Capitulo II: Sundae de parchita, Odio y dragones

Mar 14, 2012 16:30


Tittle: I'll be there for you 
Personajes/Parejas: Kurt, Puck, Glee… 
Rating: Es para adultos.  
Nota de Autor: Este es un nuevo fic y si les gusta lo continuo "No soy un inútil total!, por lo menos sirvo de mal ejemplo." 
Lesluthiers

Capítulo I: Pequeña Miss Lima…

Capitulo II: Sundae de parchita,  Odio y  dragones

Algo de tiempo sin publicar…Esta historia está  dedicada a dos personas, la primera mi hermana, a la cual quiero muchísimo y a tinubiel como regalo retrasado de cumpleaños y una forma de disculparme o pedirle perdon..

Deseo pedir disculpar por mi ausencia… Danny_Tb Javoss, Laty y demas personas que no menciono… Me disculpo, espero que sea de su agrado y como siempre estará en sus manos si quieren que lo continúe…


Camine hasta aquel pequeño lugar, un tanto confundido, había tantos colores, texturas y cosas que ver, que era demasiada información para mi pequeño cerebro. Tome el pequeño picaporte y de golpe abrí la puerta, para encontrarme con esta situación….

Mi boca se abrió, solo apunto de pegar el grito más grande de toda mi vida, mientras él se cubría, con sus brazos y manos hasta donde podía.

-No me veas, no lo hagas- me ordenaba

-Ahhhhhhhh!!!- apenas pude pronunciar, pues automáticamente sentí su mano en mi boca, ahogando mi grito y su otra mano tomo mi brazo, para meterme, en el probador.

Cerré mis ojos y solo me faltaba mecerme como un idiota repitiendo, ve a tu lugar feliz, ve a tu lugar feliz.

Estábamos en un probador de apenas unos dos metros y yo solo me decía a mí mismo que esto no estaba sucediendo, pero para ordenar un poco las cosas, pondré pausa a mi recuerdo y explicare.

El que estaba semi desnudo, probando hasta la ropa interior en un pequeño probador de una enorme tienda de departamento, es la reina del pueblo y es cierto, con ustedes el adicto a las compras Kurt Hummel, vamos los aplausos.

El idiota con cara de traumado sin creer que estaba en un probador con él, era yo, Noah Puckerman, a lo lejos se escucha como un bebe llora. Ahora si puedo continuar describiendo la situación.

-No grites, pensaras que estamos haciendo algo malo- Me susurro- Y por dios, abre los ojos, Puck debes calmarte-Yo apenas asentí, logrando que él me liberara- Ahora, solo sal del probador y esto nunca sucedió.

Apenas salí del probador, miles de cosas pasaron por mi cabeza, ver a Kurt Hummel en ropa interior no era mi idea de lo extremo y aunque ciertamente había visto muchos chicos casi desnudos en los probadores del gimnasio, pero mi cabeza no procesaba muy bien las cosas y era como ver a otra chica y era un poco traumático.

-Puck- escuche una tímida voz

-Yo no vi nada, no sé nada, no se- grite, mientras me aferraba a la puerta del probador. La cara de perdida de mi hermana era un poema, casi podía gritarme con su expresión que había perdido la razón.

-Solo quiero mostrarte este vestido, ¿Qué te parece?- Mi hermana giraba con el vestido rosado, con holanes y cosas como estas- Me parece que me queda lindo, pero me  queda un poco grande, tal vez Kurt…

-Ahhhh!!- grite y ella me miro como si ahora está de manicomio- No, no, porque no te pruebas otros y cuando Kurt pueda te atiende.

-Pensé que estaba contigo- Me replico

-Está en el baño, ahora, ve aprobarte otros vestidos- Dije con la sonrisa pasmada.

-Ok, ok, uy que insoportable eres- mi hermana comenzó a caminar rezongando y diciendo un poco de cosas que yo no entendía. A los pocos segundos escuche como la puerta se abría, así que me gire y cerré los ojos de nuevo.

-Por Dios, que exagerado eres- Murmuro Kurt.

