El amor...Ese estúpido sentimiento. 5/?

Aug 08, 2011 23:06

Ups...se me paso actualizar, bueno, si hay gente k este siguiendo este ff se va a llevar una sorpresa porque voy a poner por lo menos cuatro capis seguidos XDDD...fallo tecnico, lo siento jejejee


CAPITULO 5

A Elena se le cayo el mundo a los pies cuando oyó esas palabras. Asuntos sociales. Pero...¿¿Como era posible que hicieran acto de presencia tan pronto??. Sabia perfectamente que tarde o temprano aparecerian, pero sinceramente, esperaba que fuera tarde. Mucho mas tarde. No estaba preparada para mantener este tipo de conversación. No al menos ahora.

-Perdone, Sra Stilson pero me temo que no es buen momento para.....

El fuerte ruido de unos martillazos le interrumpió haciendo que la asistente la mirar interrogante.

-¿Esta haciendo reformas, Sra Gilbert?- Antes siquiera de poder responder, la Sra Stilson entraba en la casa sin ser invitada.

-¡¡Oiga¡¡- Elena la siguió con el corazón en la boca. ¿Como reaccionaria esa mujer tan estirada al ver al erótico y caliente Damon Salvatore dándole martillazos a una tabla de madera como si fuera el actor de una peli porno?.

Pues como iba a reaccionar, mal muy mal. Elena ya podía verse durmiendo esa misma noche en una casa de acogida.

Africa Stilson siguió el ruido que se multiplico en cuanto abrió la puerta del sótano. Tal y como esperaba la mayor de los Gilbert se encontró con un Damon desnudo de cintura para arriba.

-Vaya, no esperaba esto de usted, señorita.- A pesar del ruido Elena oyo alto y claro el tono gelido de la asistente que empezó a escribir sobre lo que ella suponia era su expediente.

-Vera, puedo explicárselo.-Aunque no sabia como....¿Que podría decirle?. ¿Que Damon era un vampiro antiguisimo y que estaba fabricando estacas para defenderla de posibles atacantes?. Si decía eso fijo que terminaba durmiendo en psiquiátrico y no en un reformatorio.

No supo cual de las dos opciones era peor.

Damon dejo de golpear en ese justo momento y miro hacia ambas con una ceja arqueada, haciendo si era posible que Elena contuviera aun mas el aliento. Damon era un vampiro sanguinario...¿Como reaccionaria al ver el comportamiento despotrico de la asistente?. Dios ¡¡Ojala no la matara¡¡ Si lo hiciera sus problemas se verían triplicados.

-¿Se puede saber que pasa?-gruño sin soltar el martillo.

-Sr Salvatore....- Elena hablo con tono respetuoso para hacerle entender que tenia que comportarse, cosa que Damon pareció entender a la perfección.-Esta es la Sra Stilson, de Asuntos Sociales.

Si Damon se sorprendió no se le noto.

-Buenos dias, Sra Stilson.-saludo destilando galantería.

La mujer de ébano ni se inmuto, a pesar de que cualquier otra se habría derretido en el sitio ante semejante tono. Al menos Elena se derretiría si hubiera dicho Sra Gilbert.

-Y ¿Usted es...?

-Damon Salvatore.-Se presento escueto pero formal.

-¿Y que esta haciendo?.- El tono con el que hablaba le resultaba desagradable hasta Elena, no quería pensar como le estaría sentando a Damon.

-Y yo que pensaba que era evidente.- ironizo el vampiro abriendo los brazos para que miraran en derredor.- Estoy haciendo reformas.

-¿Y tiene que hacerlo sin camisa?-pura maldad en la voz.

Elena rezo a todo lo que conocía para que Damon no saltara y le desgarrara la garganta a la mujer. Aunque si lo hiciera no podría reprocharle nada. Era ella y tenia ganas de estrangularla.

El vampiro se llevo la mano a la barbilla de forma pensativa y se acaricio el mento con un pulgar de forma teatral mientras miraba al techo.

-Déjeme pensar....Estoy en un sótano donde nadie me ve, trabajando con maderas, disolventes y centenares de cosas que pueden mancharme la ropa. Pues sip, la verdad es que prefiero hacer todo eso sin camisa.

La joven Gilbert quiso lanzar el puño en alto a modo de victoria, antes odiaba la mordacidad de Damon pero últimamente le encantaba, sobre todo cuando era para patear a una mujer como esa.

-¿Y un hombre tan rico como usted no se puede permitir el utilizar una camiseta vieja o un mono de trabajo para trabajar y tiene que quedarse medio desnudo en una casa donde hay una chica menor, la cual a perdido a su tia recientemente?

La muchacha se quedo muda ante esa pregunta. Tal y como lo habia expuesto parecía que Damon estaba haciendo lo que hacia para obtener sus favores sexuales o algo peor.

