[HP] - La Madriguera - Parte 1

Feb 22, 2008 22:17

Fandom: Harry Potter
Pareja: Arthur/Molly
Advertencias: Fluff, y futuramente spoilers del séptimo libro.
Título: La Madrigera. Parte 1/5.
Notas: Esto empezó como un reto que leí en potterfics y que me tentó! Nadie habla de Arthur ni Molly. Nadie! So, pensé que podía darles un poquito de amor <3! En primera instancia, agradecer a parvati_blossom por betear y a dark_rachel porque es un amor y siempre me apoya en estas cosas ^-^!!
Aclaraciones: Me he tomado mis libertades en cuanto a datos no especificados en el cannon, Alice Y Frank fueron a Hogwarts por la época de Molly, punto. No sé si tenga que aclarar mucho más ^-^!


Nunca estuve tan emocionada como hoy. Madre estuvo revoloteando a mi alrededor toda la última semana, y yo también tras ella. Gideon estableció que será un martirio tenerme en Hogwarts, pero no lo dice en serio. Es común de Gideon decir ese tipo de cosas. Sigo sin poder creerme que ha llegado mi turno. Tener como hermanos a dos prefectos insistiendo sobre su vida en el colegio no es más que una pesadilla. Aunque debo admitir, tiene sus ventajas. Han prometido ayudarme, y les creo.

Hogwarts se parece a una gran aventura. Tiene fecha, localización, pero tanto es desconocido. El tren se ve enorme, y Gideon y Fabian ya se han ido. Madre estampa dos besos en mis mejillas y siento cómo estas enrojecen. Explicarle que allí hay testigos no cambiaría mucho la situación y posiblemente me abrazaría aún más fuerte. Así que la dejo ser. Soy la pequeña después de todo. Padre mira todo en silencio y simplemente me murmura un dulce adiós antes de tomar a mamá del brazo y alejarla de mí. Creo que teme que no me deje ir.

Cuando volteo estoy decidida a no mirar atrás. Me pondré a llorar. No importa cuán fuerte pueda ser, cuánta sangre Prewett corra en mis venas. Mis padres son mi punto débil. Mi hogar, el segundo. Por suerte mis hermanos estarán en Hogwarts. Era lo que más odiaba de la situación hasta ahora. No tenerlos siempre. El tren ruge furioso y mis pies tiemblan ligeramente cuando me subo a él. Mi valija ya está en uno de los compartimientos, Fabian se encargó de ella. Me dirijo a él y me siento. Está vacío. Pero supongo no tardará mucho en llegar alguien, y no me equivoco.

Un chico, un par de años mayor que yo por su apariencia, se acerca a la puerta. Tiene el cabello pelirrojo como el mío. De no saber que no somos parientes, lo sospecharía. Pero conozco a cada uno de los Prewetts del mundo mágico y no mágico. Este muchacho no es ninguno. Aunque tiene cierto extraño parecido con Ignatius, el primo raro. Tiene los ojos azules y brillan con sinceridad mientras se acerca y estira una mano hacia mí.

- Arthur Weasley, a sus servicios. - su presentación me causa gracia, pero simplemente sonrío mientras tomo su mano. Es suave y pequeña, contraria a la de mis hermanos.
- Molly Prewett. - Es raro presentarse. Nunca debí de hacerlo hasta ahora, pero Arthur parece un muchacho muy educado. - ¿En que año estás?
- Tercero. - su mano suelta la mía. - ¿Te molesta si me siento aquí?
- Claro que no.

El muchacho se mueve torpemente hasta el asiento frente a mí, mientras recorre el lugar con la mirada, como si buscara algo, o quizás solo intenta no ser maleducado. Sus ojos son muy azules y me impresionan cuando vuelven a posarse en mí. Por alguna razón parece incómodo.

- ¿Y tus amigos? - Baja la mirada y sonríe suavemente. De repente siento que he metido la pata en grande.
- Andarán por ahí. No te preocupes. - Lo observo con curiosidad, no miente, pero hay cierta tristeza. - Nos encontraremos en la selección, es costumbre. ¿A qué casa quieres ir?
- Gryffindor. - No dudo mi respuesta sea obvia, sería muy extraño no quisiera estar con mis hermanos.
- Fabian y Gideon andan pidiendo lo mismo. - sonríe el muchacho. - Creo que no desean perderte de vista. Bueno, sin el creo…

Río y Arthur me mira sin comprender. Pero es que me ha causado tanta gracia. Pobre niño, no nota se ha deschavado, pero me agrada. Conozco suficiente a mis hermanos como para esperarme algo así.

- ¿Cuánto te han ofrecido? - logro preguntarle una vez calmo mi risa. Arthur se sonroja y su rostro se asemeja al color de su cabello. - Déjame adivinar, ¿un par de galeones?
- No he aceptado. - Parece un tomate y me causa gracia, no puedo parar de sonreír, pero la dulzura y la amabilidad de su voz son suficientes para caer en sus palabras.
- Pero estás aquí… - él asiente. - Entonces…
- Estoy seguro irás a Gryffindor. - responde, y haciendo una pequeña y formal reverencia se despide para marcharse.
- ¡Oye, espera!

