Reto nº3: Fotografía.
Si dios aprieta y no ahoga, tiene moratones en el cuello de lo fuerte que está la cadena alrededor de su cuello. Hace pupita. Demasiada, si es cierto que España va bien.
Miraba las facturas una tras otra. Miraba a su pequeña hija, de seis meses, que llevaba el pañal un poco mojado porque no podía desperdiciar pañales, no tenía dinero para comprar. Bebía leche desnatada normal, porque no tenía para polvos de bebé. Ya no podían ni comprar patatas para subsistir.
Si un ratón fuera a robarle, le denunciaría por matarlo de hambre.
El teléfono no dejaba de sonar. Los bancos le buscaban por cielo, mar y aire. No tenía con qué pagar. Su marido estaba en paro y ella no tenía posibilidad de empleo con una niña tan pequeña. Enrique no sabía -ni quería- cuidarla.
Crisis no era una palabra que pudiera englobar su estado económico. Lloraba de noche y trabajaba de día. Nunca descansaba. Estaba agotada. Ahora sí podía afirmar que no tenía donde caerse muerta, ni nadie que le ayudase a salir adelante, las puertas y las ventanas las tenía todas cerradas.
Ya no sabía qué hacer. Y la cadena seguía ciñéndose a su cuello, apretando.
Título: Belleza
Fandom: Original. Basado en la fotografía propuesta.
Palabras: 153
Autora:
akatsukimiyu
Resumen: Muchos no sabían lo placentero que podía ser
“Belleza”
By: Miyu
Mis dóciles cabellos de seda cayendo por sobre mi fino cuello de porcelana. ¡Cuánto habían ansiado algunos este momento!
Pero nadie pudo haber esperado tanto como yo. Aquella fría cadena como aquellos brazos que la sujetan y los ojos que me miran acompañados de la sonrisa.
Si es que tan sólo pudíeran entender, lo feliz que me ha hecho con este regalo. Y pensar que tantos lo habían desperdiciado y otros se habrían asustado…
La cadena fría como la Muerte en mi cuello. ¡Qué delicia! ¡Qué gracia! ¡Qué bella condenda!
Morir así, tan rústico pero tan perfecto. Muchos habrían pensado muchas más maneras, pero ninguna como ésta. ¡Mi agradecimiento no se hará esperar! ¡He de guardarte un lugar junto a mí!
¡Oh, tú que has vendido a matarme! ¡Tú que te has condenado ahora llevando mi hermoso cuerpo frío como el metal! ¡Qué delicado y condenado ser eres!
Y aún así puedo decirlo.. ¡Qué bella es mi perdición!
Miraba las facturas una tras otra. Miraba a su pequeña hija, de seis meses, que llevaba el pañal un poco mojado porque no podía desperdiciar pañales, no tenía dinero para comprar. Bebía leche desnatada normal, porque no tenía para polvos de bebé. Ya no podían ni comprar patatas para subsistir.
Si un ratón fuera a robarle, le denunciaría por matarlo de hambre.
El teléfono no dejaba de sonar. Los bancos le buscaban por cielo, mar y aire. No tenía con qué pagar. Su marido estaba en paro y ella no tenía posibilidad de empleo con una niña tan pequeña. Enrique no sabía -ni quería- cuidarla.
Crisis no era una palabra que pudiera englobar su estado económico. Lloraba de noche y trabajaba de día. Nunca descansaba. Estaba agotada. Ahora sí podía afirmar que no tenía donde caerse muerta, ni nadie que le ayudase a salir adelante, las puertas y las ventanas las tenía todas cerradas.
Ya no sabía qué hacer. Y la cadena seguía ciñéndose a su cuello, apretando.
Título: Belleza
Fandom: Original. Basado en la fotografía propuesta.
Palabras: 153
Autora:
akatsukimiyu
Resumen: Muchos no sabían lo placentero que podía ser
“Belleza”
By: Miyu
Mis dóciles cabellos de seda cayendo por sobre mi fino cuello de porcelana. ¡Cuánto habían ansiado algunos este momento!
Pero nadie pudo haber esperado tanto como yo. Aquella fría cadena como aquellos brazos que la sujetan y los ojos que me miran acompañados de la sonrisa.
Si es que tan sólo pudíeran entender, lo feliz que me ha hecho con este regalo. Y pensar que tantos lo habían desperdiciado y otros se habrían asustado…
La cadena fría como la Muerte en mi cuello. ¡Qué delicia! ¡Qué gracia! ¡Qué bella condenda!
Morir así, tan rústico pero tan perfecto. Muchos habrían pensado muchas más maneras, pero ninguna como ésta. ¡Mi agradecimiento no se hará esperar! ¡He de guardarte un lugar junto a mí!
¡Oh, tú que has vendido a matarme! ¡Tú que te has condenado ahora llevando mi hermoso cuerpo frío como el metal! ¡Qué delicado y condenado ser eres!
Y aún así puedo decirlo.. ¡Qué bella es mi perdición!