Sanzo salió al jardín con Slak entre los brazos. El sol de la mañana brillaba con intensidad en aquel cielo azulado. No había ninguna nube, nada que diera un poco de tregua al caminante. Por fortuna el jardín disponía de una sombrilla colocada al lado de los sofás y que regalaba la sombra suficiente para poder sentarse a gusto. La temperatura era
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Pero a Sanzo le pareció aquello un despropósito, ¿cómo iba a alimentarse alguien sólo con tres míseras hojas? No. Por eso aquel día para desayunar le había dado a Slak una loncha de mortadela y para su sorpresa la engulló entusiasmado. Naturalmente, después había vuelto a su letargia habitual.
Otra de las cosas que había leído es que debía fomentar la relación entre el Pokemon y los entrenadores. Por lo visto la amistad era de suma importancia, así que eso era lo primero que Sanzo quería enseñarle,
Se colocó las gafas y abrió un librito que traía en el bolsillo. Hakkai se lo había regalado hacía un tiempo, y tenía exactamente las palabras que Slak necesitaba aprender. Sanzo le dio unas palmaditas en la cabeza, pero el animal ni se inmutó. Ignorando tal efecto, Sanzo empezó a leer.
Amigo mío, tengo tanta necesidad de tu amistad. Tengo sed de un compañero que respete en mí, por encima de los litigios de la razón, el peregrino de aquel fuego.
A veces tengo necesidad de gustar por adelantado el calor prometido, y descansar, más allá de mí mismo, en esa cita que será la nuestra.
Hallo la paz. Más allá de mis palabras torpes, más allá de los razonamientos que me pueden engañar, tú consideras en mí, simplemente al Hombre, tú honras en mí al embajador de creencias, de costumbres, de amores particulares.
Si difiero de ti, lejos de menoscabarte te engrandezco.
Me interrogas como se interroga al viajero, yo, que como todos, experimento la necesidad de ser reconocido, me siento puro en ti y voy hacia ti.
Tengo necesidad de ir allí donde soy puro.
Jamás han sido mis fórmulas ni mis andanzas las que te informaron acerca de lo que soy, sino que la aceptación de quien soy te ha hecho necesariamente indulgente para con esas andanzas y esas fórmulas.
Te estoy agradecido porque me recibes tal como soy. ¿Qué he de hacer con un amigo que me juzga? Si todavía combato, combatiré un poco por ti.
Tengo necesidad de ti.
Tengo necesidad de ayudarte a vivir.
Cerró el libro y miró a Slak. Ni siquiera se había movido.
-Slak, ¿has comprendido lo que intento enseñarte? -sólo el trino de los pájaros como respuesta- ¡Slak!
El Pokemon abrió lentamente los ojos y en un esfuerzo supremo apoyó la cabeza sobre la pierna de Sanzo. Ambos se miraron y Sanzo asintió complacido.
-Eso es. Vamos a demostrarles que aunque tengas ese aspecto de idiota, eres inteligente -y le dio otra loncha de mortadela que Slak devoró en dos segundos.
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Ahora recuerda, debe buscar a Ash por lo de la prueba semanal ¿Pero qué más da si ya lo echarán?... El suele deprimirse fácilmente ante cualquier adversidad.]
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Sanzo había estado un rato hablándole a Slak. Cualquiera que le viera creería que era un loco conversando con la nada. Pero el Pokemon le comprendía y aunque era muy perezoso daba a entender que prestaba atención a la vez que se deleitaba comiendo las lonchas de mortadela.
-¿Te das cuenta de que todavía no hemos hecho ninguna compra semanal? La nevera está en peligro mortal, Slak...
Justo en ese momento advirtió la presencia de Chrona. Arqueó las cejas, preguntándose por qué estaría ahí escondido y cuánto tiempo llevaría. ¿Habría escuchado todo lo que había dicho?
-¡Chrona! -le llamó y alzó la mano- ¿Qué haces ahí? ¿Por qué no vienes a sentarte? -dijo dando unos golpecitos en el sofá.
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Mira a ambos lados, dándole un rápido recorrido con su vista al patio, al parecer sólo eran ellos 2...¿3?
Baja un poco la cabeza, está algo dudoso de acercarse, pero decide hacerlo, lentamente sentándose a un lado del rubio, observaría con curiosidad a la criatura que lo acompañaba.]
U-uhm b-buenos días... [Ahora mira a Sanzo, inclinando apenas su cabeza en señal de saludo]
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-Slak, ¿qué normas de buena educación te he enseñado? -dio un golpecito en la cabeza del animal y acto seguido el Pokemon abrió lentamente los ojos, miró a Chrona y levantó la mano en señal de saludo- Muy bien. Chrona, éste es Slak -dijo, señalando al animal- es nuestro Pokemon, mío y de Mark. La prueba semanal, supongo que estás enterado, ¿no?
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Sí... [Responde, estaba enterado pero... mira al frente, pensando en rendirse, luego baja la mirada ¿Pero qué pensaría Maka si tira la toalla tan pronto?... Ah, ya qué... mejor dejarse estar y esconderse incluso de ella cuando salga, Chrona se encuentra bastante contrariado ahora.
Deja escapar un tímido murmullo] ¿Qué debería hacer?
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-¿Qué debes hacer acerca de qué? -preguntó suavemente
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Mira al otro, el se supone que está en la misma situación, bueno en una parecida...] ¿Tu no te rendirás?
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-No, yo no me rendiré -dijo con firmeza- Y no es por el gozo de ganar una prueba sino porque es posible que este animal me necesite. Tal vez haya cosas que sólo yo pueda enseñarle, al igual que habrá cosas que sólo tú podrás enseañrle a tu Pokemon. Ahora tienes una responsabilidad con ese animal, un animal que no ha pedido venir aquí. Quizá salgas, quizá salga yo, pero antes de irme me aseguraré que este Pokemon se alegre de haber venido aquí.
Acarició la cabeza de Slak y éste se removió complacido sobre su regazo.
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-Desde luego que puedes -aseveró y le puso una mano en el hombro, estrechándolo para transmitirle confianza- Un animal no necesita muchos cuidados y lo que más desea es nuestro afecto. No es muy complicado, ¿verdad? Además, en cuanto tengas a tu Pokemon entre los brazos y le mires directamente a los ojos, asegurándole que vas a cuidar de él, confiará en ti ciegamente. ¿No es asombroso? Una persona te exigirá mucho más que un animal para confiar en ti.
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