Título: Eine Schönheit (Una Belleza)
Pairing: Unusual Pairings - Ezequiel Miralles/Stefan Kießling. Implicancias de Schnidal.
Personajes: Ezequiel Miralles, Stefan Kießling, Bernd Schneider.
Rating: NC-17
Resumen: AU.Ezequiel Miralles viaja a Leverkusen como embajador de Colo-Colo, con el objetivo de conseguir que los jugadores accedan a jugar un amistoso en el Estadio Monumental para homenajear a Bernd Schneider en Chile. Con el tiempo, uno de ellos de apariencia no muy agraciada, cuya inocencia es su fuerte, podría perder esta cualidad al ver al trasandino.POV Miralles.
NOTA: DEDICADO A MI AMIGA
soviet_star a.k.a
miss_fenriz Viajé a Alemania por medio de la directiva de Blanco y Negro como embajador representando a los jugadores, mientras el Presidente habla con el Director Deportivo, el gran Rudi Völler, que lo bendigo por comenzar el camino de cotizar al equipo para la Bundesliga. Ahora que Lucas (Barrios) se fue al Borussia, sólo falta que creer en la tríada.
Vidal es hasta el momento el único chileno en la Bundesliga. Pero por ser el único chileno, hay una persona que habla muy bien (y demasiado bien) de él: se trata del ex-capitán del Bayer Leverkusen, Bernd Schneider.
Él sólo entrará unos pocos minutos a la cancha, como lo hizo aquel día que dejó el corazón roto a más de alguna persona. Pero lo suficiente como para que el chileno le de unas palabras de aliento y una camisetita.
En todo caso, el quilombo era con la directiva, no los jugadores. Los hinchas consideraron injusto que yo fuera en vez de Arturo Sanhueza, o Daud Gazale, que son chilenos auténticos. Todo porque soy argentino. Pero eso no me incumbe.
Mientras el Sr. Ruiz-Tagle y Herr Völler negociaban e interpretaban su quilombo de terno y corbata, justo pasaba por ahí alguien con el buzo azul del cuerpo técnico.
Era él.
Sono la famosa musiquita en mi cabeza, cuando vio a Arturo y gritó: "Bernd! Bernd...alles klar?"
Sólo alzó el pulgar en señal de aprobación.
-Awww! Si este chico es maravilloso...- decía Schneider- ¿Cómo te llamas tú?
- Ezequiel Miralles. Colo-Colo.Vengo en representación de los jugadores. Me mandaron junto al Presidente.
- Ah...está bien.
Mientras Bernd estaba con un mamotrejo de papeles y un sin fin de cosas, este, con una voz muy profunda (que por cierto me dejó bloqueado por un rato) me dijo:
- ¿Ves a ese chiquillo que está ahí?
-Sí, claro...- le dije.
-Pues ese se llama Stefan Kießling. Con Arturo al menos me deja bien parado a lo que mi ausencia se refiere.
- ¿Ese?
- No... ese es Simon Rolfes, el de rulos rubios es Kießling.
- ¿Kiebling no es? Porque el pibe tiene una camiseta con un símbolo raro.
- Nein- dijo Bernd- Eso se llama 's picada' o 'scharfes S' y se lee 'Kiessling'.
- ¡Oh, entiendo!
Che...¿Cómo sabes hablar en español? Hablas bastante bien.
- Porque aquel que está allá- dijo el ahora del cuerpo técnico de los cadetes- me enseñó.
- Che boludo...¿Y...y?
-¿Y qué?
- ¿Y?
- Bueno, Vidal es un chico brillante. Él es mi espejo. Mi sucesor natural. Cuando hacíamos dupla de defensa no podía distinguir cuál era cual. Espejo en el sentido de creatividad.
- ¡No che! Hmmm...
-¡Oh! Pues bueno... sí... hubo algo. Una que otra cachita- me susurró.
-¿Y cómo es?
-Thermometerbricher.
Me preguntaba qué rayos era esa palabra. Asocié bricher con 'breaker' que es rompedor. 'Rompedor de termómetros' o mejor dicho, 'rompetermómetros'.
