Autora:
EXObubz - [
Fic original]
Traducción:
ciel_funtom95Beta:
joker_cokerPairing: Baekyeol (Baekhyun y Chanyeol)
Advertencias: angst
☆☆☆
Una de las cosas que Baekhyun descubrió en uno de los tantos días que seguía a Chanyeol por la biblioteca fue el interés en el código binario. Chanyeol se sentaba y miraba en los montones y montones de libros de referencias para los exámenes o test venideros de sus clases; Baekhyun miraba por encima de los hombros de otros estudiantes, observándoles como solía hacer ya que era más un observador que alguien hacedor. No fue hasta que miró por encima el libro de uno de los estudiantes que captó su interés por la cantidad de ceros y unos en la página.
El estudiante escribía en un lenguaje que Baekhyun reconoció y sus ojos estaban pegados al libro. Le tomó un momento darse cuenta de que estaba traduciendo los números. No importaba cuánto mirara, Baekhyun no podía conseguir descifrar cómo narices se conseguían letras de una disposición azarosa de los dos primeros números positivos (aunque cualquiera podría decir que el cero es neutro).
Fue entonces que Baekhyun se separó y volvió corriendo a donde se sentaba Chanyeol. Entonces, rápidamente le preguntó a su inteligente novio lo que había visto, a lo que Chanyeol contestó con su rostro habitual.
-Es código binario, Baek.
Binario.
El binario es fácil aunque aún reservado hasta el punto de que sólo unos pocos del público general podían entender. No sólo eso, pero tenía algo “guay” que atrajo a Baekhyun. Esbozando una sonrisa, Baekhyun agradeció a Chanyeol, besando rápidamente al ratón de biblioteca que tenía por novio, antes de ir por los alrededores de la biblioteca en busca de algo que le enseñara el arte del código binario.
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En los primeros días de matrimonio, de vuelta a su pequeño apartamento, los dos dedicaban los sábados a las películas. Unas veces verían comedias románticas y otros, dramáticas películas familiares que dejarían a uno de ellos (la mayoría de las veces, Baekhyun) llorando.
En esas veces, Chanyeol acariciaría la cabeza de Baekhyun y le diría que no llorase, que era sólo una película y que llorar no cambiaría nada de lo que ha pasado. A eso, Baekhyun se enrabietaría y contestaría, desafiando a Chanyeol al preguntarle si estaba mal o no desear un desenlace distinto. Chanyeol siempre le respondería diciéndole que no valía la pena esperar un final distinto porque la película ya estaba hecha y no había nada que lo fuera a cambiar.
Baekhyun procedería a llamarle bruto insensible, a lo que Chanyeol ignoraría la observación, se inclinaría y besaría las lágrimas de Baekhyun, producidas por la película.
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Cuando el primer libro de Baekhyun se publicó, al fin se sintió libre. Sentía que podía ir y visitar a Chanyeol pero el éxito que vino con la publicación, también trajo un horario repleto. La noche que Baekhyun fue a visitar a Chanyeol, se basó en cháchara general. Baekhyun todavía decía “Te quiero” y también Chanyeol, pero las palabras no destilaban la misma calidez que antes.
E hicieron el amor aquella noche, había necesidad pero, por un momento, se sintió forzado. Los dos lo sintieron. Sintieron que había una brecha entre ellos. Había un miedo entre ambos que buscaron llenar al hacer el amor como antes, pero no consiguieron nada. Chanyeol estaba cansado. Baekhyun estaba cansado. Pero aún hicieron el esfuerzo de sentir algo más del anhelo de dormir y descansar tras una noche lujuriosa juntos.
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Los juegos de mesa eran algo de lo que solían disfrutar los viernes. Cuando Chanyeol llegaría a casa sobre las seis, Baekhyun prepararía la cena y elegiría un juego de mesa para jugar. Tras comer, lavarse los dientes y jugar a algo caliente, cogerían el juego de mesa y comenzarían.
Algunas veces había apuestas. Una vez, jugaron al Monopoli. Cada vez que Chanyeol comprase alguna propiedad de Baekhyun, el más pequeño tenía que quitarse algo. Chanyeol (siendo el licenciado en empresariales) siempre jugaba estratégicamente y tendría a Baekhyun completamente desnudo a los treinta minutos de juego.
