Con mis cuatro años.
A veces me pregunto lo que habría pasado si siguiera en el mismo entorno en el que pasé la primera parte de mi infacia. Recuerdo muchas cosas, como un sueño, pero las recuerdo. Recuerdo esa habitación vacía de gente y llena de pensamientos de una niña de cuatro años, recuerdo todos esos juegos y el color del sofá, la calle que subía cada día para ir al colegio.
Recuerdo a todos esos monstruos en forma adulta hablandome y sonriendome sin razón alguna y me pregunto lo que les debería responder. Todo en esos años era extraordinario, aunque no todo era felicidad.
¿Que hubiera pasado si me hubiera quedado allí? ¿Que hubiera pasado si no hubiera conocido esta vida? ¿No sería la misma persona?
De algun modo he seguido siendo aquella niña descontenta y curiosa aunque todo lo que me hacía serlo esté muy, muy atrás.
A veces hablo con mi yo de cuatro añitos y me ayuda contandome como se vive sin saber aún porque y me pregunta de esa forma tan desinteresada de descubrir las cosas que tienen los niños.
Recuerdo a todos esos monstruos en forma adulta hablandome y sonriendome sin razón alguna y me pregunto lo que les debería responder. Todo en esos años era extraordinario, aunque no todo era felicidad.
¿Que hubiera pasado si me hubiera quedado allí? ¿Que hubiera pasado si no hubiera conocido esta vida? ¿No sería la misma persona?
De algun modo he seguido siendo aquella niña descontenta y curiosa aunque todo lo que me hacía serlo esté muy, muy atrás.
A veces hablo con mi yo de cuatro añitos y me ayuda contandome como se vive sin saber aún porque y me pregunta de esa forma tan desinteresada de descubrir las cosas que tienen los niños.