[hp] - Tan Luna - Luna/Ginny
OMG. No sé que me ha dado hoy, así que los spameo o.o Quizás prok el reto de femslash se acerca a su final o que se yo. Pero hoy estoy productiva! Yaya! Cortitos, pero algo LOL.
Fandom: Harry Potter
Personajes: Ginny y Luna
Advertencias: G || Femslash implicito
Título: Tan Luna.
Palabras: 383.
Resumen: Porque el tiempo pasa para Ginny, pero Luna sigue siendo Luna.
Es que Ginny se sorprende, cuando se encuentran ahora, casadas, con hijos, adultas, que Luna siga siendo la misma mientras ella ya no es una ni ninguna. No puede evitar mirarla entre nostalgia e incertidumbre como la muchacha (más mujer que niña, pero más niña que anciana) cuando le ve acomodar sus cabellos rubios tras un extraño pendiente nuevo (uno por semana, uno por cada visita, cada uno de sus manos, cada uno aún más bello). No puede evitar obviar la atención a los niños, que vaya a haber uno donde han quedado, ni a los maridos, encaramados en una discusión en la que ella ya ha dejado de prestar atención. Sirve el té casi sin dejar de observarla, y sonríe cuando Luna le habla de criaturas que han descubierto en su último viaje, y de seres que aún le resultan increíble sean reales.
Luna es y siempre será Luna. Lo nota cuando ríe suavemente cuando menciona a los nargles, y dice Ginny debería estar concientes de ellos a esta altura de la vida (via y rutina, vaya diferencia piensa). O cuando queda mirando el techo, soñando en alguna criatura que ha conocido recientemente, o alguna extraña planta que ha pasado por sus manos. Lo siente cuando Luna menciona a Neville, y la próxima visita que hará a Hogwarts (el nombre que todo lo marca) para llevarle nuevos descubrimientos y material para sus clases. El pensamiento le revuelve más el estomago de lo que jamás la presencia de Rolf lo hizo (porque Rolf nunca fue amenaza, fue resignación).
Luna es aquella niña, aquella dulzura de amiga que un día desapareció del colegio, y que cuando volvió, el mundo ya estaba hecho y derecho (y a jugar a la taza, cada uno a su casa). No hay arrugas en su rostro, ni paso del tiempo en sus maneras, pero Ginny si se siente cansada. Se sienta cansada y con años encima, y el té le quema como recordatorio cuando baja por su garganta. Se sonríe observando a Luna, y teme, teme la hora en que deba marcharse. Porque Luna le recuerda todo lo que una vez fue y lo que pudo ser (porque no es ni será). Y es que Ginny se sorprende de que esté allí, tan niña, tan pura, y tan Luna.
Fandom: Harry Potter
Personajes: Ginny y Luna
Advertencias: G || Femslash implicito
Título: Tan Luna.
Palabras: 383.
Resumen: Porque el tiempo pasa para Ginny, pero Luna sigue siendo Luna.
Es que Ginny se sorprende, cuando se encuentran ahora, casadas, con hijos, adultas, que Luna siga siendo la misma mientras ella ya no es una ni ninguna. No puede evitar mirarla entre nostalgia e incertidumbre como la muchacha (más mujer que niña, pero más niña que anciana) cuando le ve acomodar sus cabellos rubios tras un extraño pendiente nuevo (uno por semana, uno por cada visita, cada uno de sus manos, cada uno aún más bello). No puede evitar obviar la atención a los niños, que vaya a haber uno donde han quedado, ni a los maridos, encaramados en una discusión en la que ella ya ha dejado de prestar atención. Sirve el té casi sin dejar de observarla, y sonríe cuando Luna le habla de criaturas que han descubierto en su último viaje, y de seres que aún le resultan increíble sean reales.
Luna es y siempre será Luna. Lo nota cuando ríe suavemente cuando menciona a los nargles, y dice Ginny debería estar concientes de ellos a esta altura de la vida (via y rutina, vaya diferencia piensa). O cuando queda mirando el techo, soñando en alguna criatura que ha conocido recientemente, o alguna extraña planta que ha pasado por sus manos. Lo siente cuando Luna menciona a Neville, y la próxima visita que hará a Hogwarts (el nombre que todo lo marca) para llevarle nuevos descubrimientos y material para sus clases. El pensamiento le revuelve más el estomago de lo que jamás la presencia de Rolf lo hizo (porque Rolf nunca fue amenaza, fue resignación).
Luna es aquella niña, aquella dulzura de amiga que un día desapareció del colegio, y que cuando volvió, el mundo ya estaba hecho y derecho (y a jugar a la taza, cada uno a su casa). No hay arrugas en su rostro, ni paso del tiempo en sus maneras, pero Ginny si se siente cansada. Se sienta cansada y con años encima, y el té le quema como recordatorio cuando baja por su garganta. Se sonríe observando a Luna, y teme, teme la hora en que deba marcharse. Porque Luna le recuerda todo lo que una vez fue y lo que pudo ser (porque no es ni será). Y es que Ginny se sorprende de que esté allí, tan niña, tan pura, y tan Luna.