Aug 22, 2010 00:39
Querido México,
He intentado, por años, de quererte por cómo eres, de aceptar las cosas que tienes que no van de acuerdo a lo que yo considero correcto o que van con lo que yo intento vivir. He intentado pasar por encima las cosas que nunca podré cambiar, por más que yo lo quisiera, y he tratado de vivir tranquilamente con las cosas que yo se que hago diferente o que me separan de los demás.
Sin embargo, creo que he llegado al tope de mi paciencia.
Cuando veo un pueblo entero unido en quejas sobre la política, las leyes, la falta de gobernabilidad, los precios, los empleo, los salarios, los impuestos, la desigualdad, etc, pero totalmente desunidos en soluciones y movimientos, me pregunto ¿qué pasa con esa disque unión?
Cuando veo una apatía monumental en el joven hacia los estudios y cualquier otro medio de auto superación y preparación, me pregunto ¿por qué lo desaprovechan?
Cuando veo que no importa tu esfuerzo o si hiciste tu trabajo de manera honesta porque el compañero flojo y tramposo de a lado entrega una porquería plagiada y obtiene practicamente la misma calificación, me pregunto ¿dónde está la justicia? ¿Acaso de algo sirve tratar de hacer las cosas bien? ¿Para qué, si a final de cuentas esa persona también terminará pasando y obtendrá el mismo título que yo, y se habrá esforzado mucho menos? ¿Que por mi dignidad, por saber que lo hice bien, por disque sentirme bien? Solo me siento frustrada, y siento que desperdicie mucha energía.
Cuando veo la situación tan grave y triste de los salarios y los beneficios, la verdad no juzgo a quienes salen de aqui en búsqueda de algo mejor. Cualquiera tiene derecho a buscar una manera decente de vivir para uno mismo y su familia, y si ganando 17 pesos a la hora no lo obtendrás... pues adelante, busca donde. Sin embargo, cuando digo BUSCAR quiero aclarar que digo algo DIGNO. Los que se van por el camino fácil y se meten en cosas ilegales e ilícitas, pues hasta cierto grado entiendo, pero me dan tristeza porque nunca les han dicho que aunque cueste un poco más de trabajo, podrían encontrar algo mejor. Sin embargo, si sus ejemplos a seguir no hacen esto y si su situación es tan grave, se entiende por qué sucede que se meten al crimen o a las drogas. Que mas quisiera yo que todos tuvieran la oportunidad de ver que hay algo más allá. Cuando veo la falta de ambición digna, me pregunto ¿en qué momento se perdió esta lección?
México, tienes tantas riquezas increíbles que sigo sin poder realmente entender por lo extraordinario que son. Tus riquezas naturales me impactan, y espero algún día poder ver más, ya que en este momento se me ha hecho bastante imposible. Tu riqueza histórica me deja boca abierta, con tantas leyendas, lugares, momentos y personajes que lograron tanto.
Tu riqueza humana... que te puedo decir. La mayoría de las personas son trabajadoras, creativas, dedicadas, apasionadas, solidarias y generosas. Pero México, tienes una minoría que te perjudica tanto. Te maltrata, abusa de ti, se burla, y busca cualquier manera de sacarte provecho sin darte nada en retorno. Y como lo malo siempre obtiene más reconocimiento y publicidad que lo bueno, pareciera que esa minoría son la mayoría, y es la imagen que se recibe desde adentro y hacia afuera.
Creeme, México, que he intentado lidiar con esto, recordándome que la honestidad y el esfuerzo pueden salir adelante. Pero es como pelear en una batalla donde las tropas del enemigo son 40 mil veces mayores que las mías.
Si todos tenemos derecho a buscar lo mejor para uno mismo, te expreso mi derecho.
Tengo derecho a querer estar en un ambiente que aprecia la cultura. Que más quisiera estar en una sociedad que valorara todo lo que tienes que ofrecer, que te pusiera museos y cuidara de tus espacios arquelógicos como te lo mereces. A lo mejor en otras zonas si sucede esto, lo espero. Pero donde estoy, no.
Tengo derecho a querer estar en un ambiente que valorara los conocimientos, la lectura y las habilidades de expresión. México, el joven mexicano lee en promedio medio libro por año. No logro entender esto. Por más que me digan que no, de lo más poderoso que tenemos es la palabra. Si tan sólo lo usaramos más, o con mejores intenciones...
Tengo derecho a querer ser tratada mejor. A que me valoren por ser joven. A que me valoren por ser mujer. A que me paguen lo que yo me merezca por mis estudios, capacidades, e iniciativa. A que me motiven, que me corrijan constructivamente y que me ayuden cuando lo necesite.
Tengo derecho a estar indignada por lo que estoy viendo pasar. A estar indignada por como la gente abusa del poder, del dinero, del miedo, todo por quitarle a alguien más algo que se supone que es suyo desde el momento que nació: su libertad y su dignidad. Tengo derecho a decir YA BASTA, no me gusta que se agarren a balazos, no me gusta que les valga las personas inocentes que se perjudican, y odio que nos priven de la libertad de ir tan siquiera por un café o a comprar unos zapatos sin pensar que podrías estar en medio de una pequeña guerra. Tengo derecho a querer que esto cambie, a no dejarme intimidar, y a exigir que alguien pare lo que está sucediendo.
Y tengo derecho de decirte, México, que con toda la pena del mundo, no podré quedarme a seguir viendo estas tragedias. Es demasiado doloroso, triste, inquietante e indignante. A lo mejor todavía no hayo la forma de hacerme escuchar y de poder cambiar algo, pero tampoco me rendiré y me conformaré a que así tendré que vivir el resto de mi vida.
Me duele en el alma ver lo que te está sucediendo. Quisiera poderlo arreglar, para que pudieras vivir y dar todo lo que tienes que ofrecer. Sería algo verdaderamente increíble. No es cuestión de que no puedas, creo firmamente que si puedes. Es cuestión de que lo quieras.