mezclada con agradecimiento.
Qué espectáculo más bello que ese.