Título: Haría cualquier cosa por ti
Autor:
seelphyRegalo Para:
yvarlcrisPersonaje/pareja: McDanno
Clasificación y/o Género: PG
Resumen: Danny planifica la mejor forma de declararse a Steve.
Disclaimer: Los derechos son de la CBS y del maldito Lenkov pero estos dos están casados y nadie me saca de ahí
Advertencias: Sin spoilers.
Notas (si las necesitas): Basado en un punto indeterminado de las primeras temporadas.
Prólogo
- No estoy muy seguro- dijo Danny con sus ojos azules posados en la pantalla del ordenador.
- Tú me pediste ayuda y esto es lo que encontré- Kono se encogió de hombros- si no, puedes usar la idea de Chin de ir de pesca.
- No, no- el rubio negó con la cabeza- ya hemos ido a pescar varias veces, quiero hacer algo distinto pero no sé si...
- Danny, si planeas sorprender a Steve y luego decirle lo que sientes por él tiene que ser algo que no se espere- dijo Kono usando su tono más razonable.
- Pero una cosa es sorprenderlo y otra jugarme la vida porque él es un maldito amante del riesgo.
- ¿Quién es un amante del riesgo?- Steve McGarrett apareció de improviso y Danny se apresuró a minimizar la pestaña del ordenador portátil para que no supiera lo que estaba preparando- ¿Ya me estabais criticando?
- Bueno, ofrecerse como rehén ante un psicópata para tratar de ganar tiempo para que lo detengamos, puede calificarse como algo que solo un loco haría- resopló el detective recordando lo sucedido aquella misma mañana.
- Todo estaba controlado, sabía que Kono velaba por mí- rió el SEAL- ¿verdad?
- Eso siempre, jefe- asintió la policía con una sonrisa.
1.
- ¿Contra quién perdiste la apuesta?- preguntó por enésima vez Steve mientras sobrevolaban la isla desde la avioneta.
- No era ninguna apuesta- repitió Danny sintiendo que le costaba hasta tragar cada vez que su mirada se desviaba a la altura a la que se hallaban- pero siempre te estás quejando de que nunca quiero acompañarte en alguno de tus hobbys.
- ¿Y de repente te ha apetecido hacer paracaidismo?- se burló McGarrett- ¡Odias las alturas!
- No las odio- Danny trató de mostrarse calmado, quería demostrarle al moreno que podía mantener su ritmo, sorprenderlo formando parte de una de aquellas ideas locas y que nadie en su sano juicio haría jamás, pero cada vez se arrepentía más de haber seguido los consejos de Kono. Ya era tarde para echarse atrás, sabía que Steve se reiría de él y lo llamaría gallina y no podía permitirlo, su cabezonería iba a ganar al pánico que le daba tener que lanzarse desde aquel dichoso aeroplano. Quería ver una sonrisa de admiración en Steve después de aquel día de aventura, y el orgullo de saber que había sido él quien la había ocasionado.
- ¿Listos?- el piloto se dirigió a ellos desde la diminuta cabina- En dos minutos pasaremos por la zona de salto, preparaos.
- ¡Genial!- Steve se desabrochó el cinturón de seguridad y se levantó de un salto listo para ir hacia la puerta de salida, mientras que su compañero tardó un poco más en ser capaz de reaccionar. ¿Y si fingía un terrible dolor de estómago? ¡Podía decir que se había intoxicado con el desayuno y que no era buena idea arriesgarse!- Danno, ¿vienes o qué?
- ...- las miradas de ambos se encontraron y el detective fue incapaz de decir “no”. Todo su cuerpo se negaba a hacer aquello, pero el corazón había tomado el control y solo quería hacer feliz a Steve aunque fuera peligroso- sí, perdona, estaba pensando.
- ¿Formas de escaquearte?- se burló Steve. Aquellas bromas eran frecuentes en él pero Danny no quería oírlas en aquel momento: ¿es que ni siquiera estando en aquel dichoso avión iba a conseguir que Steve lo mirara como un igual?
- No- ni siquiera lo pensó, avanzó hacia la puerta y saltó al vacío en parte porque creía que si esperaba más sería incapaz de hacerlo y, por otro lado, porque se sentía dolido por las bromas de McGarrett. No se paró a pensar que aún no les habían dado la señal y se había lanzado antes de tiempo, y mucho menos era capaz de oír los gritos de Steve, el rubio solo era consciente de que caía en picado y parecía que su vida fuera a terminar en cuestión de unos minutos. Trató de mantener la respiración y recordar los consejos que le habían dado, debía controlar la altitud con el aparato que llevaba incorporado en el equipo y solo abrir el paracaídas cuando ya estuviera más próximo a tierra. Miró hacia arriba y se extrañó al no ver ni rastro de Steve en un principio, hasta que distinguió una mancha oscura que avanzaba a toda velocidad hacia él: hasta cayendo en picado parecía que el SEAL se hallaba en su elemento.