-¡¡Oiga¡¡.- Elena no pudo callarse al sentirse ultrajada.- El Sr Salvatore ha sido un buen apoyo para mi y no ha pedido nada a cambio.

-De momento.-corto mordaz.

Fue la primera vez que Elena quiso abofetear a una mujer mayor. Le pico la mano para hacerlo y juraría que no lo hizo porque el vampiro se metió entre ambas.

-Sra Stilson....Creo que hemos empezado con mal pie. ¿Que le parece si vuelve a su despacho y se olvida de todo?

La adolescente tuvo que morderse una sonrisa al darse cuenta de que Damon estaba utilizando sus poderes vampiricos para hipnotizar a la asistente social. Nunca pensó que se alegraría tanto de que el vampiro tuviera tan pocos escrúpulos.

Ya creía que todo estaba solucionado cuando la mujer respiro hondo, dilatando las aletas de la nariz y con tono molesto siseo:

-¿Esta amenazándome, Sr Salvatore?.

Eso los sorprendió a ambos. ¿¿Era inmune a la hipnosis?? O pero aun....

Verbena.

La especia se ilumino como luces de neon dentro de su mente. Esa era la única forma de que alguien pudiera resistirse a una orden directa.

-No.- Soltó seco el vampiro recomponiéndose sin problema.- Solo le decia que deberíamos de empezar otra vez.- Elena tuvo que reconocer que Damon tenia una agudeza mental digna del mejor político.- Usted esta aquí para juzgar la situación de Elena, yo estoy aquí para ayudarla. Creo que ambos queremos lo mismo.

-Si, ayudarla sin camisa.- chasqueo la lengua mientras volvia a escribir algo en esa carpeta que Elena estaba empezando a odiar.

-Esta sacando cosas donde no las hay. Y si sigue por ese camino de difamación me veré obligado a ir a ver a su jefe.- Eso no parecio sorprender a la mujer que parecía estar acostumbrada a ese tipo de amenazas.- Con mi bufete de abogados.

El brillo de la incertidumbre y Elena juraría que un poco de miedo, asomo en los ojos de la mujer de ébano que opto por una retirada estratégica.

-Muy bien. Usted y la Sra Gilbert, vendrán a verme el lunes de la semana que viene para ver como podemos solucionar su situación. Sin abogados.

Damon sonrió de esa forma chulesca que le caracterizaba y con una inclinación de cabeza asintió.

-Allí estaremos, Sra Stilson. Ahora si me disculpa voy a seguir con las reformas.

Y como si Elena no existiera ambos siguieron con sus cosas. Africa se marcho sin mirar atrás y Damon bajo y empezó a amontonar la madera. La muchacha se quedo en medio de la escalera sin saber muy bien que hacer. Acompañar a la asistente....Quedarse allí con Damon....Subir a su cuarto y ponerse a gritar.

El vampiro decidió por ella cuando la puerta de entrada se cerro con un sonoro portazo.

-¡¡Mierda¡¡-gruño tirando las maderas al suelo y pateando el suelo. Elena dio un salto en el sitio

-¿Que vamos a hacer?-Pregunto en un susurro casi inaudible.

-No lo se. Sabia que esto pasaría tarde o temprano pero pensé que seria mas tarde.-Gruño como un animal. Elena pudo ver como Damon apretaba los puños y, a pesar de no necesitarlo, respiraba con rapidez. Era la viva imagen del enfado. La joven se sintió terriblemente culpable al excitarse nada mas verlo allí, quieto, luchando contra su naturaleza que le gritaba que saliera corriendo detrás de esa estúpida mujer, le abriera la garganta con las uñas y se bañara en el espeso liquido rojo hasta que este dejara de manar de la herida. Damon estaba cambiando. Estaba cambiando por ella. Y maldita fuera su estampa, no sabia como digerir eso.

-¿Damon?. -volvió a susurrar de forma tan baja que ni siquiera ella se oyó. Pero él si, él la oyó alto y claro.

-¿Que?- la voz impregnada en cólera.

-¿Quieres que te prepare un poco de sangre?- pregunto de forma inocente, como sabia que le gustaba.- Ya sabes que me encanta verte beber sangre en mi taza de Bob Esponja. -pico con un gesto de lo mas inocente.

El vampiro la miro con los ojos como platos, olvidando momentáneamente su malestar. Elena vio con satisfacción como la sonrisa picara volvía a su rostro.

-No vayas por terrenos peligrosos, princesa, que puedo terminar bebiendo de tu cuello.

Elena soltó una carcajada ante ese comentario tan Damon y sacandole un dedo de forma despectiva. El vampiro no tardo en reaccionar tal y como esperaba, con un rugido sobrenatural que, al contrario de aterrorizarla, la hizo gritar pero de pura diversión.

