PERSEEEE, la guerra de comidas♥ NUESTRO MAYOR SUEÑO. Bueno, no sé si el mayor, pero el que no podemos NO hacer, lol.
Todos los alumnos de sexto año de Gryffindor y Slytherin se adentraron en la sala, acompañados de Snape. Lizzie y Carol se sentaron juntas, como siempre, en el fondo.
-Hoy, nos batiremos a duelo. Nada de hechizos verbales, no quiero oír ni una sola palabra. Yo haré las parejas.
Luego de varias quejas, suspiros de resignación y de satisfacción, las parejas ya estaban armadas y los escritorios habían desaparecido. Como era de esperar de Snape, pensó las parejas específicamente para que los Gryffindors no se sintieran a gusto. A Carol le tocó con Greengrass (Liz se rió y le dijo que hiciera todos sus esfuerzos para salir vivo de aqeello), a Liz le tocó con Malfoy (Carol hizo una imperceptible mueca, que duró menos de un segundo), a Potter con Zabini, a Granger con Parkinson, a Weasley con Goyle, a Longbottom con Nott...
Liz se le encaró al rubio. Éste se limitó a mostrar una sonrisa despectiva.
-Veamos cómo te quejas de mi cabello ahora, Malfoy. -le susurró amenazadoramente.
-Cuidado, Turner, no querrás que tu cabeza decore las paredes de mi Sala Común. -siseó el Slytherin en respuesta.
Y empezaron a batirse a duelo sin pronunciar una palabra. Liz ya había practicado todo esto de antemano, pero no se explicaba por qué Draco era tan bueno en eso. Al haberlo subestimado, se ganó un buen tajo en su brazo, y fue entonces cuando empezó a hacerlo enserio y terminó explotando una ventana que había detrás del rubio. En ese momento, se escuchó un "¿Vale explotar el castillo?" y la risa de Carol. Aprovechando la distracción, Greengrass le dio de lleno en el pecho, lo que le sacó el aire momentáneamente a la joven, y Daphne le clavó la varita en el cuello.
-No, pero vale explotar sangre-sucias. -le susurró la rubia.
-Vaya, ¿tan rápido acabó este duelo? -preguntó, deleitándose del rubor de la castaña de Gryffindor- Diez puntos a Slytherin, por permanecer siempre alertas.
Liz, enojadísima por lo que había pasado, también aprovechó la distracción de Draco al observar la escena con una risotada, y lo terminó petrificando.
-¡Vaya, petrifiqué a una serpiente! Tal vez ahora me pueda hacer una billetera con su piel. ¿Te gustaría que le mande una a tu padre en Azkaban?
Pero Greengrass susurró un 'Finite' y lo liberó del hechizo.
-Maldita sangre impu-
-¡Hey! ¡Ese insulto está fuera de lugar! ¡Diez puntos menos discriminación! -gritó Carol, frotando su pecho.
-Señorita Blair, le recuerdo que está en mi clase. Diez puntos menos a Gryffindor.
-¿Por qué no hacemos un Día de los Diez Puntos Menos? -preguntó Weasley, enojado.
Pero antes de que Snape dijera 'Diez puntos menos', sonó la campana. Carol salió a toda velocidad del salón, y Liz la siguió, pero no pudo alcanzarla.
-Qué va, luego la animo. Este tajo me duele...
Se encontró a Madam Pomfrey curando a Neville, que tenía un ojo hinchado y la nariz partida.
-Nott no te la puso fácil, ¿eh Neville? -le dijo Perse, sonriéndole con comprensión.
-No, pero yo tampoco. Le rompí la muñeca cuando lo hice caer.
-¿Y por qué no el cráneo? -rió la chica.
Luego de haberse curado el tajo, se fue al Gran Salón, y divisó a su amiga sentada y sirviéndose, curiosamente, todos platos con bastante concistencia y grandes. Se le acercó y se sentó frente a ella.
-Qué importa, Coco, sólo te distrajiste. Ya tengo la venganza planeada. ¿A que no sería genial-?
-No. Voy a iniciar la guerra de comidas ahora, en el almuerzo.
-¿El enojo te hace imprudente? -preguntó Liz, divertida.
-Pues parece que sí. -le respondió secamente.
-Te haré enojar más seguido, entonces.
Pero Coco sólo se encogió de hombros.
Carol se puso a buscar una melena rubia entre la mesa de verde y plateado. Y no sólo encontró una, sino que dos, y muy juntas. Palideció.
-Oh, parece que Malfoy le está agradeciendo a Greengrass. ¿Por qué no me agradece a mí por no haber hecho servilletas con su piel?
Pero Carol, cegada por los celos, le tiró una pata de pollo a Daphne. Se hizo algo de silencio.
-¡Oh, lo siento, el plato estaba resbaladizo! -le gritó. Liz y varios Gryffindors rieron.
Al instante, Liz ya le había tirado una de las copas de cobre a la cabeza del rubio, que se frotó la cabeza con un gesto de dolor luego del impacto. Mirando fijamente a Liz, sacó la varita, pero ningún hechizo vino de ella.
Si no que de repente, sintió como el jugo de calabaza caía cobre su cabeza, y comprendió que había hecho levitar una jarra.
-Oh, me las vas a pagar...
Pero Coco se le adelantó y, con un movimiento de varita, hizo que el plato de Draco fuera directamente a su cara. Soltó una risotada fría...
...que no duró mucho, porque Parkinson ya estaba de pie y lanzandole una tarta de melaza por la cabeza, que Liz se encargó de repeler...
...y no le dio tiempo para defenderse de que la sopa caliente le diera de lleno en el cuerpo, y cuando escuchó la risa de Greengrass...
...Carol aprovechó para meterle una copa en la boca, y Liz hizo que todo lo del séctor cercano a los rubios saliera volando...
Y por si no fuera poco, los hermanos Creevey, los Weasley y varios alumnos de séptimo de Gryffindor, aprovechando su último año, se unieron a la guerra.
Y los Slytherin tampoco quedaron atrás.
Gritos de "¡Paren!", "¡Me dio con la copa, maldito hijo de-", "No, soy prefecta, ¡basta!" y de platos yendo para el piso y comida al techo comenzaron a llenar el Gran Salón. Perse tiraba jarras al aire, para que cayeran donde quisieran en la mesa Slytherin, y Coco se divertía hechizando cuchillos, cucharas y tenedores para que se pongan a corretear por la mesa y golpear a las serpientes.
Los Slytherins, más en serio, hacían volar tenedores, cuchillos y platos calientes, y un grupo de Gryffindors se encargaba de la protección.
Parecía como si la guerra si hubiera premeditado hace tiempo, y cada uno cumplía un papel distinto.
Pero el verdadero desastre fue cuando Dumbledore se levantó, usó el encantamiento 'Sonorus' y gritó '¡PAREN!'
Olvidados de la existencia de los profesores, los alumnos de Slytherin y Gryffindor, y algunos de Ravenclaw y Hufflepuff, miraron asustados al director.
-¿Serían tan amables, las señoritas Blair, Turner y Greengrass, y el señor Malfoy, de acompañarme al despacho?