Y me sorprendió que un ex-jugador de treinta y pico años diga en español 'una cachita'. Le salió gracioso.
- Arturo es mi sucesor natural.Confío que llenará el vacío que dejé. A lo mejor voy a Chile y me quedaré dos semanas. Porque... estoy buscando jóvenes talentos para traérmelos para acá. Sub-16, Sub-15 y 19. Uno de cada uno.
-Arturo estuvo desde los trece años en Colo-Colo...
-...no me cuentes la historia- interrumpe el alemán- me sé la vida de Arturo como si fuera un Almanaque. Sé que incluso no sabe cocinar. Y que sabe saludar, contar hasta veinte me enteré hace poco, despedirse, afirmar, negar, pedir por favor y agradecer.
Pero por lo menos sabe decir 'te amo'.
Me dejó helado el pibe.
Esa frase es la más fácil. Yo que Arturo pago unos cuántos mangos por aprender alemán y comunicarme con este hombre que por Dios Santo sabe cuántos polvos se pegó con ese chileno sin emitir siquiera una sola palabra. Yo creo que su esperma fue suficiente para callarlo y envalentonarlo. Mientras me pasaba el tremendo quilombo sexual, ahí estaba el joven de rulos elongando...
Ahí Bernd contemplaba a su sucesor con una cara de caliente que ni describo. Qué ejemplo para los Sub-16,17 y 19 que se quiere traer... bueno... lo gozado en la cama no se lo quita nadie.
Y ahí estaba el chiquillo. Stefan.
-Hallo...Bernd!
-Hallo... te quiero presentar a alguien... Stefan, él es Ezequiel Miralles.
-¿Chileno?
-No, argentino.
-Hallo!
-Hallo...- le contesté tímidamente. La puta palabra se me pegó.
Sólo nos sonreímos. Ni pudimos intercambiar palabra alguna.
Dijo algo de 'tengo que volver' según el propio Bernd.
Pero dio vuelta la mirada y el pibe me guiña el ojo. ¡Che! ¡Tan rápido!
¡Paf! Parecía luma de cavernícola el bloqueo que tuve.
Será mejor que me devuelva al Monumental.
Pero enfrié la cabeza y tocaba que justo Bernd llamó a Stefan. El chico le pide permiso al entrenador y sale con nosotros.
Curiosamente, Stefan tenía esa pizca de inocencia, cosa que siquiera el negro Barrios tenía. Su sonrisa amplia y su nariz ancha, si bien era poco agraciado, no me sacaba la vista de encima.
Junto a los de trece años (cadetes, Bernd está a cargo de los de trece años y casualmente Arturo empezó en Colo-Colo a esa edad) charló en su idioma con los chicos y me presentó a mi y dijo que 'en el mismo equipo donde juega él, empezó Arturo Vidal a la edad de ustedes'. Un amor.
Habló del amistoso y le preguntaron si él jugaría. Dijo que poco rato, pero que prometía traer la camiseta de Vidal autografiada.
Todos vitoreaban.
-¡Sos ídolo!- susurraba.
Kießling me abrazaba con una dulzura y me besó en la cabeza mientras Bernd charlaba con los chicos.
Luego, Bernd siguió trabajando y un niñito de aproximadamente seis años corría feliz con una camiseta en la mano y se dirigió hacia Stefan.
Escuché una palabra que significaba 'autógrafo' y el nombre de Arturo con acento germanizado.
Luego, me preguntó en español:
-¿Cómo te llamas?
-Ezequiel Miralles.
Pero de pronto, sentí una cosquillita en el lóbulo de la oreja. Y unas palabras en alemán que tuve que repetirlas.
-D...danke...-alcancé a terminar.
-Sprach deutsch?
-Algo, pero quiero aprender.
Luego, le mostró la mini-camiseta número 23. Aunque en un portal de internet decían que le querían darle el 19 o el 25, que era el de Schnix (como supe que le llaman), Vidal se negó porque el 19 ERA el número de Schneider. Ídolo.