Fue la primera vez en 140 años que Damon persiguió a una humana convertido en vampiro que no le temía y, aunque en un principio creyó imposible, le gusto el cambio. Le gusto terriblemente.

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-¿¿Y no hiciste nada??-Jeremy estaba de los nervios. Nada mas llegar a casa se encontró con su hermana y Damon en la cocina lanzándose dardos envenenados dignos de los mejores enemigos. Sin embargo los dos lucían una sonrisa de lo mas divertida, como si estuvieran contándose chistes en vez de insultándose. El caso fue que le gusto ver a su hermana asi. Sthephan le gustaba mas, era un buen chico (o vampiro) y trataba muy bien a Elena, a parte de que la quería. Pero Damon....Damon conseguía hacer que Elena brillara y en cuestión de amor me temo que el mayor de los Salvatore ganaba a su hermano, ya que Sthephan estaría enamorado hasta la médula de su hermana, pero Damon lo estaba como un autentico burro; tanto que hasta decidió cambiar por ella.

El problema fue que la sensación no le duro mucho ya que nada mas verle a ambos se le cambio el semblante. Sabia que algo iba mal en cuanto Elena dijo el famoso: Tenemos que hablar que ningún hombre quiere escuchar. Pero no pensó que fuera tanto.

-¿Y que querias que hiciera?...¿Que la matara en el sótano?

-¡¡Damon¡¡-Reprendió Elena

-No habría sido mala idea.

-¡¡JEREMY¡¡-Esta vez Elena grito sin poder creerse lo que acababa de oir.

-¿Que?...Si lo hubiera echo ahora no tendríamos este problema.

-Me temo que si lo hubiera echo tendríamos MAS problemas.- informo Damon haciendo el símbolo de comillas en la palabra mas.- Imaginate la que se hubiera liado si mato a un funcionario publico que la ultima dirección conocida era esta.

Jeremy quiso maldecir por el razonamiento completamente cierto del vampiro. Las cosas ya estaban lo suficientemente jodidas tanto por parte de Elena como por la suya. No sabia que mierda le había echo Bonnie, pero no tuvo que ser bueno para que ahora viera a Vicky y Ana en todas partes. Ojala no fuera el único en verla. Ojala pudiera decirle a su hermana: Por cierto, Elena, que sepas que no somos tres en esta habitación, sino cuatro. Vicky esta aquí.

Pero la verdad era que su hermana tenia suficientes problemas como para encima tener que lidiar con sus fantasmas (nunca mejor dicho).

-Tienes razón.-Concedió evitando mirar como su ex lo miraba de forma acusadora. No sabia a quien prefería, si a ella o a la vampiro. El caso era que ambas mujeres se turnaban para torturarlo ¡¡Como si el tuviera la culpa de que Bonnie lo resucitara¡¡-¿Y que vamos a hacer ahora?

Damon resoplo hastiado.

-¿Es que no sabéis preguntar otra cosa?-gruño descruzando los brazos y dirigiéndose a la salida. No les dio tiempo a decir nada, ya que antes de abrir la boca el vampiro se coloco su chaqueta de cuero y se giro con el pomo de la puerta en la mano.- Vosotros os vais a quedar aquí, vais a estudiar y a vivir como si nada hubiera pasado. Y vais a dejar que el Tito Damon solucione todo.-Dicho esto abrió la puerta y dejo que la noche lo engullera.

-Lo del Tito Damon me ha puesto los pelos de punta.- comento Elena sacudiendo el cuerpo.

-Si...Y a mi.- mintió el menor de los Gilbert. Lo que en realidad le ponía los pelos de punta era Vicky y como no parecía tener interés en nada mas que no fuera el. Dios...¿Que iba a hacer?

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Lo observo todo a través de la ventana y mentiría si decía que le daba pena. Todo el cuerpo le pedía colarse en esa casas y destrozar aquellos jóvenes y blandos cuerpos, beber su sangre; tal vez jugar un poco. Ver cuanto tiempo podría aguantar el pequeño Jeremy sin desmayarse mientras el le drenaba lentamente. Gozar de Elena y su dulce cuerpo hasta que cayera desfallecida para volver a empezar otra vez solo que de una forma mas perversa.

Si, desde luego seria toda una fiesta. Y estaba seguro de que lo disfrutaría.

Pero lo que estaba haciendo ahora también lo estaba disfrutando.

Hace muchos años que era vampiro. Y había descubierto que no todo era una fiesta de vísceras y sangre.

Había veces que era bueno esperar.

Como cuando cocinas algo a fuego lento y sabe el doble de bueno. Pues, algunas ocasiones, la caza era igual. Hacer que las victimas se desesperen tanto que supliquen porque las maten.

Y con los Gilbert le apetecía esperar.

