Tittle: La relatividad de la realidad
Personajes/Parejas: Kurt/Puck
Rating: Es para adultos.
Nota de Autor: Este es un nuevo fic y si les gusta lo continuo "No soy un inútil total!, por lo menos sirvo de mal ejemplo."
Lesluthiers
Capítulo I: La relatividad de la realidad
Dedicado a Tinubiel…Te amo…
Todo estaba en completo silencio solo se podía escuchar aquellas respiraciones entre cortadas. Sentí como sus labios gruesos y cálidos, besaron ese punto, entre mi oído y mi cuello. Cerré mis ojos, mientras sentía como mi cuerpo temblaba. Mis manos de forma inconsciente se aferraron a su cintura, ¿Qué diablos estoy haciendo? Me pregunte, como si no entendiera hacia donde quería que llegara esto. Él busco de alejarse, pero mis manos se lo impidieron, lo deseaba más cerca, más y más cerca.
Agacho su mirada, como si esperara el inevitable rechazo, acaso un fuerte empujón, o un grito o una señal de repulsión, pero para su sorpresa y más para la mía, lo que sucedió fue lo opuesto.
Mi mano derecha se alejó de su cintura y se dirigieron a su rostro, acaricie su mejilla y levante su mentón quería que me viera a los ojos, que viera que no solo estaba pasándome algo, si no que ardía una llama, una llama solo encendida por él.
-¿Qué quieres hacer?- cuestiono
-Quiero besarte- respondí sin rodeos, un poco nervioso, pero es lo que quería. Acerque sus labios a los míos.
-¿Cómo me besaras?¿lento o con desesperación?- Pregunto
-Lento- dije teniéndolo más cerca y si, un beso lento, uno en que delineara, cada rincón de esa sensible piel, mientras que en mi boca, estallaba el sabor de su labial. Los mordí suavemente, notando que a él le gustaba eso y fue mi instinto, porque lo primero que sentí es que esa era mi nueva fruta del deseo.
-¿Te gusta el sabor de mis labios?- susurro debajito muy cerca de mis labios, yo apenas pude asentir, porque me estaba saboreando.- ¿A que saben?- añadió
-A fruta, es fresa o algo así- Dije inconsciente
-Es cereza y es el labial que uso para que no se me resequen los labios- Contesto.
Demonios, como alguien tan pequeño, que aparentemente podría demostrar debilidad, podía llevarme al borde del deseo.
-¿Quieres que continúe?- Pregunto, como si dudara… ¿Continuar? ¿es que hay más de esto?
-Si- respondí sintiendo como aun mi cuerpo temblaba.
-¿Quieres que muerda tu hombro?- Añadió con esa sensual forma de ser y yo apenas moví la cabeza, afirmativamente.
Sus labios comenzaron a acercarse a mi cuello, su respiración tibia chocaba con mi piel que ahora ardía, sus manos recorrían lentamente mi torso, para detenerse en mi pecho, ya podía sentir la humedad de sus labios contra mi piel, yo pedía más cercanía, más de él cuando dijo.
-Están llamando a la puerta-
Diablos caí en mi pesada y cruel realidad…. Estaba sentado en mi escritorio, viendo como esas palabras salían del monitor, mientras mi cuerpo reaccionaba a las mismas. Extraño sentir como tu cuerpo vuela, solo al leer las palabras de aquella persona que deseas.
Temblaba mis manos estaban frías y mi respiración agitada. ¿Qué fue eso? Pensé, mientras leía lo que él me escribía, por el Messenger.
-¿Te gusto?- ¿Gustarme?, ¿gustarme?, donde puedo presionar para repetir.
-Si- apenas pude escribir.
-¿Y… me imaginaste a mí?- Obvio era una buena pregunta, al final de todo yo era un heterosexual consumado y el pues, él era él.
Tal vez no entienden ni media palabra de lo que digo, pero lo que les trato de explicar, es algo que solo puede definirse en una sola frase “la relatividad de la realidad”.
Mi nombre Noah Puckerman, peso promedio, talla promedio, edad promedio e inteligencia por debajo del promedio.
Si, así soy yo ahora, un graduado de la secundaria, estudiante de una universidad, trabajador compulsivo, adicto al café y a todo lo que lo contenga y por su puesto un idiota que trataba de entender por qué la chica de sus sueños rompía con él.
Noah he tratado de ser lo más sincera contigo y ahora temo con estas palabras lastimarte y no quiero lastimarte, sé que mereces alguien mejor, sé que no encontrare a alguien como tú en el mundo, pero por ahora es mejor que nosotros sigamos nuestros caminos, pues tú tienes tus problemas y yo los míos.
