Death Note Fics... o mi estrepitoso fracaso como fanficker.

Nov 04, 2009 20:04


Rescatando fics he descubierto estos dos de Death Note, que son a cada cual más malo *se esconde detrás de un árbol*

Título: Indicios, huellas, señales.
Rating: +13. - K+.
Pairing: L/Light.
Comments: Éste ni siquiera está acabado. Me quedé en los "indicios" LOL


- ¿Qué haces? - Eso le había dicho Ryuzuki titubeando cuando Light posó sus labios sobre la parte de atrás de su cuello y le rodeó la cintura desde detrás, acoplando su cuerpo a la incómoda postura en la que dormía. Ryuzuki tenía los brazos flexionados, pegados al pecho, y mordía nervioso sus nudillos. Aquello era, desde que habían empezado con todo aquél caso, y con diferencia, lo más inesperado que le había ocurrido.

- Lo siento - Por supuesto. Habían vuelto a pelear justo antes de ir a dormir. Sus peleas eran absurdas. La cadena de las esposas que les unían por tiempo ilimitado no era lo suficientemente larga como para que Light, al recibir una patada de Ryuzuki no le arrastrase con él y acabasen estrellados ambos contra una pared, atravesando un cristal o cayendo sobre un sillón. Los puñetazos de Light no se quedaban atrás, y el caso era el mismo. Ambos poseían una fuerza que ninguno de los dos aparentaba poseer, sobre todo L. Esas peleas por cualquier motivo absurdo les valían a ambos para descargar todo lo que aquél caso les estaba haciendo. Duelos de razonamientos, trampas, mentiras, odio… ataques y defensas, actuaciones… necesidad. Y siempre acababan en empate y gotas de sangre que salpicaban la moqueta. Al día siguiente, bajaban a la sala principal, y los demás sabían lo que había ocurrido, pero también sabían que estaba bien. Que eran amigos, que eran los mejores amigos, aunque sólo se lo hubiesen dicho una vez, no hacía falta más, y eso era lo mejor. Que los dos lo sabían todo sin tener que decirse nada.

Pero esta vez había sido algo diferente. Siempre había sido Light quien había empezado todas las peleas, normalmente después de un “Sigo convencido de que eres Kira” o un “No me harás cambiar de opinión”, pero ahora había sido Ryuzuki quien había golpeado primero, y con verdadera intención de hacerle todo el daño posible. De manera enfermiza y echándosele encima. Todo por la única palabra que Light nunca debería haber dicho en voz alta y en la misma frase que su nombre: “Eres un cobarde, Ryuzuki”.

Después de eso, estando los dos rendidos en el suelo, Ryuzuki con el labio partido y Light con un corte en toda la longitud del antebrazo que luego le sujetaría con fuerza, Light fue el primero en decir algo.

- ¿Nos vamos a dormir?

- Sí, estaba a punto de decirlo.

Después de esto, se levantaron como pudieron, se curaron las heridas, totalmente en silencio, y se metieron bajo el edredón, dándose la espalda y con movimientos bruscos de esos que dicen “estoy realmente enfadado contigo y no se me va a pasar hasta dentro de mucho (o eso pretendo)”.

Si a Ryuzuki le había costado horrores decir de Light que era su amigo, era más que evidente que el contacto directo le era incomodísimo. Cuanto ni menos, un contacto físico tan íntimo. Tampoco sabía muy bien como interpretarlo de todas formas.

- No es la primera vez que peleamos.- Ryuzuki intentaba hacer de aquello algo lo más normal posible.

- Pero es la primera vez que te hago daño de verdad. Y no me gusta.

Con aquello, Light se separó para quedarse mirando al techo, moviendo la cadena para cruzar sus manos y apoyar su nuca sobre las palmas, en la almohada.

- Este caso es una tortura…

Ryuzuki se dio la vuelta para mirarle, en una oscuridad no lo suficientemente profunda como para poder ver su cara de con la claridad que entraba por la enorme cristalera a medio cerrar mientras hablaba. Su perfecto perfil.

- Quiero decir… es como si no hubiese nada más en mi vida. Como si a veces no quisiera que acabase. Hay veces que cuando conseguimos alguna pista más, algún indicio, algún sitio por el que seguir… me da miedo, y creo que hasta deseo que no llegue a ningún sitio… pero sólo a veces.