- ¿Se puede saber qué diablos haces?- chilló su compañero impactando contra él.
- ¿Eh?- Danny lo miró sin comprender.
- ¡NO TENÍAS PERMISO PARA SALTAR!- Steve alzó aún más la voz- Vamos a aterrizar fuera del sitio permitido, si es que no nos caemos sobre un árbol
- Lo siento, yo...- Danny no creía que Steve pudiera enfadarse por algo así, él hacía cosas mucho peores y a sabiendas.
- Vamos a tener que hacer un buen trecho a pie- exclamó Steve, debían hablar a gritos para que pudieran oírse el uno al otro- será mejor que no te sueltes, solo faltaría que te desviaras y me tocara buscarte por en medio de la selva.
- ¡No lo he hecho a propósito!- gruñó Danny Williams entre enfadado y dolido pero Steve no respondió, estaba demasiado ocupado atando uno de los arneses para que las corrientes de aire no los separaran mientras seguían cayendo. El detective se resignó a seguir disculpándose, obedeció a Steve cuando le instó a abrir los paracaídas y se dejó guiar por él hasta aterrizar en mitad de la jungla, en una zona con una bonitas vistas donde no había estado nunca- Caray...
- Recoge el paracaídas- refunfuñó Steve que ya estaba haciendo exactamente eso con el suyo.
- ¿Puedo saber al menos por qué demonios estás tan cabreado? ¿Qué he hecho? ¿Qué parte de subirme a un dichoso avión para hacer uno de tus hobbys es la que te ha molestado?- chilló Danny completamente desquiciado.
- Baja la voz- bufó McGarrett sin mirarlo.
- ¡NO HASTA QUE ME DIGAS QUÉ TE PASA!
- Maldita sea, Danno- Steve dejó caer el paracaídas con rabia en el suelo- no sabes dónde demonios estamos, ¿verdad?
- Es una estúpida isla, como siempre- repuso Danny sin entender a qué venía aquéllo.
- Ojalá fuera tan fácil- Steve negó con la cabeza e iba a añadir algo más cuando escucharon ruidos en la vegetación de alrededor y se vieron rodeados por cuatro tipos armados.
- No tenéis permiso para estar aquí- comentó el que parecía el líder.
- Amigo, baja eso, somos del cinco cero- Danny no comprendió la expresión de desprecio absoluto en el rostro de aquellos hombres.
- Danny, guarda la placa- pidió Steve acercándose a él- aquí no sirve de nada.
- ¿Cómo que no? Somos la ley...
- Aquí no obedecemos tus leyes, haole- repuso uno de sus captores- andando.
- ¿Steve?- ambos hombres siguieron las órdenes de aquellos tipos pero el rubio esperaba una explicación por parte de su compañero.
- Estamos en Pu'uhonua, la Nación Estado Independiente de Hawaii- repuso su amigo con una triste sonrisa- aquí mandan ellos y el gobernador no tiene nada que hacer o decir.
2.
- A ver si lo entiendo, dentro de esta isla de locos hay una aldea que no pertenece a Estados Unidos. ¿Nunca te ha parecido oportuno contármelo? No sé: “Danny, ten cuidado cuando vayas por Waimanalo porque igual te asaltan unos tipos que no reconocen la ley”- el hombre usó su tono más sarcástico y Steve sonrió por primera vez desde que los habían encerrado en una de las cabañas de la población mientras iban a informar al líder- ¿Por qué sonríes? ¿He dicho algo gracioso?
- Te alteras con nada.
- ¿Que yo me altero con nada? Eras tú el que estaba como loco para recoger los paracaídas e irnos cuanto antes- le reprochó el rubio- algo que habría hecho de saber que había una panda de incivilizados por la zona.
- No somos incivilizados- dijo una voz a su espalda.
- Disculpe a mi compañero, Bumpy- Steve movió la cabeza en señal de respeto hacia el hombre que acababa de hacer aparición- no sabía nada de vuestra nación.