Pronto el día con los chicos terminó. Justo, Kiessling y yo salimos tomándonos las espaldas, casi llegando al glúteo, cuando de pronto, salió el Sr.Ruiz-Tagle de las oficinas. Venía caminando con holgura.
-Miralles. Avísale a tus colegas. El amistoso va para la semana que viene.
- Está bien. Sólo falta mi parte sobre los jugadores. A Vidal lo conozco, claro.
-La idea es que esté él.
-¡Claro, cómo no!
Despedida protocolar, estrechó la mano a mí y a Stefan y se marchó con su portafolios.
-¡Siiiiiiiiiii! Stefan... ¡Vamos a jugar!- le dije.
El chico dijo 'Ja' y me abrazó.
Que se desvanece la figura de Ruiz-Tagle y el chico me planta un beso.
- Du bist eine schönheit.
Quedé bloqueado con la frase.
Pero asumí que me decía algo bueno o me halagaba.
-Du bist eine schönheit.- le repetí.
-Ja, du bist eine schönheit.
-Oh ja, du bist eine schönheit.
-Schönheit bist du.
-Naja, du bist schön.
-Du bist schön.
Ambos reímos. Como un par de boludos... pero no éramos boludos. Era un juego de palabras muy bonito que de a poco empecé a aprender.
El ataque de risa sin querer nos llevó a pie hasta el Bayarena Hotel.
Estuvimos en la tienda de memorabilia. Habían bufanditas del club. Me tincó una camiseta más un tazón y una bufanda con la cara de Vidal que por Dios que bien bordada estaba.
Luego, fui donde el cajero y le dije:
-Esto,esto,esto,esto y esto.
Dijo unas palabras raras, que asumí que había dicho 100.5 euros.
Pero...¡Che!
Stefan me dejó helado... ¡Él pagó!
Luego de agradecer en alemán, me iba a retirar, cuando de pronto, Stefan me lleva más y más adentro.
Hasta que de repente, me encuentro conque el chico reservó una habitación.
-Let's go.
-Oh yeah, let's go.
Ni una puta palabra consistente, pero el chico me estaba atendiendo muy bien. Claro, habitación, los dos solos, memorabilia pagada por él...¡Yo no me lo pierdo ni loco!
Guerra de cojinazos con salidas de plumas de eider incluidas. ¡Estaba rebueno!
Pero mientras las plumas bajaban, me dijo:
-Schau in meine Augen.
Me indicó que lo mirara a los ojos.
"Che, no me lo pierdo ni loco. Capaz que le haya gustado a este pibe y quiere perder su virginidad conmigo"
Cabe destacar que estábamos peleando en calzoncillos...
La piel del tabique rozó y bastó para empezar un suave y delicado beso.
-Ich liebe dich!
-Ich...liebe dich...
Sin saber qué boludez dije, el beso pasó con lengua y todo. No le hice asco. Ese 10% de bi que llevo dentro se demuestra a mucha honra.
Le besé el cuello. Quedó contento.
Era el rey Midas. El embajador de Colo-Colo transformando en oro todo lo que toca. Sus ricitos de oro los repasaba a cada rato. La suavidad de sus cabellos y su piel la quería gozar en cada momento. De hecho se notó en la velocidad de la ejecución.
Ya para ese entonces estábamos desnudos.
Por suerte había plumas sólo en los lados.
Me comencé a mover de a poquito, pequeños empujoncitos. Pero seguí besándolo.La idea era no perder la perspectiva.
De pronto, esos pequeños empujoncitos...comenzaron a surtir efecto.
El pibe soltó un agudo pero calentón suspiro... yo nada más me envalentoné y le succioné la oreja. Me toca el trasero de una manera muy ansiosa.Quería que el empujoncito fuera un movimiento fluido.
Je! ¿Masturbarlo a puro roce?
Che...¿se podrá hacer eso? Le preguntaré a la Enciclopedia Schneider.
Aunque mandé a la porra todas las preguntas cuando Stefan sacó unos buenos gimoteos. Calentones pero melosos. Parece que no era sexo. Olía a hacer el amor.