Sus noches de juegos de mesa nunca duraban demasiado. El crujir de la cama siempre duraría más que los juegos. Y, cuando terminaban, Chanyeol susurraría “Yo gano”. Baekhyun sonreiría, le acercaría y negaría con la cabeza.
-No, yo he ganado -diría, besando a Chanyeol profundamente-. Eres mío. Para siempre.
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- Tengo un evento de firmas este fin de semana, Yeol -diijo Baekhyun sonriendo a la webcam.
Chanyeol le devolvió una sonrisa cansada.
- De verdad, genial. ¿Cómo va tu libro?
Asintiendo, Baekhyun sonrió.
- Sí, está bastante alto en los gráficos para nuevos autores. Estoy muy contento con eso.
- Felicidades, Baek.
- Gracias, Yeol -seguidamente hubo un silencio alargado por un segundo- Así que, ¿vendrás? ¿Por favor?
Abriendo la boca, Chanyeol dudó. Sabía que era más probable que no pudiera ir así que no estaba seguro por qué lo dijo.
- Claro.
Sin que Chanyeol se diera cuenta, los ojos de Baekhyun se iluminaron.
- ¡Compra un libro! ¡Lo firmaré para ti! -bromeó. Después miró la hora-. Ah, ahora tengo que irme -dijo Baekhyun bostezando.
Chanyeol se aguantó las ganas de bostezar él también.
- Está bien. Adiós.
- Adiós -dijo Baekhyun, asintiendo- Oh, ¿vendrás a casa este fin de semana?
- Baekhyun, yo...
Escondido tras una sonrisa, Baekhyun le cortó.
- ¡Está bien! Ya sabía la respuesta así que no tienes que decir nada. Lo comprendo… Aun así,
deberías volver algún día. He plantado algunas flores bonitas en el jardín -viendo la cara de
Chanyeol, Baekhyun supo que su marido no sabía cómo responder a eso. Con la sensación de que hacía que se sintiera mal, Baekhyun retomó el humor incluso si le tensaba el rostro- Sacaré fotos para ti, ¿vale?
- Vale.
- Adiós, Chanyeol. Te quiero.
Chanyeol se tomó un momento.
- Adiós, Baek.
Baekhyun esperó por el “Te quiero” que solía seguirle pero, tras dos segundos, asintió y se desconectó. Pensó que Chanyeol sólo estaba demasiado cansado para acordarse; demasiado cansado para recordar esas tres simples palabras.
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Baekhyun tenía el hábito de grabar palabras en los árboles. De vuelta a cuando tenían los fines de semana libres, dejarían el apartamento e irían al parque. Era ahí donde Baekhyun usaría un objeto puntiagudo para grabar sus iniciales en la madera. Chanyeol se mantendría vigilando, preocupado de que algún tipo de autoridad arrestara a su caprichoso marido por herir un árbol, aunque lo hiciera por amor.
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En el evento de firmas, una masa de personas apareció pero no importaba cuánto estirara el cuello, no podía ver a su gigante por ningún lado. Suponiendo que tal vez llegaría un poco tarde, Baekhyun continuó con su día, firmando felizmente a las fans y a los curiosos observadores que estaban interesados en conseguir un libro firmado por un posible futuro famoso escritor. Esperó y mantuvo la promesa de Chanyeol en su corazón, pero según desaparecía la multitud y todavía no se veía a Chanyeol por ningún lado, el corazón de Baekhyun se sintió un poco vacío.
Sabía que no tendría que tomárselo a pecho. Chanyeol estaba ocupado, lo sabía. Pero también sabía que Chanyeol no hacía promesas que no podría mantener, así que se dijo que estaría ahí.
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La siguiente vez que se vídeo-llamaron, Baekhyun no intentó parecer feliz, porque no lo estaba. “Molesto” era la palabra, pero no quería atacar porque Chanyeol estaba ocupado. Tenía una excusa para no ir a una estúpida firma de libros. Pero no era sólo una “estúpida” firma libros para Baekhyun. Era su primera y quería que Chanyeol estuviera ahí, pero no lo estuvo, y eso era todo.
Chanyeol estaba demasiado cansado para darse cuenta de que algo iba mal. Se había disculpado, pero el humor de Baekhyun no pareció mejorar a pesar de decir que estaba bien. En cambio, esto irritó a Chanyeol, haciendo que cortase su llamada y le deseara buenas noches.