- Como muchos haoles- replicó el tipo con una sonrisa que parecía amable- siento que os hayan tenido tanto tiempo aquí encerrados. No es nuestra intención hacer daño a nadie, pero no nos gusta que gente extraña entre en nuestra tierras sin permiso y menos si son policías.
- Ha sido un error- McGarrett procedió a relatarle lo sucedido y el líder de la aldea aceptó por válidas sus palabras además de sus disculpas. Danny se mantenía extrañamente callado y dejaba que fuera Steve quien arreglaba aquel follón.
- Ahora mismo no puedo ofreceros transporte- dijo el hombre cuando llegaron a la zona de salida de la aldea.
- Nos las arreglaremos, gracias por todo y sentimos el malentendido- Steve estrechó su mano y echó a andar hacia suelo americano seguido de un silencioso Danny Williams, esperó al menos cinco minutos hasta que no lo soportó más y se volvió hacia éste- ¿te ha comido la lengua el gato?
- Solo quiero llegar a casa y olvidar lo que ha pasado hoy- masculló el rubio sin detenerse. Pero los problemas aún no habían terminado ya que pronto empezó a llover y no tardaron en acabar completamente empapados- lo que faltaba.
- Hay un pueblo a unos diez kilómetros en esa dirección- insistió el SEAL creyendo que lo animaría un poco- la lluvia nos obligará a dar algunos rodeos pero podemos estar allí en un par de horas.
- Genial, el broche de oro a un día perfecto- susurró Danny cabizbajo y con ganas de echarse a llorar. Lo había planificado todo: el paracaidismo, luego una carrera en quads en una pista cerca de la zona donde deberían haber aterrizado y después, tras la comida, iba a decirle a Steve que estaba enamorado de él. Tal vez demostrándole que también podía correr riesgos lo convencía de que podían salir juntos, pero ahora veía que era una estupidez haber creído alguna vez que alguien como Steve pudiera tener una relación con él.
- ¿De qué hablas?- el comandante lo miró sin comprender. Era lógico que Danny estuviera cabreado porque las cosas no habían salido como estaban previstas, pero más que enfadado parecía triste.
- ¿Por allí has dicho?- Danny quiso estar seguro del camino a seguir y echó a andar pero Steve lo detuvo pocos pasos después- ¿Qué te pasa ahora? Está diluviando y cuanto antes lleguemos a ese pueblo antes podremos pedir ayuda y olvidar este día.
- ¿Por qué te pones así? Solo ha sido un fallo... siento haberme puesto nervioso antes- carraspeó el moreno pensando que quizá Danny estaba molesto por sus gritos- pero los de la Nación no son siempre tan amables, ha sido una suerte que Bumpy estuviera por allí.
- Da igual- el rubio lo esquivó y siguió caminando en un silencio impropio en él y que resultaba tanto desconcertante como insoportable para Steve. Pero daba igual que el líder del cinco cero tratara de entablar conversación porque lo más que consiguió de Danno fue un murmullo de asentimiento.
- Es una pena que dejáramos los teléfonos en el aeródromo- comentó Steve finalmente- podrían haber venido a recogernos.
- Apúntalo a mi lista de fallos- gruñó Danny acelerando el paso.
- Danno, cuidado con...- pero fue demasiado tarde porque el hombre no vio el suelo resbaladizo y cayó al suelo manchándose de barro. Steve ya estaba listo para oír sus gritos pero su compañero se limitó a quedarse sentado, ajeno a todo, y empezó a preocuparse, se agachó a su lado y buscó sus ojos con nerviosismo- ¿te has hecho daño? ¿Estás bien?
- Que si estoy bien...- el policía simuló pensárselo pero acabó esbozando una sonrisa irónica que no presagiaba nada bueno- claro, perfectamente. Intento decidir qué parte de esta maravillosa mañana ha sido la mejor de todas.
- Venga, Danno- Steve le ofreció la mano para ayudarlo a levantarse pero Danny no hizo ningún movimiento- tampoco ha estado tan mal. Ha sido un día diferente.
- Pero no tenía que ser así- estalló el otro perdiendo la paciencia- lo tenía todo planificado y nada ha salido bien, ni siquiera tenía que llover.
- Eh, tranquilo- Steve lo sujetó de los hombros para evitar que siguiera andando- podemos hacer paracaidismo otro día, pero te esperas a que nos den la señal de salto.
- No, está claro que todo ha sido una estupidez y una pérdida de tiempo.
- ¿Qué diablos te pasa?- Steve sabía que había algo más tras aquella frustración porque la reacción de Danny no era nada lógica.