-¿La ropa es de su agrado?- Pregunto una vendedora que ni si quiera había notado que estaba allí.

-Si, por favor, cárguela a la tarjeta, con las demás prendas- Kurt entrego la ropa a la chica y tomo mi brazo, para obligarme a sentarme. Kurt me sirvió un vaso con agua- Ten, bebe.- Ordeno.

Miles de cosas pasaban por mi mente, la verdad no quería decir nada incomodo o algo demasiado personal, que le obligara a dar detalles, pero muchas veces mis nervios me traicionan y me  hacen decir cosas idiotas, así que me repetía una y otra vez no digas nada tonto, no digas nada de doble sentido…

-Y…..Blaine y tú ya pasaron a segunda, tercera y home- Kurt abrió sus ojos de par en par y uso esa expresión de ofendido, mientras el color rojo inundaba su rostro. Era divertido molestarlo, pero mi conciencia me gritaba ERES UN IDIOTA, ¡ ¡ ¡ ¡ ¡ERES UN IDIOTA!!!!!.- Es decir ustedes ya..-

-Ese no es tu asunto- Contesto interrumpiéndome y mirándome como si estuviera loco, admitiré, que no era muy lógico, hablar de un tema como ese, mientras esperábamos que mi hermana saliera de probarse su nueva ropa, sin contar que había visto a Kurt modelar ropa interior

-Claro que lo es, no quiero que tu novio interfiera en mis negocios. Además si tú eres feliz yo soy feliz, sin contar que lo que te medias debe ser para el- Dije sonriendo de par en par, viendo como mi broma le incomodaba más y más y mi idiotez me hundía más y más.

-Es algo que tú  no comprenderías.- Señalo levantando la cara en señal de orgullo y no entendía que tan bueno podía ser, ser virgen y soñar en un probador con una ropa interior.

-Hazme comprender.- Sonreí, tomando un poco de agua.

-Él.. él es… un dragón -Me ahogue con el agua, pues en toda mi vida había escuchado expresiones extrañas, expresiones, que harían que todo cambiara, pero esta. Esta era algo completamente diferente, eso era como algo épico, así que por un breve instante, me imagine a Blaine, rojo, con escamas y lanzando fuego y Kurt disfrazado de damisela o será de caballero, si mi imaginación es muy fértil.-No te atrevas a reírte Noah Puckerman

-Mira- dije aguantando la risa hasta mas no poder-No me rio, no me rio, así que explícame

-Ser un dragón, es un concepto que tu jamás comprenderías, significa cuidar y amar a tu pareja más allá de tus propios deseos e impulsos, es que te importe lo que sienta, más allá de lo que tú puedes sentir, significa no ser egoísta y eso claro que tú no lo podrías llegar a conocer ese concepto Puck.

Era la primera vez que me llamaban egoísta, de una forma tan arreglada y perfumada, en aquel momento no le di mayor importancia a una expresión como esa, a decir verdad me gustaba más el producto de mi imaginación y sin mentira a veces veía a Blaine por los pasillos y lo imaginaba, rojo, con escamas y lanzando fuego.

Ese día había sido agotador, llevaba a mi hermana en brazos, cansada de medirse vestidos y probarse trajes de baño y aún faltaban muchas cosas más. Kurt llevaba la media docena de bolsas, solo en ropa para mi hermana y mi estómago ya crujía como un ogro.

-Oye no sé tú, pero yo tengo hambre- Murmure

-Sí, hay un restaurant, de sushi por aquí y…

-Nada de pescado crudo, una hamburguesa es lo mío- Le dije, mientras el me miraba extrañado- Yo la invito.

Pedí lo más gigante que había en el menú, con papas y soda doble,  él una simple ensalada y ese extraño sundae de parchita.

Mientras comíamos él comenzó hablar de muchas cosas, entre ellas que la parchita en muchos países se le decía maracuyá, era extraño pero fue la primera vez, que me interese, en algo mas que mis papas y mi hamburguesa, vi en el no solo alguien que era objeto de mis burlas, si no alguien interesante. Sabia mucha cosas y la forma en que las decía no te hacía sentir inferior, fue una conversación adulta o al menos eso fue lo que creí en aquel instante, porque no hablaba, de que combinación aplicar para pasar Assansi Creed o God of War, era más que eso y me gusto.

