Hola!
Tenia este fic guardado desde hace un millon de años, en realidad es el primero que escribi de skins y le tengo cariño. Es diferente a los otros que tegno de esta serie, menos PWP y mas tierno, con algo de angst, romance... no sé, es distinto.
Espero que os guste ^,^
Titulo: Visita nocturna
Fandom: Skins
Autor/a:
cloe2gsPareja: Tony/Maxxie
Resumen: A veces la vida nos da segundas oportunidades aunque estas comiencen del dolor de los demas. Una simple accion de James destroza a Maxxie y hace que Tony se de cuenta de que ahora puede hacer las cosas bien.
Advertencia: Esta centrada despues de la segunda temporada.
Un golpe, dos. La puerta retumba, pero nadie se molesta en abrir.
Toca el timbre varias veces hasta que al final lo deja pulsado, como si su dedo se hubiera pegado a él. Se oye un grito parecido a un “ya va, joder” o algún improperio similar, pero le da igual, porque su dedo no se despega del timbre.
La puerta se abre de forma brusca y un pelirrojo cabreado le mira en calzoncillos desde el interior del apartamento. Cuando ve al rubio, de pie al otro lado de la puerta, le reconoce por las fotos que Tony tiene en su habitación; aunque ahora no parece el chico feliz que salía en ellas, no cuando tiene los ojos rojos por el llanto y esta pálido y ojeroso como si no hubiera dormido.
―Hola ―le dice cuando recupera el habla.
―Hola ―dice en un susurro― ¿Está Tony?
―Sí, pasa. ¡Tony!
Maxxie entra en la casa, se abraza a sí mismo y mira a su alrededor con apatía intentando buscar a su amigo.
―Soy Kyle ―se presenta el pelirrojo―. Amigo y compañero de piso de Tony.
―Yo Maxxie.
―Encantado ―le dice sonriéndole― ¡Tony!
―Ya voy, ya voy ―se oye la voz de un dormido Tony mientras entra en el salón con los ojos entrecerrados por la claridad de la luz― ¿Qué coño te pasa?
―Tienes visita.
Tony pasea la mirada por la habitación hasta encontrarse con Maxxie, de pie en medio de la sala, mirándole fijamente.
―Maxxie ¿Estás bien? ―le pregunta acercándose a él aunque la respuesta sea más que obvia.
El rubio no responde, tan solo niega con la cabeza con fuerza y muerde el labio para no romper en llanto. Tony siente como algo se rompe en su interior y se acerca a su amigo. Cuando llega a su lado, le pasa una mano por el pelo y le abraza apoyándole contra su pecho.
Al sentir los brazos del otro a su alrededor, Maxxie no puede más y se aferra a la camiseta del moreno con fuerza, escondiendo la cabeza en su cuello y llorando desesperado, igual que ha estado haciendo desde que salió de Londres. Ese llanto desgarrador hace que algo se estremezca en el interior de Tony, haciendo que apriete su abrazo y le lleve despacio a su habitación. Kyle les mira en silencio y sonríe levemente antes de meterse en la suya y ponerse los auriculares negros con Green Day de fondo. No sabe si su compañero de piso y su amigo harán algo esa noche, pero no piensa arriesgarse y levantarse en un par de horas para pedirles que dejen de hacer ruido.
Por su parte Tony sienta a Max en su cama, sobre las sabanas desechas, y se sienta a su lado acariciándole el pelo, intentando que se tranquilice y le cuente porque está así, llorando, roto por dentro y a kilómetros de donde se supone debería estar. Quiere preguntarle todo eso y mucho más; pero sabe que el otro no está preparado para hablar de ello, porque Maxxie hace las cosas a su ritmo, no al de los demás, y cuando quiera contárselo lo hará.
Tras desahogarse de las emociones que había estado reprimiendo, el rubio alza la cabeza y sonríe levemente a su amigo para demostrarle que está bien, que no tiene que preocuparse; pero Tony le conoce y sabe que no es cierto, que no está bien. Aun así, se separa de su lado y se acerca al armario, del que saca un poco de ropa, más ligera que la sudadera y los vaqueros que Maxxie lleva.
―Gracias Tony ―le dice cogiendo la camiseta que el otro le tiende―. Lamento haberte despertado.
―No pasa nada Maxxie. Lo que no entiendo es que haces aquí. En Cardiff.
―No sabía a donde más ir ―responde mientras sus ojos vuelven a llenarse de lágrimas― Anwar está en la India con su familia y…
―Era tu última alternativa ―dice con cierto resentimiento en la voz. No es que no se lo esperase pero le duele saber que no fue la primera opción de Maxxie.
―No. No lo eras. A decir verdad, fuiste la primera persona en la que pensé ―dice tumbándose en la cama con la camiseta aún en la mano.
―¿Qué ha pasado Maxxie? ―le pregunta tumbándose a su lado.
―James… nosotros… hemos estado teniendo algunos problemas últimamente ―reconoce con pesar y algo dentro de Tony se remueve feliz por lo que escucha.
―¿El chico maravilla y tú habéis discutido?
―Estas últimas semanas he estado muy liado con los ensayos del musical para el que me han cogido ―comienza a relatar Maxxie mirando al techo―. El caso es que no nos hemos visto demasiado. James empezó a decir que si hubiera sabido que las cosas serian así no se hubiera ido a Londres conmigo. Que no pasábamos tiempo juntos porque le estaba haciendo de lado y no sé cuantas cosas más.
―Capullo.