-Creo que eso se llama obsesión. No es la primera vez que me pasa. Pero intenta no ser tú por un segundo.- Posando la palma de su mano sobre el abdomen de su compañero -

-Es que me gusta esto, ¿sabes? Este sitio, la rutina de investigación, pensar las veinticuatro horas, aprender de ti… me gusta hasta esta estúpida cadena que nos has puesto. Joder, me gusta esto.

- Intenta pensar en la gente que ha muerto, y la que morirá. Intenta pensar que eres uno de ellos. Que nuestro juego les es ajeno. ¿No pensarías “por qué a mí”? Eso hago yo cuando me sobreviene. Esto no es entre tú y yo. Esto es entre Kira y el mundo.

Light se incorporó en la cama, sentado y volviendo la cabeza para hablar a Ryuzuki por encima de su hombro.

- Ha pasado un año desde que estamos unidos. Día y noche. Dos Kiras continúan asesinando. Nunca vas a dejar de pensar que yo soy él… ¿verdad, L?

- ¿La verdad?

- Por favor.

- Jamás. Y si tengo que tenerte atado a mí el resto de mi vida, lo haré. Pero no tendré a un tercer Kira suelto. Ahora somos uno.

- Hemos sido uno desde que esto empezó. - Light se dejó caer bruscamente sobre Ryuzuki, amortiguando la caída apoyando ambas manos a los lados de la cabeza de su amigo. - Y tú lo sabes.

Pero él no sabía nada. Sabía que él sí quería ser uno. Sabía que a parte de por razones puramente prácticas, en el fondo, muy en el fondo, no era la razón principal, pero le había puesto las esposas porque le quería cerca. En todos los sentidos. Era la única persona en la que podía confiar, y al mismo tiempo aquella en la que menos confiaba del mundo. Si era su aliado, era la mejor compañía, la ayuda que necesitaba de la única persona que podía recibirla… y que aceptaría recibirla; si era su némesis, era una mente brillante contra la que jugar. Le molestaba verse a sí mismo pensando en aquello como si fuese un juego, pero no había nada que pudiese hacer. “Me frustra perder”. Si no hay juego, nadie pierde. Así pues, lo había admitido desde el principio.

La investigación últimamente no avanzaba. Las muertes eran menos, y a ese ritmo acabarían frenándose. Pero los crímenes del pasado no podían ser perdonados. Nadie podía salir impune por el asesinato de cientos de personas. No inocentes. Pero sí personas. Y Ryuzuki pensaba que sólo la providencia era capaz de juzgar quién vivía y quién moría. No un humano. No alguien que podría haber cometido esas mismas faltas. No un hombre cuyo sentido de la justicia podía verse distorsionado por miles de causas. Sea como fuere, necesitaban, no, necesitABA capturar a Kira. El Kira original. El que dormía a su lado. Al que necesitaba consigo. Al que una pieza de metal le había unido, y del que el sentimiento de sospecha le separaba. Y no quería separarse de él. Eso era lo único que tenía realmente claro. Pensar que Light podía ser Kira, le rompía por dentro o le alegraba, dependiendo de su estado de ánimo. Si era Kira, permanecería consigo hasta que lo demostrasen… y sabía que no lo conseguirían jamás. Así que tendría que permanecer a su lado; pero sin embargo, podría llegar a demostrarse, o él podría descubrir su nombre y asesinarlo. El simple pensamiento de que Light le odiase (no odio como el momentáneo de sus peleas, sino odio de verdad), o incluso le desease la muerte (y puede que una muy horrible), le revolvía el estómago. Él odiaba a Kira, eso era cierto. Aunque le odiaba tanto como le necesitaba. Y a Light lo amaba simplemente. Por miles de razones y por ninguna. Y sabía que se estaba engañando con absurdos porcentajes, confiando en ese diez por ciento que últimamente le separaba de la culpabilidad total, y agarrándose con fuerza a las rutinas de trabajo, concentrando sus esfuerzos en dejar, como le había dicho a Light, sus asuntos personales fuera de algo que afectaba al mundo entero.

Light era Kira.

TÍTULO: Love is wrong
FANDOM: Death Note
PERSONAJES: Light - L (Implícito Mello).
RATING: TP
ADVERTENCIAS: ¿Spoilers? NO. Saber de la existencia de alguien llamado Mello. Uy, demasiado tarde XD
MÚSICA: Love is wrong - The Wish.

