Título: No Sé Nada
Pairing: Thomas Müller/Mesut Özil
Rating: NC-17
Disclaimer: Tout faux!
Resumen: Thomas está inspirado... pero el pobre Mesut no conoce nada... de eso... POV Mesut.
Podría haber sido otra persona... ¿por qué a mí? Yo lo quiero, pero confieso que soy mucho más vergonzoso que el mismísimo Marko Marin.
Yo esperaba que él fuera el primer desvirginado del Mundial. O Holger.
Pero jamás pensé en esa posibilidad.
Aparte que Marko se está atreviendo cada vez con Khedira...
Todo empezó luego que yo, el trasquilado, marcara el gol de la victoria.
Yo esperaba que fuera Cacau o Luke...
Yo sabía que entre dos hombres igual se podía. De hecho, antes del partido contra Serbia no pensé que Phil y Per estaban encamados...considerando la notable diferencia de altura entre ambos.
Tommy me guiñó el ojo luego del partido. Yo estaba, muy inocente contestándole mediante un saludo.
Pero luego, al llegar a Pretoria, todo fue fatal.
Thomas me veía y me comenzaba a acorralar, a empujar con los hombros.
-Hey qué te pasa- le decía.- Me incomodas...
- ¿Qué te incomoda?
- Pues...tu presencia... es que con esa mirada que tienes me acosas- le dije.
- Pero tú sabes que yo te quiero tanto...quiero que estés conmigo.
Ven...- dijo Thomas mientras se sentaba en los pies de la cama e indicando los muslos.
Yo atiné a responder. Tenía miedo a una respuesta violenta de su parte. No es que Müller sea violento, pero es que nunca había tenido un encuentro cercano del tercer tipo (así llamo cuando se tienen relaciones)
- Vamos...ahora rózate.
Yo lo quedaba mirando con una cara de espanto que ni el mejor realizador en 3D pudiera replicar con las mejores capturas del mundo.
- Muévete. Usa tu trasero.
Y empecé a deslizarme, sin saber lo que es...
Pero dejé de moverme.
- ¿Qué pasa? ¿Ah? ¿Acaso no me quieres?
- Te respeto, te quiero...pero... es que... es que...
-Vamos. No titubees. ¿O es que acaso eres medio hermano de Marko Marin?
-...es que...perdona...-decía mientras hacía un roce muy torpe que me hacía cosquillas.
Le besé en las mejillas, pero pensaba que recorriendo todo el cuerpo será mejor.
-No sé si esto está bien...
- ¿Qué?
Y me saco la franela (la remera, polera, camiseta).
-Sí... estás haciéndolo bien.
-Siento más...ay...
- ¿Mas qué?
- Más suave...¿por qué preguntas cosas tan tontas Mesut?
- Perdona Thomas pero... no sé nada- le dije deteniéndome.
-Párate de ahí.
Müler me empuja. Estaba pensando en lo peor. Ya lo veía poniéndose los condones en doble capa... pero nada de eso ocurría.
Entonces, Thomas no hallo nada mejor que sacarse la franela con los pantalones y quedar sólo en calzoncillos.
Repito lo mismo y entonces me doy cuenta que mi bulto ya no estaba en modo de reposo.
Quería detener esto, pero ya no podía más.
-Bien Mesut, muévete como lo hiciste antes.... ¿sabes lo que hacen las parejas cuando están así? Pues se besan...¿ah?
- Claro que se besan... pero...¡Es que no sé nada!
Me iba a arrancar, pero la puerta estaba con tranca.
-¡Sáquenme de aquí! ¡Sáquenme! Hilfe Herr Löw!- exclamé.
Thomas me surca por detrás y me besa el hombro.
- Tranquilo...tranquilo... todo estará bien...¿ok? Disculpa por ser tan mentecato y mercachifle contigo, pero es... es que quiero que sepas que... yo quiero estar contigo.
No te voy a hacer nada que no quieras. No hagas nada que te sea incómodo para ti.
