En cuanto el ascensor se ha parado en esa planta, se ha preparado mentalmente para sonreír. Porque lo más fácil es que sea el señor Lauritzen, o la señora Schnoops, o alguien igualmente importante. O la chica de la limpieza, pero ésa viene más tarde.
Y sí, es el señor L., y Judy sonríe como si se alegrara un poco de verlo y todo.
-Buenos días, señor Lauritzen.
Espera que no vaya a la planta baja como ella (que va a por un cruasán), porque eso es mucho rato en el ascensor.
-Buenos días, señorita Judith-, responde él educadamente. Se temía que, de encontrársela, las palabras le quedarían atragantadas y por eso ha estado practicando delante del espejo en su oficina. Es por eso que hoy, por lo menos, la frase le ha salido sola, aunque un poco ahogada.
Ahora intenta una sonrisa, pero con escaso éxito. Es que está nervioso.
-¿A qué piso va? - porque él va a la planta baja a por un café. Es que la señora Schnoops todavía se queja un poco de dolor de piernas, así que ahora va él a por el café, que tampoco se va a morir.
Hay una segunda intentona de sonrisa y esta vez le sale mejor. Será porque ha visto que la señorita Judith lleva esa camisa escotada que tanto le gusta.
-Um. Iba a la planta baja. -Es el único botón iluminado, no es tan difícil.
Cuando ha oído eso de Judith casi se le ha caído la cartera de la mano, de la rabia absoluta que le ha dado de repente. Oooogh. No se acordaba de que ni siquiera se molesta en llamarla como ella quiere. O Moray. ¿Por qué a la señora Schnoops la llama por el apellido y a ella no? ¿Es porque es más joven y no la respeta? ¿Porque es señorita? Sabe que es una tontería, pero la puede.
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Y sí, es el señor L., y Judy sonríe como si se alegrara un poco de verlo y todo.
-Buenos días, señor Lauritzen.
Espera que no vaya a la planta baja como ella (que va a por un cruasán), porque eso es mucho rato en el ascensor.
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Ahora intenta una sonrisa, pero con escaso éxito. Es que está nervioso.
-¿A qué piso va? - porque él va a la planta baja a por un café. Es que la señora Schnoops todavía se queja un poco de dolor de piernas, así que ahora va él a por el café, que tampoco se va a morir.
Hay una segunda intentona de sonrisa y esta vez le sale mejor. Será porque ha visto que la señorita Judith lleva esa camisa escotada que tanto le gusta.
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Cuando ha oído eso de Judith casi se le ha caído la cartera de la mano, de la rabia absoluta que le ha dado de repente. Oooogh. No se acordaba de que ni siquiera se molesta en llamarla como ella quiere. O Moray. ¿Por qué a la señora Schnoops la llama por el apellido y a ella no? ¿Es porque es más joven y no la respeta? ¿Porque es señorita? Sabe que es una tontería, pero la puede.
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