Aquellas palabras escritas en minúscula, en un frio y sin título correo, fue lo único que me quedo de ella. Esa tarde, mi castillo se derrumbó, dejándome como única prueba de lo que sentía un anillo de matrimonio costoso, el dolor de haber sido rechazado antes de poder intentarlo y por su puesto más preguntas que respuesta, porque seamos sinceros, alegar múltiples responsabilidades o no tener tiempo no eran buenas razones, al menos para mí, para romper, había algo más, existía algo más.
Yo había dejado atrás mi pasado, algo intenso, de mujeriego, frio y sin sentimientos y ahora cuando mencionaba la palabra te amo y te quiero, lo hacía sintiéndolo realmente, deseando con cada palabra, tener familia, esposas e hijo, todo aquello del cual renegué y tal vez, solo tal vez, eso me dolía mucho, dolía imaginar y ofrecer todo a alguien que hizo que como todo todo tan simple como inicio todo termino.
Recuerdo aquella noche, aunque no llovía yo sentía mi propia nube sobre mí, empapándome y yo quería hablar con alguien, decírselo a alguien así que tome mi celular y contacto a contacto fui descartando. Descartando aquellos que me llamarían idiota porque yo ya me sentía así, aquellos que me juzgarían porque ya me sentencie y aquellos que me dirían te lo dije, porque yo presentía que esto pasaría. Aquella noche, no necesitaba a alguien que me dijera lo que yo ya sabía, alguien que me señalara, alguien que me dijera lo que era obvio, necesitaba a alguien cuyo corazón fuese de esta tierra, cuya mente calmada me hablara objetivamente y que pudiera entenderme.
Aquella noche envié ese correo, colocando de la forma más corta lo que me sucedía, esperando que él me respondiera que no me dejara solo y de hecho así fue…
Él me respondió sinceramente y hasta este momento creo que no fue tan duro como pudo haberlo sido, porque al fin y al cabo, él es Kurt Hummel.
Nuestra relación era muy antigua, de bravucón y de víctima, pero con el tiempo las cosas fueron cambiando, comenzó a confiar en mí y para mí fue muy fácil confiar en él.
A diferencia de muchos de nosotros, él tenía su camino bien trazado, sabía lo que había que hacer y como lo había que hacer, tenía confianza y seguridad, cosa que yo con el tiempo la había perdido, aunque la sabía ocultar bien, bajo quilos y quilos, de arrogancia.
Él salió de Lima, con todo listo y eso incluye a su actual pareja, es decir, Blaine, un chico lindo, inteligente, con muchas cejas, con un cerro de virtudes y…acostumbrado a relaciones completas y sanas.
A Kurt y a mí nos separaba una distancia equivalente a varios países, pero aun así y extrañamente fue el único miembro del club al cual no le perdí la pista, al que no quise expulsar de mi vida, a pesar de mis múltiples y bien conocidos, compliques y líos mentales
Como amigos habíamos tenidos varias altas y bajas, varias lárgate, varias desaparécete, varias me desaparecí, varias reaparecí, varias eres estresante y varias gracias por estar aquí y a pesar de todo aquello malo, que nos pudo separar, siempre encontramos la forma de volver y nuestra amistad es tan buena, que fue en él que pensé aquella noche, cuando como un tonto adolecente, me cortaros las patas, por un correo electrónico.. A veces odio internet….
No se cómo específicamente se dio todo o el punto exacto en que comencé a sentirme atraído, solo sé que de repente, estaba en mi oficina conectado al msn, solo esperando su respuesta o sintiéndome preocupado porque no sabía nada de él o molestándome cuando Blaine y él discutían o lo más cumbre, sintiendo que la rabia me comía cuando decía que hacían algo.
Al principio lo asumí, como una amistad, una buena amistad, una demasiado buena amistad. Me preocupo por mi amigo, alago a mi amigo, demonios, alguien lastimo a mi amigo, él es mi amigo, pero la línea que separa la amistad y el amor, es muy delgada, tan delgada que no te das cuenta cuando la cruzas, solo cuando estás del otro lado, deseando besar más, tocar más y eso fue lo que hice cuando me dijo deseo seducirte y la verdad es que yo quería que lo hiciera.
Ese día, no hace mucho de hecho, cuando él me hizo esa simple pregunta, ¿me imaginaste a mí?, todo en un enter cambio.
-Si- respondí, todo para mi es nuevo, desde sentirme atraído, hasta imaginarme en estas situaciones, pero como todo lo nuevo, trae consigo millones de preguntas. ¿Quién soy ahora? ¿Qué seré? Y la más importante ¿Qué significo para él?....¿Mañana me escribirá? ¿Me ignorara? ¿Qué debo hacer?....
Había más contras que pro, pero allí estaba yo, esperando la siguiente palabra, el siguiente instante, la siguiente oportunidad, repitiéndome a mí mismo que la realidad es relativa y deseando con todas mis fuerzas, que esta no se termine….
Dedicado a Tinubiel…Te amo…
Espero que te guste y que les guste…
Se les quiere, valora y respeta
Chris.