Jul 25, 2008 19:23
-Malfoy, espera. ¡Detente! -la voz de Harry al menos sirvió para calmarlo y Harry se preguntó si se molestaría mucho si le quitaba la varita. Estaba desconfiando de la manera en la que Malfoy seguía moviéndola.
-¿QUÉ? -preguntó Malfoy molesto, apretando los dientes. Con el cabello completamente mojado por la lluvia, Draco parecía un simple gatito mojado refunfuñando.
-No la muevas así, sólo te vas a sacar un ojo -dijo rodando los ojos, extendiendo la mano para agarrarle la muñeca-. Haz así, suavemente y-
-¡No me toques! -exclamó Malfoy con un grito ahogado, separándose de él como si quemara.
Harry suspiró. Durante las muchas semanas que había estado como pareja de Draco en los entrenamientos y en los simulacros, se había dado cuenta que cada vez que lo rozaba sin querer, lo tocaba por algo o se le acercaba demasiado, Malfoy tenía la tendencia de saltar con un grito y alejarse de él como si fuese la peste y lo fuese a contaminar, por lo general seguido por un sonrojo brillante y un abucheo de alguno de sus compañeros por ser escandaloso y temer que Harry le hiciese daño.
Harry intentaba entender porqué después de un mes de haber despertado en la misma cama, aún tenía ese instinto.
Aunque, si era sincero consigo mismo, debía reconocer que él mismo había comenzado a ver a Malfoy de una manera completamente diferente a la de antes. Ahí era donde había cambiado todo.
Como por ejemplo, ahora sabía exactamente de qué manera el flequillo claro de Draco caía suavemente sobre su rostro, o como arrugaba la nariz cuando pensaba y creía que nadie lo veía, o como sus pestañas tendían a cerrarse cuando estaba en una clase especialmente aburrida, o como ahora ya no respondía a cada desafío con un insulto y como dejaba de meterse con Ron o con alguien más. Sabía que le gustaba mucho el té, que le gustaba tomarlo con pastelitos de nata y que le gustaba usar el color blanco tanto como el negro.
Que ahora no era el mismo mocoso que antes y que, por supuesto, ya no parecía odiarlo igual que antes.
Claro, las fantasías no ayudaban en nada, llenando sus sueños con imágenes de una boca rosada rodeando su pene, o de unas manos suaves y blancas acariciando sus pectorales, o de una lengua roja y juguetona trazando formas variadas y sin sentido sobre su ombligo. También recordaba (porque él sabía que eran recuerdos de esa noche que pasaron juntos) su suave culo entre sus manos, la forma en que su espalda se arqueaba cuando entraba en él, y los ligeros sonidos y gemidos que soltaba que hacían que la sangre explotara en sus venas y se despertara con una mano en su entrepierna, frotando y frotando hasta que tenía el orgasmo.
Y dormía otra vez para que sucediera lo mismo.
Harry casi agradecía que estuvieran afuera mientras llovía y el agua helada que caía sobre su cuerpo.
-Sí, está bien -dijo al final Harry, alejándose un poco de él-. Sabes, no iba a violarte por tocarte un brazo, Malfoy. Deja de ser un paranoico.
Malfoy lo miró con exasperación y un poquito de pánico. Seguro porque había insinuado algo sobre lo-que-no-debe-ser-nombrado. Harry odiaba que le prohibieran algo… Le daban ganas de hacerlo con más ganas.
-¿Por qué querías practicar este encantamiento afuera, de todas maneras? -preguntó Draco cambiando por completo el tema-. Me estoy congelando en esta mierda. Esta maldita agua está jodidamente helada.
Malfoy también decía muchas groserías.
-Pensé que te ayudaría, no sabía que iba a comenzar a llover -dijo encogiéndose de hombros-. ¿Quieres intentarlo de nuevo? Una última vez.
-Potter. No puedo, ¿está bien? No voy a poder hacerlo, así que sólo ríndete -los hombros de Malfoy cayeron con su veredicto.
-Necesitas realizar este encantamiento, Malfoy. Todos los Aurores pueden hacerlo -dijo Harry inflexible.
-No todos.
-Deja de refunfuñar e inténtalo de nuevo. Esta vez piensa en el recuerdo más feliz que tienes.
-Yo no refunfuño, Potter -dijo Malfoy cerrando los ojos aún así, respirando profundamente como le había enseñado Harry.
La verdad es que ni siquiera él estaba seguro de porqué seguía con esa locura de practicar ese encantamiento con ese clima. Sólo quería hacerlo, no era una muy buena razón, pero era la que tenía. Así que ahora se encontraban en ese momento calados hasta los huesos mientras a Malfoy se le ocurría un buen recuerdo que funcionara.