―Hoy salí antes del ensayo y me fui a casa para darle una sorpresa y… ―Maxxi dejó de hablar antes de morderse con fuerza el labio inferior― Y… estaba con otro chico.
Tony se incorpora de golpe mirandole fijamente. Maxxie vuelve a abrazarse a sí mismo y rueda hasta quedarse tumbado de lado en posición fetal, con los ojos cerrados y sin querer mirar a su amigo. El moreno intenta tranquilizar los latidos desbocados de su corazón. Sabe que el rubio lo está pasando mal, pero no puede evitar alegrarse al pensar que por fin ha alejado al otro de su vida. No tiene muy claro lo que siente por Maxxie, sólo sabe que hay algo que le atrae, que le hace sonreír cuando mira las fotos del instituto, que le excita cuando recuerda el viaje a Rusia… Sin embargo él es un ser racional. Hay que asegurar los hechos antes de crearse falsas esperanzas.
―¿Estás seguro?
―Les vi en el sofá. Acaramelados, viendo una película ―dice abriendo los ojos para fijarlos en los azules de su amigo ofendido porque el otro piense que son imaginaciones suyas―. Tenías razón sobre él. No es más que un gilipollas.
―A lo mejor lo has malinterpretado. Si estaban viendo una película puede que sea porque son amigos. Anwar y tu veis muchas películas juntos y no significa que folleis.
―No Tony. Sé lo que he visto.
―¿Has hablado con él?
―Le llamé y le dije que saldría unos días de la ciudad. No me veía con fuerzas para recriminarle nada.
―Haremos una cosa. Tú ponte esa camiseta para dormir y te metes en la cama. Mientras yo iré a hablar por teléfono.
Maxxie asiente en silencio y se incorpora para desvestirse. Tony no puede evitar mirar la bronceada piel que queda al descubierto y tiene que obligarse a sí mismo a salir de la habitación si no quiere terminar sobre el rubio besando cada centímetro de su piel. Coge el móvil de Maxxie, sin que este se dé cuenta, y busca el número de James en la agenda. Lo marca con su teléfono y espera a que descuelguen al otro lado de la línea.
―¿Si? ―pregunta una voz adormilada al otro lado de la línea.
Tony no responde al principio. Ha oído la voz del novio de su amigo al teléfono antes y no sonaba así.
―¿Quién es, amor? ―pregunta otra voz al otro lado. Y esa sí que pertenece a James.
―No lo sé. ¿Hola?
―Entonces cuelga y volvamos a lo que estábamos haciendo. Echo de menos tu boca en mi…
No sabe como termina la frase. Cuelga antes de seguir escuchando. Sin embargo puede imaginárselo. Aprieta el teléfono con fuerza y mira la puerta que da a su habitación. Maxxie está al otro lado de ella, destrozado por alguien que no merece la pena. Toma aire un par de veces, no quiere entrar en el dormitorio furioso como lo está ahora; así que respira hondo y entra tranquilo. Ve al bailarín sentado como los indios sobre la cama, con los bóxers negros y la camiseta blanca de manga corta que le ha dado; mirando hacia la puerta, esperando a que volviera a la habitación.
―Tenias razón al pensar lo peor ―dice Tony sentándose a su lado.
―No quería tenerla ―reconoce pasándose con fuerza el dorso de la mano por la cara, limpiando las lagrimas que han empezado a caer de nuevo de sus ojos.
―Lo siento Maxxie.
―No es culpa tuya Tony. Tú no eres el que folla con otro.
―No, no lo soy ―reconoce acercándose al rubio y apartando unos mechones de su frente mientras le mira fijamente a los ojos―. Si tú estuvieras a mi lado nunca haría nada como eso.
―No mientas ―añade Maxxi con la respiración acelerada debida a la cercanía del otro―. Tú también has sido infiel. Michelle puede corroborarlo.
―Era un crio. He cambiado. El accidente lo cambió todo.
Max le mira en silencio e instintivamente se pasa la lengua por el labio inferior. Tony desvía la mirada de los ojos a esos labios que le tientan y, como si de un hilo invisible se tratara, antes de que puedan reaccionar se están besando. Es un beso, dulce, sin prisa, en el que quieren recorrer todos los rincones de la otra boca. Se separan y el moreno se muerde el labio inferior anhelando que se repita; el rubio, por su parte, esquiva su mirada con las mejillas sonrojadas.
Es Tony el que da el primer paso, él que apoya su mano en la barbilla del otro para que le mire a los ojos. Al hacerlo ve un torrente de sensaciones contradictorias que le hacen sonreír levemente. Le da otro suave beso y se tumba en la cama. Max le mira sin saber cómo reaccionar. Quizás debería irse, puede que eso fuera lo más inteligente, pero, sin embargo, allí sigue, con el sabor de Tony en su boca, deseando que vuelva a besarle, pero sin atreverse a dar el primer paso.
―Ven ―le ordena el moreno cogiéndole de la muñeca y tirando de él.
Max se deja hacer y se recuesta a su lado, siendo abrigado por los brazos del otro que le acercan a él. Así es como les encuentra Kyle a la mañana siguiente. Los dos abrazados, con las sábanas por los pies, la cabeza rubia sobre el pálido pecho del moreno, las respiraciones acompasadas y unas sonrisas en los dos rostros. Cierra la puerta con sigilo, tal como la ha abierto y les deja dormir un poco más. Es sábado, no hay clases, pueden permitirse el lujo de no salir de la cama.