- Si entonces es así, pues... quiero que me trates con todo el amor del mundo. Así como me gustaría tratarte a ti- le dije.
-No me lo digas con palabras. Dilo con la acción- me dice Müller.
Lo besé en ambas mejillas, hasta que los labios se juntaron y ahí la cadena fue imparable... cómo lo toqué, no supe... como lo besé, tampoco. Sólo sabía que brotaba de mí y que surgió algo único que lograba incluso derribar las barreras de todo lo que yo conocía hasta ese entonces.
Me rozaba, cómo el me pidió que lo hiciera. El calor que sentía era muy intenso. Sólo me quedó besarlo en la línea media que marcaba sus abdominales.
-Hey- me decía- ¿No es mejor que quedemos en la cabecera de la cama?
- Sí, en realidad es muy incómodo- respondo.
Entonces nos dimos vuelta hacia la dirección correcta y ahí fue cuando me dijo:
- Vamos, Mesut... ya sabes lo que debes hacer.
- Pero...ya sabes que no sé nada.
- Si dos personas se tratan con amor, entonces sabrás lo que es.
No me quedó otra que sólo acariciarlo y abrazarlo y besarlo. Mi lengua jugaba con la de él.
Había un calor impresionante, contrapuesto al frío de afuera.
No me quedó otra que estar desnudos.
Sentía algo líquido, pero suave y delicioso. Eran nuestros genitales que convergían uno con otro. Estaban activados todos nuestros sentidos.
Sólo sabía que nada sabía...
Había quedado con las piernas enroscadas con él, sus manos un tanto medianas se contraponían contra las menudas mías. Consideren que yo soy más bajito que Tommy.
Me acariciaba el pelo.
-Muy bien. Vas muy bien.
- Pero no conozco nada... tengo miedo- le dije- tengo miedo de estropearlo todo...
Seguíamos en el beso y la caricia, hasta que lo pongo cuidadosamente acostado.
-No sé nada... no sé nada...
Me rozaba como un loco sobre su cuerpo, mientras ganaba más poder en mis reacciones físicas.
Es que la biología es una ciencia genial.
-...Espera...espera...- dijo Tommy.
Frunzo el ceño.
- Doble capa. Salvas tu pellejo. Y el mío.
No me quedó otra cosa que abrir los dos condones que me pasó y me los puse.
Se sintió extraño, como si me pusiera una bolsa de plástico... pero luego no siento nada.
Y aquí venía la parte que es un poco avergonzante, pero de todos modos vale la pena contar.
Se salió de la cama y yo otra vez frunzo el ceño. Procuraba no acabar por culpa de la vergüenza... y qué mejor que con mi propia mano.
- Haz lo que tienes que hacer...
- Ahora sí que no sé nada... ahora sí que no...- le decía.
Estaba despavorido, pero con una inspiración que me salía por los poros. Nunca en mi vida me había tocado tener que penetrar a otro hombre. Con las chicas es factible que se pueda... ¿pero yo? ¿Tomando el control?
No había vaselina ni nada.
Lo abracé por detrás y frotaba mi mejilla contra su espalda.
-Te espero... tómate tu tiempo.
- No sé nada... es que no sé nada y me da vergüenza.
- Ya estás sabiendo. Y no debería darte vergüenza.
No me quedó otra que agarrar un poco de saliva y empezar a abrir la zona vetada para todos... aunque para otra gente que vi no.
Entonces recordé aquel día que pillé a Phil con Merte. Sabía que se quedaba pegado, pero no sabía como.
Aún no sabía si estaba bien lo que hacía. Quedaba más cerca. Había una sensación rara que llegaba de la punta de los pies hacia la cabeza. Un calor constante con una superficie un tanto lisa y rugosa a la vez.
Me conseguí pegar a él.
-Vamos...vamos, chico... ahora muévete...
Me movía hacia atrás y adelante. Sentía algo liso, pero observé que Thomas empezó a quejarse.
Entonces decidí decirle:
- ¿Duele?
