Imagina un mundo parecido a nuestra Edad Media, pero con un toque propio de los mundos de fantasía. Tal es así, que has oído hablar que en lejanas montañas viven reservados enanos y en lejanos bosques viven misteriosos elfos.
Pero eso queda muy lejos de tu vida cotidiana. Tu vida cotidiana consiste en cuidar de tu rebaño y proporcionar comida a tu familia. Trabajas duro, pero puedes alimentarlos todos los días y podéis permitiros asistir a las fiestas de la aldea con trajes más hermosos e incluso comer algún festín una o dos veces al año. La tierra es hermosa, tu cabaña se asienta en la orilla de un inmenso lago de aguas cristalinas rodeado por un inmenso y virgen bosque. A lo lejos puedes ver las cimas de las montañas septentrionales, afiladas y eternamente cubiertas de hielo; un sublime paisaje.
Sólo debes temerle a la noche. De noche te recogerás en tu cabaña con tus seres queridos, atrancarás la puerta y esperarás que llegue el nuevo día. Mientras, podrás oír espectrales aullidos a lo lejos. Si te asomas por la ventana más tiempo del necesario, la neblina del lago comenzará a tomar fosforescentes formas que te atraerán con una música antinatural. Si te asomas por la ventana más tiempo del necesario, verás extrañas sombras moviéndose en la linde del bosque. Es mejor volver a la cama, no vaya a cruzarse tu mirada con la de ellos.
Con un poco de suerte, podrás vivir tu vida tranquilamente y sin que las criaturas de la noche se crucen en tu destino. Si un día tu mejor carnero aparece muerto, destripado y con extraños símbolos alrededor, no investigues. Si una oveja se pierde y no la has encontrado antes del anochecer, olvídate de ella. No la sigas al bosque. Vuelve a la cama y alégrate que no hayas compartido su destino. Mientras te quedes dormido, alégrate de que no haya sido tu hijo. Porque si tu hijo se pierde, olvídate de él. Incluso si vuelve varios días después intacto de su contacto con la arboleda. Porque ya no será tu hijo.
Por supuesto si un familiar se pierde, así podrías pedir al barón que emprendiese contigo y con los hombres del pueblo una expedición para encontrarlo, pero el problema es que al barón sólo se le ve de noche y cuando abandona su castillo las desapariciones de jóvenes muchachas se suceden, para aparecer luego desangradas . Las historias que se susurran en la aldea de generación en generación te previenen de lo que hay que protegerse. Con un poco de suerte, la oscuridad no entrará en tu vida, así que cierra los ojos a la noche y espera que llegue un nuevo día.
Por supuesto algunas personas sí que se enfrentan a la noche en este oscuro mundo. Algunos lo hacen porque creen que es necesario y otros por intereses propios o por buscar fortuna.
La portada de la tercera edición de Ravenloft
Lo que acabo de describir es el mundo de fantasía gótica de Ravenloft . Una variante del juego de rol D&D de la que he sido director de juego durante siete años. De todos los juegos de rol que he practicado desde pequeño, fue éste el que me conquistó por completo. Como con todas las cosas que te fascinan, no puedo explicar el por qué de esa atracción. Mis sufridos jugadores durante este tiempo no han podido darse el gustazo de matar orcos o grandes dragones; en lugar de eso han tenido que lidiar con vampiros, fantasmas, demonios y otros personajes propios del terror mientras intentaban que sus personajes conservasen la cordura y la cabeza en su sitio y no terminasen siendo esclavos de vampiros o sectas diabólicas.
Mi primer contacto con Ravenloft se produjo a los trece años, cuando me compré uno de esos libros de "Elige tu aventura" en el que encarnabas a un caballero que debía vencer a un vampiro en su castillo para acabar con la maldición que padecía todo un pueblo.
Mucho más tarde leí otros libros y por fin comencé a dirigir mi primera campaña. Desde entonces han pasado muchos personajes, desde el corrupto mago Sandorf Sipe hasta el druida con sangre celestial Meikkaum. Desde el sacerdote que no podía curar Gwiedeon hasta el taciturno cerrajero Von Paulus.
La primera campaña consistió en las andanzas de unos viajeros que intentaban volver desde Ravenloft a su maravilloso mundo de origen, Krynn, mientras observaban como su mago iba siendo corrompido poco a poco por el mundo.
La última y más reciente implicaba a un heterogéneo grupo de cazafortunas que se veían involuntariamente implicados en los planes de un poderoso comerciante, Lord Matthew, y sus siniestros aliados del inframundo.
Ilustración de Stephen Fabian para la segunda edición de Ravenloft, para mí el mejor ilustrador que ha tenido el entorno por el toque camp, tan afín al mundo, que daba a sus paisajes en blanco y negro
www.stephenfabian.com
Ilustración de Leanne Buckley para la tercera edición de Ravenloft
www.hekeba.com/leanne
Creo que a todos nos gustan las buenas historias. Muy pocos tienen la suerte de contar buenas historias en forma de libros o incluso en forma cinematográfica. Por supuesto yo no tengo esa suerte, pero durante mucho tiempo he podido contar la historia que quería gracias a los juegos de rol y a Ravenloft. Creo que no soy vanidoso si afirmo que a veces entre todos hemos creado una historia en la que los jugadores han sentido la épica de la victoria, se han indignado ante la derrota, se han divertido y, lo más importante, han pasado miedo a veces. Vi el agobio de mis jugadores cuando debían escapar del castillo del vampiro Víctor Dominiani, cuando debían solucionar el acertijo del rejoj de Klorr para poder escapar de un monasterio que había sido consumido por el infierno, o cuando debían volver a tierra en un barco a la deriva mientras eran hostigados por un diabólico ángel caído. También ha habido investigación, como cuando resolvieron las desapariciones de pueblos enteros en una isla perdida y muchos combates épicos.
Desgraciadamente ha sido imposible acabar la campaña como a mí me hubiese gustado. Sencillamente no ha habido tiempo. Cada vez somos mayores y las obligaciones del estudio y el trabajo junto a que tres jugadores teníamos nuestras parejas fuera han hecho más difícil que coincidiéramos para sentarnos y pasar horas y horas jugando al rol. Y por faltas de ganas no ha sido.
Aquí estamos en una de las últimas partidas, Jose, Guilli y un servidor tras la pantalla de director de juego. De espaldas, Álvaro.
Desgraciadamente mis jugadores nunca sabrán qué pensaba proponerles lord Matthew en el encuentro de la última partida, o qué se esconde en la cripta de la mansión de Pantasilea. Ni sabrán cuál era el siniestro pasado de Lezama Lima ni la lucha que les esperaba en el futuro con un poderoso y siniestro hechicero muerto viviente que no era sino el mismísimo Sandorf Sipe de la campaña anterior. Estas cosas nunca saldrán de mi cabeza, y por tanto nunca llegarán a existir. Un juego de rol puede dar pie a una maravillosa historia si se hace bien. Yo creo haberlo hecho todo lo bien que he podido. Ojalá hubiese una tercera campaña de Ravenloft, ya me gustaría, pero creo que eso no pasará.
Adiós Ravenloft, me has dado los mejores momentos como friki en todos estos años. No obstante, las historias de elfos y hombres luchando contra este mundo de oscuridad seguirán inevitablemente dando vueltas en mi cabeza.