[tw] caida libre - leah clearwater - leah/jake

Nov 08, 2008 20:45

Estoy en una extraña racha donde los drabbles se convierten en oneshots. Mis intenciones con esta tabla si no se ha notado ya, s hacer diferentes parejas con Leah. So, he aquí ship nº2. <3.

Fandom: Crepúsculo
Título: Caída Libre
Palabras: 1432
Claim: Leah Clearwater
Comunidad: musasenelclaro
Tabla: 2/5.
Reto: Caída Libre.
Advertencias: PG. || Spoilers Breaking Dawn.
Resumen: De cualquier modo le sostiene la mirada, se necesita un poco más que un corazón roto para acabar con ella, algo más que unos años para matarla de soledad. Que horrible estar sola entre tantos, que triste estar siempre para quien nunca podrá estar. Leah/Jacob
Notas: Sin betear || El título no es bobo, tiene su sentido. ♥


“You've got a journey to make
There's your horizon to chase
So go far beyond where we stand”
Harbor - Vienna Teng

Las piernas cuelgan en el acantilado, raspándose con las rocas, con las heridas ya hechas, bien adentro, donde pocos pueden verlas ahora. La eternidad es un largo tiempo a perseguir, y sus ojos, jóvenes pero sin brillo a veces se cuestionan porque sigue allí. Volver a La Push ha sido una mala idea por parte de todos, no importa cuan pocos puedan recordarlos, cuanto haya cambiado el tiempo. No deberían estar allí, en ese hueco de recuerdos y memorias vagas. Esas que le pinchan como lo hacen las piedras, le perforan el alma y le desmoronan los ojos pardos.

Tiene una sonrisa triste en los labios, de esas que no se contagian, de esas que quieren llorar, pero no hay nadie allí para verla y no se preocupa de ocultarla de la luz del día. A veces cree es la hora, se dice que mañana lo hará, que se quedará en algún lugar y dejará de transformarse. Que será humana y seguirá el curso de la vida… como otros antes lo han hecho. Salvo que ella no tiene razón para quedar atrás. No engaña a nadie con decir que no tiene miedo; miedo a la soledad. A veces se recuerda que la realidad es que ya está sola y no hay eternidad ni vida que le vaya a cambiar.

Si tuviera que ser sincera consigo mismo, quizás es por eso mismo que estar allí le parece una muy estúpida idea, todos esos pensamientos sobre seguir, quedarse, andar, cambiar, o simplemente ser, se aglomeran en su mente como nunca hasta ahora. Ignorarlo suele ser el camino más fácil, demasiados eventos difíciles a lo largo del tiempo como para complicarse con existencialismos a su parecer.

-Te congelarás. -No voltea, no se mueve, simplemente espera. Segundos después, cuelgan junto a sus piernas otro par más, mucho más pesadas y grandes. - No es un buen día para saltar, Leah. No sola al menos.
-Nunca entendí que le encontraban a este sitio -explica en silencio, una mano retirando el cabello de su rostro. - ¿Se sentían más hombres o algo?

Existe en sus palabras algo de aquel sabor amargo que le embriagó tanto tiempo, recuerda lo bien que se sentía entonces el gusto a rabia, a desgarre, la barrera emocional hecha en odio más fuerte que cualquier metal del mundo. Baja la cabeza, incapaz de mirar a Jacob a los ojos. Demasiados años han pasado y aún, en el fondo de su corazón, no puede dejar a la hiena dentro suyo en paz.

-Solamente un poco más libres. -Puede sentir la sonrisa del muchacho aunque no la vea. Esas de oreja a oreja que son capaces de alegrar al mundo, que conquistaron a Bella Cullen alguna vez, que se llevan el corazón de Renesmee cada día y que destruyen su mundo cada mañana de la eternidad. -Algún día deberías intentarlo.
-Pero no hoy. -Leah levanta la vista y fija sus ojos en los de su compañero, su alfa, su ancla en la eternidad. El corazón le da un vuelco, a sabiendas de que hoy, como ayer o como mañana, el cerca es la cosa más lejana.
-No hoy, -repite Jacob. Sus ojos brillan, allí entre la simpatía y la felicidad. No sabe si sentirse bendecida o avergonzada. De cualquier modo le sostiene la mirada, se necesita un poco más que un corazón roto para acabar con ella, algo más que unos años para matarla de soledad. Que horrible estar sola entre tantos, que triste estar siempre para quien nunca podrá estar. -En cualquier momento comenzará la tormenta.
-Eso nunca les detuvo, -comenta como si nada, ignorando la respiración cortada de sus pulmones y el ardor en el fondo de la garganta a cada segundo que mantienen las miradas.
-Eso fue hace demasiado tiempo, Leah. Creo que tu y yo sabemos mejor… ¡Leah!