-Oye, oye- Vi como alguien me tronaba los dedos en el rostro-Captaste mi orden-  salí  de mis pensamientos y dije

-Lo siento puede repetirme su orden-

-Quiero un angus chipotle con tocineta, papas grandes, soda grande y un sundeae de parchita.- Había tomado muchas órdenes ese día, pero esa tenía algo muy especial. Cuando estas en una situación complicada, por lo general una mínima acción puede disparar un recuerdo feliz, en este caso, un sundae de parchita, me saco de mi patética rutina, hasta llevarme al momento en que escuche por primera vez algo tan extraño, tenía una nombre un tanto diferente, pero aun así era genial.

Se dice que en los momentos difíciles, puedes ver quiénes son realmente tus amigos, también puedes ver parte de tu carácter y reconocer  lo que odias. Esas palabras para mi eran profundas, pero hasta el momento solo he podido confirmarlas. ¿Dónde comenzar?, tal vez por declarar que ODIO MI TRABAJO….

-Bienvenido a Macdonald, le tomo su orden- La sonrisa que se te queda pasmada, aunque estés realmente al borde de la nada, sin contar que tu jefe es un idiota que usa un ridículo sombrero y tus compañeros, o están a tu nivel de esclavitud, o tan sencillamente son unos lame botas. ¿Resentido? un poco, pero como siempre había excepciones.

En todo pueblo, toda escuela, todo lugar tiene un chismoso de profesión, uno que dedica su vida entera a ver la desgracia de los demás y a publicarla, pero este chismoso tenía algo adicional, es un abusón.

-Miren que tenemos aquí, al gran Puck, vendiendo hamburguesa-

Odio tantas cosas de mi vida, odio las burlas, odio que me desprecien…sencillamente odio.

No se cómo, no sé  cuándo, salte la barra y comencé a golpear el chico, pero claro, para toda acción hay una reacción y la reacción fue un lindo despido y la cara mallugada.

Estaba en la calle sentado, pensando que sería de mí a partir de ese instante, necesitaba el dinero, necesitaba el empleo, realmente lo necesitaba, cuando a lo lejos vi a Rachel que venía hacia mí con mi hermana.

Mi pequeña hermana corrió hacia mí y me abrazo.

-Faltaste a clases hoy- Murmuro Rachel.- Y tu hermana te fue a buscar a la escuela.

-No me pierdo de nada- Conteste, alejando a mi hermana y poniéndome de pie.- Y mi hermana sabe dónde estoy

-Pero es solo una niña.- Rachel suspiro-Puck, estas actuando extraño, ¿está todo bien?- Pregunto acercándose a mí.

-¿Tu qué crees?- Pregunte, tratando de zafarme de una situación que se volvía cada vez más peligrosa para mí, así que tome la mano de mi hermana y comencé a caminar lejos de la chica.

-Vamos Puck, sabes que puedes hablar conmigo y con todos en club, tu nos importas- Grito ella y allí todo en mi cerebro hizo corto circuito, así que me gire a ella, sintiendo que como mis viseras se volvía mi corazón.

-No, Rachel, yo no de hecho no te importo, no le importó a nadie, podría lanzarme de un puente en este mismo instante y ni si quiera notarían que falto, porque seamos sinceros, todos quieren algo de mí, todos usan algo de mí y luego si te he visto no me acuerdo y sabes está bien pues ya me acostumbre. Así que no quiero tu compasión, no quiero tu falsa amistad, no quiero nada, solo déjame en paz.- Tome la mano de mi hermana y me aleje de ella.

Odiaba que sintieran lastima por mí, odiaba que a las personas no le interesara, pero más que nada odiaba la soledad, odiaba la sensación de vacío, odiaba sentir que mi habitación era muy grande, odiaba el cambio que había dado mi vida, odiaba sentirme así…

-Auch…, me estas lastimando- Me queje, mientras me aferraba a mi cama.