Maldigo por lo bajo, sabiendo que no hay nadie para callar mis quejas. Se ha ido tan rápido, quizás lo he ofendido.

*^*

- Te desquiciarás si sigues así. - Arthur se sienta delante de mí. Libro en mano y un objeto extraño de que desconozco en otro. Seguramente para su clase de estudios muggles. Levanto la mirada y lo observo con curiosidad. - No quiero saber qué será de ti cuando llegues a los TIMOS.
- Una loca desenfrenada seguro. - sonrío mientras el joven se sienta a mi lado. Siempre ha sido amable y podría decirse que lo considero un amigo. Es muy gracioso, sin embargo, cuando me mira de aquella forma, como si no supiera qué decir. Intentó convencerme todo el verano de que tomara Estudios Muggles, pero me negué. Creo lo he decepcionado, así que aprovecho para introducir el tema.
- ¿Qué es eso? - mi mirada está fija en el extraño objeto, y he abandonado mi lectura. Transformaciones puede ser ligeramente pesado de estudiar. Una distracción no me viene nada mal.
- Un enchufe. - lo dice como si fuera lo más obvio del mundo y lo pone sobre la mesa, enseñándomelo. - Debemos hacer un informe sobre el mismo. Es muy difícil encontrar información sobre ellos. - Su voz es triste, realmente lamenta no poder saber más del asunto.
- Seguro puedes encontrar alguien que venga de familia muggle que te instruya. - Arthur ríe. Su risa siempre es vergonzosa y divertida. Toma el objeto y me mira como si estuviera loca.
- Nadie quiere hablar de enchufes, Molly. - levanto una ceja algo escéptica, no es que sea común en mí hacerlo, pero ¿qué tiene de mal ayudar a alguien en una clase? - Todos piensan estoy loco.
- Yo… - intento decir que no es así, pero él vuelve a sonreír.
- Todos, Molly. No tienes porqué disculparte. - En sus ojos brilla una sonrisa sincera y me sonrojo de una forma que no recordaba hacer desde mi primer año. ¡Desgraciado, no me deja ni comportarme bien! Él que es el Señor Educación.

Miro hacia otro lado tratando de evitar su mirada y sé que él ya se encuentra leyendo el libro que ha retirado de la biblioteca rato atrás. Me pregunto si sería recomendable que yo tomara mi libro. Transformaciones está rompiendo mi cerebro, pero la presencia de Arthur no ayuda. Mucho menos las risas de sus compañeros a la lejanía.

- Yo no creo que estés loco. - logro balbucear finalmente. Él sonríe.
- Sí lo haces. Pero no importa. - ríe y vuelve a leer. - Algún día me preguntarás en serio qué es un enchufe, entonces, yo te responderé.

Arthur tiene la habilidad de hacerme sonrojar tanto que me da miedo. Alice finalmente se acerca a nosotros. Sonríe divertida. Jura que Arthur y yo terminaremos juntos, a veces cuando me encuentro tan roja como ahora me cuesta pensar que delira.

- ¿No me digas que te has unido a ella? - Alice ríe y se sienta frente a nosotros. - Está tan loca. ¡Estudiar en una tarde como esta!
- Debo estudiar para el examen. - Intento justificarme, pero el libro aún sigue sin ser tocado por mis manos.
- Te lo sabes de memoria. - Insiste Alice y el libro termina en sus manos al momento que se lo tiro. ¡Ella y sus reflejos!
- Yo creo que tú deberías cuidarte cuando lleguen los Timos, - la voz de Arthur está llena de malicia. - Te enloquecerá.
- Lo sé. - Alice acomoda su cabellera y abre su libro de Pociones. - Ya me estoy preparando. Tú serás su profesor particular. - Alice nos sonríe y ambos nos sonrojamos. Me pregunto qué pasa conmigo el día de hoy.

Los observo y sonrío. Quedan un par de años más con Arthur en Hogwarts. Alice estará conmigo hasta que terminemos, si es que Frank no se la lleva antes. Río ante mis ocurrencias y ambos jóvenes me miran extraño. Enchufes, pociones y sonrojos. Otro día normal en Gryffindor.

*^*

¡Oh, no! ¿En qué estaba pensando? Me observo al espejo y maldigo toda mi vida. Fabian estaría muy orgulloso de mi vocabulario. Alice me lanza una mirada reprobatoria desde el otro lado de la habitación. ¡Es que yo tenía que haber estado loca para haber aceptado! ¿Qué demonios tenía en la cabeza? Pateo todo lo que tengo a mi alcance hasta que un hechizo me petrifica en el acto.

- Eres una exagerada, Molly. - Alice se para a mi lado. - Luces espectacular. - Mis ojos se mueven en negación, mas Alice sólo puede sonreír mientras acomoda mis vestidos.
- Debí decirle que nos veríamos luego de que saliera de Hogwarts. ¿Y si digo que estoy enferma? - los nervios me comen por dentro. Hace tanto que no lo veo. ¿Y si se ha olvidado de mí? ¿Y si cuando me ve…? Tiemblo y Alice pasa sus brazos alrededor de mi cuerpo.
- No creo que eso le agrade. - ella sonríe y besa mi frente de forma materna. ¡Odio cuando hace eso! - Además… - sonríe divertida. - Creo que vendría a verte si lo hicieras.
- Pero…
- Le has huido en Navidades y he soportado todas las vacaciones de llanto porque le extrañas. No seas chiquilla, Molly.

