A veces salgo de la nave, pero la ausencia de gravedad me asusta. Hace años que estoy aquí solo, al principio me gustaba la soledad y la buscaba, ahora no sé bien que buscar. El final se mezcla con el principio haciendo que todo este tiempo se convierta en mi pasado, presente y futuro.
Nadie sabe que estoy aquí, así que no creo que vengan a rescatarme. He estado pensando en escribir una nota, quien sabe, a lo mejor alguien consigue encontrarme. No siempre estuve solo, aun me acuerdo de Pilar.
Hace años que mis provisiones se agotaron, espere paciente el cambio, pero no llegó. En este mundo no hay cambios, solo ciclos que se repiten. Son mis cuatro estaciones. Tampoco he envejecido aunque a pesar de ello si alguna vez me conociste ahora no me reconocerías, puede que te deje una nota. Aunque en el mundo muerto el lenguaje no es el mismo. Cuando estás solo una sola frase recoje un montón de pensamientos y sentimientos. Mientras que en el mundo vivo muchas frases no suelen recoger gran cosa.
Estoy casi seguro de que mi plano de pensamiento sea solapado con otro. De forma que soy capaz de ver lo que se ve en el mundo vivo, pero no lo entiendo y me desconcierta. Como el mundo muerto no es visible, nadie puede ayudarme a decodificar el vivo.
Ayer intenté reparar el motor de mi nave, sé que no recuerdo el camino de vuelta pero no me importa. En mi mundo hay un mar que te lleva al pasado y aunque el camino es largo y la nave pesada aquí no hay gravedad y solo tengo que calcular bien el salto. Es posible que me pase de fuerza, en ese caso ya no podría regresar. No estoy triste, al menos no lo estaré por mucho tiempo.
Aquí hace mucho viento y los cuatro mares con sus mareas erosionan mis sentimientos haciendo que no pueda retenerlos por mucho tiempo. Cuando sube la marea del mar del pasado el mar del futuro está recogido. No así el mar del presente que choca con marea llena formando remolinos en los que no pocos han sucumbido lléndose de mi mundo para siempre. Luego está el mar de la tranquilidad que cada vez se llena más y más, formando dos grandes lagunas La Realidad y Los sueños. Todos los días me duermo flotando en la laguna de los sueños para despertarme siendo arrastrado por las fuertes corrientes de la realidad que luchan por llevarme a su centro.
Una vez ví un submarino, buceé hasta él pero estaba vacío. Yo no lo recordaba pero hace mucho tiempo, antes de que mi mundo perdiera su vida, solía usarlo con mi gente. Navegábamos en él hacie el mar del futuro y solo hacia delante.
En una ocasión cogí el submarino con ella, y en vez de avanzar por la seguridad de la laguna de los sueños, me armé de valor y navegué por las peligrosas aguas de la realidad. Pensé que no lo conseguiría, pero llegamos sanos y salvos. Nos reímos y paseamos de la mano, pero las aguas de la realidad son peligrosas y aunque intenté agarrarla con todas mis fuerzas, una ola me la arrebató y desde entonces vaga sola flotando por el mar del pasado. A veces la veo desde un acantilado y le grito pero no sé si me oye.
Tal vez le deje una nota, si acaso eres tú el que ha de encontrarme dásela de mi parte por favor.