El último día de Constantinopla

May 30, 2006 01:19

Gracias a la Wikipedia y casi de casualidad, me he dado cuenta de que un dia 29 de mayo como hoy ,pero en 1453, Constantinopla caía ante los turcos: era el fin del imperio bizantino.



Por alguna razón, la civilización que conocemos como Bizancio tiene una especial atracción para mí. No sabría decir por qué me atrae tanto la historia de un imperio en constante declive, profundamente religioso y conservador, y que fue, al menos, tan cruel como el resto de civilizaciones y que además apenas tuvo contacto con España.

Quizá sea, no estoy seguro, porque veo en la historia del Imperio Romano de Oriente algo parecido a una metáfora de la lucha por una forma de vida, frente a la barbarie y la oscuridad.
Mientras el resto de Europa languidecía en la Edad Oscura, Bizancio atesoró la cultura, las riquezas, y la visión del mundo antiguo. Mientras Occidente debía gestar una cultura que partía de meras ruinas calcinadas, en Constantinopla se creaban las mejores obras de arte de la primera Edad Media. Los cronistas dicen que los panaderos de Constantinopla reflexionaban acerca de la naturaleza de la Santísima Trinidad al venderte el género, y que, pese a las constantes guerras, en ninguna parte de Europa se vivió como en Bizancio.

Soy consciente de que es una visión engañosa y falsa. Bizancio rechazó siempre las doctrinas de los filósofos clásicos, y además fueron totalmente intrasigentes con aquellos que no profesaran el cristianismo ortodoxo. En el cruel panorama de la Alta Edad Media, los bizantinos distaron mucho de ser la excepción,distaron mucho de ser la llama del alma humana en un mundo de lobos.

Pero pese a ello, hubo grandes hombres que hicieron grandes proezas en el dificil mundo medieval: El general Belisario, que reconquistó toda Europa Occidental para finalmente ser cegado y castigado por el temeroso y envidioso emperador Justiniano. Heraclio, que reorganizó el maltrecho imperio y puso fin a la amenaza persa en el este. Romano IV, que intentó desesperadamente recuperar la península de Anatolia y devolver el prestigio al imperio, mientras en la capital las intrigas palaciegas lo traicionaban y lo hacían caer preso de los Turcos. Miguel Psello, que recuperó las teorías de Aristóteles, algo que casi le cuesta la vida.
Y finalmente Constantino XI, que defendió con 8000 hombres la semiabandonada ciudad de Constantinopla frente a 80000 turcos, en el desesperado fin del imperio. Todo eso sin contar las miles de personas que simplemente llevaron una vida pacífica en el interior del imperio, ajenos al agitado mundo que existía fuera de las murallas de su mundo.

Un día como hoy los que afirmaban ser los herederos del mundo romano fueron extinguidos por los cañones y por la carga de los jenízaros. Fue el fin de una civilización tan corrupta y tan deshumanizada como otras tantas. Pero creo que lo que realmente me gusta de los bizantinos, es que siempre que levantaron una espada fue para defender un modo de vida, no para imponerlo. Si nos olvidamos de Justiniano, claro...



Restos de la muralla de Constantinopla en la actual Estambuk

historia, frikadas, reflexiones

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