Bufo por lo bajo y vuelvo a mirarme al espejo. No entiendo por qué actúo así. Quizás porque hace tantos meses que no lo veo. Quizás porque tengo miedo de mi propia reacción. ¿Hace cuánto no me siento tan insegura? Todo siempre ha sido tan fácil con Arthur. Tengo el cabello suelto sobre los hombros, mi rostro es regordete y Alice jura que dejarlo así lo hace más bonito, aunque es molesto, acepto su consejo. ¡Si total me siento un mugrero! Alice me ha prestado uno de sus vestidos negros. Hemos tenido que agrandarlo un poco, pero supongo no ha quedado tan mal, aunque sigo opinando se ve muchísimo mejor en ella.

- Te ves hermosa, tonta. - Alice ríe y me obliga a dar una vuelta. - Lo dejarás loco.
- Loco debe estar para venirse hasta aquí. - Alice ríe. Sabe que todos mis miedos son injustificados, pero este año me he sentido tan culpable. Más lo hago cuando bajo a la Sala Común. Solo a Dumbledore puede ocurrírsele permitir a los cursos mayores tener fiesta en la noche en Hogsmeade. Me pregunto qué estaría pensando.

Entre las primeras personas en observarme está Thomas. Me sonrojo y miro para otro lado inmediatamente. No quiero que se acerque, así que me prendo del brazo de Alice y la insto a apurarnos. Pero obviamente ella esperará por Frank. Siento la mirada de Thomas sobre mí. Él se encuentra muy arreglado pero nadie le acompaña. Me pregunto si irá con alguna chica o solo. Ruego para mis adentros que no vaya solo, y vuelvo a insistir a Alice que nos apuremos. Puede esperar a Frank abajo. Pero Alice repite que estoy paranoica.

Cuando finalmente Frank nos lleva a ambas fuera, porque he decidido no desprenderme de Alice, me siento completamente aliviada. Obviamente, hasta que Thomas se sube a nuestro carruaje. Maldigo otra vez mi suerte y miro por la ventana hacia fuera. Extraño a Arthur, pero Thomas no deja de ponerme nervios… ya siento el calor en mis mejillas volver a subir.

- Te encuentras hermosa. - el susurro del muchacho en mi oído me sorprende. ¡Alice! Pero no, la chica está muy concentrada con Frank. ¡Vaya amiga! La voz de Thomas siempre me ha impresionado, es seca pero dulce al mismo tiempo. Tan diferente a Arthur. Un escalofrío recorre mi espalda y logro murmurar un suave “Gracias” sonrojado.
- ¡Llegamos! - la voz saltarina de Alice ha salvado el momento más incómodo del día, y Thomas se aleja de mí, resignado. Sonrío. Nerviosa. Aliviada. Calada hasta las patas ante la perspectiva.

Thomas ya está abajo y tiende una mano para ayudarme a bajar. La acepto muy a mi pesar, y toco el frío piso nevado. Es el San Valentín más bonito que he visto en mi vida. Hogsmeade es un espectáculo único. Una sonrisa se dibuja en mis labios mientras suelto a Thomas, murmuro nuevamente gracias y me marcho tras Alice y Frank. Bueno, sí, me da pena, pero dudo tener suficientes fuerzas para irme de quedarme un poco más.

Todas mis dudas desaparecen cuando entramos a las Tres Escobas. En una mesa me espera Arthur. Viste elegantemente, el cabello acomodado para parecer peinado, una rosa amarilla sobre el saco y una sonrisa esperanzada. Me he olvidado de Thomas inmediatamente y me he acercado a él con mucha cautela para sorprenderlo. Tapo sus ojos y sonrío.

- Adivina…
- Un ángel. - Reímos y él se levanta hasta estar a mi altura. Siempre me resultó cómico que yo pareciera ser más grande que él, pero aún así me lleva algunos centímetros.
- Creo que se ha equivocado, señor. - Todas mis dudas se han desvanecido. Río y dejo que me entregue la rosa. Nunca he sido de muchas cursilerías, mas, Arthur sabe que amo las rosas. Aunque en realidad, cualquier cosa que venga de Arthur me encantará. Para nuestro primer aniversario me regaló un enchufe. No puedo negar que lo estaba esperando.

Alice y Frank se acercan a nosotros y se sientan en la mesa. Alice me susurra un “te lo dije” y ambas reímos cómplices. Cuando quiero acordar, no me importa ni mi vestido, ni mi rostro gordo, ni que Fabian o Gideon anden observando, porque aunque confíen de Arthur, seguiré siendo la pequeña. Allí con Arthur y mis amigos, se está bien.

character: arthur weasley, !español, book: harry potter, length: fanfict, character: molly weasley

Previous post Next post
Up