Feb 07, 2009 23:55
Entonces caí en cuenta de que si tenía una idea de lo que quería escribir...
Les relatare una historia muy interesante n _n;; que escribi mientras escuchaba canciones y dibujaba con palabras:
Carol Ann, ese era su nombre, era una jovencita pequeña, pseudo inteligente, menudita, a veces simpática y otras veces con un caracter de los mil y un diablos... Bien, Carol Ann era muy enamoradiza, pero ella estaba enamorada del amor, si señores, del amor ¿Como es esto? quiza algún despabilado se pregunte y bueno, le dare una respuesta no muy vaga pero tampoco exageradamente explicada: Este sentimiento al que me refiero seria como... esas mariposas en el estomago que revolotean por doquiera haya espacio en uno mismo cuando ve a la persona amada, eso que sientes cuando escuchas una canción de amor y crees compartir ese no sé que que el cantante interpreta melodiosamente, si, exactamente eso que sientes cuando estas empezando a enamorarte, Carol Ann, esta jovencita amaba ese sentimiento y cada que conocía a alguién de quién se prendaba y se enamoraba lo disfrutaba al máximo... Eso por que Carol Ann quiza no conocía más alla que el enamoramiento ya que ella estaba maldita. Traía mala suerte a aquellos que fijaban sus ojos en ella y decidian acompañarla en la senda del amor.
Uno pensaría, valgame ¿Pues en que cuento no existe la maldición o la oposición que se tiene que vencer para ganar a la princesa?, pues esta no era una maldición cualquiera, oh no ingenuo lector,esta maldición cual bateria de test psicometricos, uno detras de otro con 100 preguntas que contestar para conocerte así era la maldición de Carol Ann, mala suerte tras otra, tras otra y también un item desconocido, algo a lo que el valiente que quisiera amarla tendría que enfrentar después de una ardua batalla con enemigos atemporales anteriores. Alguna vez Carol Ann, aquella jovencita de ojos café que brillaban al posarse la luz sobre ambos conocio a un niño en ese entonces, ambos eran niños, él muy maduro, amable, de ojos esmeralda, ella muy tonta y superficial, pero aun así ella se enamoro de él y él al tiempo después se enamoro de ella... Ambos crecieron y finalmente después de algunos malos entendidos pudieron iniciar una relación en la cuál se amaban tanto, ella se preocupaba por él y él no quitaba sus ojos de ella. Era extraño ver una pareja así, eran sinceros, si un amor sincero sin mancha hasta... que empezo a machanse... ¿Lo habrias adivinado? ahi empezaba la maldición, tan rápida, tan fuerte, tan desgarradora y voraz.. la mala suerte empezo a propagarse por todo el ser del joven, desgracia tras desgracia le ocurria, pero el la amaba y aunque sabia que si se alejaba de ella las cosas mejorarian para él, al final, decidio seguir a lado de su espejo roto ambulante llamado Carol Ann, porque ya saben lo que dicen de los espejos rotos, son de mala suerte y a este joven le siguieron años dolorosos propagados de mala suerte por tal decisión.
¿Que tanto sufria el joven has de preguntarte? bien, yo diria que frustración, deseos de cosas por las que luchaba se iban volviendo imposibles. Cada que lograba algo con arduo trabajo le era arrebatado de sus manos, directa o indirectamente por Carol Ann. El amaba a Carol Ann y muchas veces se veía en la encrucijada de elegir algo muy bueno o dejarlo para estar con Carol Ann y todo porque ella estaba maldita ¿Si recuerdan que se los mencione? si, la maldición, bueno, una parte de ella constaba en que Carol Ann a veces se entregaba a la tristeza, pero no una tristeza normal, no eran sus mejores años de hecho eran los más oscuros de sus 17 años de vida y por alguna extraña razón quedaba absorta en la tristeza profunda, lloraba día y noche, y a veces, se encerraba en su soledad y si en algún momento le hubiera faltado su amado sabra dhioz que hubiera sido de ella... Por tal razón su amor no podía abandonarla y sacrifico muchisimas cosas aun así su ya muy desgastada alma para mantenerla a flote, feliz y sobre todo cuerda, porque era una tristeza enloquecedora de esas en las que te pierdes y no ves la luz a menos que una mano te guie hacia ella de otra manera vagaras en la oscuridad y si tienes suerte de salir estaras tan tocadin que querras regresar ahi y no enfrentarte a tan cegadora luz porque este mundo ya no es soportable para aquellos que deambularon en esas aguas turbias de demencia.
Carol Ann por su parte también sufría ya que aunque la mala suerte no la afectaba a ella directamente lo que le ocurria a él le hacía sufrir ¿Como uno puede ver que el amor de su vida sufre y quedarse de brazos cruzados? Ella intentaba estar con él cuanto pudiese pero la distancia entre ambos la cuál era muy grande en temporadas crecia y en temporadas se desvanecia así que no podían estar juntos el tiempo que deseaban. Pero cuando estaban juntos se la pasaban tan bien que los momentos desesperantes y tristes se hacían pedazos de papel mojado en sus cerebros hasta finalmente desaparecer... pero obviamente regeneraban cuando se separaban y los dos estaban solos a expensas de la mala suerte y demencia de nuestra protagonista Carol Ann.
Já ja ja... amarga risa en el eco del suave crujido de las paredes...
Aun falta mucho de esta historia sin lectores, quedan muchas letras por escribir, muchos dibujos que plasmar que quiza nadie más que yo vea... Pero alguién tiene que escribir la historia de Carol Ann... Y tal vez algún día, lector anonimo quiza no existente, conoscas al joven de los ojos esmeralda con un futuro maldito entre manos... Porque la mala suerte a veces hasta puede pegarse...
carol ann