-¿Ya tienes el recuerdo? -preguntó Harry, sin poder evitar acercársele un poco hasta sentir el suave temblor en el cuerpo de Malfoy. Draco asintió y contuvo la respiración de una forma que hizo que a Harry le vibrara el cuerpo-. Ahora déjalo fluir, y haz en encantamiento.
Con otro escalofrío, Draco asintió.
-Expecto Patronum -invocó Malfoy, y la forma en la que lo conjuró sorprendió a Harry. No lo hizo gritando, ni lo dijo duramente como lo había estado haciendo hasta ese momento. Fue con una voz suave, pero aún así firme.
De la varita de Draco salió una trasparente forma plateada, que cada vez se volvía más sólida, hasta que Harry estaba seguro de qué forma había tomado.
Malfoy abrió los ojos lentamente y su boca formó una ligera ‘o’. Luego su expresión cambió a una fácil sonrisa y sus ojos se suavizaron, extendiendo una mano para que su patronus la olisqueara.
El gran puma plateado se acercó a él, pegó su hocico a la mano de Draco, antes de fundirse en la brisa.
Harry sonrió y un extraño orgullo cálido se expandió por todo su cuerpo como una manta.
*
-¡Mierda! -la voz de Malfoy quebró la poca concentración que Harry estaba teniendo en ese momento. Había estado intentando distraerse, y por todos los medios no mirar a Draco Malfoy mientras se cambiaba. Pero todo su esfuerzo se había ido por el caño.
Así que con la excusa a mano, giró el rostro.
Malfoy estaba de pie frente a su casillero, moviendo la varita de un lado a otro, para luego cerrarlo de golpe y recoger la ropa mojada del suelo, comenzando a secarla con fuertes encantamientos.
-¿Qué ocurre? -preguntó Harry lamiéndose los labios al verlo y cerrándose el cierre del pantalón. Podía ver las gotitas de agua que viajaban por la piel de la espalda de Draco, más abajo y más abajo, y tenía tantas ganas de lamerlas y-
-Olvidaba que ya había usado mi ropa de cambio hoy -dijo Malfoy mirándolo altaneramente, luego frunciendo el ceño al ver cómo Harry lo miraba a él-. No recordaba que tú estúpido amigo había explotado su caldero por intentar sabotear el mío, lanzándome su peligrosa poción encima.
Harry sonrió como pidiendo indulgencia. A veces Ron se dejaba llevar. Malfoy sólo rodó los ojos y siguió con su trabajo de intentar secar su ropa.
-Si quieres puedo prestarte algo -le ofreció-. Siempre tengo un par extra.
Draco se enderezó y lo miró por largos segundos.
-¿Te das cuenta que si sigues así me vas a regalar todo tu guardarropas? -le preguntó sacudiéndose el cabello con un movimiento de la cabeza, ya que una de sus manos agarraba la toalla y la otra estaba ocupada con su varita.
Harry se sonrojó y no sólo por lo que Malfoy había dicho. Luego se reprendió por pensar que ese gesto había sido uno entre uno sexy y uno adorable.
-No te lo estoy regalando, es un préstamo -dijo poniéndose la camisa rápidamente para distraerse.
-Lo que sea -dijo tendiendo una mano con arrogancia, y cuando Harry le entregó el pantalón y la camiseta, Draco sonrió malicioso-. Sabes que no voy a devolvértela.
Harry se encogió de hombros quitándole importancia, porque realmente no le importaba demasiado y, mientras cerraba su casillero, pensó que al menos su ropa tenía más suerte que él, porque Malfoy no brincaba cada vez que la tocaba. Se giró para decirle algo, pero lo que vio hizo que se le perdieran las palabras antes de decirlas.
Malfoy estaba de espaldas a él, subiéndose suavemente los pantalones (que le quedaban un poco grandes en la cintura), pero Harry tuvo una gran visión de su perfecto y suave y adorable trasero antes de ser escondido. Harry sintió cómo la sangre viajaba al sur y sin hacer escala.
Los músculos de la espalda de Draco se tensaron cuando levantó los brazos para colocarse la camisa y Harry pudo ver unos pequeños pezones rosados con los que había estado soñando las últimas semanas con lamer cubiertos con crema batida, antes de que Draco se girara y lo mirara ultrajado.
Sus mejillas se colorearon de un gracioso tono rosado.
-Potter, te agradecería que le enviaras tus libidinosas miradas a alguien más -dijo cerrando el casillero de golpes antes de alejarse a zancadas de la habitación.
Harry respiró profundamente y se frotó los ojos, acomodándose los anteojos después. Todo se hacía cada vez más difícil.
