Fandom: V
Título: donde nada queda
Personajes: joshua/lisa
Advertencias: spoilers del 2x01, creo que de nada más.
Palabras: 955
Resumen:
prompt: Situado en la S2. Él descubre a Lisa ayudando a la Resistencia, como no recuerda nada, él piensa delatarla con Anna. Lisa tiene que convencerle de que no lo haga ♥.
Para:
dryadeh por
san_drabbletin (sin contar que le debía regalo de cumpleaños, y mato dos pajaros de un tiro porque si :D. ILU GURL, espero que te guste y fuera lo que estabas buscando :D.)
Notas: no tengo la menor idea de que es esto, es cortito, fuera de lugar y lo que sea, pero el prompt me tentó y vino idea y salió esto. sin betear.
Sucede muy rápido y, como en todos los casos donde el tiempo corre cinco pasos delante de uno, hay pequeños momentos que se graban, a cámara lenta, en la memoria. El instante que sus ojos se clavan en la expresión confusa de Joshua, el pequeño movimiento afirmativo de Erica, el sonido de sus tacones al correr tras él. Luego todo acelera como si los segundos no existieran y las acciones no fueran más que reacciones inconscientes de su cuerpo. Acelera porque lo hace algo dentro de ella, algo que la impulsa, que late, que grita y que ella no puede siquiera escuchar mientras una de sus manos se cierra sobre la muñeca de Joshua.
Se detienen, pero el momento corre, el reloj sobre sus cabeza no deja de dar la hora, una y otra vez sobre el mismo minuto, una cuenta atrás pausada temporalmente, una explosión a punto de acabar pero cuya fuerza no mengua, esperando a ser desatada y arrasar con todo aquello que se encuentre a su alcance. Puede sentir el escrutinio de Joshua sobre ella, la decepción, la confusión, la incapacidad de comprender lo que está haciendo porque, simplemente, no lo recuerda. Es él quien se deshace de su agarre, cortesías y deberes olvidados a con su futura reina. La situación no requiere protocolos, requiere acciones, y ambos, lo saben. Lisa no sabe cuanto le toma tomar su mano nuevamente, pero lo hace, impulsivamente, entre las suyas, apelando a las emociones que Joshua ha escondido muy abajo entre las memorias que no tiene.
- Joshua.
Sucede muy lento. El suspiro de sus labios, la desesperación poco disimulada, el contacto de sus manos, la intención de llegar allá donde todo se ha ocultado, pasar la barrera, entrar en la piel. Joshua simplemente le mira en silencio, procesando palabras, acciones, movimientos y Lisa simplemente espera que se suelte de ella y se largue, rápido y sin detenerse, hasta enfrentarse a su madre, hasta revelarla como una traidora a su gente. Pero Joshua no lo hace, se queda allí, observándola, analizando, intentando comprender en toda lógica porque esta situación le ha enfrentado a su futura reina. Lisa sabe que debe tomarlo como una señal, Joshua, el Joshua que se subordinó a ella, que le pidió un favor, que le mostró la realidad, está allí, esperando, y aún así no puede evitar los nervios, el miedo, no, el pavor a que todo desaparezca, a que todo se pierda, a que las emociones ganen, o quizás, más específicamente, pierdan.
Se acerca, aunque las distancias parezcan más amplias. Acorta la separación entre ambos, desesperada y sin ideas. Quisiera poder transmitirle todo en silencio, los recuerdos, sus palabras, sus memorias. El recuerdo de la confusión que siente en él ahora, que sintió ella entonces, la experiencia de despertar del letargo del control de su madre, el abrir los ojos al mundo y ser recibido por colores y sonidos, por aromas y cosquilleos. Acaricia su mejilla lentamente, pero su mano izquierda no suelta su mano. Joshua intenta decir algo, pero sus palabras mueren en sus labios entre abiertos. Toma su mentón suavemente, recuerda su promesas, recuerda su lealtad, recuerda su mirada y todo está allí, delante de ella, y al mismo tiempo no está. Pero solo ella puede recuperarlo.
Sucede por emociones. Sucede porque es V, pero es también humana, porque esta piel es suya tanto como Lisa lo es de ella, y no viven sino la una de la otra, y sucede porque no tiene un plan, ni palabras, ni razonamiento que pueda detener a Joshua, que pueda protegerlos a todos, incluido él. No piensa dejar que nada les suceda a ninguno, no a Tyler, no a Erica, no a Joshua. No ahora. Se inclina, impulsada por la necesidad, hasta que sus labios rozan los de Joshua, quien se queda allí, sobrepasado por la sorpresa. Lisa no se inquieta, sabe la experiencia de descubrir el mundo nuevo, de dejarse embriagar por las sensaciones del cuerpo humano, y lo busca, lento, investigando cada rastro de su boca, explorando con su lengua, sin soltarle, sin dejarle reaccionar más que al contacto que mantiene con ella.
Joshua le responde, inclinándose contra ella, soltando sus manos y tomándole la espalda, acercándola más, como si quisiera respirar dentro de ella, encontrar las respuestas que él guarda, pero no entiende, en cada poro de su piel. No se compara a nada que haya compartido con Tyler, siempre urgente, instintivo, cuasi animal hormonal. Es lento, suave, una incitación a la mente y al cuerpo por igual, a la información que traspasan a cada segundo, en sus respiraciones acompasadas.
- Joshua.
Es un suspiro lejano, pero logra separarles. De repente no se tocan. Ella no toma sus manos ni su rostro, el no la aprieta contra él, desesperado por encontrarse nuevamente con ella. Pero la distancia es mínima, y la sensación de alivio al ver que no se retira es tan grande que Lisa podría colapsar. La mirada de Joshua se mantiene sobre ella, pero hay algo allí, una chispa, un cierto movimiento que le recuerda al viejo Joshua, y algo dentro de ella vuelve a acelerarse, ansiedad y esperanza entrelazándose con el sabor de sus labios en los suyos.
- Ese no es comportamiento adecuado para una reina.
Se inclina, suavemente, en reverencia. Respeto y devoción. Se aleja, pero no hay miedo ni incomprensión, hay mareo, agobio y conocimientos y Lisa podría volver a besarle, dejarse embeber nuevamente por esa sensación de búsqueda y encuentro. En cambio, se aleja un paso más, y luego, incapaz de contenerse, le abraza, su rostro contenido contra su hombro y los brazos incómodos y desencontrados de Joshua rodeándola con cautela.
Sucede porque sucede.
(Porque así es como funciona la resistencia).