- ¡Quería saltar desde ese estúpido avión para que vieras que no soy un cobarde!- confesó el detective.
- Nunca he pensado que seas un cobarde- contestó McGarrett.
- Y luego, había reservado unos quads para hacer una de esas estúpidas carreras que tanto te gustan hacer...- Danny sintió como se le humedecían los ojos pero no se molestó en disimularlo.
- ¿Por qué ibas a hacer eso?
- Para demostrarte que... que... quiero hacer esas cosas contigo- replicó Danny- y tal vez así vieras que yo...
- ¿Que tú qué?- Steve estaba muy serio.
- Que me gusta estar contigo- el hombre se sintió incapaz de declarar lo que sentía realmente, no cuando estaba empapado y totalmente desanimado.
- ¡Eres idiota, Danno!- gruñó Steve logrando que alzara la vista por primera vez en todo el tiempo.
- ¿Perdona?
- Me gusta como eres, conmigo no tienes que aparentar- añadió el SEAL plantándose ante él y mirándolo tan fijamente que daba miedo - agradezco que hayas hecho todo esto pero no hacía falta.
- Sí que hacía falta- replicó Danny.
- ¿Por qué? ¿Por qué tanto interés en planificar todo esto?- quiso saber el marine.
- Porque te quiero, estúpido neanderthal- Danny se arrepintió nada más decirlo, le bastó ver la expresión en el rostro de su compañero para saber que aquello no era lo que esperaba oír y quiso salir corriendo.
Epílogo
- ¡Danno!- Steve fue tras él en cuanto reanudó el camino- Estate quieto.
- Olvida lo que he dicho, ¿vale?- suplicó el rubio dando otro paso.
- No puedo hacer eso- Steve lo sujetó del brazo y tuvo que forcejear con él para evitar que siguiera caminando- Danno... para de una vez.
- Suéltame- los dos acabaron cayendo al suelo mientras Steve se reía cada vez más fuerte, sin importarle que la lluvia estuviera arreciando- no te atrevas a reírte de mí.
- Es que eres idiota- contestó el SEAL- no tenías que hacer nada de esto.
- Ya lo sé, ni siquiera sé en qué estaba pensando.
- Pero me encanta- acabó diciendo Steve con una sonrisa, se había quedado de cuclillas frente al otro hombre que continuaba sentado en el suelo- pensar que te hayas tomado todas esas molestias y te hayas subido a un avión por propia decisión, jamás creí que... caray, Danny, dudo que me lo merezca. Si lo hubiera sabido no habría sido tan irritante, lo siento.
- Da igual- el rubio apartó la mirada.
- A mí no me da igual- Steve lo sujetó de la barbilla con firmeza- nunca había pensado que le dabas tanta importancia a todo eso.
- Pues ya lo sabes, ¿contento?- Danny apenas podía soportar la mirada que le devolvían los ojos claros de McGarret.
- Me habría gustado enterarme de otra forma, pero como primera cita no puede decirse que no haya sido bastante inolvidable- Steve volvió a reírse.
- ¿Te parece gracioso?
- Sí- admitió el otro hombre aún entre risas- no necesitabas hacer nada de eso para probarme cómo eres, te quiero tal y como eres. ¿Qué sería de mí sin tenerte a mi lado criticándolo todo?
- ¿Qué... qué has dicho?- Danny sintió que su corazón latía tan rápido que parecía que fuera a salírsele del pecho en cualquier momento.
- Que me gusta oírte refunfuñar y que... yo también te quiero- Steve venció la distancia que los separaba y lo besó con tanto ímpetu que perdió el equilibrio y cayó sobre el rubio quien lo rodeó entre sus brazos.
- Dime que no es una de tus estúpidas bromas- pidió Danny cuando sus labios se separaron, Steve volvió a reírse mientras negaba con la cabeza.
- Te lo prometo- se dieron un beso más y entonces Steve volvió a mirar al cielo- creo que se aproxima una tormenta, deberíamos encontrar un refugio cuanto antes.
- Te sigo- Danny aceptó a regañadientes, no quería dejar aquella conversación así pero tampoco quería quedarse atrapado en mitad de una tormenta en mitad de la jungla. Steve le tendía la mano de vez en cuando para ayudarlo a cruzar algún terreno resbaladizo o con agua- puedo cruzar solo.
- Y ahí el Danno gruñón que me gusta- Steve le guiñó un ojo que provocó una sonrisa en el rubio, estaba claro que aunque el plan se había torcido mucho había acabado dando resultado.