*
-¡Espera, Malfoy! -lo llamó alcanzándolo por los pasillos. Draco no se giró siquiera, ni disminuyó el paso, caminando como si alguien lo estuviera persiguiendo… Que en este caso, si estaba pasando-. ¡Malfoy, estoy intentando hablar contigo!
-Y yo te estoy intentando ignorar, veamos quién gana -dijo Malfoy apretando los dientes y aumentándole velocidad a sus zancadas.
Hasta que Harry se cansó y lo agarró por el brazo, deteniéndolo y volteándolo con un movimiento rápido hasta dejarlo frente a él.
-Malfoy… Draco, si no te detienes, voy a lanzarte un hechizo que logrará que lo hagas a juro-le dedicó el suficiente tono amenazante como para que Malfoy no pensara que estaba jugando.
-¿Me estás amenazando? -siseó entrecerrando los ojos y apretando los puños. Hizo el amago para agarrar su varita, pero Harry lo detuvo con su otra mano, apretándole la muñeca-. ¡Potter, no me toques!
-Malfoy, te he tocado mucho más que esto y lo sabes, así que cállate -dijo Harry respirando profundo-. Necesito decirte algo, y necesito que lo escuches muy bien.
-Pues entonces habla y terminemos con esto -Malfoy aún luchaba por soltarse, pero con un movimiento brusco por parte de Harry que hizo que se le doblaran los brazos, se detuvo, mirándolo con odio e impotencia y vulnerabilidad que hizo que el estomago de Harry diera un brinco.
-Bien -dijo al final, aligerando la presión en su piel. Seguro quedaba marcado sólo con eso-. Estoy cansado de que siempre estés huyendo de mí, Draco y la ver-
-Yo no huyo de ti -lo interrumpió Draco ofendido.
-Lo haces, cada vez que me acerco sales huyendo como si tuviera una enfermedad o te quemara con sólo estar cerca de ti, y francamente ya me está hartando -atrajo repentinamente el cuerpo de Draco contra el suyo, hasta que sus pechos quedaron juntos y podían sentirse completamente-. Estoy seguro que tú sientes la tensión sexual que flota en el aire alrededor de nosotros con la misma eficacia que yo. También estoy seguro que has recordado más cosas desde esa noche, porque yo también lo he hecho, y no estoy tan adverso a la idea de intentar algo más.
-Por supuesto que no -afirmó Draco siseando. Pero estaba rojo de nuevo y su respiración venía en pequeños jadeos. Sus ojos parecían estar estancados en los de Harry y había tantas emociones volando en ellos que a Harry le era difícil reconocerlas todas.
-Es en serio, Draco -dijo, y ahora giró un poco su rostro hasta estar a escasos centímetros del suyo, aspirando su entrecortada respiración-. Quisiera comprobar a dónde nos llevaría esto.
Acercó sus labios a la mejilla de Draco, y olió profundamente su aroma. Era el mismo olor que había sentido en su cama y su almohada el día en que despertó con él, un olor puramente de Draco. Sus labios recorrieron la suave mejilla y sintió su calor, e inclinó un poco el rostro, esperando por saber cómo Draco iba a reaccionar, y si lo iba a empujar o no.
Draco lo sorprendió agradablemente al acercar su boca a la suya y besarlo como si quisiera tragárselo. Harry le respondió besándolo hasta que le quitó el aliento. El sabor de Draco era aún más increíble, también la sedosidad de su lengua, y el calor de su boca.
Y Draco era un jodido buen besador, pero Harry era el que lo quería dejar temblando con anhelo y deseo y necesidad, sonrosado y con ojos oscuros por la lujuria. Así que se esforzó más en el beso y fue recompensado con pequeños gemidos que le recordaron la forma en la que Draco gemía cuando alguna zona endógena de su cuerpo era tratada con besos y caricias. Mordisqueó un poco su labio y un ronco gemido salió de los labios de Draco.
Harry se separó lo suficiente de Draco para terminar el beso, pero no lo suficiente como para que sus labios dejaran de tocarlo.
-¿Qué dices?
Malfoy lo miró con lo que Harry había querido que lo viera desde hacía semanas atrás y Harry sólo pudo tragar duro y esperar una respuesta.
-Creo que acepto salir contigo, Harry. Pero yo escojo el lugar.
Ese pequeño gesto de querer demostrar que Draco era un Malfoy hizo que Harry se derritiera por dentro. Malfoy era adorable, así que para aceptar su condición, acercó sus labios a los de Draco y se dispuso a quitarle el poco aliento que aún le quedaba.
El mundo cambiaba bastante con pocas acciones.
Pero eso no significa que siempre cambien para mal.
Fin.
ewe,
rated: r,
pairing: harry/draco,
romance,
pov: harry,
one-shot