- ¿Quieres un trozo?

- ¿Eh?

Se habían sentado fuera. En la azotea. Era un día soleado y, bueno, simplemente necesitaban algo de aire fresco y… un descanso. 25 horas sin parar de trabajar podían cansar hasta al mismísimo y gran L. Cogió un trozo de pastel de fresas y llevó a Light hasta arriba.

- Que ya te has terminado tu pastel. ¿Quieres un trozo de mi chocolate?

L sintió de pronto una puñalada en el corazón. Los recuerdos volvieron repentinamente, sin saber muy bien de dónde.

- Ehm… yo no como chocolate.

- ¿No?

- …

L simplemente siguió apartando la mirada, con ojos oscuros y perdidos.

- Juraría que te he visto comer chocolate en alguno de esos interminables pasteles tuyos.

- Quizás. Watari lo esconde entre ellos, y al ser dulce, realmente no me doy cuenta.

L hablaba en voz muy baja y sin pensar demasiado en las palabras que escapaban de sus labios.

- Me conoce demasiado bien… y sabe demasiado sobre mí.- Y en su rostro se formó una sonrisa triste.

- De verdad que no te entiendo, Ryuuzaki.- Light frunció el ceño.

- Estoy acostumbrado. No te preocupes.

- No digas tonterías. Sabes que soy el único que podría llegar a entenderte. Podrías intentar ponerme las cosas un poco más fáciles alguna vez, ¿sabes?

“Soy el único que podría llegar a entenderte”. Yo no estoy tan seguro…

- No soy una persona fácil… deberías saberlo ya.- L no estaba prestando mucha atención a aquella conversación. Estaba demasiado ocupado intentando apartar los recuerdos que venían a su mente, concentrados en cortos y desordenados flashes de sonrisas detrás de cabellos rubios y risueños ojos azules.

- Watari siempre hace lo que es mejor para ti.

- Supongo. Por eso confío en él.

Mentiroso.

- No sabía que podía haber alguien en quien confiases al 100. Ni siquiera él…

- No he dicho que sea así.

Light no mostró ningún tipo de emoción (nunca lo hacía, ni L tampoco), pero la verdad es que se sorprendió.

- Entonces… ¿puedo preguntarte si hay alguien en quien confíes al 100?

- No.

- Sólo en ti mismo, entonces.

- Quería decir que no, no puedes preguntar.

El silencio se vino sobre ellos y a Light le hizo gracia la última contestación de su compañero.

- Lo tomaré como un síperoahoranomeapetecehablardeello. ¿Estás seguro de que no quieres un trozo?

L intentó calmarse y borrar esos ahora tristes ojos azules y esa promesa de volver que había hecho hacía casi un doloroso año entero. Disfrutaba de la compañía de Light, disfrutaba cuando estaban solos, y sólo deseaba separar a Light de los sentimientos que había tenido encerrados desde hacía mucho, y que habían vuelto a salir a la luz por una estúpida ofrenda de comida.

- Ya te lo he dicho una vez…no quiero. Y te pediría por favor que no lo comieras en mi presencia. Me da asco.

L sentía dolor. Dolor por dentro. La única clase de dolor que no podía aguantar ni un solo segundo. El pequeño y superficial detective tenía sus sentimientos bien escondidos… pero los tenía de todas maneras.

Lo que no es posible, es imposible. Te lo has estado diciendo desde que dejaste Londres. Desde que dejaste tu casa. Desde que lo dejaste a él. Ya te has acostumbrado. Puedes con ello. Sólo déjalo (déjale) pasar. Todo estaba bien. Todo está bien. Esto te pasa porque estás cansado. No le des tanta importancia.

Light se había cansado de este desvarío o lo que quiera que fuese aquello en lo que L le estaba metiendo, así que suspiró y desvió su mirada sólo para encontrar las cegadoras luces que se reflejaban en las ventanas de los rascacielos de Tokio.

- Algún día me dirás por qué…

- Sí, algún día.

L mintió otra vez. Dos veces en la misma conversación. Algo que él nunca hace. Pero hace algún tiempo, en el único momento en que había perdido la cabeza y no le había importado nada, le había dicho a alguien Haré lo que se por protegerte, por protegernos, y sus promesas eran más fuertes que sus principios sobre no mentir.

Y nunca le diría a Light el por qué.

Porque tú no eres él…

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lxmello, death note, lxlight, fanfic

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