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Con el éxito llegaron las obligaciones. Ya no había tiempo para el ocio. Ya no era posible para uno pasar el tiempo con sus amados o reconectar con amigos. El tiempo ya no daba momentos íntimos. Daba la oportunidad de la productividad en la vida de uno, pero en el trabajo.
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Igual que fotografías antiguas, su relación comenzó a cambiar. Igual que las imágenes desteñidas que una vez fueron brillantes y animadas, su relación había evolucionado a un estado obsoleto y quieto. Se habían vuelto extraños en su propio matrimonio, a veces olvidando los momentos que solían pasar juntos cuando las cosas eran más sencillas.
Las llamadas eran cada vez menos frecuentes. Los mensajes de texto, breves. Las visitas eran raras. Básicamente, habían parado.
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Dos años y once meses en su colgante matrimonio, Chanyeol estaba de pie en su habitación, mirando su reflejo perfecto en el espejo. Se arregló los puños de la camisa y perfeccionó su peinado. Miró la hora y descubrió que estaba programado, no había ningún minuto de descanso. A pesar de su minuciosa rutina, no podía hacer más que sentarse al borde de su cama, dejando escapar un pesado suspiro mientras miraba la pared.
Su corazón se sentía pesado y le había tomado semanas (tal vez meses) auto-diagnosticarse su mal. Era incierto. Luchó contra el horrible pensamiento de ya no estar enamorado de su marido, pero según pasaban los días, encontró con que no podía negarlo más.
Se sentía solo, pero Baekhyun estaba demasiado lejos para alcanzarle. Chanyeol sabía que aún amaba al moreno autor, a quien veía algunas veces en periódicos o en la web, pero sabía que no se sentía igual que antes. No habían hecho el amor en meses. Baekhyun le visitaba raramente. Las citas nocturnas no eran posibles por sus horarios. De hecho, cuanto más pensaba Chanyeol sobre eso, veía más a Baekhyun en sus cortas y poco frecuentes vídeo-llamadas que en persona.
Girando la cabeza, miró su cama vacía. Lo echaba de menos. Echaba de menos la atracción, las acciones… Todo. La distancia era una cosa. La separación era otra. La falta de comunicación auguraba el final, pero era el pesado sentimiento en el corazón de Chanyeol el que lo dejaba en el suelo.
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Algunas veces Baekhyun había pensado en avanzar, pero su corazón no se lo permitía. Aún amaba a su gigante a pesar del hecho de que cada noche iba a casa con “su” tranquilo estado sólo para tumbarse en una cama con un lado frío desocupado al final. Echaba de menos las noches en las que se quedaban despiertos solamente para susurrarse cosas el uno al otro. Echaba de menos los juegos de mesa, los árboles y las películas. Lo único que le hacía aguantar el día eran las fotografías del día de su boda.
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Chanyeol estaba obligado a ir a la fiesta anual de Navidad de su empresa por las apariencias y tuvo que rechazar la invitación de Baekhyun de volver a casa por las vacaciones. Como siempre, Baekhyun dijo que lo comprendía y colgó poco después. La falta de peleas y las tranquilas aceptaciones de Baekhyun preocupaban a Chanyeol. Pensó que, tal vez, si Baekhyun hubiera luchado por él un poco más, hubiera dicho que sí. Pero entonces se recordó a sí mismo que no podría haber aceptado. Estaba ocupado.
Con una relación seca y fría como el tiempo, Chanyeol avanzó. Con una bebida en la mano y una sonrisa en su rostro, levantó los ojos. Fue en esa fiesta anual donde conoció a Kyungsoo.
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Durante uno de los momentos más difíciles en la semana de los finales de Chanyeol, Baekhyun convenció a su compañero de cuarto, Kris, para que le dejara entrar pronto una mañana. Dejó tres de los favoritos caramelos de Chanyeol cerca de sus libros de texto antes de andar de puntillas hacia Chanyeol y dejar gentilmente una nota en su cabeza. Con una sonrisa en el rostro, Baekhyun rió suavemente antes de deshacer el camino y abandonar la habitación.
Cuando Chanyeol se levantó por su alarma treinta minutos después, lo primero que notó fue el papel pegado en su frente, impidiéndole frotarse los ojos. Quitándoselo, entornó los ojos y miró más de cerca las letras. Con los ojos enfocados, se dio cuenta de que lo que había escrito no eran letras sino ceros y unos.