- No, Mesut, en lo absoluto....con calma...
Y seguí nada más haciéndolo. Entonces recordé a los chicos que pillé.
Me di cuenta que lo estaba haciendo bien. Sin embargo palpé algo un poco blando y mucoso y me quería salir, pero Tommy se quejaba cada vez más y arqueaba su cuello hacia atrás.
Entonces lo tumbo, tomo sus glúteos, asiéndome fuertemente a ellos y sigo haciéndolo.
Sin querer queriendo, lo había penetrado. Mi cuerpo tenía todos sus poros elevados, exudaba una gran cantidad de placer. Sentía hasta mi pecho mojado.
Thomas gemía y gemía mientras yo seguía haciendo ese mentado movimiento.
Yo también empecé a sentir y de hecho me quejaba y gemía . Olvidé los sonidos que salían de mi boca.
Sólo dejé que Thomas sintiera...
-¡Oh, Mesut! ¡Oh!
El tono llegó a desafinarse por completo.
Y luego me vino una sensación muy especial, de escalofrío, combinado con calidez y rigidez al mismo tiempo, y cada vez más viscoso...
- No sé nada... no sé lo que pasa...
- ¡Mesut, vas bien...oh!-gimió Thomas.
- ¡No sé lo que pasa!- gemí.
-¡Mesut. está bien! ¡Oh!- se escucha de fondo.
Conste que me movía un poco más rápido, pero no tanto porque se podía rasgar la doble capa.
Gemimos los dos al mismo tiempo y me salgo, pero sin desacoplarme de su cuerpo. Me abracé a él. Le besé su espalda pecosa y llena de lunares. Jadeando, Thomas me dijo:
- Ahora aprendiste. Lo hiciste muy bien... lo hiciste bien... te felicito, Mesut. Lo hiciste muy bien.
Me quedé callado y lo abracé por detrás.
Puse mi mejilla inclinada. Y derramo un poco de lágrimas.
- ¿Qué pasa? ¡Hey! ¿Qué pasa?
Se volteó y me miró a los ojos...
- Disculpa... sé que no debería... pero... es que... es que no sabía nada...
- ¿Por qué? Dime...por qué dices eso...
- Es que...¿acaso...no sabías que era...?
- ¿Que era qué, Mesut?
- Es la primera vez que lo hago.
- Awww...
Thomas nada más me abrazó y me coronó con un beso.
-Te quiero mucho, Thomas... te quiero mucho.
- Y yo a ti.- me contestó.- no te preocupes. No sabías nada, pero ahora sabes.
-Bien... me voy a sacar esto...
- Anda... vamos, chico. Te espero...
No pensé que esas técnicas que enseñaban en la escuela secundaria de ponerle condones a los plátanos iba a aplicarla. Y menos a la edad de 23 años. No me enseñaron eso sí que eso se hacía con los chicos también.
Tocaban la puerta.
- ¿Mesut? ¿Mesut?
Era la voz de Herr Löw.
Estaba sumamente avergonzado.
Sin embargo, Thomas dio la llave de la ducha del baño en suite.
-Hey...ven acá, Mesut.
- ¿Ahora quieres que lo aplique aquí?
- ¡Nooo!- sonrió Thomas- sólo quédate acá conmigo. Quédate conmigo.
Quizás pensó que yo estaba con Torsten.
Pero estaba equivocado.
Mientras el agua corría, los besos, caricias y abrazos en cuerpo desnudo continuaban.
Ahí empecé a asumir que mi virginidad se había ido.
Estaba aprendiendo a volcar todo lo que siento en lo corporal.
Besando y acariciando al primer hombre de mi vida...
No fue fácil darme cuenta de ese detalle.
A medida que pasan los minutos y el agua corre, la idea aquella la empecé a asimilar... porque el temor se disipó y al fin pude entender...
que lo que hice fue algo innato y que es posible con cariño y con paciencia...
entre gente como nosotros...
FIN HISTORIA
RANCAGUA, 24 JUNIO 2010