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Todos los instintos de Damon gritaban una cosa:

Matar

Quería encontrar a esa África y destriparla, disfrutar de como el miedo se dibujaba en su rostro cuando hundiera las garras en su blanda piel y apretar hasta que el brillo de sus ojos se extinguiera por completo. Pero, por mucho que le doliera, no podía hacerlo. Ya tenia muchos problemas encima como para añadirse el asesinar a una asistente social. Así que tendría que tomar otro tipo de medidas. Un poco mas aburridas y largas, pero sin duda efectivas.

Ahora tenia algo mas importante que hacer; como por ejemplo rastrear al vampiro que imitaba a su hermano, o eso esperaba porque por momentos estaba mas seguro de que no era un imitador. Sino que el mismo Sthephan era el que montaba aquellas carnicerías.

Lo sospecho en la segunda carnicería que inspecciono. Demasiados pequeños detalles idénticos. Detalles que ningún consejo o humano pudo recopilar; detalles que solo los hermanos Salvatore conocían. Ademas, estaba el diminuto detalle del pañuelo. Ese jodido pañuelo con las letras SD bordadas. Sabia perfectamente de quien era ese pañuelo pero se negaba con todo su corazón a creerlo. Aun así no podía dejar de recordar lo sádico que podía llegar a ser su hermano cuando dejaba que la sed de sangre le dominara. Sthephan siempre decía que él, Damon, era el asesino de la familia pero era una completa falacia. El autentico psicópata era él. Puede que Damon disfrutara matando, pero solo hacia eso: Matar y alimentarse, puede que jugara un poco al corre, corre que te pillo. Pero nada mas.

¿Sthephan?; Sthephan las llevaba al borde, las empujaba tanto que conseguía que hasta al mismísimo Damon le dieran pena y en mas de una ocasión acabara con su sufrimiento. A el no le gustaban ese tipo de juegos. Mama Salvatore le enseño desde pequeño que no había que jugar con la comida.

Por eso se pasaba todo el tiempo dentro de la casa de los Gilbert. Elena creía que era porque quería remodelar la casa y en cierta manera era eso lo que estaba haciendo. Pero no por estética.

Mas bien todo lo contrario.

Conocía perfectamente los puntos débiles de su hermano y sabia que tarde o temprano atacaría a Elena en su propia casa, en el lugar donde se sintiera mas segura para que estuviera aterrorizada en cualquier sitio. Para que no tuviera nada de paz.

De ahí lo de las maderas. No solo estaba haciendo estacas, sino que estaba construyendo también poleas y otras cosas mas para colocarlas de forma estratégica detras de los muebles. Así si Sthephan los atacaba, Elena y Jeremy tendrían para defenderse, pero no le diría nada a la joven Gilbert, no al menos hasta terminar con todo y ver si se equivocaba en lo referente a sus sospechas. Y ¡¡Dios¡¡ Esperaba equivocarse. No quería luchar con su hermano. Puede que fuera un idiota sentimental, pero era su hermano. Ademas, no quería estar solo el resto de la eternidad.

Damon gruño al darse cuenta de que al final Sthephan no era el sentimental de los dos, sino el mismo. Sthephan había seguido con su vida mientras que el solo había podido seguirle para fastidiarle.

Joder...¿De verdad era tan patético como parecía?

Soltó un taco a la vez que pateaba la puerta del almacén al que le habían llevado las nuevas pistas que había recopilado y como la ultima vez el fuerte olor a carne putrefacta y sangre seca le golpeo la nariz haciendo que la arrugara en un gesto de desagrado.

Sip, sin duda quien quiera que fuera el que hacia eso se lo estaba pasando muy muy bien. Damon avanzo por todo el lugar, intentando por todos los medios no pisar nada sin ningún éxito mientras volvía a cavilar sobre cuanto había cambiado su vida desde que llego a Mistyc Falls. Elena, Sthephan, Klaus, Jeremy, el consejo y ahora los seguros sociales.

-¿Donde han quedado los buenos tiempos en los que solo bebía sangre?. -Susurro a la nada.

-En Nueva York.- respondió una voz que le heló su inexistente alma.

Damon giro sobre sus talones, barriendo la estancia con la mirada, con los puños en alto y enseñando los dientes.

No vio nada.

No al menos a ras de suelo porque...¡¡El piso de arriba¡¡¡ Alli había movimiento y juraría....Juraría.

-¡¡Mierda.¡¡ -No podía verlo bien, se movía demasiado rápido. Era un vampiro pero no podía identificar el olor por culpa de la masacre que lo rodeaba. -¡Detente¡-Ordeno sintiendo como las venas se le marcaban en el cuello.

Fuera quien fuese no le hizo caso.

-Como si eso fuera a pararme.- gruño viendo como el desconocido saltaba por la ventana y empezaba a correr. No tardo en perseguirle

CONTINUARA.

nr-18, cronicas vampiricas

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