La velocidad se aminoró. Stefan pedía más beso, más caricia. Y yo se lo daba.
Su cuello se sonrojó, casi al punto del rash. Es normal para un alemán como él, si era tan blanco como una hoja de papel.
Oscilaba suavemente mientras el chico me succionaba el dedo. Yo lancé unos jadeos pocos.
Después el chico me toma el antebrazo y lo dirige hacia abajo.
La mano lo hace todo.
La pelvis ondeaba perfecta y más sonidos abstractos reproducía en su boca.
Pronto sentí excelentemente bien.
-¡Oh!
Casi me atraganto con saliva, pero arqueé el cuello hacia atrás de lánguido y no recuerdo nada casi.Sólo que me hiperventilaba mientras Stefan me pedía más.
Me empuja la cabeza mientras bajaba lentamente hacia su cuerpo y me besó con más pasión que antes.
Con cuidado y ya con el dedo mojado abro el paso.
Lo quería voltear,pero el chico se negó... no me preocupé, porque resolví que lo mejor era mirarlo a los ojos, como me dijo.
De pronto, mi cuerpo reacciona de manera extraña. Y caí, encajé. Funciona.
Lo abracé mientras lo penetraba... mi cuerpo se hinchaba de placer y brotaba rash como si alergia se trataba. Pero no tengo alergia a nada. Mis poros comenzaron a reaccionar mientras lo hacía... el pubis ya estaba transpirado en parte.
Y mi muchacho gemía de manera audible y clara...
Le separé un poco más las piernas para que fuera con más fuerza.Aunque siguió con ellas arqueadas, no se las extendí porque se iba a ver feo.
Quejumbroso por Dios... era una belleza de hombre que nadie podía describirla. Era un poco gangosa. Una vocecilla que aclamaba que estaba sintiendo placer.
Hasta que salí de su cuerpo. Besos y caricias por un largo rato, hasta que de pronto las cosas cambian. El top y bottom que le llaman.
Siguió concentrándose en si mismo y toma sin tapujos mi miembro que estaba para explotar.
Increíblemente toma control de su cuerpo.
Lentamente está sobre mí, se acaricia y lo repite conmigo y le sostengo las caderas.
Y gime que te gime...
goza que te goza...
Una explosión de hormonas, hirviendo de placer... Stefan...sos un grande.
Pero estaba medio llorón. Pero igual siguió.
Ahí estaba mi muchacho...y yo con suerte uno que otro jadeo.Pero ya ni recuerdo lo que hice.
Y tiernamente el alemán desciende cubriendo de besos mi torso y mis pechos coronado por un beso en la boca, que se llama 'piquito'.
-Du bist eine schönheit- me dijo.
-Ja, du bist eine schönheit.
-Danke schön.
-Danke.-respondo por repetición.
Quedé como boludo por ser copión. Pero aprendí alemán por repetición.
Pero al parecer a Kiessling no le importó.
No hablamos una puta palabra.Sólo eso.
Viajé a Chile envalentonado. Quizás qué habrá sido de él.
De pronto, de manera paralela, llegó un avión jumbo con la insignia del equipo.
Pero Kießling no dio ni a tomar por culo a los fans.
Cometió la boludez de salirse de la alfombra roja. Quise arrancar, pero era tarde.
Con su acento germano pronunció pulcramente, aunque de manera bárbara.
-¡Miralles!
-Stefan!
-Miralles! Du bist eine schönheit!
-Ja, du bist eine schönheit.Danke.Hallo...
-Hallo...
Cuando nos vio juntos, Bernd pasó con la maleta con carrito.
El viejo amigo pasó por nuestro lado y dijo:
-Eres una belleza.
¡Al fin supe la boluda frase! Pero...¿el chupón de la oreja va incluido?
No lo creo.
Mas vale aprender de la enciclopedia Schneider porque este pibe me encantó.
¡No me lo pierdo ni loco!
FIN DE LA HISTORIA
RANCAGUA, 09 AGOSTO 2009