“01000111 01101111 01101111 01100100 00100000 01101100 01110101 01100011 01101011 00100000 01101111 01101110 00100000 01111001 01101111 01110101 01110010 00100000 01100101 01111000 01100001 01101101 01110011 00101100 00100000 01100111 01101001 01100001 01101110 01110100 00100001”
Los ojos de Chanyeol descendieron y vieron al final parte del mensaje.
“01001001 00100000 01101100 01101111 01110110 01100101 00100000 01111001 01101111 01110101 00100001.”
A pesar de estar recién levantado, Chanyeol tomó algo de tiempo para descifrar la nota. Según caminaba hacia su clase esa mañana, rápida y eficientemente copió los números en su móvil. Usando un traductor, leyó lo que Baekhyun le había escrito.
“¡Buena suerte en tus exámenes, gigante!”
Por último, Chanyeol tradujo el mensaje más corto del final.
“¡Te quiero!”
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Las Navidades pasaron y todo lo que compartieron fue una carta por parte de Baekhyun. También envió un regalo sencillo. Baekhyun no sabía qué enviar, así que envió tres caramelos.
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Debería sentirse mal, y tal vez lo hiciera, pero según pasaba el tiempo, la atracción en la oficina crecía. Lo que comenzó como inocentes miradas eventualmente evolucionaron a algo más físico, empezando desde el momento en que Kyungsoo tomó la delantera y depositó sus labios sobre los de Chanyeol.
Y cuando Chanyeol tumbó a Kyungsoo en su cama, se deshizo de la voz en su cabeza que se mantenía diciéndole que Kyungsoo no pertenecía ahí. Le decía que esa era también la cama de Baekhyun, pero nunca la de Kyungsoo. Ante esto, Chanyeol ejecutó a su conciencia, razonando que Baekhyun ya no estaba ahí, que estaban separados, y que necesitaba algo. Algo que Kyungsoo podía darle y Baekhyun no.
Antes de que Kyungsoo descendiera sobre el cuerpo de Chanyeol, tomó su mano y le quitó el anillo de casado, tirándolo sobre un lateral, de donde caería silenciosamente al suelo.
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Fue ya avanzada la primavera cuando Baekhyun sufrió malestares. Comenzó a darse cuenta cuando, cada vez más frecuentes, los dolores de cabeza no se iban. También se dio cuenta de que su cuerpo se sentía cansado. Tras dos semanas de intentar superarlo con pastillas, cedió. No tenía mucha idea de qué estaba mal, salvo que eran dolores de cabeza y cosas que pronto se irían con las mágicas píldoras que le daba el médico.
Fue sin esperar nada y volvió con la sensación de que el mundo entero estaba sobre sus hombros, presionando también a su corazón.
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Le dijeron que tenía una prueba TAC programada para el día siguiente, pero por una vez, Baekhyun realmente no quería ir solo. La primera persona que vino a su mente fue Chanyeol, su marido y su apoyo. Cogiendo rápidamente el metro, Baekhyun se dirigió al apartamento de Chanyeol, aguantando las lágrimas e intentando aparentar ser fuerte frente a él.
Después, montó en un taxi sólo para quedarse congelado cuando el conductor le preguntó por la dirección. Se dio cuenta de que en ese momento no la sabía. No caía en ella. Lo intentó pero no pudo recordar la dirección que una vez conoció como la palma de su mano. Frustrado y molesto, incapaz de explicar su repentina pérdida de memoria, Baekhyun salió del taxi y optó por correr porque, al contrario que la dirección, recordaba borrosamente las calles y las esquinas por las que les había llevado anteriormente en sus viajes.
Tenía la esperanza de que se reconciliarían y tomarían una noche para arreglar un año de tiempo perdido. Baekhyun había esperado e imaginado, pero según sus ojos enfocaban a un Chanyeol saliendo del apartamento con alguien, sus manos entrelazadas y rostros sonrientes de felicidad, Baekhyun se detuvo y vio cómo esas esperanzas desaparecían.
Y, al igual que el dolor que había estado sintiendo esas semanas, sus ojos se volvieron lentamente acuosos, antes de derramarse hasta que no pudo aguantar más. Con rodillas temblorosas y ojos ciegos, dio un paso atrás y giró en la otra dirección. Solo.
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