-No pensé que fueras tan llorón- Me contesto, mirándome con rabia.

-No soy llorón, solo que me duele- Conteste, desviando la mirada.

-Eres mi hermano mayor, deberías evitar las peleas- Dijo, frotando el algodón, sobre mi nueva herida.

-Debería evitar muchas cosas y aquí estoy- Murmure, sintiendo sus pequeñas manos sobre mi rostro.

-Bien, ya casi termino, aunque sería bueno que fueras a urgencias- Dijo mi hermana colocando una bandita de toy story, sobre la herida, que estaba sobre mi frente y luego dejando una bolsa de hielo sobre mi ahora inflamado labio.-Estas listo.- Odiaba ir a los hospitales, odiaba estar en ese lugar, odiaba sus paredes blancas, el olor y hasta el ambiente era horrible, no consideraba que un sitio como este ayudara a mejorar a alguien.

Mi odio hacia los hospitales, era de vieja data, detestaba ir a esos lugares, aunque mi vida dependiera de ello, pero estos últimos meses, mi visita eran más frecuentes, por una razón o por otra, siempre terminaba en esos lugares, ya sea usando una bata que me mostrara mi trasero, hasta esperando, con el corazón en la mano y la hombría subida hasta la garganta.

-Gracias- Conteste, levantándome de mi cama y moviendo mis hombros, tratando de soportar el dolor. Podía sentir su mirada sobre mí, casi preguntándome qué demonios había sucedido. Ignorarle era lo mejor que podía hacer, así que le pregunte- ¿Tus deberes ya están listos?.- De un adolecente despreocupado, me había vuelto una especie de ser responsable, detestaba eso. Había tantas cosas que odiaba de mi vida, tantas que si comenzaba a enumerarlas, podría pasar horas y horas escribiendo y eso sería demasiado, pues mi atención no puede estar fija en algo.

-Sí, casi todas, pero debo disfrazarme de Ohio, para la clases de geografía y estaba pensando, que Kurt…-Al mencionar el nombre, las cosas en mi mente cambiaron.

-Kurt, no nos ayudara ahora, de hecho ya no nos ayudara más, así que es mejor que me digas que necesitas y lo hare a mi forma.

-Pero tú no sabes cómo coser o hacer algo como esto-

-Ese es mi asunto- dije levantando la voz- Las cosas están así ahora, así  que adáptate- Conteste, mostrando mi peor lado, obvio todos tenemos un peor lado y el mío estaba saliendo a la luz. Mis gritos, habían asustado a mi hermana, así que su expresión me hizo reaccionar, así que pase la mano por mi rostro, tratando de aclarar mi mente- Pediré ayuda está bien, no harás el ridículo- Me arrodille hasta quedar a su nivel y posando mis manos sobre sus hombros añadí- Te lo prometo- Ella asintió no muy convencida, para mí era muy fácil prometer y muy difícil cumplir..

-¿Puedo quedarme aquí  esta noche?- Me pregunto y yo le dije que sí, sin meditar nada más. No me gustaba que mi hermana durmiera en mi habitación, pero al fin y al cabo, era lo menos importante en mi mente, pues debía conseguir un nuevo empleo, sí, mi carrera de asaltante de cajeros automáticos había pasado a la historia, la verdad era mayor los riesgos que los beneficios, también mis labores de limpiador de piscinas con servicios adicionales, no estaban dando frutos o no los que yo requería, así que decidí entrar al mercado regular, entiéndase el de comida rápida , sin muy buenos resultados.

Mientras mi hermana se acurrucaba en mi cama, encendí mi computadora y comencé de nuevo a escribir, pues tenía muchas cosas en mi mente. Tal vez debía comenzar, por admitir que me gusta el sundae de parchita, que jamás seré un dragón y que por ahora odio gran parte de mi vida, de lo demás no diré nada más.

Espero que les guste.

Se les quiere, valora y respeta

Chris

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