No estabas ahí
Bueeeeeeno~ De las cosas que salen cuando estás aburrida, ésta fue una de ellas y de las que más me gustó hacer.
No estabas ahí
No estabas ahí. Y el saber que no volveré a verte me carcome el alma a cada segundo que pasa.
Rasguñando las paredes del olvido, mi mente vuela hacia ti; deja que la distancia se vuelva nada, antes de sucumbir en lo más profundo del infierno. Caigo una y otra vez mientras me alejo de la verdad y me acerco a la mentira de mi vida, sin poder evitar extrañarte.
Las sombras se acercan segundo a segundo, susurrándome que les pertenezco, o que al menos lo haré en cuanto logre traspasar las barreras de la muerte.
Quiero retroceder en cuanto me doy cuenta de lo que estoy a punto de hacer. Mis ojos se cierran con fuerza, negándose a ver mi cruel destino, y mi mente susurra la despedida que no pude darte. Las lágrimas hacen acto de presencia, desprendiendo lo último que queda de mi alma desgarrada, dejando huellas cristalinas en el camino.
El viento corre con más fuerza a medida que me acerco, y el calor me invade. Desespero por correr en dirección contraria y desaparecer antes de que el fuego me consuma, pero las puertas me impiden moverme de mi lugar.
Me detengo para ver lo que queda detrás de mí; las huellas de mis lágrimas siguen ahí, junto a un dolor que sé, es tuyo. Pero las sombras me obstruyen el camino, instándome a seguir... a finalizar el pacto.
Mi vida por tu vida, mi alma por tu alma. Un pacto justo... o injusto. Sólo sé que es más de lo que puedo pedir por ti. Y acepto con gusto el camino a seguir, por el saber que continúas en algún lugar... Aunque sea sin mí.
No estabas ahí. Y el saber que pude salvarte me ayuda a continuar en este camino marchito.
Tu rostro aparece frente a mí. Sólo es una ilusión, pero me gusta pensar que me alientas a caminar. Que al menos puedo verme en tus ojos antes de desaparecer de tu vida y borrar la mía. Tu sonrisa tímida hace eco en mi corazón, contestándote sin pedirme opinión. Pero desapareces, como todo a mi alrededor, y las sombras se arremolinan frente a mis ojos.
El camino llega a su fin y el sendero a seguir se transforma en nada.
Me precipito sobre el vacío, cayendo en espiral. Una sonrisa se forma en mi rostro, porque me alegro de que no hayas estado ahí para verme morir. Y antes de cerrar los ojos, aflora de mis labios un último te quiero.
La oscuridad lo ha envuelto todo y puedo sentir como va cambiando. Es como sólo dormir, aunque el calor es diferente. Y me imagino que son tus brazos los que me envuelven cálidamente, como si estuvieses a mi lado.
Y entonces llega el final...
Mi corazón vuela hacia ti, mi mente ha desaparecido y mi alma ha sido devorada por las llamas.
Arena ~