Número: 50/50.
Título: A pesar de todo - Y de nuevo.
Fandom: Axis Powers Hetalia.
Claim: Estados Unidos/Japón.
Rating: K.
Extensión: 454 palabras.
Advertencias: No.
Para:
reto_diario y
30vicios Y de nuevo
La contemplación duró tan sólo una hora. Después, el americano se armó de valor y se volteó hacia su compañero con una enorme sonrisa en sus labios.
-…Y bien… -rascó su cabeza, se había puesto ansioso.
El pelinegro, algo consternado temeroso, le correspondió la mirada.
- ¿Sí?
La memoria le falla y olvida lo que iba a decirle.
Desgracia, improvisación.
- ¡¿Qué tal te fue el día de San Valentín?!
El japonés se alarma por el tono de voz que el otro utiliza. Se pone frente a él y le pone la mirada encima… De nuevo. Alfred empieza a sudar en frío.
-Bueno -medita unos segundos-, algunas jóvenes me regalaron dulces, una de mis vecinas me regaló un chocolate y… -dubitativo, de nuevo-. ¡Ah, sí! Inglaterra me visitó ese día, aunque, resultó ser algo perturbador, porque…
- ¡¿QUÉ TE VISITÓ QUIÉN?! -interrumpió abruptamente el rubio, frunciendo el ceño y asotando las palmas en el piso de madera. No se lo podía creer.
-… -retrocedió, el desconcierto aumentó-. ¿Inglaterra-san?
Alfred asintió. La angustia se le quitó de golpe y en su lugar, entraron celos.
Kiku esperó, no sabía cómo responderle. En sí, ni comprendía la reacción tan brusca que había presenciado. Tan sólo contestó una pregunta que él mismo le hizo…
- … ¿Q-qué pasa con él? -interrogó, cuidadoso.
Y entonces, la duda le invadió. ¿Qué demonios estaba haciendo? ¿Enojándose porque “él”, exactamente “él”, le había dado un presente a él? Sí, no entendió sus pensamientos ni referencias, pero igual se enfadó e intentó calmar sus impulsos improvistos.
- A-ah -y regresó a su posición original. Soltó una carcajada-. ¿Y-y qué te regaló? -preguntó a regañadientes.
El asiático, más que confundido por todas las acciones ajenas, carraspeó la garganta e intentó tranquilizarse y estabilizarse.
-Me obsequió un conejo, uno de peluche.
Ahí estaban de nuevo, las ganas de ir y golpearlo.
-… Pero no lo acepté -habló de nuevo el nipón-. Un hombre regalándole algo a otro hombre, resulta ciertamente incorrecto -bajó la mirada y suspiró-. Además, era el catorce de febrero, cuando muchas chicas entregaban los dulces, y…
Dejó de escucharle, se imaginó un día de San Valentín con él. Tal vez lo invitaría a cenar, le regalaría un montón de dulces y le enviaría una carta “Anti-San Valentin” a ese…
-… Si hubiese sido en el día Blanco, probablemente me lo hubiera pensado -observó al rubio.
-… Eh, sí -asintió sin estar seguro de lo que decía-. El día Blanco, pensar, ¡hahaha!
-…
Y ahí estaban de nuevo, silenciosos como en el principio.
Kiku mirando el cielo, esperando que aquél tormento terminara pronto.
Y Alfred, sintiéndose de lo peor. Necesitaba unas clases para no arruinar siempre los momentos.