Se levanta de golpe, las puntas de sus pies descalzos al borde del acantilado. Es una larga caída abajo. Demasiado alto para cualquier simple humano. Ella dejó de ser humana hace demasiados años, quizás, necesita eso. Sentirse libre, sentirse humana, en un camino hacia delante más que un continuo retroceso.

-No lo hagas. -La mano de Jacob se posa en su hombro, pero sus palabras no son órdenes, jamás lo serán, no con él. Es un amigo allí, lo sabe por la manera que presiona sus dedos, o la intensidad de sus ojos sobre ella. ¿Es que puede ser que tema? Tanto él como ella saben que no le pasará nada. ¿Cuál es el problema? -Te prometo…
-No hagas promesas vanas, Jacob Black. -Suspira como si el alma se le fuera en ello y cierra los ojos.

El hombro le arde bajo el contacto, quema hasta sus entrañas, añora el más que nunca tendrá y que quizás él nunca sea capaz de entender. Si no lo ha hecho hasta ahora, no lo hará jamás.

-Dejaré de transformarme. -Suelta de repente. No sabe por qué lo ha dicho, a decir verdad, le sorprende más lo segura que se siente de ello. Jacob no la suelta, pero la presión se afloja.

Con cuidado, y más miedo que otra cosa, se gira hasta fijar sus ojos en los de él. Jacob no parece estar muy conciente de su cuerpo, o ella puede interpretarlo así. Sus ojos le miran perdidos y su boca se mueve incoherentemente, como si quisiera decir algo y no supiera qué.

-Te extrañaré.

Cuando las palabras finalmente salen, torpes, apresuradas, como chiquillo y no lobo, Leah cree que caerá al suelo con la fuerza de mil hombros sobre sus piernas. Dos simples palabras, que no son las que quiere, pero valen más de lo que quisiera creer. Dos. Un monosílabo y un verbo. Una vida. No sabe como pero está llorando. Leah, ella, que el tiempo nunca logró derribar sus barreras sucumbe ante dos simple y angustiadas palabras.

Jacob pasa su mano por sus mejillas, siguiendo los rastros de las lágrimas, y el contacto quema, muy dentro, muy fiero, como el fuego del infierno. No puede dejar de mirarle, sabe que esta será la última vez que le vea así, tan Jacob, tan niño, tan solo. Solo como ella, solo para ella. Solo Jacob. Mañana se irán, no tiene dudas, le dejarán ser, borrarán el pasado y se irán. Regresarán solo cuando sus cabellos sean marchitos y su memoria esté borrada por una vida humana sin gracia ni tormentos.

-Cuídate, Leah. -Atrae su rostro hacia él y besa su frente con ternura. Leah se siente perdida entre el tumulto de emociones y simplemente se deja arrullar cuando Jacob pasa sus brazos a su alrededor y le abraza.

No tiene muy claro cómo llegó a la decisión, ni por qué no tiene intenciones de retractarse, solo sabe que le abruma la idea, que el adiós es la razón por la cual lo ha postergado, que la mera idea de saberse lejos es casi peor que el estar cerca pero no estarlo. Lo ideal sería buscar a Seth, apoyarse en él, empezar de cero. No puede mentirse, lo ideal sería quedarse, gritarle a Jacob porque lo hace, y vivir una eternidad donde solo fueran ellos dos. La realidad siempre ha estado lejos de lo ideal para ella, nada, ni todo el tiempo del mundo, lo hará cambiar.

-¿Serás feliz? -No se sueltan, y la frase suena a susurros en su oído. Se afirmá contra el pecho de Jacob, negándose a soltarse, a dejar ir como siempre he debido de hacer. Ver marcharse a quienes quiere, a quienes ama… mientras ella poco a poco se va envolviendo en soledad.
-No lo sabré hasta saltar. ¿No es lo mágico de la caída el no saber como se aterrizará?

Sonríe temerosa y se separa levemente, sin soltarse, sin dejarse ir aún. Jacob tiene sus ojos fijos en ella, hay orgullo reflejado en ellos, orgullo de ella, pasión de ella, tristeza de ella. Se afirma aún más, y poniendo el peso de su cuerpo sobre las puntas de los pies se acerca a su rostro. El muchacho no se mueve y espera, las respiraciones chocan y los años pesan. Leah, negándose a pensar en sus acciones, posa sus labios sobre los de Jacob. Suaves, dulces, lentos.

-No me olvides, -suspira en su oído, el sabor a prohibido y magia en cada uno de sus poros. En el brillo de sus ojos, en la perplejidad del hombre lobo. Un adiós como el que nunca ha dado.

Recién entonces, Leah sonríe de verdad, con lágrimas aún en los ojos, con el corazón partido y el miedo en cada hueso. Recién entonces, sonríe y salta.

!español, length: oneshot, warn: spoilers, character: leah clearwater, comm: musasenelclaro, book: twilight, character: jacob black

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