Percy. Vicio 28. Música
Autor: cris_snape
Fandom: Harry Potter
Personaje/Pareja/Trío: Percy Weasley
Tema: #28 - Música
Percy abrochó el último botón del abrigo de Penny y contempló a la niña un segundo, comprobando que lucía un aspecto impecable. Junto a ellos, Noah aflojaba impaciente el nudo de su corbata, sin entender demasiado bien por qué se veía obligado a ponerse el traje elegante; sólo era para las ocasiones especiales (como los eventos del Ministerio al que papá solía llevarlo), y él no sabía que tuvieran que ir a ningún sitio especial. Ni papá ni mamá le habían dicho nada, y no entendía por qué Penny estaba tan contenta. Si él fuera ella, no estaría sonriendo de esa forma tan boba, menos aún después de perder trágicamente los dientes de leche un par de días antes, ni mientras se veía obligado a llevar el pelo recogido en esas dos ridículas coletitas. Era tan... infantil. Aunque, claro, Penny nunca se preocupaba demasiado por su apariencia. A Noah sí que le gustaba lucir un aspecto pulcro, aunque odiaba la corbata y el traje. Era demasiado muggles, él siempre había preferido las túnicas de mago, mucho más cómodas y elegantes.
-¿No te has puesto el abrigo todavía? -Percy se encaró con el niño. Estaba serio y se le veía nervioso. Después de todo, ese día era muy importante para su esposa. Tras más de diez años dedicados casi por completo a la música, ahora podía ofrecer su primer concierto de verdad. En una sala discreta y humilde, pero con cierto prestigio entre los pianistas del país.
-¿A dónde vamos, papá? -Inquirió, jugueteando con su abrigo un momento -¿Y dónde está mamá?
-Eso es una sorpresa -Finalmente, y para no seguir perdiendo el tiempo, Percy le colocó la prenda de vestir al niño, que le miró molesto un segundo. No le gustaba que no respondieran a sus preguntas -Pero es muy importante para vuestra madre que los dos estéis con ella esta noche. Prometed que os portaréis bien.
-¡Sí! -Penny dio un saltito entusiasmado, y se agarró a la mano de su padre -¿Nos vamos ya, papi? ¿Nos vamos a aparecer? ¿Sí? ¿Sí?
-Me temo que no. Vuestra abuela vendrá a recogernos con el coche.
-¡Oh!
Penny pareció decepcionada. Le encantaba la magia y, normalmente, le molestaba que a su mamá no le agradara que papá la practicara en casa. Sabía que ella también había sido bruja un día, hacía ya mucho, mucho tiempo, pero por un motivo que nunca le habían explicado demasiado bien, ahora su mamá prefería vivir como un muggle.
En ese momento, el sonido del claxon de un coche inundó la estancia. Percy miró por la ventana disimuladamente y se colocó su abrigo, instando a los niños caminar delante de él. Esa noche, se sentía extrañamente feliz. Tenía una buena vida. Un buen empleo, una gran familia, y, sobre todo, a Penny y a los niños. Sin duda, unos años antes sus ambiciones eran muy diferentes, pero ahora no cambiaría nada de lo que tenía ni por todo el oro del mundo. Tal vez, algunas cosas podrían mejorar. Sobre todo, el recelo que Penny sentía contra la magia. Ni la prolongada paz del mundo mágico, ni la vida tranquila que ahora tenía junto a Percy, la había hecho cambiar su actitud respecto a eso. Ni un solo día de todos esos años había dado indicios de extrañar su vida como hechicera. Penny se dedicaba a la música, a los niños y a su trabajo muggle, y Percy había dejado de intentar convencerla para que reconsiderara su decisión unos años antes. Penny no quería saber nada de la magia, y a él ya no le importaba. Ahora, era demasiado dichoso para extrañar cosas que no tenían solución.
Fandom: Harry Potter
Personaje/Pareja/Trío: Percy Weasley
Tema: #28 - Música
Percy abrochó el último botón del abrigo de Penny y contempló a la niña un segundo, comprobando que lucía un aspecto impecable. Junto a ellos, Noah aflojaba impaciente el nudo de su corbata, sin entender demasiado bien por qué se veía obligado a ponerse el traje elegante; sólo era para las ocasiones especiales (como los eventos del Ministerio al que papá solía llevarlo), y él no sabía que tuvieran que ir a ningún sitio especial. Ni papá ni mamá le habían dicho nada, y no entendía por qué Penny estaba tan contenta. Si él fuera ella, no estaría sonriendo de esa forma tan boba, menos aún después de perder trágicamente los dientes de leche un par de días antes, ni mientras se veía obligado a llevar el pelo recogido en esas dos ridículas coletitas. Era tan... infantil. Aunque, claro, Penny nunca se preocupaba demasiado por su apariencia. A Noah sí que le gustaba lucir un aspecto pulcro, aunque odiaba la corbata y el traje. Era demasiado muggles, él siempre había preferido las túnicas de mago, mucho más cómodas y elegantes.
-¿No te has puesto el abrigo todavía? -Percy se encaró con el niño. Estaba serio y se le veía nervioso. Después de todo, ese día era muy importante para su esposa. Tras más de diez años dedicados casi por completo a la música, ahora podía ofrecer su primer concierto de verdad. En una sala discreta y humilde, pero con cierto prestigio entre los pianistas del país.
-¿A dónde vamos, papá? -Inquirió, jugueteando con su abrigo un momento -¿Y dónde está mamá?
-Eso es una sorpresa -Finalmente, y para no seguir perdiendo el tiempo, Percy le colocó la prenda de vestir al niño, que le miró molesto un segundo. No le gustaba que no respondieran a sus preguntas -Pero es muy importante para vuestra madre que los dos estéis con ella esta noche. Prometed que os portaréis bien.
-¡Sí! -Penny dio un saltito entusiasmado, y se agarró a la mano de su padre -¿Nos vamos ya, papi? ¿Nos vamos a aparecer? ¿Sí? ¿Sí?
-Me temo que no. Vuestra abuela vendrá a recogernos con el coche.
-¡Oh!
Penny pareció decepcionada. Le encantaba la magia y, normalmente, le molestaba que a su mamá no le agradara que papá la practicara en casa. Sabía que ella también había sido bruja un día, hacía ya mucho, mucho tiempo, pero por un motivo que nunca le habían explicado demasiado bien, ahora su mamá prefería vivir como un muggle.
En ese momento, el sonido del claxon de un coche inundó la estancia. Percy miró por la ventana disimuladamente y se colocó su abrigo, instando a los niños caminar delante de él. Esa noche, se sentía extrañamente feliz. Tenía una buena vida. Un buen empleo, una gran familia, y, sobre todo, a Penny y a los niños. Sin duda, unos años antes sus ambiciones eran muy diferentes, pero ahora no cambiaría nada de lo que tenía ni por todo el oro del mundo. Tal vez, algunas cosas podrían mejorar. Sobre todo, el recelo que Penny sentía contra la magia. Ni la prolongada paz del mundo mágico, ni la vida tranquila que ahora tenía junto a Percy, la había hecho cambiar su actitud respecto a eso. Ni un solo día de todos esos años había dado indicios de extrañar su vida como hechicera. Penny se dedicaba a la música, a los niños y a su trabajo muggle, y Percy había dejado de intentar convencerla para que reconsiderara su decisión unos años antes. Penny no quería saber nada de la magia, y a él ya no le importaba. Ahora, era demasiado dichoso para extrañar cosas que no tenían solución.