Es
increible las cosas que puede hacer la naturaleza... caprichosas formaciones que
están justo debajo de nuestros pies, lo que hay en el cielo, lo que hay en el
mar, lo que hay en esas burbujas que tiene la tierra, debajo de esos montes
majestuosos llenos de milagros, llenos de vida... Y no nos damos cuenta...
He ido a las cuevas del Soplao, aquí en Cantabria, algo digno de
ver la verdad, es asombroso... ves cómo las leyes de la física no sirven para
nada ahí abajo, donde las formas casi fantasmales se juntan con formas que sólo
podríamos imaginar encontrar debajo del mar... pero luego salí de la cueva y me
planté en lo alto de la montaña, viendo un valle en el que hay un pequeño pueblo
al que le daba el sol que pasaba entre las montañas, las nubes estaban a nuestro
lado, la tierra, la hierba, los árboles... y muchas veces no nos paramos a mirar
lo que tenemos al lado nuestro como una simple flor, y nos vamos corriendo a ver
el último grito en cuevas... que no digo que no sean bonitas... como he dicho,
son espectaculares.
Pero por qué siempre pasa lo mismo? quiero decir... tenemos al
lado a alguien que siempre ha estado ahí y que nunca le hemos hecho caso,
siempre nos hemos ido a la novedad... por qué queremos ese juguete nuevo si el
que tenemos es igual de bonito?
Pensamos que nosotros somos los que necesitamos ayuda y resulta
que son los demás, de esos que no sabes nada los que necesitan aún más ayuda que
tu y están pasando muchas más necesidades.
Somos egoístas.
Por qué?